Burgos y Álava se despiertan 44 años después sin el peaje de la AP1
Los usuarios saludan la retirada de las barreras, una medida que se adelantó una hora
Ya solo se para en el viejo peaje de la localidad alavesa de Armiñón algún conductor despistado. Burgos y Álava se han despertado este sábado sin unas barreras en las que dejarse unos cuantos euros para seguir camino hacia el norte o hacia el sur. Tras la cuarta prórroga en la concesión, Europistas ya solo se encargará del mantenimiento de esa vía de 84,5 kilómetros entre Burgos y la localidad alavesa de Armiñón, donde se encuentra uno de los peajes, y los usuarios disfrutarán de una infraestructura más segura. La AP1 vuelve a ser la N1 desde las once y poco de la noche del viernes, una hora antes de lo previsto, después de que los trabajadores, 44 de los cuales se van al paro, retiraran las barreras y accionaran los avisos luminosos de gratuidad de una vía por la que discurren unos 21.000 vehículos diarios.
A media mañana del sábado muchos pasan por el peaje alavés con la mano fuera de la ventanilla marcando la V de la victoria y pitando a su paso por las cabinas conscientes de que tras cuatro décadas reivindicando la gratuidad de la AP1 ya es una realidad y no van a pagar nada en sus idas y venidas. “No me lo puedo creer” asegura Fernando Revuelta, un madrileño de 37 años que ha viajado de noche para llegar a San Sebastián con su familia. “Ni me acordaba que ya no había peaje”, ha asegurado mientras tomaba un café con una napolitana en el Ruta de Europa, el restaurante situado a unos quince kilómetros del ya obsoleto peaje.
De hecho, es el primero que vuelve a titularidad estatal desde que el Gobierno de Pedro Sánchez anunciara el pasado junio de que el fin de las concesiones supondría la gratuidad para los usuarios. "En mi empresa de paquetería el tránsito casi diario de las cuatro furgonetas entre Burgos y Vitoria, solo en peajes, nos venía a costar unos 30.000 euros", dice Imanol, que fuma en la puerta de ese punto de servicio en la N1. Los alaveses se ahorrarán 12,25 euros por trayecto y los vizcaínos 11,75 euros en cada recorrido.
La fiesta comenzó antes de lo previsto. Si la cita con la gratuidad estaba prevista para las 24 horas, los trabajadores del peaje más próximo a Burgos, el de Castañares, utilizaron el huso canario para retirar las barreras, activar los avisos luminosos y con ayuda de los agentes de la Guardia Civil, dejar el paso libre a los conductores. Según confirman desde el gobierno burgalés los trabajadores de Europistas desmontaron las barreras poco después de las 23 horas bajo la atenta mirada de los agentes de once patrullas de la Benemérita y dos furgones de la UIP de la Policía Nacional.
La auténtica fiesta, sin embargo, comenzó cuando los miembros de la Plataforma de la N-I llegaron al peaje en una caravana de coches poco antes de las 24 horas para celebrar con cava un momento que consideran histórico. La diputada socialista Esther Peña y el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Daniel De la Rosa se sumaron a la celebración, según confirma el Diario de Burgos. La decison la anunció el ministro de Fomento, José Luis Ábalos el pasado junio en una entrevista con EL PAÍS. La satisfacción, sin embargo, tiene una cruz. Muy pocos se acuerdan de que 44 de los trabajadores de la concesionaria que ha explotado esa carretera están, desde hoy, en el paro.
Esas dos caras de la moneda las explicaba perfectamente Manuel M. un vecino de Miranda de Ebro que unos minutos antes de las once de la mañana se bajó de su coche y depositó, junto a la barandilla de la puerta del centro de control de Armiñón, un ramo de flores en recuerdo de todas las víctimas de la vieja y colapsada N1, pero también de los trabajadores. “Ellos también son, en cierta manera, víctimas de la N1”, ha comentado antes de volver a entrar en su coche y seguir camino hacia el sur.
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