SIN LÍMITES
Diez hallazgos que revolucionaron la historia
Inscripción de Behistún
1598
Esta joya monumental es a la escritura cuneiforme–una de las más antiguas de la humanidad–lo que la piedra de Rosetta a la escritura jeroglífica egipcia: la clave que permitió empezar a descifrarla. Datada en el siglo VI a.C., encargada por el rey aqueménida Darío I el Grande, grabada en la pared del acantilado de Behistún (Kermanshah, Irán) a 100 metros de altura e ilustrada con imágenes talladas de Darío y otros personajes, canta las hazañas del monarca en tres idiomas: persa antiguo, elamita y babilonio. Avistada por vez primera por el inglés Robert Shirley en 1598, no fue hasta mucho después (1835-1843) cuando su compatriota Sir Henry Rawlinson logró traducir el texto comparando las tres versiones; un hito semiológico.
Restos de Pompeya
1748
Esta ciudad de la Antigua Roma, y varias casas particulares entre las que destaca la Villa de los Misterios.
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