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Bankia aprueba su fusión con CaixaBank en una junta marcada por las reivindicaciones sindicales ante los despidos

Los sindicatos exigen que no haya salidas forzadas y se abone la retribución variable tras el esfuerzo en la pandemia

Íñigo de Barrón
El presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, al inicio de la Junta de accionistas que ha aprobado su fusión con CaixaBank, en Valencia. EFE/Kai Försterling
El presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, al inicio de la Junta de accionistas que ha aprobado su fusión con CaixaBank, en Valencia. EFE/Kai FörsterlingKai Försterling (EFE)

La junta de accionistas de Bankia aprobó ayer en Valencia integración en CaixaBank. con el apoyo de la mayoría del capital, ya que el Estado controla el 62% del banco. La nueva entidad será el líder en España con 20 millones de clientes. El acto se convirtió en una reivindicación laboral contra los despidos forzosos porque se esperan unas 8.000 salidas, aunque no hay cifras oficiales. Los sindicatos pidieron que no salieran más empleados de Bankia que de CaixaBank.

En la junta de Bankia ha participado en total el 80,175 % del capital de la entidad, entre accionistas presentes y representados, y quedaron aprobados todos los puntos del orden del día. Entre ellos, la fusión para crear el primer banco en España, con un volumen de activos superior a 660.000 millones de euros, cuotas de mercado cercanas al 25%.

Como ocurre en otras ocasiones, tras concluir un discurso amable de agradecimientos y buenas palabras por parte del presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, llegaron las intervenciones de hasta nueve representantes sindicales en un tono duro, aunque sin emular las disputas y gritos que se vieron entre 2012 y 2015 tras la quiebra de la entidad y la depreciación de las preferentes. Buena parte de los sindicatos anunciaron su voto en contra a la operación de fusión, aunque esta contó con el respaldo mayoritario porque el Estado controla el 62% del capital.

Que no haya más despidos en Bankia que en CaixaBank

Los sindicatos presentaron su carta de quejas, que coincidió en varias reivindicaciones. La primera de ellas fue que no se produzcan salidas traumáticas ni despidos, que no se centren en los empleados de Bankia por ser la entidad comprada, y que las salidas se realicen en condiciones óptimas porque entienden que las circunstancias económicas del banco son buenas.

En la base de esas reivindicaciones estaba la valoración “del gran esfuerzo de la plantilla de Bankia, tanto desde 2012, tras la intervención, cuando trabajaron por acabar con el estigma, así como durante la pandemia, que supuso su exposición a la covid-19″, apuntaron los sindicatos. “Ustedes no estarían ahí, en su consejo, si no fuera por el esfuerzo de la plantilla, que se ha visto sometida a presión por lograr objetivos y jornadas prolongadas”, dijo el representante del Sindicato de Empleados Sector Financiero (SESFI), que anunció su voto en contra.

Que “el capitán del barco, el señor Goirigolzarri, se acuerde de los remeros, que han permitido que Bankia llegue a buen puerto con su sudor. Ahora peligran los puestos de trabajo, las carreras profesionales, la incertidumbre de quiénes seguiremos en el banco y los que no. También es una labor de los directivos de Bankia proteger a los empleados”, reclamó UGT, y anunció su abstención al proyecto.

Anselmo Martínez Jareño, que intervino representando a accionistas por iniciativa de Comisiones Obreras (CC OO), afirmó que además de mensajes a los mercados sobre la rentabilidad del banco fusionado también deberían enviar otro de carácter social para los 51.000 empleados de su futura plantilla “para acabar con los miedos que existen”. Desde el Sindicato Independiente, José Coc Aguilar recordó que la parte más dañada de la reestructuración bancaria han sido los empleados “por la altísima cifra de despidos, que son un fracaso social”. Como todos los demás sindicatos, pidió el pago de la retribución variable completa tras el esfuerzo realizado.

Ejecutivos de Bankia que favorecen a CaixaBank

El secretario general del Sindicato de Cuadros y Profesionales de Bankia (ACCAM), Ángel Bartolomé, reclamó que se ponga “coto a algunas actitudes de directivos de Bankia que están frenando actividades comerciales que entran en colisión con CaixaBank, ya que este modo de actuar perjudica gravemente la retribución anual de los profesionales y deteriora su imagen cara a la incorporación al nuevo banco. Y eso no se debe permitir”. Joan Reynes, del sindicato balear UOB, advirtió que la coincidencia de las dos redes comerciales en Baleares creará un oligopolio y perjuicio a los clientes.

En el turno de respuestas, Goirigolzarri aseguró que no se han tomado las decisiones sobre los despidos de la fusión, pese a que desgranó los ahorros de costes que producirá esta unión. Afirmó que llegarán a un acuerdo “con la mayoría de los sindicatos”, que tratará de que las salidas sean “voluntarias, meritocráticas y no por la entidad de origen”. También aseguró que habrá armonización de las retribuciones.

En su discurso final, aseguró que era la junta más especial de las 11 que había presidido y que era un orgullo que Bankia llegara a la fusión en buenas condiciones financieras, “tras pasar épocas duras desde 2012″. “[La entidad consiguió] lo que mucho no creyeron que lograríamos, ser un banco solvente y con alta satisfacción del cliente”, destacó.

Más rentabilidad y más dividendo

Goirigolzarri justificó la fusión porque el nuevo banco será más rentable y ello permitirá abonar un dividendo mayor en efectivo que Bankia si siguiera en solitario. Durante su discurso explicó que Bankia quiso adelantarse, ante la concentración del sector, para llevar a cabo una integración desde una posición de mayor fortaleza financiera.

Goirigolzarri destacó la solvencia del nuevo banco y sus niveles de morosidad y rentabilidad, porque el nuevo grupo espera más de 1.000 millones de euros en sinergias; aspira a generar 290 millones anuales por la vía de mayores ingresos y ahorrar 770 millones a partir de 2023. En términos de beneficio por acción, la entidad resultante alcanzará en 2022 un nivel de 0,33 céntimos por acción, un 28% más de lo que obtendría CaixaBank de forma independiente y casi un 70% superior al que alcanzaría Bankia.

El nuevo grupo, que mantendrá la marca CaixaBank, tendrá presencia en más de 2.200 municipios y en 290 de ellos será la única entidad bancaria, lo que dice mucho de su lucha contra la exclusión financiera, apuntó el presidente.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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