La tercera ola de contagios de coronavirus obliga a México a acelerar la vacunación
El Gobierno descarta nuevas medidas para frenar la covid-19 y concentra su estrategia en llevar más vacunas a los cinco Estados más rezagados con el apoyo del Ejército
El Gobierno de México quiere meter el pie en el acelerador de la vacunación para frenar la última ola de contagios que azota al país. El presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha anunciado que se reforzará la aplicación de vacunas en los cinco Estados con el menor porcentaje de personas inmunizadas: Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Puebla y Veracruz. El grupo de rezagados y el repunte de la covid-19 preocupa a las autoridades, que han visto cómo se está a punto de rebasar los tres millones de casos estimados a medida que la variante Delta se expande por todo el país. “Estamos intensificando la vacunación porque no hay otra alternativa, no hay otra opción para enfrentar el virus”, ha dicho el mandatario en su conferencia de prensa de este lunes.
A pesar de que el país ha promediado más de 12.700 casos confirmados en la última semana, López Obrador ha insistido en que no habrá un endurecimiento de las medidas ni nuevos cierres a las actividades sociales y económicas. “Ya sabemos cuidarnos todos”, ha argumentado el presidente, que sostiene que implementar más restricciones significa coartar las libertades de los ciudadanos. El impacto económico del confinamiento también está detrás de las reticencias del Gobierno. “Desde el principio he dicho que somos mayores de edad, que tenemos que cuidarnos y garantizar la libertad, no exagerar con medidas autoritarias. En nuestro país no hubo toque de queda, no hubo medidas drásticas ni en los peores momentos, actuamos con mucha prudencia, equilibrando libertad, economía, salud porque todo es importante”, ha agregado.
La última ola de contagios ha tenido a los jóvenes y a las personas que no se han vacunado como grandes protagonistas, representando nueve de cada diez casos de covid en los últimos días. Ninguno de los cinco Estados que han recibido ahora la promesa de la vacunación universal rebasa el 40% de las personas vacunadas. La explicación que ha dado el Gobierno es que ha sido muy complicado llegar a las comunidades más alejadas. El plan es inmunizar con la vacuna china de CanSino, que se produce en México y tiene menos dificultades logísticas porque solo requiere de una sola dosis y no necesita ultracongelación. Para vacunar a más personas, López Obrador se ha apoyado una vez más en el Ejército, su compañero de viaje predilecto durante su mandato. Las Fuerzas Armadas han asumido un abanico variopinto de tareas durante esta Administración: desde plantar árboles hasta construir un nuevo aeropuerto. Ahora que hay que apurar la vacunación, la Secretaría de Defensa ha vuelto a ser la elegida para la encomienda.
El fracaso de la vacunación en los Estados más alejados de México también se debe a las resistencias de la población a vacunarse, ya sea por miedo o por ignorancia, sobre todo en Chiapas, donde pueblos enteros se han negado a recibir la dosis o se han atrincherado para aislar sus comunidades ante la expansión del coronavirus. A pesar de todo, el Estado, con muchas localidades remotas y una población dispersa, es de los menos afectados en el país por la pandemia. El foco del último repunte, como sucedió con las olas anteriores, está más bien en los principales centros urbanos, como Ciudad de México, que encabeza las muertes y los contagios. El problema es que son también las urbes las que concentran la infraestructura y el personal hospitalarios, en detrimento de las zonas rurales y menos vacunadas.
López Obrador ha apelado a un acto de equilibrismo en su discurso: tiene que alertar de que los casos se han disparado en varios Estados en las últimas semanas y al mismo tiempo defender su gestión de la crisis. “Estamos de nuevo en una situación especial, hay una especie de rebrote, una tercera ola de contagios”, ha dicho al presidente, aunque poco después ha matizado, “no igual a la primera y segunda, es de menor intensidad y también menos dañina porque tenemos menos hospitalizaciones y lo más importante de todo, menos fallecidos”.
El asunto es que Delta sí es una variante más virulenta que la versión original del virus. Y aunque la vacunación sí es la clave para frenar las defunciones y los contagios graves, cada vez hay más casos de personas vacunadas que no han podido evitar la infección. El otro pilar para frenar la ola de contagios, afirma el grueso de los especialistas médicos, es seguir con las medidas que ya han funcionado antes, como el distanciamiento social, lavado de manos y uso de cubrebocas. El Gobierno ha puesto sus fichas en la vacunación. Por lo demás, las autoridades se aferran a su receta, mientras las curvas epidémicas siguen subiendo y la sensación de control de la pandemia se va desvaneciendo. México ya ha rebasado las 238.000 defunciones y es el cuarto país con más muertes acumuladas en el mundo en términos absolutos.
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