El presidente muestra la "mejor disposición" para pactar con el PP

Sólo cuatro días antes de acudir a La Moncloa para ser recibido por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el líder del PP, Mariano Rajoy, se encerró ayer en el Parador de Segovia con los notables de su partido, los que participan habitualmente en las reuniones de maitines, con el objetivo de debatir sobre el modelo de oposición a seguir. Anoche seguían encerrados, y hoy continuarán. Uno de los asuntos a tratar en esa reunión será precisamente el pacto en cuatro asuntos fundamentales, lucha antiterrorista, reformas de estatutos, política exterior y educación, que ofrecerá Rajoy a Zapatero.

Precisamente ayer el presidente del Gobierno manifestó la "mejor disposición" y su "disponibilidad plena" para llegar acuerdos con el PP en asuntos de Estado, aunque precisó que hay que "ser razonables en las expectativas" ante la actitud de la oposición. Zapatero recordó que ésta será la cuarta entrevista con el dirigente popular, lo que da idea de que se está en "otro tiempo político". Y añadió que considera un deber ofrecer sus análisis al dirigente del principal partido de la oposición sobre la política exterior, la política antiterrorista o ante reformas como la del Tribunal Constitucional y la Ley Orgánica de Educación. Zapatero puso ayer como ejemplo de su capacidad para encontrar "espacios de diálogo" los acuerdos que alcanzó con el anterior Gobierno, y explicó que estando en la oposición es "más difícil" llevar la iniciativa.

Caras del pasado

En la reunión de dos días que comenzaba ayer participan, además de Rajoy, el secretario general, Ángel Acebes, los portavoces en el Congreso, Senado y Parlamento Europeo, Eduardo Zaplana, Pío García Escudero y Jaime Mayor Oreja, el líder del PP catalán, Josep Piqué, y el de los populares andaluces, Javier Arenas; además del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. Era la primera vez que se veían las caras Piqué, Zaplana y Acebes desde que el primero abrió una fuerte polémica al decir que los otros dos eran caras demasiado vinculadas "al pasado".

La cita comenzó ayer con un análisis de diversas encuestas internas, desarrolladas por Pedro Arriola, el experto de los populares en estos asuntos, para estudiar el impacto en la sociedad del tipo de oposición que están realizando. Poco después, Piqué realizó una ponencia sobre la situación política en Cataluña y el futuro de la reforma del estatuto, que él casi da por muerta.

Los dirigentes del PP están convencidos de que ésta será una de las discusiones centrales de este otoño político, y creen deteriorará la imagen del Gobierno, aunque hay discrepancias sobre cómo afrontar el asunto de los estatutos. Mientras Rajoy insiste en que estas reformas "no le importan a nadie", otros dirigentes, como el propio Piqué o el valenciano Francisco Camps, que promueve un nuevo estatuto, prefieren entrar a discutir el contenido porque en sus comunidades esos asuntos sí son importantes.

Hoy, como continuación de la reflexión, Zaplana y García Escudero expondrán sendos informes sobre las posibles iniciativas parlamentarias previstas para este curso y, por último, se debatirá sobre uno de los asuntos a los que Rajoy le concede más importancia: la reforma del proyecto del PP a largo plazo, para los próximos 20 años, que se desarrollará en los próximos meses y concluirá en una convención en febrero de 2006, para la que el líder quiere contar con independientes del ámbito universitario, y no sólo con la Fundación de Análisis y Estudios (FAES), presidida por José María Aznar.

Precisamente ayer, desde Italia, donde participa en un ciclo de conferencias en Villa D'Este, junto al Lago di Como, el ex presidente del Gobierno acusó al Ejecutivo socialista de abordar la problemática de la inmigración "del modo más frívolo y populista posible". Aznar consideró que este fenómeno debe resolverse "a escala europea", sobre "la base de los valores occidentales" y "rechazando de plano el multiculturalismo", según fuentes cercanas al ex presidente citadas por Europa Press.