l hallazgo más importante de la egiptología fue protagonizado por Howard Carter, un dibujante británico que a los 17 años había sido enviado al país del Nilo, donde por afición se convirtió en arqueólogo. Ya trabajaba en las inmediaciones del Valle de los Reyes a finales del siglo XIX, cuando allí estaba en efervescencia no solo la catalogación, exploración y estudio de las antigüedades halladas en las tumbas, sino también su lamentable expolio y saqueo. Por otra parte, el adinerado aristócrata inglés lord Carnarvon pasaba los inviernos en Egipto, donde se había ilusionado con la arqueología, y tras conocer a Carter comenzó a apoyar sus trabajos, aportando la diplomacia y el dinero que el arqueólogo aficionado no poseía. Los primeros resultados de ese mecenazgo fueron decepcionantes. En 1917 Carter comenzó a buscar la
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