Crecimiento mundial será tenue y moderado

Crecimiento mundial será tenue y moderado
El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (DEAS) proyectó que el crecimiento mundial se verá afectado en 2024 por varios factores, entre ellos: la inflación persistente, el aumento de los tipos de interés y las mayores incertidumbres.

El DEAS prevé un aumento de la economía mundial del 2,3% al cierre de 2023, pero alerta que las perspectivas para 2024 siguen siendo poco alentadoras. El organismo señala que la economía mundial se enfrenta al riesgo de un largo periodo de bajo crecimiento, ya que siguen sin resolverse los efectos persistentes de la pandemia del Covid-19, el impacto cada vez mayor del cambio climático y los retos estructurales macroeconómicos.

El análisis proyecta que la economía mundial crecerá un 2,5% en 2024, lo que supone un ligero repunte respecto a la previsión anterior. Sin embargo, este repunte se debe principalmente al aumento del gasto de los hogares en Estados Unidos, que se espera que alcance el 1,1% en 2023 y que sería ligeramente inferior en el 2024. El resto del mundo seguirá el próximo año con una recuperación modesta y desigual, con una brecha entre los países más desarrollados y los más pobres.

El DEAS también advierte sobre los desafíos que plantea el cambio climático para la economía mundial. Esta condición podría reducir el crecimiento potencial global en un 0,5% para 2030 y aumentar las pérdidas económicas asociadas a eventos extremos como sequías e inundaciones. Por eso, recomienda a los países tomar medidas urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los impactos del calentamiento global. Escenario que actualmente afronta fenómenos de alto verano, fuertes lluvias en otras regiones y afectaciones por huracanes, ciclones y tormentas tropicales, entre otros.

Al respecto, David Cubides, director de Investigaciones Económicas del Grupo Alianza, considera que “vamos a tener un 2024 parecido al 2023 en términos de una actividad económica floja, con crecimientos que serán tenues”. Según el analista, los años 2023 y 2024 estarían por debajo de lo que fueron crecimientos de 2022 cercanos al 3%.

Para Cubides, el escenario de 2024 podría ser el siguiente: un Estados Unidos moderándose bastante, con un crecimiento que no superaría el 1%. “Europa también tendría un crecimiento muy tenue casi en un 0%, debido a las tensiones políticas entre los países miembros”. Por su parte, China tendría un crecimiento muy bajo en 2024, cercano al 4,5%, debido a las restricciones internas impuestas por el gobierno, aunque sin duda, es la región mejor acomodada que otras naciones.

El analista destaca que estos tres grandes mercados representan casi todo el comercio mundial y su desaceleración afectaría negativamente a otros sectores productivos dependientes del consumo externo. Asimismo, advierte sobre los efectos negativos del aumento de los tipos de interés sobre la demanda agregada y el empleo.

Por eso, los bancos centrales están subiendo los tipos de interés para contener la inflación y evitar una burbuja financiera. Pero esto tiene un efecto negativo sobre el consumo y el ahorro, que son motores importantes de la demanda y el crecimiento. Además, los tipos de interés también afectan a las expectativas de los agentes económicos, que pueden anticiparse a una mayor inflación y reducir su consumo y su inversión. Esto puede generar una recesión o una contracción económica en el corto plazo”, aseguró el representante del Grupo Alianza.

Europa

La lenta recuperación pospandemia y la invasión de Rusia han afectado significativamente el crecimiento de la región, que se espera que se mantenga por debajo de su potencial. La inflación superará el objetivo del 2 % del Banco Central Europeo (BCE) y el crecimiento será débil por la crisis energética.

La inflación podría llegar al 3,2 % en 2024 en los 27 países de la Unión Europea, mientras que el PIB crecería solo un 1,4 %. Alemania y los Países Bajos sufren las mayores revisiones a la baja, mientras que España y Francia se recuperan más rápido. La economía europea ha perdido impulso por la debilidad del consumo interno y de las exportaciones, el endurecimiento de las condiciones de crédito debido a la subida de tipos de interés y el impacto negativo de la normalización de la política monetaria.

La ONU prevé que la economía de la Unión crezca menos de un 0,9 % en 2024, impulsada por la bajada de los precios del gas y el fuerte gasto de los consumidores. Sin embargo, estos factores no serán suficientes para compensar las perturbaciones de oferta, la incertidumbre y las presiones inflacionistas.

