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Magna Grecia

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Procedencia étnico-lingüística de los griegos de Magna Grecia.      Griegos del noroeste      Aqueos      Dóricos      Jónicos
Magna Graecia en el 280 a. C.
Columnas en el templo dórico de Tarento.

Magna Grecia (en griego Μεγάλή Ελλάς – Megalê El'lás –) es el nombre dado en la antigüedad al territorio ocupado por los colonos griegos en el sur de la península italiana y en Sicilia, donde fundaron numerosas polis que comerciaron con su metrópoli.

Originalmente, Magna Grecia fue el nombre usado por los romanos para describir la región alrededor de la colonia griega fundada por emigrantes helenos procedentes de Graia (Γραία), de forma que el área entera de la colonización griega en la península italiana y Sicilia fue conocida por este nombre. De hecho, los términos "Grecia" y "griegos" en español y muchos otros idiomas vienen del término latino.

Historia

Muchas de las nuevas colonias se convirtieron en poderosas y prósperas ciudades, como Neápolis (Νεάπολις, Nápoles) o Síbaris (Σύβαρις). Otras ciudades de la Magna Grecia fueron Siracusa (Συρακούσσες), Akragas (Άκραγας, Agrigento), Selinunte (Σελινοΰς), Taras (Τάρας, Tarento), Locros (Λοκροί), Regio,(Regio de Calabria, Ρήγιον), Crotona (Κρότων), Turios (Θούριοι), Elea (Ελαία), Mesana (Mesina), Tauromenio e Hímera. Desde estos emplazamientos se mantenían vínculos con la Grecia más occidental, la del actual litoral hispanofrancés: Massalia (Marsella), Antípolis (Antibes), Nikaia (Niza), Emporion (Ampurias) o Mainake (Málaga).

Se dice que la Magna Grecia fue la tierra donde Odiseo, rey de Ítaca (Ulises en la cultura romana) se perdió durante diez años, después de regresar de Troya y antes de llegar a su reino. Numerosas leyendas e historias mitológicas de la Έλλάς Hélade tienen lugar allí.

Fue conquistada por Roma, que tras vencer en las guerras samnitas continuó su expansión hacia el sur. Caso famoso es el de Tarento, que tenía una alianza con Roma, lo que no impidió que ésta violara la cláusula que le impedía llevar una flota más allá de estrecho de Mesina. A su paso por Tarento, para mayor provocación pidieron atracar en la ciudad. El convoy fue asaltado, declarándose la guerra. Los tarentinos, ahora conscientes de su acción, llamaron a Pirro de Epiro.

La intervención de Pirro de Epiro casi logró salvar las colonias, aunque su derrota final puso fin a toda esperanza de independencia.

Las primeras colonias

La primera colonia griega en Italia fue Cumas, que la tradición dice que fue fundada en 1050 a. C. La colonia quedó aislada de los establecimientos griegos posteriores y tuvo sus propias dependencias, Dicearquia y Neápolis.

El resto de las ciudades de la Magna Grecia fueron posteriores a los primeros establecimientos sicilianos. Las ciudades sicilianas se fundaron hacia 735-685 a. C., pero de las de la Magna Grecia no hay datos seguros sobre su fundación.

La más antigua parece ser la colonia aquea de Síbaris, cuya fundación se sitúa hacia el 720 a. C. Siguió Crotona hacia el 710 a. C. y después Tarento, colonia espartana, hacia el 708 a. C. Los tarentinos fundaron, a petición de los sibaritas, la colonia de Metaponto entre 700 y 680 a. C., y pronto se convirtió en una de las principales ciudades. La colonia de Siris, fundada en el siglo VII a. C, rivalizó con Síbaris. Más al sur los locrios fundaron Locros Epicefirios, fundación que Estrabón sitúa en 710 a. C., pero probablemente fue hacia 680 a. C. Los calcidios fundaron Zancle en Sicilia, supuestamente también hacia 720 a. C. o antes. Regio se fundó también en la primera parte del siglo VII a. C. Únicamente Velia, que no fue fundada hasta 540 a. C., es bastante posterior.

Posidonia, Laos y Escidros fueron colonias de Síbaris. Crotona fundó Terina al oeste de la península del Brucia y Caulonia al este. Locros fundó las colonias de Hiponio y Medma. Otras ciudades fueron localidades preexistentes de los enotrios, que se helenizaron como, por ejemplo, Pandosia, Petel y Temesa y probablemente Escilacio (Scylletium) que es considerada tradicionalmente colonia ateniense.

