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Dilan Cruz, símbolo de las protestas en Colombia

El estudiante de 18 años sigue en estado crítico en un hospital tras recibir un disparo de una bomba lacrimógena por parte de un policía antidistrubios

Catalina Oquendo
Manifestantes frente al hospital San Ignacio, en Bogotá.
Manifestantes frente al hospital San Ignacio, en Bogotá. EFE

“Dilan vive, fuerza Dilan”, el cántico resuena a las afueras del Hospital San Ignacio de Bogotá, donde está internado Dilan Cruz, uno de los heridos por el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) de la policía colombiana. Decenas de estudiantes pasaron la noche en vela frente al centro médico.  Durante la madrugada hacían un minuto de silencio y volvían a gritar arengas contra el Gobierno de Iván Duque y a reivindicar el paro nacional. “Todos somos Dilan”, se lee en pancartas hechas a mano, que resumen el sentimiento de los jóvenes.

Su caso —aunque no era la primera denuncia por la uso excesivo de la fuerza policial— va camino de convertirse en el rostro de la represión durante las protestas que ya suman cuatro días. Pese a que ha habido algunos focos aislados de violencia, las manifestaciones —sobre todo cacerolazos— han sido mayoritariamente pacíficas. La indignación de la calle tras difundirse las imágenes del joven desplomándose sobre el pavimento ha obligado al presidente colombiano, Iván Duque, a pronunciarse y lamentar los hechos. “He ordenado la investigación urgente de este caso para esclarecer rápidamente lo sucedido y determinar responsabilidades. Nuestra solidaridad con su familia”, escribió Duque a través de su cuenta de Twitter.

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Dilan tiene 18 años y estudia el último curso del Colegio Ricaurte IED, en el sur de la ciudad, donde se graduaba este lunes. También allí sus compañeros hicieron una marcha silenciosa para acompañarlo. Y aunque se decía que estaba en las protestas porque le habían negado un crédito para acceder a la universidad, el organismo que entrega los créditos dice que nunca recibió esa solicitud. Ese, sin embargo, es uno de los reclamos que sacó a miles de estudiantes a las calles: la desigualdad en el acceso a la educación superior.

"Como familia de Dilan queremos informar que sigue luchando aunque todavía está muy grave. Deseamos que no haya más violencia en la calle, venga de donde venga, queremos que la gente esté tranquila y en paz. No queremos que Dilan se convierta en un motivo de más agresividad de ninguna parte", comunicó la familia que pidió no ser entrevistada.

Mientras los universitarios seguían concentrados, el Hospital San Ignacio informó que el muchacho "se ha mantenido estable durante el curso de la mañana". "Aquí nosotros no estamos buscando culpables. Lo único que deseamos en este momento es que Dilan se recupere. Si les agradecemos seguir orando. No más violencia ni víctimas", agregó la familia.

Pero su pronóstico, junto a “un significativo número de personas detenidas arbitrariamente y heridas gravemente”, ya ha provocado que la oposición y colectivos de abogados advirtieran a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la grave situación que se vive estos días en Colombia. Ninguna de las intervenciones de los agentes antidisturbios del sábado se justificaba, aseguran fuentes cercanas a los senadores Iván Cépeda y Antonio Sanguino, al tiempo que expresan su “profunda preocupación” ante un eventual decreto de estado de conmoción interior, “que podría provocar un detrimento de libertades fundamentales y un aumento de la militarización”.

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Sobre la firma

Catalina Oquendo
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia. Periodista y librohólica hasta los tuétanos. Comunicadora de la Universidad Pontificia Bolivariana y Magister en Relaciones Internacionales de Flacso. Ha recibido el Premio Gabo 2018, con el trabajo colectivo Venezuela a la fuga, y otros reconocimientos. Coautora del Periodismo para cambiar el Chip de la guerra.

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