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Xóchitl Gálvez, ante representantes del BBVA: “Al final de mi Gobierno habré eliminado la pobreza extrema”

La candidata plantea convertir a México “en un país de clases medias”, dar mayor certidumbre al sector privado y cambiar el modelo de negocio de Pemex, aunque rechaza impulsar una reforma fiscal

Xóchitl Gálvez
Xóchitl Gálvez durante una reunión con banqueros, este 7 de mayo.Mario Jasso (Cuartoscuro)
Elías Camhaji

Aprovechar el nearshoring. Cambiar el modelo de negocio de Petróleos Mexicanos (Pemex). Dar mayor certidumbre a las empresas privadas. Tener prudencia en el manejo de las finanzas públicas. No pensar, al menos de momento, en una reforma fiscal. Esas fueron las propuestas y guiños que hizo Xóchitl Gálvez ante representantes del sector bancario, durante su participación en la reunión nacional de consejeros regionales de BBVA este martes. La candidata opositora presentó un decálogo de puntos de su programa económico, justo un día después de que Claudia Sheinbaum, la abanderada de Morena, acudiera a ese foro. “Al final de mi Gobierno habré eliminado la pobreza extrema”, prometió la aspirante. Gálvez también se dio tiempo de criticar a su rival, que aseguró que sólo “falta el trámite” de las elecciones para sellar su triunfo. “Decir que la elección es un mero trámite es una mentira o un desplante de arrogancia”, criticó. “La soberbia es un pecado que se paga en vida”.

La candidata presidencial del Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) dejó ver un poco más de su proyecto económico, aunque temas como la inseguridad, las críticas al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y los dardos a Sheinbaum se mantuvieron en su discurso. Gálvez dijo que era posible construir un país “próspero, incluyente y sustentable” y que vislumbra “un México sin pobreza y sin hambre; en resumen, un México de clases medias”.

La promesa de erradicar la pobreza extrema en seis años no fue aterrizada, simplemente planteó que iba a haber más programas sociales y mejores salarios. Más de nueve millones de mexicanos son pobres extremos, según datos del Coneval de 2022, 400.000 más que en 2018. Gálvez dijo que parte del financiamiento de sus propuestas saldrá del combate a la corrupción, en un discurso similar al de López Obrador y Sheinbaum. “Este gobierno es muy corrupto. Los hijos del Presidente están metidos “hasta las manitas en el negocio”, reclamó y prometió que su mandato será “una caja de cristal”.

En donde Gálvez parte caminos con el oficialismo es en su posición sobre Pemex. La candidata dijo que la apuesta por las refinerías no tiene sentido y afirmó que va a cerrar Cadereyta y la de Tampico-Madero. “¿Quién de ustedes seguiría refinando petróleo si sigue perdiendo dinero todos los días?”, cuestionó al auditorio y dijo que la evasión del IEPS ascendía a 700.000 millones de pesos.

Las propuestas presentadas por la candidata parten, en su mayoría, de puntos que ya había mencionado. Resaltó su “perfil ciudadano” y dijo que iba a tener la libertad de construir un Gabinete basado en las capacidades de sus integrantes y que no responda a compromisos políticos con el PRI y el PAN. Insistió en la continuidad de los programas sociales. Volvió a enarbolar una línea de mano dura contra la delincuencia. Prometió regresar al Ejército a los cuarteles y retirarlo de tareas civiles. “No me va a temblar la mano de ser la comandante Suprema de las Fuerzas Armadas de este país y meter orden”, afirmó.

Gálvez vaticinó que el nearshoring y el bono demográfico representan una oportunidad de crecimiento económico para el país. Aseguró, sin embargo, que los flujos de inversión no llegarán si no hay garantías sobre el Estado de Derecho, la seguridad o fuentes de energías limpias y eficientes, así como un impulso a la ciencia y la tecnología para crear capital humano y mano de obra calificada. “No dejaremos ir la mejor oportunidad que hemos tenido en una generación para impulsar nuestra economía”, declaró y afirmó que hay viento de cola para mejorar la situación del país: “Este es el escenario internacional más favorable en las últimas décadas”.

