Objetivo portada: la estrategia del Gobierno de Ayuso para marcar la agenda del verano
Los consejeros de la presidenta protagonizaron nueve desayunos informativos en 19 días laborables, un planteamiento que les ayudó a promocionar las tesis del Ejecutivo madrileño
—No tengo pensado hacer ningún cambio en mi Consejo de Gobierno. Algunas veces cometerán errores, como yo también lo hago, pero eso no importa tanto como la actitud, y mientras afronten su trabajo diario con compromiso, seguirán al frente.
Un suspiro colectivo de alivio recorre el Gobierno de la Comunidad de Madrid el 19 de junio, cuando la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, afirma en público que no tiene en mente sustituir a ningún consejero. Sin embargo, como a todos los entrenadores los confirman justo un minuto antes de despedirlos, nadie se confía en exceso. De hecho, los consejeros viven rodeados de rumores sobre una posible crisis de Gobierno en verano o en septiembre, coincidiendo con el Debate del Estado de la Región, al que llegan cuestionados, entre otros, el titular de Educación, Emilio Viciana; o el portavoz, Miguel Ángel García Martín. Solo cuatro días después de la intervención de Ayuso, los líderes de cada departamento gubernamental comienzan a convocar a los periodistas para contarles todo lo que han hecho en el primer año de mandato, y todo lo que quieren hacer en los tres años que quedan de legislatura.
Es un esfuerzo informativo mayúsculo: nueve desayunos de trabajo en 19 días laborables, que ascienden a 10 si se les añade uno más protagonizado por otro político del PP, el presidente de la Asamblea, Enrique Ossorio. Preguntado por este diario sobre cuál era el propósito de organizar esos encuentros, o si habían sido coordinados directamente desde la Real Casa de Correos, sede del ejecutivo, el Gobierno madrileño ha declinado hacer declaraciones. Pero parece claro que ese ejercicio de acercamiento a los periodistas, y la posibilidad de intimar con las fuentes, muy bienvenida por los informadores, ha permitido al Ejecutivo impulsar entre cafés, croissants y pastas de té una estrategia comunicativa destinada a intentar ser portada en los primeros días del verano.
“Esta estrategia permite marcar la agenda comunicativa en un periodo tradicionalmente de vacas flacas informativas, como es el inicio del verano”, opina Pablo Martín Díez, consultor político y coordinador académico de la Institución Educativa ALEPH. “En tiempos de menor actividad, estos desayunos informativos llenan el vacío y aseguran una presencia constante del Gobierno en los medios, lo que facilita la promoción de sus logros y planes”, afirma. “El Gobierno de Ayuso emplea estos eventos para intentar dirigir la atención y el debate público hacia su gestión: estas comparecencias se planean también con una perspectiva estratégica para que los adversarios políticos entren a discutirlas o a criticarlas, algo beneficioso para un ejecutivo en la lucha por el control de la agenda informativa”, añade. Y remata: “Al tomar la iniciativa y organizar estos eventos, el Gobierno muestra su compromiso con la rendición de cuentas y la demostración de resultados tangibles, algo que puede ser crucial para mantener el apoyo público y político”.
Y sí, la oposición ha vivido pendiente todas estas semanas de lo que decían los consejeros, que así han secuestrado en parte la iniciativa política a sus adversarios en el inicio del verano. Y sí, esa exposición ha servido como escaparate de las acciones que el Ejecutivo quería trasladar como éxitos de gestión, y como ocasión perfecta para voladuras controladas de decisiones poco agradables. Y sí, tantos encuentros con periodistas han generado también momentos peligrosos para los intereses del Ejecutivo. Y también le han ofrecido la posibilidad de contestar una y otra vez al Gobierno de España, con el que el de Madrid mantiene un choque constante desde que Díaz Ayuso llegó al poder, en agosto de 2019. Sobran los ejemplos.
Voladura controlada fue que el consejero de Vivienda, Transportes e Infraestructuras, Jorge Rodrigo, admitiera que no podía garantizar que la línea 7B de Metro, cerrada desde hace casi dos años por graves problemas estructurales, fuera a reabrir. El escándalo consecuente preparó el terreno para esa posibilidad, y aminoró luego el impacto de noticias posteriores: por ejemplo, que el túnel del suburbano se hunde cada vez más rápido, y que está en grave riesgo estructural pese a las decenas de millones gastados en intentar solucionar el problema; que su cierre puede prolongarse hasta 2026; o que salvarlo requerirá demoler hasta 600 metros de la plataforma.
Error no forzado fue que Emilio Viciana reconociera ante los periodistas que su Gobierno prevé incorporar a la ley de estudios superiores un régimen sancionador para castigar a los centros educativos por los escraches a políticos y las movilizaciones que interrumpan las clases. Mientras el asesor de la presidenta se iba embrollando frente a las preguntas que le requerían más detalles, dos de sus altos cargos, cariacontecidos, le pasaban notas.
Y ejemplo de habilidad en el encuentro fue la titular de Sanidad, Fátima Matute, que por segunda vez en tres meses convocó a decenas de periodistas en su departamento, contestó otras tantas preguntas, y se fue celebrando que el Ejecutivo regional había activado la contratación temporal de médicos extracomunitarios en hospitales y en todas las especialidades.
El éxito comunicativo de la gira de encuentros ha sido innegable. Las declaraciones de los consejeros han copado titulares y portadas. Para lograrlo, el departamento de comunicación regional no ha convocado simplemente a los periodistas. También ha pactado unas reglas de juego que aseguraran que su mensaje llegaba a los ciudadanos por tierra, mar y aire: por ejemplo, que las declaraciones estuvieran embargadas hasta el día siguiente para así coordinar las publicaciones de radios, agencias, televisiones y medios escritos.
O que hubiera una parte publicable en el mismo día si así lo demandaba la actualidad informativa, y, especialmente, la necesidad de responder a declaraciones o decisiones del Gobierno de España. La comparación con el Ejecutivo de Sánchez también ha sido decisiva. El empeño, refrendado numerosas veces por fuentes gubernamentales, es trasladar que el Gobierno de Madrid atiende a todos los medios, cosa que a juicio de los asesores de Ayuso no ocurre en el caso de La Moncloa.
Este jueves, el ciclo de encuentros terminó con el consejero de Cultura, Mariano de Paco Serrano. Sin embargo, la máquina informativa del Gobierno regional nunca descansa. Que haya acabado este proyecto no quiere decir que todo quede en pausa hasta la vuelta de las vacaciones de vacaciones, cuando la presidenta regional protagonizará, ya en septiembre, el Debate del Estado de la Región en la Asamblea. Todo lo contrario: los consejeros de guardia, y los turnos de vacaciones, ya están designados, para mantener la tensión informativa, y, si hace falta, seguir confrontando con el Gobierno de España.
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