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Joan Carles Ambrojo
Durante una misión tripulada a Marte, el
hospital más cercano se encontraría a
millones de kilómetros. ¿Cómo se podría
dar el tratamiento correcto si los astronau-
tas pasan largos periodos de tiempo en
ingravidez? ¿Interaccionan de igual forma
los medicamentos con las células huma-
nas en el espacio? ¿Qué dosis son las
adecuadas para conseguir la misma efi-
cacia y seguridad que proporcionan en la
Tierra? El grupo capitaneado por el inves-
tigador biomédico Sergi Vaquer y el inge-
niero técnico industrial especializado en
mecánica Arnau Rabadán han iluminado
un territorio científico hasta ahora muy
oscuro. Los resultados de su proyecto
multidisciplinar ABCtr MicroG permitirán
reevaluar y reformular los procedimientos
médicos y terapéuticos actuales para
garantizar la salud de las tripulaciones. 
Seleccionado para participar en 2009
en la 51 campaña de Fly your Thesis (algo
así como «haz volar tu tesis», en inglés) de
la Agencia Europea del Espacio (ESA), el
proyecto ABCtr MicroG ha estudiado
durante un vuelo parabólico el comporta-
miento en microgravedad de unos agen-
tes biológicos, los transportadores ABC,
unas proteínas transmembrana presentes
en todas las células del organismo
humano. Los transportadores son los res-
ponsables de depurar el interior de las
células humanas de fármacos y de otros
tóxicos. El objetivo es determinar si cier-
tos medicamentos son asimilados a dis-
tinta velocidad cuando las condiciones de
gravedad cambian. 
“Una vez pasada la criba científica, lo
que más sufrimos fue el tema económico”,
confiesa ahora Rabadán. Sacar adelante
proyectos de este tipo en España no es
nada fácil: “Al principio nadie quería inver-
tir”, dice Sergi Vaquer. Tocaba compaginar
el laboratorio con acciones comerciales,
una asignatura inaudita en las aulas de
ingeniería o medicina. Perseverar puede
ser milagroso: lograron patrocinadores
clave como Schneider Electric, IMIM, Fun-
dació CIM, Interempresas, Solvo Biotech-
nology, TecniSample, Lloveras, Caixa
d’Enginyers, Universidad Autónoma de Bar-
celona, Universidad Politécnica de Cata-
luña, Colegio de Ingenieros Técnicos
Industriales de Barcelona y Caja Navarra.
Experimentos en microgravedad
En solo ocho meses debían idear, diseñar,
probar un prototipo y construir el meca-
nismo que, con la financiación de la ESA,
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Un equipo de jóvenes investigadores españoles, en el que ha participado el ingeniero técnico industrial 
Arnau Rabadán, ha demostrado que en ingravidez los fármacos se asimilan 20 veces menos que en tierra
NOTICIAS Y NOVEDADES
Técnica Industrial 297, marzo 2012
Ingeniería para la salud de los astronautas
El espacio es un campo de oportunidades para la ingeniería técnica. De izquierda a derecha: Arnau Rabadán, Albert González y Sergi Vaquer. Foto: ESA
pudiera superar sin problemas varios vue-
los. “Construir una máquina capaz de rea-
lizar experimentos en microgravedad que
cumpliera todas las especificaciones médi-
cas era un reto”, explica Arnau Rabadán.
Estos objetivos fueron colmados gracias
“a la participación de expertos en fabrica-
ción y automatización”. En el proyecto tam-
bién participaron la bióloga Elisabet
Cuyàs, el ingeniero técnico industrial espe-
cializado en electricidad por la UPC Albert
González y Felip Fenollosa, director
adjunto de la Fundació CIM y profesor
asociado del departamento de ingeniería
mecánica de la UPC, que supervisó las
actividades de ingeniería y fabricación.
El mecanismo electromecánico auto-
matizado se desarrolló en las instalacio-
nes de la Fundació CIM de Barcelona.
