El Ministerio de Cultura destina 435.000 euros a recuperar el Alto Horno número 1
Carmen Calvo no descarta que en el futuro su titularidad pase a ser del Gobierno vasco
Un centro de difusión o interpretación de lo que significó en el siglo XX la sociedad industrial es el destino que el Ministerio de Cultura quiere dar al Alto Horno número 1 de Sestao, como "testigo viviente" de la industrialización del País Vasco y España. Así lo aseguró ayer la ministra Carmen Calvo en Barakaldo durante la presentación del proyecto de rehabilitación del último vestigio de lo que fueron Altos Hornos de Vizcaya, "en su momento, la industria más importante de España". El ministerio destinará 435.000 euros a la conservación básica de la estructura.
El Horno Alto número 1 de Altos Hornos de Vizcaya se alza en la margen izquierda de la Ría de Bilbao para recordar una época, ahora aún cercana, pero que pertenecerá al patrimonio histórico de las generaciones futuras. Como testigo de la gran transformación industrial que se vivió en el siglo XX y el éxodo masivo que se provocó desde el campo hacia las fábricas, este "bien industrial" será rehabilitado gracias al firme propósito del Ministerio de Cultura y al acuerdo del Gobierno vasco. De hecho, Carmen Calvo habló ayer de la buena sintonía con la consejera de Cultura, Miren Azkarate, sobre este tema y señaló que no descarta que en el futuro la titularidad del Alto Horno, en manos del Estado, pase al Gobierno vasco.
El presupuesto inicial de 435.000 euros del que ayer habló la ministra se dedicará a "limpiar, consolidar la estructura y quitar los elementos que lo dañan", como explicó. A partir de ahí, el ministerio establecerá otras fórmulas para que se desarrolle el proyecto del centro de interpretación, siguiendo la estela de algún otro que ya se ha realizado en Alemania y que la ministra no supo precisar.
Lo que se desea con esta intervención es no dejar pasar más tiempo y que se deteriore más el horno, situado entre la dársena de La Benedicta, las vías del ferrocarril de Renfe y la Ría del Nervión, y que constituye el testigo de una época de enormes transformaciones sociales, industriales y políticas. "El Gobierno está muy interesado en proteger el patrimonio industrial, en impedir que desaparezca", afirmó Calvo, quien señaló que "en fecha próxima" se dará a conocer el proyecto básico de intervención.
El Alto Horno fue declarado por el Gobierno vasco como Bien Cultural, con la categoría de Monumento en 1999. Se trata de un horno continuo de cuba conformado por una coraza de chapa soldada que constituye su armazón revestido interiormente con material refractario. La altura total de la instalación es de unos 80 metros. Comenzó a funcionar en 1959 y se apagó en 1995. Su protección como monumento se extiende también a un área de 2.800 metros cuadrados.
Tecnología audiovisual
Antiguos trabajadores de Altos Hornos han creado una Fundación para hacer propuestas de desarrollo de esos vestigios y con ellos han mantenido conversaciones la ministra y el edil de Barakaldo, Tontxu Rodríguez, para su uso futuro. "No se va a convertir en un museo de la industria porque no es eso precisamente lo que hace falta. Querríamos aprovechar sus pabellones y dotarlos de tecnología audiovisual para mostrar una historia, lo que fue un gran paso en el siglo XX, que pertenece a la historia sentimental y económica de España, de cómo se dejó de ser un país agrícola y se pasó a ser un país industrial", comentó la ministra de Cultura.
Las obras de recuperación del Alto Horno número 1 comenzarán este mismo año, una vez que los técnicos, que ya han visitado el lugar, den con el proyecto adecuado. "Llevamos 30 años conservando el patrimonio histórico y de eso sabemos mucho, pero esto de ahora es nuevo", matizó Calvo.
La ministra de Cultura aprovechó su visita al País Vasco para entregar el título de Patrimonio Mundial de la Unesco concedido al Puente Vizcaya a la directora general de patrimonio de Euskadi, Aránzazu Arzamendi.
El puente colgante, cuya inscripción como bien de la humanidad se realizó en julio pasado, es el primero de Euskadi inscrito en la lista de la Unesco y también el primero del patrimonio industrial de España.
Carmen Calvo, que añadió el puente a la preocupación del Ejecutivo por el patrimonio industrial español, destacó que dicha obra de la ingeniería de finales del siglo XIX conserva parte de su estructura original y sigue en pleno funcionamiento. Fue abierto al público en 1893 y en la actualidad mueve casi seis millones de viajeros durante los 365 días del año.
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