SIN LÍMITES

Muy Historia España

LA INSTITUCIÓN DE LA BRUJERÍA COMO UN CRIMEN SOCIAL GRAVE

n un primer momento, la Iglesia consideró a los brujos seguidores de dioses paganos. Estas divinidades eran identificadas como demonios, siguiendo la interpretación judía de la existencia como una lucha entre dos poderes: el bien, representado por la ley de Dios y sus seguidores, y el mal, personificado en el demonio y sus adoradores. La Iglesia cristiana demonizó las divinidades de las confesiones religiosas previas al Mesías cristiano, generando, a su vez, nuevos conflictos sobre la posible consideración delictiva de la conocida como “magia blanca” o “magia buena”, aquella que no implicaba pactos demoníacos. Lo cierto es que algunas prácticas, como la astrología, tuvieron siempre buena acogida en las altas esferas, lo que dificultó su persecución. Finalmente, la Iglesia fundamentó la tipificación de delito de brujería en la creencia de que la magia estaba fuera de los límites de las capacidades humanas, siendo posible solo mediante la intervención del demonio a través de pactos. Pese a la aparente simplicidad de esta conclusión teológica, la naturaleza de los delitos de brujería fue

Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.

Más de Muy Historia España

Muy Historia España10 min. leídos
David Salomoni
En mayo de 2021 hiciste un descubrimiento que fue decisivo para dar forma a este libro. ¿En qué consistió? En mayo de 2021, en la Biblioteca del Palacio Real de Ajuda, mi colega español José María Moreno Madrid y yo buscábamos rutas náuticas española
Muy Historia España8 min. leídos
La Vida Bajo Las Bombas
Según escribo estas líneas, seres humanos sumamente civilizados me sobrevuelan intentando matarme. No sienten ninguna enemistad personal hacia mí, ni yo hacia ellos. La mayoría, no me cabe duda, son hombres bondadosos, respetuosos con las leyes, que
Muy Historia España1 min. leídos
Héroes Sin Fronteras
Pese al heroico desempeño de los pilotos británicos durante la Batalla de Inglaterra, esos pocos a los que, según decía Churchill, tantos debían tanto no eran, en modo alguno, exclusivamente oriundos de las islas británicas. De los 2937 pilotos que t

Libros y audiolibros relacionados