_
_
_
_
EL CONGRESO DEL PSE-EE

Un proyecto político para la paz

El PSE tiene el reto, en opinión del autor, de aglutinar a la sociedad para hacer frente a los violentos

Este fin de semana los socialistas vascos acudiremos al Kursaal con el propósito de elegir un nuevo secretario general y trazar una línea de actuación política que dé solución a las dos grandes cuestiones que necesitan el más urgente acuerdo político: la paz y la unión de todos los demócratas contra el terrorismo. El pasado 11 de mayo los electores establecieron un marco de relaciones políticas que ha abocado a la configuración de un Gobierno nacionalista, minoritario, al que se incorporaba más tarde Izquierda Unida. Por contra, los votos para el PSE-EE y PP no fueron los suficientes y deberemos seguir en la oposición. Con este panorama es, a grandes rasgos, con el que ha de lidiar el Congreso extraordinario del PSE-EE y en el que ha de tratar de recolocarse tras su descenso electoral y el fracaso en el intento de acceso al Gobierno autónomo en conjunción con el PP.

Este hecho está fuera de debate: los votantes han colocado al socialismo en la oposición y en ella hemos de seguir hasta no contar de nuevo con sus simpatías electorales. Sin embargo, permanecer en la oposición no significa renunciar a hacer política, que es, por otra parte, lo que buscan los terroristas en su empeño de aniquilamiento de quienes no se pliegan a sus pretensiones totalitarias. La primera tarea de todos los demócratas es, por tanto, hacer posible la plena actividad política en el Parlamento vasco, en los ayuntamientos, en la calle, en las sedes de los partidos y demás organizaciones cívicas, y ello sólo es posible mediante un acuerdo consociativo, una extensión del Acuerdo por las Libertades y contra el terrorismo, que olvide las diferencias políticas entre los partidos para llegar al consenso en lo fundamental: el ejercicio de la libertad política para todos los ciudadanos. En esta cuestión y, debido al continuo desencuentro de los gobiernos vasco y central, sólo el PSE-EE puede actuar de aglutinador, en el País Vasco y España, para desbrozar el camino que lleve a la unión de todos contra los violentos, que sigue siendo la primera demanda de la sociedad vasca. El liderazgo de los socialistas en esta materia va a ser el punto de arranque de una forma de entender el nuevo periodo político que se va a inaugurar en el País Vasco.

Los socialistas seguiremos haciendo oposición a un Gobierno que aún no ha terminado de recorrer el camino de Damasco que le ha de alejar definitivamente del lema 'ser para decidir' que le llevó hasta el fracaso de Lizarra. Mientras el nacionalismo democrático no abandone su quimera independentista, con el coste humano que hemos contemplado en procesos similares, pocos acuerdos podemos mantener con él. Por ello, permaneceremos en la oposición desde nuestra propia identidad política, desde nuestros presupuestos progresistas y autonomistas, que representan sociológicamente los intereses de la mayoría natural del país. Por otra parte, los populares entienden cada vez más la política desde la perspectiva schmittiana que comprende al resto de las fuerzas políticas desde la dicotomía amigo/enemigo, intentando aplastar al adversario político. La negativa de Aznar a recibir a Zapatero mientras arreciaban los atentados terroristas al PSE-EE, a la que han unido las acusaciones de deslealtad al Pacto Antiterrorista y el cotilleo inventado sobre la visita de Felipe González a Tánger, muestra las limitaciones conceptuales , según la democracia política, de que adolece el presidente del Gobierno y anuncian el largo trecho que aún le queda por recorrer al PP hasta situarse en el centro derecha del que se reclama.

La tradición socialista, por el contrario, se enraiza en un republicanismo cívico que ve al ciudadano participando en el diseño y dirección de todo aquello que competa a la res publica, a los asuntos del Estado, ceñido al marco de la civitas como entorno natural en el que agruparse más allá de las naciones e imperios. La ciudadanía y el republicanismo son conceptos que aunarán a la izquierda natural del País Vasco en un proyecto progresista y autonomista, liderado por los socialistas y al que han de incorporarse el resto de fuerzas de la izquierda, que ha de recoger reivindicaciones capaces de ultimar la modernización social y política de Euskadi superando el romanticismo etnicista y evitando al neoliberalismo deshumanizado. Es necesario hacer una política más cercana a los ciudadanos implantando la jornada de 35 horas semanales con el fin mejorar la vida privada de los trabajadores, hay que frenar la tijera de precios de la vivienda en el País Vasco (San Sebastián, la más cara de España; Vitoria, la cuarta), hay que hacer frente a la desaceleración económica desde las instituciones, hay que dotarse de infraestructuras de comunicación modernas no contaminantes, hay que implantar un Ingreso de Ciudadanía digno a quienes se encuentran marginados, hay que estrechar lazos con los sindicatos, hay que perseverar en la descentralización hasta la conformación de un Estado federal, con un Senado que represente a las autonomías, hay que apoyar el euskera, el folclore y la cultura vascas, hay que afrontar con solidaridad el fenómeno de la inmigración, etc. Sólamente reconstruyendo el pacto progresista con la sociedad es como el PSE-EE puede aspirar a alcanzar las cotas electorales suficientes para, desde el Gobierno, llevar a cabo una política de mayoría social.

Para recorrer ese camino es necesario contar con un partido fortalecido. El tributo de sangre que está pagando el socialismo vasco le ha legitimado ante la sociedad y le exige que esté a la altura de las circunstancias hasta convertirse en la opción mayoritaria. Por ello, el congreso ha de servir para salir más unidos, con las ideas más clarificadas y más compartidas por todos los militantes y con un nuevo secretario general que represente a todo el partido y al que la sociedad contemple como futuro lehendakari de todos los vascos en un país libre y en paz.

Luis Ocio es miembro de la corriente de opinión Izquierda Socialista del PSE-EE.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_