La candidata también planteó que era crucial fortalecer la infraestructura del país y construir nuevos aeropuertos, redes ferroviarias, puertos y carreteras. Cuestionó los sobrecostos de las “obras faraónicas” de López Obrador y acusó a Sheinbaum de hacer propuestas poco realistas, como la construcción de 100 parques industriales y nuevas líneas de trenes. “Dice que la democracia es un trámite porque le estorba”, zanjó la exlegisladora, “otra cosa que le estorba mucho es la realidad”. “No pueden terminar el tren de Toluca, de cinco kilómetros, ni hacer bien en costo el Tren Maya y quieren ocho líneas más”, criticó.

Gálvez justificó sus reticencias a impulsar una reforma fiscal, al asegurar que no iba a ser necesaria si había prudencia en las finanzas públicas. “No voy a hacer tarugadas, seré una presidenta eficiente”, prometió. Dijo que su decisión está influida por ser empresaria, además de política. “Entiendo lo que cuesta ganar el dinero, lo difícil que es para los pequeños y medianos empresarios salir adelante en un país donde hay muy pocas oportunidades y enormes cargas fiscales y, por lo tanto, creo que la primera responsabilidad del Gobierno es gastar bien el dinero”, agregó. También anunció que se iban a retomar las rondas petroleras para volver a promover la inversión del sector privado en Pemex y el sector energético.

La aspirante prometió que, en caso de ganar, iba a promover consensos para que lleguen los perfiles más aptos al Banco de México y que iba a aplicar una fórmula similar para la Suprema Corte, la Fiscalía General de la República y los entes autónomos que regulan sectores claves de la economía, como las telecomunicaciones y la Comisión Federal de Competencia Económica. Gálvez leyó que uno de los puntos que más han reprochado los poderes económicos es la falta de certidumbre durante esta Administración y explotó ese punto para tratar de convencer a su auditorio: habló de competencia, de estabilidad y de que no habrá sobresaltos cuando se revise el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos en 2026.

En contraste, Sheinbaum tiene una visión del estado de la economía completamente distinta de su rival y de amplios grupos del sector empresarial. “Habrá cosas en las que no estemos de acuerdo”, advirtió a los banqueros un día antes. También expuso que el impulso económico a Pemex va más allá de la lógica de su propia rentabilidad, sino que debe ser visto como una pieza fundamental del Estado. Además, adelantó que iba a pedir al secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, que continúe en el cargo. “Vamos a hacer muy responsables”, afirmó Sheinbaum, para mandar señales de certidumbre. La perspectiva del oficialismo es que la política de López Obrador de “primero los pobres” puede convivir con un ambiente económico y de negocios favorable para los empresarios. Jorge Álvarez Máynez, el candidato de Movimiento Ciudadano, no tuvo participación en la reunión anual del BBVA, que congrega a 400 empresarios.

“¿Este arroz ya se coció?”, preguntó el moderador a Gálvez. “Nombre, se les quemó y el mío está esponjado y va a llegar en su punto”, bromeó la candidata. La oposición insiste en que ya ha acortado distancias, mientras que el oficialismo confía en la ventaja que le han dado las encuestas. En la recta final entre dos mujeres, Sheinbaum promete “continuidad con cambio” y Gálvez, un golpe de timón. “Nos va a ir muy bien y le va a ir muy bien al país”, aseguró la oficialista. “No es un mero trámite, es una cita ciudadana con la historia. En esta elección se decidirá la clase de país que seremos en los próximos 30 años”, reviró la opositora.

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Sobre la firma

Elías Camhaji
Es reportero en México de EL PAÍS. Se especializa en reportajes en profundidad sobre temas sociales, política internacional y periodismo de investigación. Es licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y es máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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