SIN LÍMITES
QUIÉN MATÓ A MOCTEZUMA?
Era costumbre institucional en la Antigua Roma deslegitimar el gobierno de los malos emperadores decretando la damnatio memoriae, esto es, la erradicación física del legado de un princeps impopular –en un intento de borrar su recuerdo, su obra, su nombre y su imagen del espacio público– destruyendo o dañando inscripciones, relieves o esculturas. El ocaso del Imperio azteca tuvo, del lado mexica, tres destacados protagonistas que gobernaron su agonía y extinción. Dos de ellos, Cuitláhuac y Cuauhtémoc –hermano y primo de Moctezuma–, son héroes nacionales mexicanos siglos después de la conquista. Ambos murieron matando, liderando la resistencia de su pueblo hasta la última sangre, y cuentan con sendas estatuas monumentales en Ciudad de México en honor de su legado. El tercero, Moctezuma, fue, como los malos césares de la Roma imperial, empujado al olvido o, cuando menos, al recuerdo rencoroso de las generaciones venideras.
LOS ÚLTIMOS DÍAS DE MOCTEZUMA
Las circunstancias poco gloriosas de la muerte de Moctezuma han contribuido en buena medida a moldear su degradación como figura histórica, aunque incluso en ese aspecto sigue siendo un personaje controvertido. No hay duda de que sus últimos días fueron de cautiverio, asistiendo impotente, prisionero de Cortés y bajo custodia de Pedro de Alvarado, al irreversible
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