Empujones y silencio en el juicio suspendido a Borja Thyssen y Blanca Cuesta por fraude a Hacienda

El matrimonio formado por Borja Thyssen y Blanca Cuesta seguramente deseaba empezar el día de San Valentín en cualquier sitio menos en un juzgado gris y frío de Madrid. Pero la pareja tenía este martes una cita ineludible con la justicia por, supuestamente, defraudar a Hacienda ocultando a través de arquitectura fiscal unos ingresos millonarios en el año 2010. La Fiscalía solicita para ellos tres años de prisión y más de un millón de euros de multa por engañar al Estado. Sin embargo, su abogado presentó a última hora de la tarde del lunes un nuevo informe pericial que ha provocado que el juicio se suspenda hasta que la Fiscalía y la Abogacía del Estado puedan estudiarlo. Por el momento no se ha fijado nueva fecha para la vista.

Borja y Blanca, hijo y nuera de la baronesa Thyssen, han llegado a los juzgados poco antes de las diez de la mañana juntos, serenos y silenciosos. Decenas de periodistas y fotógrafos les esperaban en la entrada y en el momento en el que la pareja ha accedido a las instalaciones se han producido empujones e incluso algún micrófono ha acabado en el suelo. Los viandantes que pasaban por la zona preguntaban que por qué tanto revuelo, y los miembros de seguridad del Juzgado de lo Penal Número 15 de Madrid trataban de poner orden en el tumulto que genera ver a una pareja de ricos y famosos tener que responder ante la justicia por un supuesto delito de fraude. El revuelo ha durado poco, porque, a escasos minutos de su llegada, el juez ha suspendido la vista al considerar que las partes necesitaban tiempo para analizar la nueva prueba aportada ayer por el abogado defensor. No ha sido posible, por tanto, tomar imágenes de la pareja sentada en el banquillo de los acusados.

Una hora después han salido de los juzgados precedidos de su abogado y han optado por una estrategia diferente frente a la marabunta de cámaras que aguardaba en la calle. El matrimonio se han dividido para dirigirse hacia el vehículo tipo furgoneta que les esperaba en la calle, preparado para irse. Blanca ha continuado en línea recta y Borja ha girado hacia un lateral mientras miraba de reojo a su mujer, para cerciorarse de que las cámaras le seguían a él. A la salida, su semblante mostraba algo más de relajación.

La Fiscalía sostiene que Borja Thyssen y Blanca Cuesta declararon en 2010 una ganancia patrimonial de 2,2 millones de euros por la venta de unas participaciones sociales, cuando la cantidad real fue de 3,8 millones de euros. Para el ministerio público, la pareja simuló que una parte de esa transacción se realizó a través de una sociedad con sede en una casa en Ibiza “que carecía de personal contratado y sin actividad económica alguna”. Por tanto, para el fiscal, la transacción se trata en realidad de una operación “simulada” porque los administradores de esta sociedad son Blanca y Borja y no consta en ninguna base de datos la existencia de trabajadores, operaciones con terceros ni las cuentas anuales de ningún ejercicio en el Registro Mercantil.

En el escrito de acusación se destaca también que la familia Thyssen-Cuesta echó mano de las trampas fiscales para pagar “consumos corrientes inherentes al uso y disfrute de la vivienda” de la isla balear, como por ejemplo la adaptación de la vivienda, la adquisición de mobiliario o las instalaciones técnicas. “Incluso la seguridad privada de los acusados y sus hijos, o la adquisición de productos dietéticos o de wellness”, recalca el ministerio público.

No es la primera vez que el hijo de la baronesa tiene problemas con la justicia por su gestión financiera. En 2019 fue absuelto de un delito de fraude fiscal, cuando la Fiscalía y la Abogacía del Estado sostuvieron que Borja Thyssen fingió vivir en Andorra en 2007 para no tributar en España las exclusivas que cobró de la revista ¡Hola! Ese año facturó más de un millón de euros por anunciar en la publicación su boda y el primer embarazo de su esposa. El fiscal pedía para él dos años de prisión y una multa de 595.000 euros, además del pago de 592.557,72 euros en concepto de deuda tributaria. Aquella vez vivió el proceso judicial solo, en esta ocasión ha formado equipo con su esposa y compañera de exclusivas.