Almudena Grandes y Darío Villanueva, doctores ‘honoris causa’ de la UNED
La escritora y el filólogo desgranan el arte de la novela y el peligro de la posverdad en sus discursos de aceptación
El birrete laureado como corona de su merecimiento, el Libro de la ciencia, el anillo antiguo y los guantes blancos como símbolo de su altísima dignidad. Tocados con la muceta azul celeste de la facultad de filología, la escritora Almudena Grandes (Madrid 1960), y el filólogo y exdirector de la RAE Darío Villanueva (Villabáñez, 1950) recibieron esta mañana el doctorado honoris causa de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en una ceremonia multitudinaria.
“La condición del novelista es la soledad, es la gloria y la miseria de su oficio”, dijo Grandes en su discurso de aceptación, que tituló Teoría de los naufragios y que leyó delante del rector de la UNED, Ricardo Mairal Usón, y del ministro de Universidades, Pedro Duque. “El aprendizaje del escritor es la gestión de la soledad”, expuso, antes de confesar el dolor que sufrió al saber que un actor podía cambiar una línea de diálogo de su personaje. “Bendita soledad. A mí no me cambia un diálogo ni dios porque en mis novelas dios soy yo”.
“La condición del novelista es la soledad, es la gloria y la miseria de su oficio”, dijo Grandes
En la laudatio a Grandes, Julio Neira la aclamó por “la defensa de los oprimidos y la lucha contra las injusticias sociales” que ha practicado desde que debutara en 1989 con Las edades de Lulú. “Casi todo lo que sé de mi oficio me lo enseñó Ulises el año que hice mi primera comunión”, expuso. “Toda novela es un viaje a Ítaca, con sus naufragios, monstruos y tormentas que salen al paso”. “Escribir una novela es vivir dos vidas a la vez”, cerró, “y publicarla es fundar una isla desierta donde esperar que el mar mande algunos naufragados que puedan vivir en ella”. Luego fue el turno de Darío Villanueva.
Su laudatio, a cargo de José Romera Castillo, recordó la carrera del director de la RAE de 2014 a 2018, “uno de los hispanistas de más reconocido prestigio de la actualidad”, y trazó su recorrido vital e intelectual en trabajos, investigaciones y más de 400 artículos de crítica literaria desde 1973. Y lo más importante, definió a Villanueva como alguien “que escribe muy bien”. El filólogo, ya en su discurso, bastante beligerante, se centró en la posverdad “de esta sociedad transmoderna”. Habló de Bush, del Brexit, del procés catalán y de las más de 3.000 mentiras pronunciadas por Donald Trump en sus 466 días como presidente de EE UU. Villanueva, que tiene con este 14 doctorados honoris causa, cargó además contra “esa forma de censura que es la corrección política” y contra cierta parte del pensamiento posmoderno y la cultura de la deconstrucción total, que “abonó el campo para las fake news”. Por último, repasó tres obras fundamentales de la distopía para entender el presente: Nosotros, (de 1924), Un mundo feliz (1932) y 1984 (1948).
Para finalizar, Villanueva recordó a los que creen que la profecía de Orwell pasó de largo que “en un apéndice de 1984, Orwell demora la sustitución de la lengua por la neolengua al año 2020". Veremos cómo se desenvuelve el año.
Babelia
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