El párroco de una iglesia de Fuencarral impide un concierto del coro de la Polítécnica

Jesús Escanciano, párroco de la iglesia de San Miguel Arcángel, situada en el pueblo madrileño de Fuencarral, impidió el pasado sábado la actuación del coro, del rectorado de la universidad Politécnica de Madrid, formado por 70 miembros y programado dentro del Festival de Otoño. Pese a la prohibición, el concierto se celebró en las escaleras de la iglesia. Un sacerdote de la parroquia precisó ayer que a la hora en la que estaba previsto el concierto se "celebraba una misa y el coro se negó a actuar en el salón de actos".

Según la versión de los integrantes del coro, el párroco se mostró tremendamente contrariado por la presencie de los solistas y alegó que no se le había. avisado oficialmente de la celebración del acto, pese a que el concierto se incluye dentro del Festival de Otoño, que organiza la Consejería de Cultura de la comunidad autónoma.Tras los primeros momentos de confusión, y ante la rotunda negativa del sacerdote a permitirles el acceso al interior de la iglesia, los componentes del coro decidieron actuar en la calle.

Los 70 solistas, algunos de los cuales vestían esmoquin y trajes de noche, interpretaron en la escalinata de la iglesia el programa previsto, en el que se incluían piezas clásicas, El concierto lo dirigió José de Felipe Arnáiz y entre los componentes del coro se encontraba Margarita Ruiz, la vicerrectora de la universidad Politécnica.

El coro de la Politécnica interpretó, entre otros temas, el Aleluya de Haendel y el Pater noster de Chaikovski. La misma fuente precisó que el concierto se celebró a la salida de la misa de ocho y que fue presenciado por numeroso público. "Pese a todas las contrariedades", explicó un miembro del coro, "el concierto fue un éxito y una experiencia emocionante".

Por otra parte, un sacerdote de la parroquia aseguró, ante la ausencia del padre Jesús Escanciano, que todo se debió a la mala organización de la Consejería de Cultura de la comunidad autónoma. El sacerdote, que en el momento de producirse el enfrentamiento verbal entre el párroco y los componentes del coro se encontraba en misa, aclaró que se les comunicó por teléfono la celebración del acto.

"Explicamos a la Consejería de Cultura que a las ocho de la tarde, hora prevista para la celebración del concierto, se celebraba una misa y era imposible suspenderla", manifestó el sacerdote. "Pese a nuestra negativa, se organizó el acto y se editaron los programas, cuyo contenido desconocíamos. El contacto con la Consejería de Cultura se realizó siempre por teléfono y no recibimos ninguna comunicación oficial sobre el acto".

El mismo sacerdote explicó que se había habilitado el salón de actos de la parroquia para la celebración del concierto y que el coro se negó a actuar en ese recinto. "Existe además", aseguró el sacerdote, "una norma del obispado que impide las actuaciones que no sean exclusivamente de música sacra".