SIN LÍMITES
FANTASMAS EN MESOPOTAMIA
La lectura de los mitos sumerios y acadios, recogidos en centenares de tablillas de arcilla, nos informa sobre la forma en la que los distintos pueblos asentados en la región de Mesopotamia interpretaron el origen del universo, la creación del hombre y, por supuesto, el destino que le esperaba al ser humano cuando atravesase el umbral que debería llevarle hasta la otra vida. Cuentan los mitos sumerios que antes de la existencia del cielo y la tierra, el mundo se encontraba en un estado embrionario, latente, al igual que la vida. Fue entonces cuando la diosa Maunmu pudo engendrar a los dioses: An, el dios del cielo, y Ki, diosa de la tierra. De su unión nacieron el resto de los dioses del panteón sumerio, entre ellos Enlil, que logró dar forma al firmamento y Enki, el señor de la tierra.
Los sumerios pensaban que en un principio no existían el mal, el dolor, la enfermedad o la muerte. Todo permanecía en un estado de perfección y felicidad, pero el drama se produjo cuando, en el paraíso, Enki decidió comer ciertas plantas antes de haberle asignado su función. En cuanto a los hombres, existen distintos mitos que hacen referencia a su creación. Uno de ellos admite que el primer ser humano brotó de la tierra, mientras que otros afirman que fueron unos obreros divinos los que lo moldearon con arcilla, a imagen y semejanza de los dioses. En lo que todos los mitos coinciden es en la convicción de que el hombre fue creado para
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