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«Leonardo da Vinci se dejó seducir por la sonrisa de la Moreneta»

José Luis Espejo ha encontrado nueva y sorprendente información sobre Leonardo da Vinci y Montserrat.

«San Jerónimo», obra pintada en Montserrat por Leonardo
«San Jerónimo», obra pintada en Montserrat por Leonardolarazon

BARCELONA- Bajo el título «El viaje secreto de Leonardo da Vinci», publicado por Editorial Base, José Luis Espejo propone una nueva hipótesis sobre la vida y obra del genio del Renacimiento, intentando resolver dónde estuvo Leonardo entre el otoño de 1481 y abril de 1483. Los datos reunidos por Espejo parecen apuntar a una sorprendente teoría: Leonardo visitó y trabajó en Montserrat, siendo descendiente de antepasados catalanes.

El escritor, en declaraciones a LA RAZÓN, explicó que llegó al tema casualmente, mientras indagaba sobre el paso de Himmler por la mítica montaña. «En el comedor de casa tengo una reproducción de "La Gioconda"y me di cuenta de que allí aparecía un paisaje que yo ya conocía. Fui con un amigo y localicé el sitio: un observatorio en el Ordal donde se puede apreciar una gran similitud entre el paisaje pintado y el que se ve en esta zona».

Pero las posibles pistas catalanas no acaban en la contemplación del célebre retrato. Según Espejo, en el escudo de la familia de Vinci, en la Toscana italiana, aparecen tres barras, «una variedad del que representa el reino de Mallorca». El apellido Vinci también sería originario de Cataluña. En este sentido, el investigador ha localizado un probable y lejano pariente del pintor, un tal Giovanni da Vinci que murió en la Barcelona de 1406. Por todo ello, Espejo deduce que «Leonardo procedía de una familia cátara» que huyó de Cataluña en el siglo XIII, apuntando que su apellido es una derivación del topónimo Vinçà, antigua villa de Vinciano, en la comarca catalana de Conflent.

El polifacético genio visitó entre 1481 y 1483 Cataluña, concretamente el monte Canigó, la abadía de Montserrat y Barcelona. Espejo recuerda que Montserrat tenía como abad en ese tiempo a Giuliano della Rovere, quien entre 1503 y 1513 sería el Papa Julio II, el célebre pontífice y mecenas de artistas que encargó a Miguel Ángel la decoración de la Sixtina.
Los paisajes de la montaña de Montserrat son visibles, según el autor, en algunos cuadros del maestro. Allí pintaría dos cuadros durante su estancia catalana: «San Jerónimo» y la llamada «Virgen del gato», una obra hoy perdida.


Inspiración para una pintura
Pero Leonardo da Vinci también encontró inspiración para su más famosa composición, «La Gioconda», en este rincón de Cataluña. «Muy posiblemente él se dejó seducir por la sonrisa de la Moreneta. Ella le inspiró. No se puede olvidar que en esa época exisitían en toda Italia y Florencia numerosas capillas dedicadas a la Virgen de Montserrat. Se la veneraba en toda Europa», apunta el autor de «El viaje secreto de Leonardo da Vinci».

El libro, profundamente documentado, busca también, según Espejo, «abrir un camino. Es una hipótesis que dejó para que otros indaguen». Es algo que convierte a Leonardo en el predecesor de otros viajeros por Montserrat, como Goethe, Wagner o San Ignacio de Loyola.