La vida es un huracán de ideas, actos y decisiones, en ocasiones buenas, en ocasiones malas. Cada una de ellas marca momentáneamente la vida de aquél quién la toma. Sin embargo, ninguna de ellas define lo que sucederá en el resto del camino.
Aunque la vida misma sea algo tormentosa para muchos, en el ojo del huracán, en medio de todo, siempre existirá un momento de calma, espera y reflexión, donde se pueden crear expectativas y replantearse todas las decisiones que se han tomado en la vida.
La Cárcel Distrital de Mujeres de Cartagena de Indias es el mejor ejemplo de lo que significa estar en el ojo del huracán, pues mujeres de toda Colombia, e incluso extranjeras, llegan a este lugar después de haber cometido errores que fácilmente podrían destruir sus vidas, luchando por una segunda oportunidad para defender sus verdades y sus legados, a través del trabajo, la religión y el arte. También te podría interesar: En Cartagena sí hay Esperanza: un barrio lleno de talento y optimismo
Un cambio a través del arte
Las historias en medio de los pasillos de la cárcel son muchas. Sin embargo, en medio de ellas, en el silencio sabio de alguien que espera por su momento para brillar y liderar, se encuentra la historia de Blimar Rodríguez, una joven que encontró en el arte una nueva forma de sobrellevar su tiempo y de motivar a sus compañeras a pensar en un futuro mejor.
Además de crear cuadros propios y dictar clases de pintura para sus compañeras, Blimar, en compañía de una artista llamada Angie Medina, creó el ‘Mural de la Libertad’ que, ubicado en medio del patio central de la cárcel, tiene pintado un Fénix como símbolo de la posibilidad de renacer y transformar sus vidas, así como una serie de líneas y puntos que hablan de sus ganas de fluir y aprender lecciones para ver el mundo de una manera diferente, más allá de los errores cometidos.
Aunque estos murales nos permiten tener momentos de recreación, lo más importante es que con ellos podemos conectarnos, mostrar nuestro talento, nuestras alegrías, y demostrar que hemos cambiado nuestra perspectiva desde que entramos aquí”
Blimar Rodríguez, artista e interna.
El mural de las segundas oportunidades
Inspirado en la iniciativa de Blimar, la campaña Cartagena sí, liderada por El Universal, llevó a la Cárcel Distrital de Mujeres al muralista Marion.ve, para que le diera más vida a los espacios de recreación dispuestos para las internas por medio de su arte y, a la vez, otorgar un momento de integración, en el que las mujeres colaboraran para crear un nuevo mural que representara las segundas oportunidades que pueden tener.
“Aunque tengo miedo de enfrentarme a la sociedad, sé que lograré dar el paso y corregir mi equivocación. Con este mural se renuevan mis esperanzas de obtener libertad y de tener una segunda oportunidad”, comentó Karen Garcés, una interna de la cárcel que, al igual que varias de sus compañeras, guarda la misma expectativa de, una vez recuperen su libertad, cambiar su vida.
Y es que esta obra de arte que ahora mantiene vivo sus sueños es más que un pintoresco mural, es una dinámica que busca “no solamente busca embellecer el espacio físico, sino las mentes de estas mujeres, dándoles un momento para pensar en el significado de estar vivas, de tener una segunda oportunidad y, sobre todo, un momento para expresarse por medio del arte”, explicó Marion.
Entre los mensajes que se plasmaron en el mural se encuentran palabras como “guerreras”, “renacer”, “sueños”, “fe”, “resistencia”, “resiliencia”, “hijos”, “familia” y “valentía”, que representan sus realidades, sus pasiones y sus esperanzas de tener una segunda oportunidad.
Un espacio de segundas oportunidades
La Cárcel Distrital de Mujeres, lejos de ser un espacio desalentador y desesperanzador para las mujeres internadas en ella, se presenta como un lugar de recuperación, pues ahí logran encontrar un nuevo rumbo en su vida y prepararse para, una vez salir, encontrar la segunda oportunidad que cada una de ellas anhela.
Bajo la dirección de Enrique Mercado, la cárcel ha implementado un programa de educación y formación en colaboración con el Sena, que incluye la educación primaria y secundaria, así como cursos complementarios, destinados a la rehabilitación y reinserción social de las internas.
Estoy convencido de que si nosotros tenemos la oportunidad y si Dios lo pone a uno aquí, es para permitir que las personas puedan redimir su error y salir adelante. Soy fiel creyente de las segundas oportunidades y luchar por ellas no lo considero solo un querer, sino un deber”
Enrique Mercado, director Cárcel Distrital de Mujeres.
Por esta razón, además de los programas de educación, en la cárcel también se promueven proyectos artísticos y productivos como el ‘Mural de la Libertad’ y la producción de artesanías que embellecen el entorno y generan ingresos que se reinvierten en los programas y benefician a las internas y sus familias. Lee también: Cartagena sí promueve la integración de la población migrante