El mercado de productos falsificados mantiene una senda de crecimiento imparable. Según estimaciones de la Oficina de la Propiedad Intelectual de la UE (EUIPO) y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el comercio de productos falsificados supone un 2,5% del total de la actividad económica, con un impacto de 338 mil millones de euros. Este mal endémico afecta a múltiples sectores económicos en multitud de países y provoca enormes pérdidas. Uno de estos sectores afectados, es, sin duda, el de los relojes.
En este artículo abordamos esta problemática y analizamos los distintos tipos de falsificaciones de relojes que se dan actualmente. Por supuesto, mostramos nuestra más absoluta repulsa por este tipo de productos y por aquellos que los adquieren.
Según un informe publicado por la Comisión Europea, los controles aduaneros de la Unión Europea incautaron en 2019 mercancías falsas potencialmente peligrosas por valor de casi 760 millones de euros en las fronteras exteriores del territorio comunitario, lo que supone un aumento de 20 millones respecto al año anterior. Las categorías más falsificadas según el mismo informe son cigarrillos, medicamentos, juguetes y ropa aunque también artículos electrónicos y objetos de lujo como relojes.
UN MAL ENDÉMICO
Cada cierto tiempo saltan a los medios imágenes de destrucciones masivas de relojes. Estas imágenes no dejan de ser campañas de marketing que intentan disuadir a fabricantes y consumidores sobre la fabricación y compra fraudulenta de estos relojes. A pesar de estas campañas y de los medios que se dedican para acabar con el problema, lejos de estar en vías de solución, éste está cada vez más extendido. Basta echar un rápido vistazo a la red y podremos advertir decenas de páginas web anunciando sus relojes falsos sin disimulo alguno. ¿Cómo acabar