'Déjà vu' en El Madrigal
El Villarreal domina el juego y el Sevilla conquista las áreas (0-2) y sigue persiguiendo una plaza Champions
Los puristas en el fútbol entienden que las victorias son más fáciles de conseguir a través del buen juego. Unai Emery no es de tal corriente. Es del pensamiento de que los partidos se ganan o se pierden, no se merecen. A partir de gobernar las áreas, con apuros en la propia y con solvencia en la ajena, sin ningún tipo de alardes, el Sevilla derribó de nuevo al Villarreal tan noble como tierno. Incluso los postes (en dos ocasiones), estuvieron en su contra. Marcelino experimentó por cuarta vez en la temporada un déjà vu ante el mismo rival en un partido bien disputado por ambos, mejor jugado por el Villarreal, ganado nuevamente por el Sevilla que mantiene la esperanza de alcanzar una plaza de Champions (es el quinto con 55 puntos; a cuatro del cuarto, el Atlético) con el comodín en la manga de la Liga Europa.
VILLARREAL, 0 - SEVILLA, 2
Villarreal: Asenjo; Mario, Musacchio, Bailly, Rukavina; Moi Gómez, Jonathan dos Santos (Trigueros, m. 59), Pina, Campbell (Vietto, m. 59); Giovani (Uche, m. 71) y Gerard Moreno. No utilizados: Juan Carlos; Jokic, Dorado y Sergio Marcos.
Sevilla: Sergio Rico; Coke, Nico Pareja, Kolo, Trémoulinas (Fernando Navarro, m. 50); Carriço, M'Bia; Figueiras, Iborra (Banega, m. 60), Vitolo; y Bacca (Iago Aspas, m. 80). No utilizados: Barbosa; Arribas, Reyes y Denis Suárez.
Goles: 0-1. M. 49. Coke. 0-2. M. 62, Vitolo
Árbitro: Hernández Hernández. Amonestó a Moi Gómez, Fernando Navarro y Musacchio.
Unos 10.000 espectadores en El Madrigal.
Al igual que en la capital hispalense tres días atrás, la persistente lluvia presente también en El Madrigal, marcó el tercer enfrentamiento entre el Villarreal y Sevilla en 10 días. El exceso de agua, el resbaladizo césped complicaba la estabilidad de los jugadores y confundía cualquier acción sencilla en apariencia.
Emery encontró en la fortaleza física y en los centímetros el antídoto ante el liviano Villarreal. Con la sola presencia de Pina, al Sevilla no le resultó tan sencillo ganar los balones aéreos dirigidos en la mayoría de ocasiones hacia la posición de Iborra. Más que un recurso, una virtud que ha encontrado Emery para su Sevilla, pragmático y eficaz, que evita adornos. El talento (Reyes, Banega o Denis Suárez) se encuentra en el banquillo como solución ante posible necesidad.
En juego no estaba una eliminatoria sino tres puntos. No cabía la especulación como en los dos encuentros europeos precedentes. De inicio, se adaptó bien el conjunto andaluz al terreno de juego y enredó el despliegue del Villarreal menos pulcro de lo habitual, sometido al ímpetu del Sevilla más presente en el área de Asenjo que los amarillos en la de Sergio Rico.
El choque se fue equilibrando con el paso de los minutos. La falta de cadencia del Sevilla permitió crecer al Villarreal, primeramente a base de contragolpes, posteriormente a través del juego que generaron un par de oportunidades bien abortadas por Sergio Rico, todo un descubrimiento de Emery. Donde no alcanzaba el portero sevillano, allí estaba su defensa con un Nico Pareja inconmensurable que salvó en la línea de gol un remate de Campbell y poco después un disparo de Jonathan dos Santos con Sergio Rico ya batido.
Definitivamente el Villarreal había perdido el respeto al Sevilla que esporádicamente causaba temor a la contra. El conjunto de Emery se atrincheró en su área en los minutos finales del primer acto. La acumulación de efectivos en torno a Sergio Rico le salvó de numerosas ocasiones. La cruceta también resultó bendita para Rico tras un gran disparo de Moi Gómez.
Existía cierto desasosiego en El Madrigal. El Villarreal creaba mucho y no concretaba. El Sevilla necesita poco y en un gran contragolpe llevado por Figueiras, Coke, que acompañaba la jugada, consiguió marcar. Apostó Marcelino por todo o nada, disputando la última media hora con tres delanteros con la inclusión de Vietto. Llegó, sin embargo, el gol de Vitolo para sentenciar a un Villarreal que no puede con el Sevilla.
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