El enemigo está en casa

Nicki Bille (Vigerslev, Dinamarca; 1988) hizo una auténtica declaración de intenciones el pasado mes de agosto en su presentación como nuevo jugador del Elche, club al que llegaba cedido por el Villarreal: "Mi objetivo es hacer una buena temporada para volver al primer equipo del submarino". Este sábado, con la visita del filial castellonense al Martínez Valero, tenía una buena oportunidad para ponerse manos a la obra y demostrar de lo que es capaz. Unas horas antes del choque, subrayaba la importancia del encuentro a través de la red social Twitter: "Tiempo para la siesta antes del gran partido contra mis amigos. Espero hacer una buena actuación". Dicho y hecho: fue determinante en la victoria del Elche (3-0) al marcar dos goles, los primeros que logra esta campaña. Un instante dulce en una temporada que no estaba siendo fácil para él.

El ariete danés, que el año pasado marcó cinco goles en 33 partidos con el filial del Villarreal, debutó esta temporada como titular en el primer partido, frente al Girona. Luego, sin embargo, perdió su puesto en el once inicial y, cuando Linares, que estaba lesionado, se recuperó, Bille tuvo que ver el fútbol desde la grada. En los dos últimos choques, ante el Córdoba y el Huesca, volvió a salir desde el banquillo y cambió la cara a los partidos, por lo que José Bordalás, técnico del Elche, decidió darle la oportunidad desde el inicio ante el equipo al que pertenece. Un premio para un futbolista poco acostumbrado a esperar y con fama de rebelde. Su aspecto, con cara de travieso y un cuerpo lleno de tatuajes -destaca el que tiene en el torso, un revólver gigante-, ayuda a magnificar esa reputación. Sus actuaciones sobre el césped tampoco contribuyen a labrarse un buen nombre. En 2008, cuando jugaba en el Lucchese, un club de la 2ªB italiana, cedido por el Reggina, fue sancionado con ocho partidos por dar un puñetazo al árbitro. La actuación le costó que el club rescindiera automáticamente su contrato. Terminaba así su aventura en Italia.

Regresó a la Liga danesa en las filas del Nordsjælland, con el que marcó 18 goles en 58 partidos en dos temporadas. Allí era un referente y un fijo en las categorías inferiores de su selección. El pasado verano, en el Europeo sub 21, volvió a mostrar su temperamento en el partido frente a España. Cuando su compañero Nielsen marcó, Bille se dirigió a Víctor Ruíz y celebró en su cara, aparatosamente, el gol. El futbolista español le contestó con un puñetazo y acabó expulsado, mientras Bille se quejaba en el suelo. Su llegada al Elche tampoco frenó sus nervios. En el partido frente al Valladolid, el pasado dos de octubre, agredió a un empleado del club blanquivioleta y a punto estuvo de formarse una tángana tras la acción. "Soy un delantero más bien imprevisible que sobre todo tiene olfato de gol", se define él mismo.

Esta temporada, sin embargo, no ha alzado la voz ni lo más mínimo ante su suplencia. "Hay muchos jugadores y todos son muy buenos. Hay mucha competencia. Me dan ganas de trabajar más porque quiero estar en la convocatoria. Ahora tengo más ganas", declaró cuando apenas contaba con minutos. En este tiempo, Bordalás ha intentado calmar su ímpetu y cambiar sus referencias futbolísticas. Hasta ahora, el danés tenía como ídolo a Guti y, de hecho, lleva el número 14 en el Elche como homenaje. "El técnico me ha pedido que admire a Rooney y que salga al campo con cara de loco para marcar goles", admitía en octubre. Dos dianas confirman que se está esforzando por imitarle.

Otros resultados de Segunda: Valladolid, 2-Xerez,1; Guadalajara, 0-Recreativo, 2; Girona, 1-Hércules, 0; Celta, 1-Cartagena, 0; Almería, 2-Huesca, 1; Alcoyano, 0-Alcorcón, 0; Numancia, 3-Las Palmas, 2.