Colombia vive un terremoto político luego de que Nicolás Petro Burgos confesara ante las autoridades que parte de la campaña electoral de su padre, el presidente, fue financiada con dinero del narcotráfico y otras actividades ilícitas.

A este columnista no le sorprende lo sucedido. Dicho país es el primer ‘exportador’ de cocaína del mundo. Perú está en el segundo lugar, pisándole los talones.

Lo novedoso es que quien ha hecho semejante revelación es el propio hijo del mandatario colombiano, un político de izquierda, exterrorista, que decía ser “hijo del pueblo” y luchar contra la corrupción y la pobreza. Puro floro de un hombre que, hasta hoy, es un acérrimo defensor del golpista . Dijo que al chotano lo tumbaron “porque es de la sierra, porque es pobre”.

A su vástago no le quedó otra cosa que confesar todo lo que sabía cuando fue detenido el 29 de julio junto con su exesposa Daysuris Vásquez. Todo empezó hace unos meses cuando la mujer, despechada por una infidelidad, reveló a la prestigiosa revista ‘Semana’ que su otrora pareja había recibido 270 mil dólares, para la campaña de su padre, del narcotraficante Samuel Santander Lopesierra, alias ‘El hombre Malboro’.

La fiscalía colombiana tomó el caso y empezó a investigar silenciosamente, contrariamente a lo que hacen la mayoría de fiscales peruanos que filtran a la prensa sus investigaciones. La semana pasada les echaron el guante a los dos y el hijo de Petro terminó confesando todo. También reveló que otro de los financistas fue Alfonso ‘El Turco’, quien financiaba grupos paramilitares y es acusado por asesinato.

Colombia siempre ha sido sacudida por este tipo de escándalos. En 1995, el presidente Ernesto Samper también fue denunciado de recibir recursos para su campaña del Cártel de Cali, de los hermanos Rodríguez Orejuela. Ellos controlaron ese lucrativo negocio tras la muerte de

En esa oportunidad, Santiago Medina, el propio tesorero del partido de Samper, declaró que esa organización financió su campaña que lo llevó a la presidencia. A ese hecho se le conoce como el Proceso 8.000, por el número del expediente del caso. Samper fue salvado por los senadores con un insólito y vergonzoso fallo: “No es culpable ni inocente”.

Todo parece indicar que Petro no tendrá la misma suerte que Samper. Si bien su hijo ha dicho que su padre desconocía el origen de los fondos, también ha afirmado que no se inmolará por él. En Colombia se están organizando protestas el 16 de agosto para que deje su cargo, que ayer cumplió un año.

Como siempre ocurre, los politiqueros zurdos peruanos, como Verónika Mendoza, Anahí Durand, Sigrid Bazán, entre otros que se fotografiaban orgullosos con Petro, están mudos. Lo mismo ocurre con tuiteros y coleguitas de esa línea política. El narcotráfico no tiene límites. Nos vemos el otro martes.

*Los artículos firmados y/o de opinión son de exclusiva responsabilidad de sus autores.

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