SIN LÍMITES
Habla pueblo, habla
n tiempos de crisis se cuestiona todo. Por eso, en los últimos años, el relato de la Transición española ha recibido frecuentes críticas. El origen de las deficiencias del actual sistema político habría que buscarlo entonces, cuando, es un brillante ejemplo de historia ponderada, en la que los datos y las interpretaciones se hilvanan en un texto admirablemente escrito. El autor comienza con una época, la década de los setenta, de extremada complejidad. En un primer momento, dominado por el consenso, todos tuvieron que efectuar renuncias. El presidente Adolfo Suárez, que procedía del Movimiento, el partido único de la dictadura, acabó disolviendo esta organización. Santiago Carrillo, líder del Partido Comunista, consintió en aceptar la bandera rojigualda y la monarquía, en contra de las tradiciones políticas de los suyos. Suárez legalizó el PCE, y Carrillo, con su colaboración, dio a la naciente democracia una legitimidad que hasta entonces no tenía. Puesto que incorporaba a los comunistas, el nuevo régimen podía homologarse sin problemas con los que existían en Europa occidental.
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