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El Rey afirma que la debilidad o el aislamiento de España "equivalen al suicidio colectivo"

Carlos Yárnoz

El rey don Juan Carlos, como jefe supremo de las Fuerzas Armadas, subrayó ayer en su mensaje a los Ejércitos con motivo de la Pascua Militar la necesidad de conseguir la paz y la seguridad de España, "dentro de un marco de tensiones internacionales en el que la debilidad o el aislamiento equivalen al suicidio colectivo". La reina doña Sofía acompañó al Rey en este acto, al que asistieron el presidente del Gobierno, los ministros de Defensa e Interior y los jefes de los tres Ejércitos. El acto central se desarrolló en el salón del Trono del palacio Real.

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Don Juan Carlos, que vestía uniforme de capitán general del Ejército de Tierra, señaló en su discurso que Dios premiará o demandará a los militares por su conducta, "y antes que Él, cada día, cada hora, también nos juzgará el pueblo al que pertenecemos y que nos sabe llamados a una tarea trascendental e imprescindible, cual es la defensa de sus libertades y del ser total de la patria".Añadió que está seguro de que los grandes objetivos de perfeccionamiento, modernización y progreso en los que estamos empeñados van a ser puntualmente alcanzados".

El jefe del Estado afirmó que hoy es más intenso el sentimiento de unidad y convivencia entre pueblo y Ejército. "Las familias españolas miran con solidaridad nuestro paso, avanzan con nosotros, se conmueven por los sentimientos que inspiran la misión del soldado y, en definitiva, sienten en su propia carne el dolor por quienes, en cumplimiento del deber, han muerto en feroces y cobardes atentados".

Tensión y serenidad

"Sabe el pueblo", precisó el Rey, "que sus Fuerzas Armadas están tensas, serenas". "Y también sabe el pueblo que, sin unas Fuerzas Armadas a la altura de nuestro tiempo, tendríamos que renunciar a la salvaguardia de los intereses morales, al marco geográfico y propio, y a la vitalidad de nuestra presencia internacional".

En este sentido, calificó del "máximo interés" la consecución de los planes de modernización, y agregó: "Las Fuerzas Armadas españolas se alinean así con los ejércitos más progresistas y comparten necesarias tareas de defensa".

"No estamos, pues, ante un experimento de una transformación circunstancial", precisó el Rey, "sino en la actualización constante y planificada que nos proporciona la seguridad precisa para sobrevivir en el futuro".

El jefe supremo de las Fuerzas Armadas señaló que, entre las misiones de los ejércitos españoles, figura la de afirmar la convivencia democrática, y concluyó sus palabras deseando un feliz año a todos, "un año", dijo, "en el que podamos responder a todos los españoles: sin novedad en las Fuerzas Armadas".

Con anterioridad al discurso del Rey, el ministro de Defensa, Narcís Serra, también pronunció unas palabras en las que destacó éstos como los principales ejes en los que ha trabajado su departamento durante al año pasado: el diseño de la política de defensa para la siguiente década, las leyes de Plantillas del Ejército y del Servicio Militar, el impulso de la industria de defensa, y la conclusión de un modelo de justicia militar.

De 20 generales a 13

Serra se refirió a la prevista reducción del número de profesionales militares -6.000 en el Ejército de Tierra- y señaló que este plan "impone sacrificios que se aceptan como un servicio a España". El ministro puso de relieve que la reducción ha comenzado por los escalones más altos de la jerarquía militar, y recordó que, en enero de 1983, había 20 tenientes generales en activo, mientras que ahora hay 13.

"La situación actual muestra la desigualdad que existe entre las necesidades y los efectivos, y ello debe ser objeto de una atención especial", dijo el ministro. Precisó que, para evitar en el futuro estos problemas, se reducirá también el número de ingresos en las academias militares.

El titular de Defensa también dijo que la formación del soldado se realizará con mayor intensidad ya que su participación debe ser "más activa y consciente". Finalmente, se refirió a la reforma de la justicia militar, y destacó que el proyecto de ley del nuevo Código Penal Militar "sólo contempla delitos de naturaleza típicamente castrense".

El acto central de la Pascua Militar se había iniciado en el Palacio Real, poco antes de las 10 de la mañana, con la llegada de los Reyes al Palacio Real, donde les rindió honores una agrupación de la Guardia Real.

Seguidamente, los Reyes recibieron en audiencia a varias personalidades, entre las que figuraban los miembros del Consejo de Administración del Patrimonio Nacional, Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España, mesas del Congreso y del Senado y presidentes del Tribunal Constitucional, Consejo General del Poder Judicial y Tribunal Supremo. Seguidamente, los Reyes saludaron uno a uno a los cerca de 300 miembros de las comisiones militares asistentes a la ceremonia.

Ya en el salón del trono, los Reyes se situaron sobre un estrado. A su derecha se colocaron el presidente del Gobierno y los dos ministros presentes. A su izquierda, autoridades de la Casa Real. Y enfrente, las comisiones del Ministerio de Defensa, los tres ejércitos, Guardia Civil y Policía Nacional, encabezados por los máximos cargos de cada departamento.

En el curso de la ceremonia, el Rey impuso condecoraciones a diversos militares, entre los que figuraba el general Francisco Veguillas, jefe del Gabinete Técnico del ministro de Defensa. Al término del acto, y durante más de una hora, los Reyes saludaron y charlaron animadamente con los asistentes al acto en otro salón, en el que se sirvió un vino español.

203º aniversario

La festividad de la Pascua Militar se celebra en España desde hace 203 años. Fue instaurada por Carlos III para conmemorar la recuperación por la escuadra hispanofrancesa de la isla de Menorca y de la plaza de Mahón, ambas en poder de los ingleses.

A lo largo de la última década, los actos programados para la festividad se han visto influidos negativamente por atentados terroristas efectuados en la misma fecha o por rumores de amenazas involucionistas.

Ya el año pasado, la conmemoración fue calificada como la Pascua de la normalidad, situación que se ha repetido en esta ocasión. A lo largo de la recepción ofrecida por los reyes, se registró entre las autoridades civiles y militares asistentes un ambiente muy distendido, con numerosas intervenciones humorísticas entre los participantes en el acto.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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