El Ejército libanés combate palmo a palmo contra la milicia 'yihadista'
Los ataques de artillería prosiguen en el campo palestino de Naher el Bader
El Ejército libanés mantiene a raya a los yihadistas suníes de Fatah al Islam atrincherados en el campo de refugiados palestino Naher el Bader, al norte de Trípoli. Los militares afianzan las posiciones ya conquistadas y avanzan metro a metro en un poblado de callejuelas estrechas, de recovecos y zaguanes, de casas que no se sabe dónde comienzan y dónde acaban, guaridas que sólo los yihadistas localizan. El fuego de artillería fue constante durante toda la jornada de ayer, aunque menos intenso que el del viernes.
Los milicianos conocen cada palmo de esos casi dos kilómetros cuadrados y se defienden con fiereza. El Ejército, en cambio, nunca ha entrado en este campo palestino ni en ningún otro por un acuerdo de 1969 que prohíbe la injerencia de las fuerzas libanesas en los 12 asentamientos palestinos que hay en el país.
La ofensiva del viernes, la más intensa desde que comenzó el conflicto con los integristas vinculados a Al Qaeda hace dos semanas, ha bajado el ritmo y el asalto puede durar varios días. El Ejército asegura que controla la parte norte del campo, que ha tomado varios edificios clave de los terroristas y que la artillería ha derribado varios puntos desde los que los francotiradores no daban respiro a las tropas. Fatah al Islam, por su parte, ha comunicado que sólo se ha replegado con fines tácticos y que no se rendirá. Abu Salim Taha, el portavoz de la milicia, declaró a una radio libanesa que lucharán "hasta la última gota de sangre".
Fuentes militares aseguran que es la táctica del hostigamiento lo que acabará dándoles la victoria y que sólo avanzando palmo a palmo se puede evitar que cientos de civiles mueran en el enfrentamiento. Naciones Unidas calcula que aún quedan al menos 6.000 civiles en Naher el Bader, pero no hay información sobre la suerte que están corriendo. Durante la noche del viernes algunos refugiados más pudieron escapar por la puerta sur.
Ni las ambulancias de la Media Luna Roja Palestina ni las de la Cruz Roja tienen acceso al campo para evacuar heridos o entregar agua y alimentos. Estas organizaciones intentaban negociar ayer una tregua de unas pocas horas para asistir a los atrapados entre los dos fuegos. La única fuente de información es el Ejército y éste ha comunicado que en los últimos dos días han muerto cinco soldados, una docena de yihadistas, y al menos seis civiles. En total, se calcula que el conflicto se ha cobrado más de 100 vidas desde que comenzó, el domingo 20 de mayo.
El Gobierno libanés ha insistido en que la única salida de los terroristas es entregar las armas. Los militares reconocieron que las fuerzas especiales que lograron entrar al campo iban armadas con los nuevos fusiles y equipos que EE UU y otros países les entregaron hace una semana. Muestra de ello fue el helicóptero de origen francés pero perteneciente a un país del golfo Pérsico que disparó ayer dos misiles sobre el asentamiento palestino.
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