SIN LÍMITES
QUINCE INDÍGENAS QUEMADOS Huazantlán, a más de un año de una masacre impune
OAXACA, OAX.- El silencio del gobierno sólo se compara con el del cementerio donde fueron enterrados 15 indígenas ikoots (huaves) agredidos a palos y pedradas y quemados vivos en Huazantlán del Río, un municipio envuelto en un conflicto donde se mezclan el tráfico de migrantes, la posesión de la tierra y la instalación de torres eólicas en 2 mil hectáreas ejidales.
A más de un año de la matanza, María del Rosario Guerra Salazar, una de las sobrevivientes, recrimina al gobernador Alejandro Murat Hinojosa y al presidente Andrés Manuel López Obrador: “¿Qué espera el gobierno, ¡que nos maten a todos!?”, “¿Hasta cuándo va a actuar la autoridad?”
María del Rosario ahora está desplazada de la comunidad huave junto con otras 60 personas por un conflicto intercomunitario; entre los desplazados hay familiares de las víctimas de la masacre, quienes además están amenazados por las autoridades municipales de Huazantlán, que “nos quieren asesinar para no dejar ni un testigo de la masacre”.
El pasado 21 de junio, frente al Palacio de Gobierno de Oaxaca, los sobrevivientes de la masacre en Huazantlán del Río reclamaron que la Fiscalía General de Oaxaca no avanza en las investigaciones.
En tanto, el asesor jurídico del Comité de Víctimas de la Masacre del 21 de junio en Huazantlán del su peregrinar para exigir justicia:
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