Erradicar 2.000 asentamientos ilegales de las cañadas reales cuesta 800 millones
Las cañadas reales que atraviesan Madrid albergan a 2.000 familias intrusas; son ciudadanos que han echado raíces y cemento sobre un suelo público que no es suyo y por el que, tradicionalmente, han transitado animales. El Parlamento regional ha tardado 15 meses en tomar una decisión sobre las más de 700 de estas familias, que se intrusaron en 20 kilómetros de la cañada real Galiana a su paso por el sureste de la región.El pleno de la Asamblea ha aprobado por unanimidad una propuesta que considera "ilegales" los asentamientos privados de esa cañada. A la vez, los parlamentarios regionales han solicitado la colaboración de los ayuntamientos de Rivas-Vaciamadrid, Coslada y Madrid para estudiar el realojo de las familias "en estado evidente de necesidad" que actualmente viven en una casa levantada sobre esta vía pecuaria.
Según la dirección de Agricultura, existen tres asociaciones y un grupo independiente que han invadido este camino rural, de 75,22 metros de anchura, entre San Fernando de Henares y la depuradora de Obras Públicas sobre él río Manzanares.
Los cuatro colectivos de intrusos ocupan una superficie de 150 hectáreas de patrimonio público. Según la Comunidad, limpiar todas las vías pecuarias de la región de los 2.000 asentamientos ilegales cuesta 800 millones de pesetas.
PASA A LA PAGINA 3
Los diputados exigen al Gobierno regional que elimine las fábricas ilegales de la cañada Galiana
VIENE DE LA PÁGINA 1Las inspecciones periódicas que hace la Dirección Regional de Agricultura han descubierto que, en los últimos tiempos, las ocupaciones Ilegales se han consolidado. Según un informe que han remitido a la Asamblea de Madrid, "los asentamientos ¡legales han pasado de ser simples huertos a edificaciones industriales". A raíz de este fenómeno, prohibió a Unión Fenosa suministrar energía eléctrica a estas empresas. Los diputados regionales votaron en el pleno una propuesta para que la Consejería de Economía erradique las industrias ¡legales, "así como las nocivas para la salud y el medio ambiente".
El Gobierno regional aclaró en su estudio sobre la situación de los Ilegales de la cañada real Galiana que es imposible vender o ceder los terrenos públicos a sus actuales ocupantes. "A pesar de haberse amojonado, esta vía pecuaria ha sido ocupada sistemáticamente", explica Agricultura. Por este motivo, los responsables públicos niegan la posible buena fe del ocupante, que antes de le vantar la casa ya conocía la ubicación exacta de lo que es espacio público. Curiosamente, las viviendas levantadas no se salen de la linde de la cañada para no invadir terrenos priva dos. Esta situación se puede apreciar en las fotografías aéreas aportadas en el informe.
Sin embargo, el desalojo de esta zona, ocupada desde 1978 por familias que, en algunos casos, han llegado a pagar impuestos municipales y reivindican su derecho a la propiedad de los terrenos, es considerado "muy complejo" por todos los dirigentes políticos. "Aquí ya no hay pasto ni lugares de descanso; ya no tiene sentido que pase el ganado, explicó José Barba, quien compró en 1967 su casa en la cañada y hoy es el presidente de la asociación de vecinos del barrio de Vicálvaro (en Coslada).
Según el regidor cosladeño, José Huélamo (IU), el Icona vendió a los vecinos la mayor parte de la cañada, cediendo otra parte el Ayuntamiento para los viales. Barba recuerda que compró a 205 pesetas el metro cuadrado, igual que los otros 1 .000 vecinos, en su mayoría inmigrantes, que años atrás se habían instalado ilegalmente. Huélamo afirma que tan sólo hay 30 o 40 inmuebles sin legalizar. Barba lo reduce a siete u ocho. El alcalde cree que en Coslada no puede cumplirse la resolución de la Asamblea: "No pueden demoler las casas y el suelo ya es propiedad de los vecinos", informa .
Pablo Font, concejal de Urbanismo de Rivas-Vaciamadrid (20.000 habitantes), califica de "muy buena" la decisión de la Asamblea de Madrid de recuperar los caminos de la cañada de la región. La solución de recuperar esta cañada, según Font, es "posible, pero costosa". Su propuesta consiste en que cada Ayuntamiento traslade a las familias que utilizan los alojamientos como primera vivienda y lleve las fábricas a polígonos industriales, informa Isabel Fernández.
El Ayuntamiento de Madrid tampoco quiere tomar la iniciativa. "Queremos una acción consensuada de todos los partidos políticos; no nos gustaría que luego alguno saliera con posturas diferentes", declaró Esperanza Aguirre, concejal madrileña de Medio Ambiente.
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