"Todo lo que pasó fue de ciencia ficción". Cinco sets. Tres horas y media de puro drama. El tenis es un deporte emocional pero puede llegar a otro escalón: cuando lo que está en juego excede la propia historia de un partido, entonces el juego deja de ser un juego. El peso psicológico desborda lo que sucede en la cancha.
Aquel partido enfrentaba a dos tenistas argentinos pero sólo uno surgía como elDos jugadores con una historia en común que protagonizarían una película imposible de repetir.