Existen abundantes dietas depurativas para mejorar la salud del organismo. Desde los ayunos hasta las curas de frutas, disponemos de pautas nutricionales específicas para casos concretos, se trate de diabetes, de la enfermedad celíaca o de centenares de trastornos de todo tipo. Seguir algún tipo de dieta no es difícil: ¡todos lo hacemos!, pero elegir el tipo de alimentación natural que responda mejor a nuestras necesidades –y seguirlo de forma regular– es un poco más complicado.
Depurar el organismo con cierta periodicidad es una práctica aconsejable, a condición de que no se convierta en una obsesión. Lo ideal sería no tener que recurrir a ello, siguiendo todos los días una alimentación lo más pura y salutífera posible. Pero eso no es tan sencillo como podría parecer porque requiere determinación, cierto tiempo y fuerza de voluntad para introducir paulatinamente pequeños –y no tan pequeños– cambios en lo que comemos.
¡Disfruta! Zumos para la salud
La comida se ha convertido en un refugio para esconder toda clase de frustraciones que nada tienen que ver con que el hecho de nutrirnos. Aparecen diversos factores del modo de vida actual que nos han conducido a esta situación. Por ejemplo, muchísimos platos que se preparaban de vez en cuando en casa, con paciencia, para celebrar un día de fiesta, ahora se comen en forma de sucedáneo preparado por la industria, rutinariamente y distraídos ante el televisor.
Tanto si se trata de un flan como de raviolis, la voracidad consumista de sabores y alimentos está traspasando todos los límites. Ante este hecho la madre Naturaleza apenas puede ofrecer otra cosa que sus dones, no por conocidos menos decisivos.
¿Podemos recuperar el deleite y el placer del gusto en los sabores naturales saludables? Sí que podemos. Recuperar el placer por los sabores sencillos está al alcance de todos, por ejemplo con la simple práctica algunos días de ayuno. Sobre el ayuno hemos publicado informaciones básicas para seguirlo, tanto en los primeros números de la revista como más re- cientemente (ver los 393, 474 y 488). Una o dos veces al año,