Las colonias prosperaron rápidamente. Las primeras, Síbaris, Crotona y Metaponto, fueron las más ricas. Síbaris tenía una riqueza proverbial y ser sibarita era sinónimo de querer un lujo refinado. En sus días de grandeza Síbaris dominaba 25 ciudades y 4 tribus de los enotrios. Este pueblo se mezcló con los colonos y su gente obtuvo el derecho de ciudadanía.

De la política interna se conoce muy poco. Se formó una liga de ciudades aqueas (Crotona, Síbaris y Metaponto) que hacía sus reuniones en el templo de Zeus Homorii, dirigida principalmente contra Siris, ciudad que probablemente fue destruida por la liga, pero se desconoce la fecha de los hechos. La batalla de Sagras, en la que 120 000 crotonianos fueron derrotados por diez o quince mil locrios, afectó a la prosperidad de Crotona, de la que no se repuso en bastante tiempo.

Época de Pitágoras

La llegada de Pitágoras a Crotona marcó un cambio esencial. Su escuela extendió su influencia por las ciudades de la Magna Grecia. En Crotona sus partidarios lograron el poder del que fueron expulsados por una revolución violenta. En otras ciudades también se produjeron disturbios, que afectaron seriamente a la prosperidad de las ciudades.

La destrucción de Síbaris en 510 a. C. hay que relacionarla con estas revoluciones políticas poco conocidas. Crotona mandó a cien mil hombres que derrotaron a los sibaritas, que contaban con el triple en el río Trae, y la ciudad fue destruida. Muchos se refugiaron en Laos y Esquidros y otros fundaron una nueva ciudad a orillas del Trae.

La ciudad de Regio emergió como una de las principales. Su tirano Anaxiles (496-476 a. C.) unió bajo su gobierno a Mesana, al otro lado del estrecho. Su sucesor Micutos fundó la colonia de Pixunte, más tarde Buxento, en la costa del mar Tirreno, en 471 a. C., que fue el último establecimiento griego en la zona.

En 473 a. C. Tarento sufrió una grave derrota ante los yapigios. Los auxiliares de Regio enviados en apoyo de Tarento, fueron también aniquilados en esta batalla.

Entre las Guerras Médicas y la Guerra del Peloponeso se establecieron las colonias de Turios (443 a. C.) y Heraclea de Lucania, en parte como renovación de anteriores establecimientos: la primera fue fundada por atenienses con los restos de los sibaritas cerca de la antigua ciudad de Síbaris. Pronto se hizo próspera y se enfrentó con Tarento por la posesión del territorio de Siris, colonia destruida mucho antes. Finalmente se llegó al compromiso de fundar una colonia conjunta en el lugar de la antigua Siris, que se llamó Heraclea (432 a. C.), pero de hecho fue considerada colonia de Tarento.

Neutralidad

En la Guerra del Peloponeso, durante la expedición ateniense a Sicilia (415-413 a. C.) las ciudades de Italia permanecieron en general neutrales y rechazaron la presencia de las naves atenienses. Un poco después de empezar, Turios y Metaponto se aliaron a Atenas.

El siguiente peligro vino de Dionisio I, tirano de Siracusa, que tras dominar Sicilia, quería expandirse hacia Italia. Regio mantuvo estrechas relaciones con las ciudades de Sicilia y en cuanto las ciudades calcídicas de la isla (Naxos, Catana y Leontinos) fueron atacadas, Regio acudió en su ayuda. Locros en cambio fue aliada de Siracusa. Consecuentemente Locros y Regio se enfrentaron.

La liga de la Magna Grecia

Las ciudades griegas formaron una liga en 393 a. C. para protegerse contra Dionisio y contra los lucanos del norte, pero las fuerzas confederadas fueron derrotadas por el siracusano al río Heloros cerca de Caulonia (389 a. C.) y la ciudad de Caulonia fue ocupada, y después Hiponio, que fueron cedidas a Locros. Regio fue sitiada y se tuvo que rendir (387 a. C.).

