La Casa del Rey guarda silencio ante la entrada en prisión de Urdangarin
Fuentes de la Zarzuela afirman que se trata de un trámite previsto, la ejecución de una sentencia que se respeta
Mutismo total. La Casa del Rey no tiene intención de hacer comentario alguno sobre el ingreso en prisión de Iñaki Urdangarin por el caso Nóos. Fuentes de la Zarzuela alegan que se trata de un trámite previsto, del desenlace anunciado de una película ya vista: la ejecución de una sentencia del Tribunal Supremo ante la que ya se pronunció con la lacónica frase que ha venido repitiendo cada vez que se producía un avance en este caso corrupción: "Respeto absoluto a la independencia judicial", ha sido el mantra de la Casa Real.
La entrada en la cárcel de Iñaki Urdangarin, el cuñado del Rey, le queda muy lejos a Felipe VI. Tanto en sentido institucional como espacial. Más de 8.000 kilómetros de distancia desde San Antonio (Texas), segunda etapa de la gira de los Reyes por Estados Unidos, al centro penitenciario de Brieva (Ávila) donde Urdangarin ha ingresado este lunes para cumplir su condena de cinco años y diez meses de cárcel.
La coincidencia no ha sido buscada, pero ni a propósito se habría encontrado mejor forma de ilustrar ese distanciamiento. Mientras el marido de la infanta Cristina —la hermana menor del Rey— ingresaba en prisión como delincuente convicto, el Monarca promueve la imagen de España en la primera potencia del mundo y prepara su primera entrevista con el tan imprevisible como poderoso presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Es decir, el episodio Urdagarin no afecta a la actividad del jefe del Estado, que mantiene intacta su agenda.
Felipe de Borbón no puede evitar que Iñaki Urdangarin siga siendo su cuñado. Solo podría haberlo evitado su hermana Cristina, divorciándose de él, pero no quiso hacerlo, aunque se lo aconsejaron muchos.
Pero si Urdangarin sigue formando parte de la familia del Rey, ya no pertenece a la Familia Real. Tras estallar el escándalo, la institución fue drásticamente recortada, limitándola a los padres del Rey, su esposa y sus hijas. Son los únicos que reciben una asignación de las arcas públicas, están sujetos a un régimen riguroso de incompatibilidades y, con alguna excepción, pueden representar al Estado en actos públicos.
Respecto al impacto que una noticia de la que no hay precedentes en la historia de España —el encarcelamiento por delitos de corrupción de un pariente cercano del Monarca— pueda tener en la imagen de la Monarquía, fuentes de la Casa del Rey creen que se trata de un escándalo amortizado, por el que Juan Carlos I ya pagó en términos de popularidad cuando estalló públicamente. A estas alturas solo queda la constatación de que, como dijo el entonces jefe del Estado en la Nochebuena de 2011, "la justicia es igual para todos", apuntan las mismas fuentes.
No es fácil saber cómo le ha afectado el encarcelamiento de su pariente a Felipe VI desde el punto de vista humano. La relación con su hermana menor se ha deteriorado en los últimos años y llegó a su punto más bajo en junio de 2105, cuando despojó a ella y a su marido del título de Duques de Palma, una decisión que le resultó muy dolorosa, según quienes le conocen.
En la Casa del Rey no revelan si tras conocerse la sentencia que condena a su cuñado el Rey ha hablado con la infanta Cristina. Es algo que pertenece a su vida privada, alegan. Durante los días que lleva en Estados Unidos se le ha visto relajado y sonriente, pero Felipe VI está curtido en la disciplina de no exteriorizar sus sentimientos. La procesión puede ir por dentro.
En la misión de San José, pero no en El Álamo
Los Reyes recibieron este domingo la Llave de las Misiones de San Antonio de manos del alcalde, Ron Nirenberg, como reconocimiento de su visita a esta ciudad texana, que cumple su 300 aniversario. La recepción de bienvenida se celebró en el Palacio del gobernador español y asistieron el ministro español de Exteriores, Josep Borrell, y el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, entre otros. Es la primera vez que el municipio de San Antonio concede la Llave de las Misiones, una distinción que instauró después de que en 2015 la Unesco declarara Patrimonio de la Humanidad los cinco asentamientos fundados en el siglo XVIII por franciscanos españoles. Los Reyes visitaron la misión de San José, una de las mejor conservadas, con su ventana en forma de rosa, insólita muestra del estilo barroco en EE UU, pero no la más antigua, la de San Antonio de Valero, rebatizada como El Álamo, escenario de la batalla que en 1836 enfrentó a separatistas texanos con las tropas mexicanas convertida hoy en símbolo del nacionalismo estadounidense.
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