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Milko Manchevski, Tsia Minling y Oliver Stone, triunfadores en una Mostra fracasada

Cuca Canals y Bigas Luna ganan por 'La teta y la luna' el premio al mejor guión

ÁNGEL FERNÁNDEZ-SANTOS, ENVIADO ESPECIAL, Sólo la presencia del sobrevalorado filme de la China insular Viva el amor, que es un excelente ejercicio de estilo, pero tan sólo eso, desentonó entre los tres triunfadores de esta fracasada y mediocre edición de la Mostra veneciana. Compartió el León de Oro con este filme el -muy superior- anglomacedonio Before the rain, dirigido por el joven Milko Manchevski. Natural born killers, de Oliver Stone, se llevó el Gran Premio Especial del Jurado, homologable al León de Oro. Cuca Canals y Bigas Luna ganaron, por su guión de La teta y la luna, una Osella de Oro.

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Un toque de incompetencia

Los premios de interpretación se repartieron de la siguiente forma: la actriz portuguesa María de Medeiro, por su trabajo en Tres hermanos, obtuvo la Copa Volpi a la mejor actriz protagonista, y la británica Vanessa Redgrave ganó la correspondiente a la mejor interpretación femenina de reparto por su trabajo en Little Odessa, filme estadounidense de James Gray, que obtuvo también un León de Plata.Por su parte, el actor chino Xia Ju fue galardonado, por su interpretación en Días desolados, con la Copa Volpi a la mejor interpretación masculina protagonista, mientras que la correspondiente al mejor actor secundario fue a parar a las manos del italiano Roberto Citran, por su actuación en El toro, película dirigida por Carlo Mazzacurati, que también fue galardonada con un León de Plata.

El turno el 'gore'

El tercer León de Plata se fue a Nueva Zelanda, de donde procede Criaturas celestiales, película de las llamadas gore, que dirige el especialista en este tipo de cine Peter Jackson. Hay una merecida alusión a la actriz estadounidense Juliette Lewis por su contribución, a juicio del jurado esencial, al impacto visual de Natural born killers, película que se ha convertido en el centro de la discordia en esta edición de la Mostra, lo que nada bueno dice acerca de la calidad de este festival.

Las Osellas de Oro no distinguen a una película considerada como totalidad, sino a un aspecto parcial de aquellas a las que se otorgan. Este año, el jurado concedió tres premios de este tipo, que fueron a parar al guión de Cuca Canals y Bigas Luna de La teta y la luna; a la dirección de Gianni Amelio de Lamerica, un notable filme italiano al que se pronosticaba por todas partes un premio mayor, y a la fotografía de Won Karwai y Christopher Doyle de la, película china de Hong Kong Donxie Xidu, un trepidante y epidérmico chopsuey-western, del que no ha sido posible -y poco importa- dar cuenta en una crónica, pues fue presentado ayer como furgón de cola de un concurso lleno de violencia y de mediocridades como las de esta soberana bobada hongkonesa.

La Medalla de Oro del Senado, galardón tradicionalmente orientado a distinguir películas que se caracterizan por su contribución al humanismo y al espíritu democrático, justificación muy vaga para una simple decisión política casera, fue a parar a una singular película rusa dirigida por el célebre cineasta checo Jiri Menzel, uno de los más sólidos hombres de imagen de la legendaria Primavera de Praga de 1968.

La película se titula Vida y extraordinarias aventuras de Ivan Chonkin, es divertidísima, tiene libertad y estilo y, con Lamerica y Before the rain, antes citadas, es indiscutiblemente lo mejor que se ha visto estos días en la sección competitiva de esta paupérrima Mostra.

Demostración indirecta de que este juicio no es arbitrario es que la crítica internacional concedió el premio Fipresci a Before the rain y la Oficina Católica Internacional del Cine se inclinó a Lamerica. La bien ganada independencia y credibilidad de estas dos sanciones extraoficiales es un indicio solventé de por dónde van las cosas en cada festival cinematográfico.

[En esta Mostra se otorgaron también premios en reconocimiento a toda la carrera del actor norteamericano Al Pacino y el director británico Ken Loach.

El realizador norteamericano David Lynch presidió el jurado de esta edición, junto a la actriz Uma Thurman, el escritor peruano-español Mario Vargas Llosa, el actor italiano Carlo Verdone y la actriz Margherita Buy.]

Luna llena

A. F.-S. Si a la Osella al mejor guión ganada por Bigas Luna y Cuca Canals por La teta y la luna, añadimos que el premio extraoficial concedido por la Unesco al mejor cortometraje exhibido en el festival ha ido a parar a las manos de Maro Recha, por su Estard, se ve sin necesidad de barrer a escondidas hacia dentro que el cine español ha salido a flote en el naufragio de esta edición de la Mostra.

Paradójicamente, La teta y la luna ha sido distinguida por el lado más vulnerable que tiene, que es el guión. La historia es preciosa y durante una hora se mantiene in crescendo. Pero pasado este tiempo el vuelo del poema pierde aire, y la metáfora se desinfla en un final repetido y alargado en exceso. De ahí la inconsecuencia del premio, por lo demás muy merecido.

Bigas Luna juega en el borde de la escatología sin caer nunca en ella, en su lado facilón y asqueante. Por el contrario, idea y resuelve escenas escatológicas con un buen gusto y una delicada gracia, que hacen elegantes lo que en su enunciado parecía pura y simplemente grosero.

De ahí que La teta y la luna, no haya armado bronca alguna, sino que ha pasado como lo que es, una película pacífica, y nada provocadora, sino amistosa, llena de magia y capacidad de encanto. Un plenilunio, una luna llena.

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