La oportunidad del pensamiento

La colaboración con los medios de comunicación impone al pensador unas limitaciones de espacio y vocabulario que no suelen resultar cómodas. Al mismo tiempo, sin embargo, le ofrece la oportunidad de dar una nueva forma a la indagación filosófica, obligada a prescindir de sus comodidades académicas. El presente libro de Manuel Cruz, que recoge textos publicados en la prensa diaria, prueba que el obligado cambio de registro no va necesariamente acompañado de una pérdida de intensidad, ni exige renunciar a la pretensión básica de la reflexión: la interpelación del mundo -sus discursos, sus costumbres, sus saberes- y la construcción de su inteligibilidad.

El hilo conductor de los textos lo constituye una pausada pero vigorosa defensa de la palabra como medio de construir y habitar la realidad. A través de un discurso cuidadosamente moldeado, Manuel Cruz busca revitalizar el poder transformador del pensamiento, que parece amenazado no sólo por las corrientes conservadoras -para las cuales todo lo realmente valioso de la historia ha ocurrido ya-, sino también por ciertas formas del pensamiento crítico, cuya sospecha radical aniquila todo criterio de valoración para lo que podría ocurrir aún. Ante el anuncio del fin de la historia y de las ideologías, pero también ante la complacencia posmoderna con la propia perplejidad, Cruz defiende la tensión entre la memoria y el proyecto como forma de intervenir en una realidad antagónica e inacabada. A fin de cuentas, el pensamiento tiene lugar justamente porque el mundo y la historia no se nos dan nunca de manera inmediata, sino sólo a través del esfuerzo del conocimiento y el compromiso práctico. Si se quiere evitar que la realidad se construya sobre una serie de responsabilidades eludidas, es necesario mantener abierto el espacio de lo que queda por decir y por hacer, y aceptar que el derrumbe de las antiguas certezas no justifica la renuncia a nuestros instrumentos teóricos y prácticos, sino que a lo sumo nos recuerda su vulnerabilidad.

Sobre esta base se presenta una ordenada serie de reflexiones que, tomando pie en apuntes cotidianos, acontecimientos políticos o lecturas de libros ajenos, ilumina cuestiones diversas: la ciudad como nueva naturaleza, las formas contemporáneas del ocio, la sustitución del intelectual comprometido por el intelectual independiente, la asimilación de las figuras del votante y el consumidor, la función de la educación, las maneras del placer y el pecado, las razones de la escritura o el significado de la tolerancia. En todas sus formas, los textos muestran una mirada social atenta, que escapa del lugar común y de la provocación vana, y un escrupuloso respeto por la inteligencia del lector, al que no se pretende deslumbrar sino hacer partícipe de algo que merece ser considerado.

Es este rasgo, en fin, el que hace visible, bajo cada uno de los análisis particulares, la presencia de una idea común, quizá no tranquilizadora pero sin duda estimulante: la convicción de que el valor del pensamiento, contra lo que quieren algunas modas editoriales, no consiste en la conquista definitiva del saber o la felicidad, sino en el ejercicio de una facultad que nos permite situarnos a la altura de nuestro tiempo. Y, por ello mismo, contra él.