Existe un mundo aparte en el género de los videojuegos donde, más allá de sembrar caos y destrucción, hay una historia que emociona, transmite, hace florecer sentimientos a través de un guion sólido y plagado de emotividad. Son ese tipo de videojuegos que, gracias a una experiencia real del jugador o simplemente por tocar alguna fibra sensible, son con los que terminas sepultado en lágrimas, por decirlo de alguna manera.
Last Day of June se vende dentro de esta categoría de juegos que emocionan y encogen el alma. La idea sobre la que se sostiene su argumento parece digna de conseguir el objetivo que comentábamos anteriormente. El título realizado por Ovosonico Games plantea un dilema claro pasados los diez primeros minutos de juego: ¿qué harías para salvar al amor de tu vida?
Con esa pregunta quedan claras las intenciones del estudio por seguir la praxis de moda, aquella que tacha de humana una historia vivida en un videojuego. Eso sí, a pesar de que esa dosis de realidad se encuentra totalmente en su trasfondo, también se topa aquí con la ficción en una práctica que se realiza durante toda la duración del juego: los saltos en el tiempo.
En Last Day of June viviremos la aventura de Carl, que tras perder a su mujer June en un accidente automovilístico, descubre que puede establecer un vínculo con el pasado a través de los cuadros que ella pintaba. Con este vínculo formado, actuaremos como cuatro personajes del entorno de la pareja que, de alguna manera, estuvieron vinculados al accidente que vivieron Carl y June. Por desgracia, salvar la vida de June a través de estos viajes en el tiempo será una ardua tarea en la que tendremos que crear una cadena de acontecimientos correcta para evitar que el fatídico hecho tenga lugar.
En esa línea temporal es donde nos mantendremos la mayor parte del juego, casando las distintas posibilidades para salvar a June y, ante todo, teniendo cuidado de no errar en ningún momento con el orden. El modo de juego se repetirá constantemente, pero con las variaciones propias que desencadene el personaje. De este modo, siempre que toquemos un cuadro de un personaje, viajaremos en el tiempo y nos pondremos en su lugar instantes antes de ocurrir la tragedia.
Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que estamos ante un título donde el gameplay se recrea como un puzle donde cada personaje encaja de una forma distinta. A su vez, completar el rompecabezas con un personaje sirve de avance para el futuro rol que ejerzamos. Esto se traduce, básicamente, en que debido a las situaciones en las que nos encontremos con cada uno, desbloquearemos nuevos lugares donde acceder con los demás personajes.
La logística del juego se muestra en todo su esplendor en esos casos dado que, además de saber qué ocurrirá finalmente con la historia de Carl y June, con estos personajes deberemos coleccionar una especie de burbujas esparcidas en todo el nivel para saber más de su propia historia. Así sabremos los motivos que tiene una mujer para abandonar el lugar donde vive, la frustración de un niño al ser el único infante en el pueblo o las memorias de toda una vida a través de un anciano. Sin lugar a duda, aquí recae un peso importante de la narración pues, aunque a priori no parece muy importante, estos recuerdos nos ayudan a comprender mejor todo ese aroma a recuerdo que desprende el juego en cada momento.
Y si bien la historia de los personajes secundarios es interesante de conocer, la personalidad de Carl es digna de ver a lo largo de todo el título. Centrándonos en su presente, Carl es un personaje que vive atormentando por el recuerdo de aquel fatídico día donde su chica perdió la vida y él quedó en silla de ruedas, solo ante el mundo. A través de su presente, tendremos oportunidades para salir del hogar y, a través de unas escenas en un nostálgico color sepia, podremos ver cómo hubiera sido la vida de Carl y Jane si nada de aquello hubiera sucedido.
Todo el trasfondo que rezuma Last Day of June es correcto, pero por alguna razón no me he llegado a sentir conmovido por la historia de Carl y June. Entiendo el motivo donde el juego quiere brillar, las diversas situaciones son bonitas de observar, pero no terminan por agenciarse del jugador y crear una conexión entre el amor de la pareja y el del mismo. Al menos no en mi caso.
Cuando tuve la ocasión de leer que Steven Wilson iba a encargarse de la banda sonora del juego, no tuve duda de que en ese aspecto no iba a flojear el título. El juego, al fin y al cabo, nació a raíz de la canción Drive Home, del mismo artista.
El estilo de música progresiva y ambiental que añade Steven Wilson al juego es, sin lugar a duda, para aplaudir constantemente. La música está ejecutada de tal forma que, resulta prácticamente improbable, que una persona acabe el título y no sienta curiosidad por conocer más del artista londinense. En ese aspecto, como comento, el título lleva por corona una estupenda banda sonora compuesta por un artista con un estilo peculiar.
A nivel artístico, Last Day of June llama mucho la atención. El estilo gráfico está a medio camino entre el dibujo animado y las técnicas utilizadas por Double Fine en títulos como Broken Age.
Con esta peculiar mezcla, nos topamos con un universo donde los personajes no tienen boca, ni tampoco tienen unos ojos distinguidos. De hecho, en este curioso diseño es donde podemos distinguir una de las particularidades que poseen los personajes, y es que, en esta aldea, cada personaje se distinguirá por una jerga totalmente ininteligible y que se comunica a través de las interjecciones. Lo que a priori puede parecer un trabajo vago y carente de crear ambiente, hace exactamente lo contrario; se ejecuta una gran labor a través de una jerga con la que podemos distinguir los disímiles sentimientos que floran en una conversación: llantos, celos o enfado, por poner ejemplos.
Last Day of June es un título que funciona en su propuesta, de eso no hay ningún tipo de duda. En la jugabilidad se comporta de forma más que correcta, tiene algunos tintes curiosos para formar un guion interesante, pero en otros momentos no termina de brillar.
Hay en algunos momentos en los que repetir las secuencias con los personajes, termina por hacerse tedioso y la historia de Carl y June, pese a ser muy real, no termina de ser la historia drástica y emocionante que se vende desde un primer momento. Aun con todo, y sujetando esto a la opinión de cada uno, Last Day of June se torna como un título de 4 horas de duración donde sacar algunas enseñanzas y entretenerse durante una tarde. Y, además, regala la oportunidad de descubrir a alguien como Steve Wilson, lo cual es de agradecer.