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<p>El aire</p><p>Es todo lo que nos rodea aunque no le vemos La composición uniforme de gases atmosféricos estancados por la gravedad terrestre suele denominarse como aire.</p><p>El aire, una mezcla gaseosa esencial para la vida en el planeta Tierra, tiene un papel vital como protección contra los rayos solares y otros objetos extraterrestres. Además de brindar elementos químicos indispensables a través del oxígeno necesario para respirar. El aire también permite que se produzca el ciclo hidrológico al contener vapor de agua, lo cual resulta en precipitaciones por medio de condensación y formación nubosa.</p><p>El aire está compuesto de varios elementos gaseosos que normalmente no pueden diferenciarse ni percibirse individualmente. Sin embargo, se puede licuar en laboratorios y separar sus componentes. Mediante este proceso se obtienen gran parte de los elementos empleados en la industria química. Las propiedades y la composición varían según las condiciones de presión y temperatura en las que se tomaron las mediciones para estos componentes en particular.</p><p>El ser humano ha sido consciente de la relevancia del aire desde épocas antiguas, cuando lo catalogó como uno de los cuatro elementos fundamentales que conforman la naturaleza: el fuego, el agua y la tierra. No obstante, en nuestros días se han identificado más minuciosamente sus características e incluso es viable obtener mayores beneficios a partir de ellas.</p><p>¿Qué elementos conforman el aire?</p><p>La composición del aire se compone principalmente de 20,94% de oxígeno, 78,08% de nitrógeno, 0,93% de argón y trazas (0,035%) de dióxido de carbono y vapor de agua como componentes predominantes.</p><p>Otros elementos presentes en el aire, aunque en cantidades menores, incluyen neón (0,0018%), helio (0,0005%), metano (0,00017%), criptón (0,00014), hidrógeno (%) y amoníaco (%).</p><p>La composición del aire cambia según su posición en las diferentes capas de la atmósfera: troposfera, estratosfera, mesosfera y termosfera. A mayor altura, el aire experimentará menor presión y peso porque los componentes más pesados están sujetos con una fuerza de gravedad más fuerte por parte de la Tierra.</p><p>De manera general, el aire se caracteriza por ser menos denso y más ligero que el agua (su densidad a unos 20 °C es de alrededor de 1.225 kg/m³). Además, carece de color y sabor, resultando translúcido e inodoro; salvo cuando contiene algún tipo contaminante específico.</p><p>El gas no tiene volumen propio debido a su naturaleza, por lo que es incapaz de existir en ausencia de presión. Además, el aire posee la capacidad para conducir calor con efectividad.</p><p>Las propiedades químicas de los componentes que constituyen una masa de aire determinan las posibles reacciones químicas. Aunque el aire tiene ciertos componentes en proporciones constantes, puede contener contaminantes o concentraciones elevadas según su ubicación y condiciones ambientales específicas.</p><p>Contaminación atmosférica.</p><p>La polución atmosférica se produce por la presencia de partículas sólidas en suspensión o el exceso de ciertos gases naturales presentes, los cuales alcanzan niveles contaminantes. En ocasiones puede haber una combinación de ambas situaciones.</p><p>El aire, al igual que el agua y la tierra, actúa como receptáculo de las sustancias emitidas durante los procesos industriales o urbanos así como residuos liberados en el medio ambiente. Esto a menudo produce complicaciones graves tales como lluvias ácidas (contaminación del ciclo del agua por reacción con gases corrosivos o tóxicos presentes en el aire), enfermedades respiratorias tanto para humanos y animales; además deteriora capas atmosféricas importantes tal es caso de disminución significativa de ozono estratosférico lo cual permite la entrada directa de radiación solar nociva hacia nuestro planeta.</p><p>Entre los contaminantes más reconocidos del aire se encuentran:</p><p>Los gases emitidos tras la combustión de fuentes petrolíferas como petróleo, gasolina y carbón incluyen dióxido de carbono, monóxido de carbono y dióxido de azufre.</p><p>Los compuestos clorofluorocarbonos, conocidos como CFC, se encuentran entre los gases más perjudiciales para la capa de ozono en el ámbito doméstico e industrial. Es por ello que desde 1960 se ha recomendado su reemplazo urgente con otros gases menos nocivos, especialmente cuando son utilizados en aerosoles y sistemas de refrigeración.</p><p>El metano es un gas maloliente que se forma al descomponer la materia orgánica, y está presente en heces humanas y animales, pantanos y otros entornos donde hay una constante revisión de la vida. Los grandes rebaños ganaderos (como vacas o cerdos) son fuentes importantes de emisiones excesivas de metano a nuestra atmósfera; estas emisiones contribuyen significativamente al efecto invernadero responsable del calentamiento global.</p><p>El ozono se ubica naturalmente en la estratósfera, sin embargo su presencia artificial puede manifestarse en capas inferiores donde no cumple una función beneficiosa sino que actúa como agente contaminante.</p><p>Los desastres naturales como los volcanes emiten grandes cantidades de polvo, humo y gases tóxicos a la atmósfera durante una erupción, causando múltiples contaminantes en el aire.</p>
