SIN LÍMITES
LA VERDADERA Vacunación
Este es parte del texto del libro de la Dra. Suzanne Humphries, autora de Disolución de ilusiones: enfermedades, vacunas y la historia olvidada (editorial Octaedro, 2015), una nefróloga que ha dedicado la última parte de su carrera médica a exponer la «historia perdida » de las vacunas.
Su investigación comenzó en 2009, cuando varios de sus pacientes le dijeron que habían estado perfectamente sanos hasta que recibieron una vacuna u otra. Antes de esto, ella había sido, como ella dice, «agnóstica» sobre la vacunación: «Había vacunado a mis pacientes de diálisis; yo misma, estaba vacunada; y creía bastante en lo que me enseñaron en la escuela de medicina”», recuerda. Luego comenzó a notar que a sus pacientes se les ordenaba vacunarse el primer día de ingreso al hospital, a menudo cuando tenían enfermedades graves (enfermedades inflamatorias, ataques cardíacos, insuficiencia cardíaca congestiva y un paciente con cáncer en quimioterapia). «Esto me alertó de que estaba pasando algo con lo que no estaba de acuerdo. Me quejé a la administración del hospital por ello. Fue por resistencia que me encontré con lo que, irónicamente, me llevó por este camino».
Os voy a narrar para que tengáis un precedente, cual fue la historia detrás de la vacuna contra la viruela.
Esta vacuna se desarrolló mucho antes de que el establecimiento médico supiera algo sobre el sistema inmunológico humano. En realidad, la vacuna se desarrolló sobre la base de un rumor que circulaba entre las empleadas de las lecherías. Se rumoreaba que cuando una empleada lechera había sido infectada con la viruela de la vaca, que es una infección común en la ubre de la vaca, ya no sería susceptible a la viruela.
Básicamente, se hizo raspando pus del vientre de una vaca. A veces había alguna enfermedad genética de las cabras allí. Había varicela mezclada allí. A veces había viruela humana mezclada y algo de glicerina. La agitaban; tomaban una especie de
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