Honduras antes de Colon
Hablar de esta tierra enclavada en el centro de Am�rica es remitirse a sus ra�ces. Datos hist�ricos revelan que los primitivos ind�genas hondure�os vinieron de Asia en tiempos muy remotos cruzando el estrecho de Behring hace unos treinta mil a�os.
Pero si se trata de hablar de la cultura ind�gena hondure�a hay que aproximarse a unos tres mil a�os antes cuando el hombre americano cre� una civilizaci�n aborigen que se extendi� en una amplia zona conocida como Mesoam�rica. Los l�mites de Mesoam�rica no se adaptan, desde luego, a las divisiones pol�ticas actuales, pero aproximadamente la misma abarc� la mitad del sur de M�xico, actual Guatemala; Belice y parte de las rep�blicas de Honduras y El Salvador.
De esas culturas en Honduras quienes se asentaron fueron los Mayas, cuya antig�edad no se conoce, pero se estima aconteci� entre los a�os de 1500 antes de Cristo y 900 de nuestra era, y que concluye con un conjunto de poblaciones, entre ellas, Chort�s, Lencas, Jicaques, Payas, Misquitos, Chorotegas y Pipiles, la mayor�a de los cuales sobrevivieron al descubrimiento de Col�n.
Los mayas conformaban una sociedad dividida en estratos sociales. A la cabeza de esa organizaci�n piramidal figuraba la nobleza, integrada por familias din�sticas gobernantes, de las que prove�an los reyes, sacerdotes, jefes locales, especialistas calendr�ricos, escribanos y los llamados jefes guerreros.
Estrechamente vinculado a la nobleza se encontraba el segmento de los mercaderes o comerciantes. Despu�s estaban los plebeyos, que inclu�a cazadores, pescadores, agricultores y artesanos. Al final estaban los esclavos, en general prisioneros de guerra y delincuentes no castigados con pena de muerte.
Entre los rasgos principales de los mayas est�n el ejercicio del poder que era traspasado de pariente a pariente, su creencia en varios dioses, su enorme adelanto en las matem�ticas, sus estudios astron�micos. En la agricultura se identificaron por la siembra de ma�z y en el arte es significativo sus trabajos en piedras.
Por causa o causas hasta ahora no explicadas, la cultura cl�sica maya lleg� a su t�rmino, aunque no de la misma manera en todas las tierras bajas. Cop�n ces� en sus funciones noventa a�os antes que otras de las �ltimas ciudades mayas. Se interrumpi� la construcci�n de pir�mides, templos y palacios. Ya no se registraron fechas en estelas y monumentos. Todas las manifestaciones de una gran cultura, que creci� y prosper� paulatinamente por m�s de cuatro siglos, finalizaron de repente.
Adem�s de los mayas existieron otros n�cleos de abor�genes, entre los cuales se puede mencionar a los lencas, jicaques o tolupanes, payas, sumos, gar�funas y los misquitos, cada grupo con costumbres diferentes, con or�genes diversos, pero que forman parte de la cultura misma de Honduras.
Honduras, de hecho, fue asiento de importantes culturas y poblaciones aut�ctonas, las que a pesar de las vicisitudes deculturativas y de otros factores adversos, han sobrevivido y persistido algunos de sus aspectos espirituales.
Si bien esas poblaciones son, seg�n se�ala el Instituto Indigenista Interamericano, los aut�nticos n�cleos depositarios del legado ind�gena del pa�s, la cultura contempor�nea de Honduras es general se enriquece con muchos de los aportes de estas tradiciones, tal como se expresa a trav�s de las m�s diversas manifestaciones de la cultura popular de un pa�s inmerso en una coyuntura de transformaci�n social.
Al momento de la conquista las sociedades abor�genes de toda Centroam�rica formaban un verdadero mosaico. Algunos hab�an logrado un desarrollo complejo y otros segu�an con un desarrollo incipiente. En las tierras bajas del Caribe, al este de Honduras y Nicaragua, habitaban pueblos tribales y cacicales, dispersos, econ�mica y pol�ticamente independientes.
Para cuando ocurri� el descubrimiento, Cop�n con sus mayas ten�an varios siglos de haber cesado, pero estaban todas esas tribus ind�genas, aferradas a sus tierras, due�as de sus propias costumbres, las que fueron sorprendidas por los extra�os del viejo continente.
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