Giovanni Montoya, CEO del Grupo Ágora, asegura que se proyecta que el crecimiento regional repunte al 2,7 % anual en 2024-2025, impulsado por una demanda externa e interna más sólida, en un contexto de desvanecimiento de los shocks adversos al crecimiento. “Las divergencias en las tasas de crecimiento dentro de la región deberían desvanecerse a medida que los flujos de inmigrantes y capitales desde Rusia disminuyan y el crecimiento económico mejore en la Unión”, indicó.

Estados Unidos

La economía estadounidense ha superado las expectativas en 2023, con un crecimiento del 2,1%, según el FMI. Pero 2024 se prevé complicado.

El efecto pospandémico impulsó la economía de EE.UU., pues el consumo privado, que representa el 70% del PIB, aumentó, así como la inversión y el comercio exterior. Pero el buen desempeño económico ha tenido un costo: la inflación. La Fed estableció una política monetaria restrictiva, elevando sus tasas de interés durante gran parte del 2023, situación que enfriará el crecimiento económico, al encarecer el crédito y debilitar la demanda. Así mismo, redujo en una décima la previsión de crecimiento para el 2024: será solo del 1,1%.

A esto se suman factores como la guerra en Ucrania, los eventos meteorológicos extremos o las tensiones comerciales con China, que afectarán negativamente a la actividad económica y a la estabilidad de precios.

El FMI proyecta que la inflación disminuya gradualmente, habiéndose revisado al alza los pronósticos para la inflación en 2024. El reciente acuerdo para elevar el techo de la deuda de EE. UU. y las medidas para contener la turbulencia bancaria redujeron los riesgos inmediatos.

“Estamos en un proceso de transición hacia la moderación de la inflación en este país”, aseguró David Cubides, director de investigaciones del Grupo Alianza.

Además, en 2024 serán las elecciones presidenciales, escenario que además de ser político, influye de manera directa en las condiciones económicas del país y quizás en el mundo.

América Latina

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima que los países latinoamericanos y caribeños seguirán enfrentando un panorama de bajo crecimiento en 2024.

Dice que la economía regional crecerá apenas un 1,5% en 2024 debido a un contexto económico mundial negativo y regional muy complejo, que afecta el desempeño de las principales variables macroeconómicas. Además, agrega que el bajo crecimiento de la actividad económica en 2024 redundará en una desaceleración del crecimiento del empleo, que se estima en un 1,1%.

La CEPAL señala que la dinámica de la economía mundial se mantendrá en una senda de bajo crecimiento económico y del comercio global, con una demanda externa débil para las exportaciones de la región. Además, prevé que las políticas monetarias contractivas de los países desarrollados continuarán elevando los costos de financiamiento para los países latinoamericanos y caribeños.

La entidad prevé que el contexto internacional continúe siendo poco favorable, con un crecimiento del PIB y el comercio mundiales muy por debajo de los promedios históricos. A su vez, en el ámbito interno se mantendrá el reducido espacio de política fiscal, aunque la reducción en la inflación en la mayoría de los países permitirá mantener una política monetaria expansiva.

Para José Manuel Restrepo Abondano, rector de la Universidad EIA, América Latina tiene un desafío muy importante hacia adelante, y es el de la desaceleración en el crecimiento, situación que se ha dado en todos los países de la región, y la persistencia de la inflación.

Asia

El Banco Asiático de Desarrollo (BAD) actualizó sus proyecciones para las economías en desarrollo de Asia y el Pacífico, y estimó que mantendrán su crecimiento alrededor de 4,8% en 2024, impulsado por la demanda interna, la actividad de servicios y la recuperación del turismo. Sin embargo, advirtió que la actividad industrial y las exportaciones seguirán siendo débiles, y que las perspectivas de crecimiento y demanda mundial para 2024 han empeorado.

La inflación en la región se elevará a 3,4% para 2024, debido a los precios más altos en los insumos y los servicios. El BAD señaló que las economías deben estar preparadas para posibles choques externos, como una desaceleración más pronunciada de China, un endurecimiento de las condiciones financieras globales o un aumento de las tensiones comerciales. Posición en la que coincide José Manuel Restrepo, rector de la EIA, quien asegura que China no tendrá en 2024 una recuperación significativa y eso afectará a las naciones europeas. En el caso de las economías asiáticas, “habrá un crecimiento importante, una buena dinámica de inversión privada y de exportaciones a pesar de todas las circunstancias, salvo aquellas altamente conectadas con China”.

El Banco Mundial espera que el crecimiento en Asia se desacelere más significativamente, al 5,1% en 2024. Un porcentaje mayor de lo esperado en el consumo privado y la inversión, y una robusta participación del sector de servicios de la India. La revisión a la baja en 2024 refleja principalmente el impacto retardado del endurecimiento de la política interna.

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