Los lucanos y los brucios

En este siglo comenzaron los ataques a las colonias, sobre todo en las del norte, de los lucanos. La primera que fue ocupada fue Posidonia, la más al norte, a una fecha incierta. Después atacaron las ciudades del Golfo de Tarento y la ciudad de Turios. En 390 a. C.la liga de ciudades fue derrotada por los lucanos cerca de Laos y esta ciudad fue ocupada, los lucanos entraron en la península de Brucia.

Mientras gobernó Dionisio I, los lucanos eran considerados sus aliados pero con su hijo Dionisio II el peligro que representaban los lucanos era demasiado grande y se alió a las ciudades en contra de ellos. A mediados del siglo IV a. C., los esclavos lucanos y el pueblo nativo de Brucia, aliados, se sublevaron y formaron la nación de los brucios, que no tardaron en conquistar Terina e Hiponio. Regio y Locros tuvieron que pasar bajo dependencia de Dionisio ante el peligro y Crotona pudo poco menos que defenderse a sí misma.

Los lucanos volvieron contra las ciudades del golfo de Tarento. Los ataques más fuertes los sufrió Turios, pero al final Tarento fue el objetivo principal. Tarento había sido la ciudad menos afectada por luchas y por ataques y ahora emergía como la principal ciudad del sur de Italia.

Tarento pidió ayuda a Esparta y el rey Arquídamo III fue a la zona con una fuerza considerable e hizo la guerra durante unos años, pero finalmente fue derrotado en una batalla cerca de Manduria en 338 a. C.

Poco después llegó a la zona el rey Alejandro I de Epiro, con el mismo objetivo. El epirota consiguió bastantes triunfos, pero se implicó con la política interior de las ciudades y conquistó Heraclea al mismo tiempo que derrotaba a los lucanos y brucios (ahora aliados) en varias batallas, reconquistando Terina, Consetia, y otras, y entrando en Brucia donde fue asesinado por un exiliado que servía a su ejército.

Tarento siguió la guerra como pudo y en 303 a. C. volvió a pedir ayuda a Esparta. Cleón de Esparta, tío del rey de Esparta, fue a Tarento con una fuerza mercenaria y obligó a lucanos y mesapios a pedir la paz. Metaponto enfrentada con Cleón, fue conquistada por éste. Su rapacidad y la inclinación al lujo le enemistó con el pueblo y tuvo que salir de Italia.

Agatocles de Siracusa luchó en Brucia; hay poca información sobre estas campañas pero se sabe que conquistó Hiponio y Crotona, ciudad donde estableció una guarnición; parece que sus acciones fueron más contra las ciudades griegas que contra los brucios o lucanos y de hecho se alió a yapigios y peuquetios supuestamente contra Tarento. Su muerte en 289 a. C. detuvo esta política.

Turios, asediada por los lucanos, hizo alianza con Roma, que hizo levantar el asedio y derrotó a los sitiadores (282 a. C.) Tarento, considerando el peligro de dominio romano, pidió la ayuda del rey de Epiro Pirro que vino a Italia en 281 a. C.y estuvo más de seis años. Además formó alianza con samnitas y lucanos para prevenir el dominio romano. En cuanto Pirro llegó todas las ciudades le dieron apoyo pero también las naciones contra las que normalmente habría tenido que luchar. Su campaña contra Roma, un éxito militar, al final no tuvo ninguna consecuencia al no poder dar el golpe definitivo por haber pagado demasiado cara la victoria. En 278 a. C. fue a Sicilia donde las ciudades también se declararon a su favor pero sin sacar nada útil. En cuanto salió en 274 a. C., las ciudades quedaron expuestas a los romanos. Los cónsules romanos ocuparon Locros, Crotona, y finalmente, en 272 a. C. Tarento. Regio también fue ocupada.

En general las ciudades entraron en un estado de decadencia rápida, si bien alguna, como Heraclea, que hizo un tratado de alianza con Roma muy favorable, mantuvieron la prosperidad.

La segunda guerra púnica fue la ocasión esperada por los griegos para recuperar la libertad. Después de la batalla de Cannas en 216 a. C., todas las ciudades griegas de Italia se declararon partidarias de Aníbal. Algunas expulsaron a las guarniciones romanas. Tarento dejó entrar a los cartagineses pero los romanos se pudieron mantener bloqueados en la ciudadela y recibieron suministros por mar; aún permanecían en cuanto Quinto Fabio Máximo entró en la ciudad en 209 a. C.

