MADRID ARABO-MUSULMÁN

Desde aquel 9 de noviembre de 1085 en el que una imagen de la Almudena fue hallada en una de las torres de la antigua muralla, cada año las Almudenas celebran su santo en esa fecha, los niños madrileños no tienen colegio y, si se tercia, a algún alcalde o concejal se le presenta la oportunidad de recordar la suerte que tiene España de ser católica y no musulmana. Sin embargo, la propia palabra Almudena delata la realidad que la leyenda oculta. Viene del árabe al-mudayna, que significa “la ciudadela” y que se refiere al núcleo amurallado original de un Madrid que no solo no existía en el año 712, sino que apareció mucho más tarde, cuando ya estaba bien asentada la civilización arabo-islámica en la Península. La idea de un origen anterior a la llegada de los musulmanes ha sido muy recurrente desde que Felipe II instaló la corte en Madrid a mediados del XVI, pero tiene más que ver con la conveniencia de que la capital de España no tenga un origen “moro” que con los datos históricos y arqueológicos.

UNA CIUDAD ANDALUSÍ

Las fuentes documentales más antiguas sobre Madrid están escritas en árabe y sitúan la fundación de la ciudad en