SIN LÍMITES
JACEK MALCZEWSKI SUEÑOS, REALIDADES Y QUIMERAS
PERIODISTA
intad de tal manera que Polonia resucite”. Con estas palabras motivaba Jacek Malczewski a sus alumnos de la Escuela de Bellas Artes de Cracovia. En la Polonia de , un pintor era un patriota del pincel. El arte por el arte era un lujo que los polacos no se podían permitir, por una mera cuestión de supervivencia cultural. Sin Estado propio, repartidos desde 1795, por tercera vez, entre Rusia, Prusia y Austria, para ellos no existió la Belle Époque, sino casi un siglo y medio de nostalgia y de tenaz resistencia a perder las propias raíces. Escribir en polaco era, inevitablemente, un acto político. Pintar podría haber sido una actividad más neutral, pero los pintores polacos del xix optaron, en su mayoría, por sumarse a la reivindicación nacionalista. A fin de cuentas, el Romanticismo estuvo en boga durante buena parte del siglo. ¿Y
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