Tarento y otras poblaciones fueron tratadas como ciudades conquistadas, saqueadas sin piedad y los habitantes fueron masacrados o vendidos como esclavos. Metaponto ya había sido evacuada por sus ciudadanos que así se salvaron. Terina fue destruida por los mismos cartagineses. Locros y Crotona fueron conquistadas y reconquistadas varias veces y terminaron en muy mal estado. Regio permaneció leal a Roma toda la guerra y fue de las pocas que se libró de la destrucción y la confiscación de tierras.

La condición de las ciudades bajo dominio romano es poco conocida pero no cabe duda de que durante años sufrieron bastante. Colonia romana como Posidonia que se convirtió en Paestum (273 a. C.) y Brundusium ya se habían fundado antes (244 a. C.) y después de la guerra fueron seguidas por otras. La mayoría de las colonias romanas de la zona son inmediatamente posteriores a la segunda guerra púnica, destacando Buxentum en Lucania y Tempsa en Brucia (antes de 194 a. C.) Crotona (194 a. C.), Turios (193 a. C.), Hiponio renombrada Vibo Valentia (192 a. C.), y más tarde se fundaron colonias en Scylacium ( Colonia Minerva ) y Tarentum (Neptunio).

La malaria, la crisis económica y otros factores arruinaron las ciudades. Estrabón dice que en su tiempo solo Regio, Tarento y Neápolis conservaban restos de su antigua civilización griega. Otras ciudades habían desaparecido o eran pequeñas ciudades o aldeas.

La cultura griega en Italia

Durante los siglos VIII y VII a. C., motivados por las situaciones inestables de su hogar, colonos griegos se establecieron en diversas y lejanas regiones desde la costa oriental del mar Negro hacia Masilia (hoy Marsella, Francia). Los asentamientos más importantes serían los de Sicilia y la porción sur de la península itálica. Los romanos llamaron a esta área Magna Graecia, en referencia a la colonia de Graia (Γραία). El término de Grecia, así como en otras lenguas, provienen de esta designación latina. Los geógrafos difieren en sus opiniones sobre la extensión de este territorio para incluir la isla de Sicilia o solo Apulia y Calabria.

Con la colonización, la cultura griega se exportó a Italia, con los dialectos de la lengua griega antigua, los ritos religiosos, sus tradiciones de la estructura de las ciudades-estado (polis), pero pronto desarrollarían una cultura helénica original, interactuando con las civilizaciones itálicas nativas. El trasplante más importante sería la variedad del alfabeto griego, el cual sería adoptado primeramente por los etruscos y que se desarrollaría, convirtiéndose en el alfabeto latino. Muchas de las ciudades griegas se convertirían en ricas y poderosas, como Kapuê (Capua), Neápolis (Νεάπολις, Nápoles), Siracusa, Agrigento y Síbaris (Σύβαρις, Sibari).

La herencia griega

La Magna Grecia fue absorbida por la República romana después de las Guerras Pírricas, sería después considerada parte de la provincia de Italia durante el Imperio romano. Durante la Edad Media, después de la guerra Gótica, nuevas oleadas de inmigrantes griegos bizantinos de Grecia y Asia Menor se establecieron, dado que la región era gobernada nominalmente por el Imperio romano de Oriente, hasta la llegada de los lombardos y de los normandos. Sin lugar a dudas, los bizantinos encontraron en la región del sur de Italia, la Magna Grecia, una zona de raíz cultural común, los hablantes del griego Ered ellenofoni.

No obstante, la mayoría de los habitantes griegos de la región se italianizaron y si bien hoy en día se no habla el griego, en las regiones italianas de Calabria y Apulia, una pequeña minoría habla griko que probablemente se deriva del griego antiguo. Esta última lengua es una combinación del dialecto griego dórico antiguo, del griego bizantino y de elementos italianos o de los dialectos del sur, con una rica tradición oral y folclórica. Los registros históricos indican que la Magna Grecia era de habla griega predominante incluso durante el siglo XII de nuestra era.

A continuación se mencionan las principales ciudades-colonias helénicas en la Magna Grecia:

En otras regiones

Véase también

Referencias

  • Luca Cerchiai, Lorena Jannelli, Fausto Longo, Lorena Janelli, 2004. The Greek Cities of Magna Graecia and Sicily (Getty Trust) ISBN 0-89236-751-2
  • T. J. Dunbabin, 1948. The Western Greeks
  • A. G. Woodhead, 1962. The Greeks in the West

Enlaces externos