SIN LÍMITES
SANTO DOMINGO DE GUZMÁN EL FUNDADOR DE LA ORDEN DOMINICA
DURANTE LA ALTA EDAD MEDIA, LOS GRANDES CENTROS MONÁSTICOS DE LA CRISTIANDAD SE SITUARON EN ESPACIOS RURALES, ESCASAMENTE POBLADOS, DONDE REALIZARON UNA IMPORTANTE LABOR COLONIZADORA. A PARTIR DEL SIGLO XIII, CON EL CRECIMIENTO DE LA VIDA URBANA, NACIÓ EL MOVIMIENTO MENDICANTE, CON NUEVAS ÓRDENES CUYA RAZÓN DE SER FUE DAR RESPUESTA A LOS MOVIMIENTOS EN FAVOR DE LA POBREZA. ENTRE LAS ÓRDENES MENDICANTES DESTACARON LOS CARMELITAS, LOS AGUSTINOS EREMITAS Y, MUY ESPECIALMENTE, LOS FRANCISCANOS Y LOS DOMINICOS. ESTA ÚLTIMA FUE FUNDADA POR EL CASTELLANO DOMINGO DE GUZMÁN, CUYA INFLUENCIA FUTURA FUE DETERMINANTE AL SURGIR, EN EL SENO DE LA ORDEN, FIGURAS TAN DESTACADAS COMO TOMÁS DE AQUINO, ALBERTO MAGNO, LUIS DE GRANADA O FRANCISCO DE VITORIA.
Sus padres, y , pertenecían a importantes linajes que habían tenido un papel muy destacado en la Reconquista y, por lo tanto, gozaban de una gran reputación entre sus vecinos. De su familia, Domingo heredó, además de su vocación evangelizadora, su intensa fe, su generosidad, espíritu emprendedor y el compromiso por servir al reino y a la Iglesia. Fue bautizado en la pequeña iglesia románica de San Sebastián, en una pila bautismal que aún se conserva y cuya visión evoca el recuerdo
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