Tras cuatro siglos de dominación española, los cubanos se independizan, pero la intervención de EE. UU. a último momento tiene un precio.
Cuba crece gracias a su producción de azúcar, pero la relación con EE. UU. se deteriora, y el dictador Fulgencio Batista gana más poder.
Durante la ley seca, Cuba abastece ron ilegal y pronto se convierte en el patio de la mafia, que toma el control de las casas de juego.
En Año Nuevo de 1959, las tropas guerrilleras encabezadas por los hermanos Castro y el Che Guevara derrocan la dictadura corrupta de Batista.
Los Castro, el Che Guevara y Camilo Cienfuegos se convierten en los héroes de la revolución, pero la brutalidad y las reformas radicales de Fidel los divide.
Fidel Castro expropia todo negocio estadounidense y busca el apoyo de la Unión Soviética, y la CIA arremete enviando asesinos, invasores y saboteadores a Cuba.
En los 80, la crisis llega a uno de sus puntos más álgidos cuando los cubanos se escapan de la isla, el narcotráfico entra en el Gobierno y el socialismo europeo colapsa.
Tras la caída del mundo soviético y el fin de la Guerra Fría, los Castro se vuelven aliados estratégicos de Venezuela, y se abre una ventana diplomática al mundo.