Debía ser muy fiable para que durante los
22 segundos de microgravedad se mez-
claran líquidos biológicos muy sensibles
en las cantidades requeridas, a tempera-
turas de 37 grados centígrados, como las
del cuerpo humano, y con tiempos de
reacción muy exactos. Estas condiciones
debían repetirse 30 veces, tantas como
parábolas se realizan durante uno de estos
vuelos tan especiales.
Tras un año analizando los datos, con-
sideran que la disminución en 20 veces
de la actividad de los transportadores que
se ha observado en todas las muestras
que se sometieron al vuelo parabólico
podría deberse a los cambios gravitacio-
nales (hipergravedad y microgravedad).
Son datos significativos, porque pue-
den llegar a explicar “por qué ciertos medi-
camentos no funcionan de la misma
manera en el espacio”, concluye Sergi
Vaquer. Hará falta, sin embargo, más estu-
dios para acabar de entender cómo fun-
ciona esta reacción y sus implicaciones.
Son experimentos que, además de mejo-
rar los tratamientos médicos de los astro-
nautas viajando por el espacio, ayudarán
a comprender mejor cómo funcionan los
mecanismos de acción de los transporta-
dores en enfermedades como el cáncer
y el sida y los mecanismos de asimilación
de los fármacos en general, pero en el
ámbito terrestre, añade el investigador bio-
médico.
Dada la gran competitividad existente,
ser bien recibidos por la comunidad inter-
nacional espacial es una buena señal:
“Nunca me imaginé que acabaríamos
estrechando la mano con Charles Bolden
[administrador general de la NASA] e inter-
cambiando experiencias con Caddie
[Catherine Coleman, astronauta en la
Estación Espacial Internacional]”, añade
Vaquer. Fue durante la 62ª edición del
International Astronautical Congress en
Sudáfrica, en octubre de 2011, donde
presentaron su proyecto invitados por la
Federación Internacional de Astronáutica.
Era un escenario inmejorable, rodeados
de representantes de la industria aeroes-
pacial, de la NASA, ESA y otras agencias
espaciales, del mundo académico, inves-
tigadores, otros estudiantes y jóvenes pro-
fesionales.
El éxito del experimento estudiantil ha
atraído potenciales socios extranjeros.
Varios centros de investigación alemanes
tantearon a los dos jóvenes investigado-
res. En balde: ellos prefieren continuar tra-
bajando en España, “desde el IMIM y la
Fundació CIM”, dice Rabadán. Plantean
desarrollar una segunda versión del meca-
nismo electromecánico, “mucho más eco-
nómica y compacta, que permitiría realizar
nuevos experimentos en vuelos parabóli-
cos o incluso, por qué no, en la Estación
Espacial Internacional”, afirma. Tratan de
aportar su granito de arena para fortale-
cer el mercado espacial español, “que
actualmente es débil”. 
Algunos expertos otean un horizonte
despejado. El año 2012 puede ser cru-
cial para la industria del espacio en
España. Según Proespacio, la asociación
de la industria del espacio, en los últimos
años se ha producido un considerable cre-
cimiento consolidado de las actividades
de este sector, que tuvo una facturación
de 700 millones de euros en 2010 (un
aumento de cerca del 10% respecto a
2009). El empleo directo también aumentó
en cerca del 1%, sobre unos 3.200 espe-
cialistas.
Técnica Industrial 297, marzo 2012 9
El reto de la multidisciplinariedad
¿Son los ingenieros reacios a trabajar con especialistas de otras ramas?
Deshacen el tópico iniciativas multidisciplinares como Fly your Thesis, una opor-
tunidad de oro para estudiantes europeos de doctorado y de máster. 
Así lo piensa Ramón González-Drigo, del departamento de resistencia de
materiales y estructuras en ingeniería en la Universidad Politécnica de Cataluña,
que codirigió el proyecto de final de carrera basado en el ABCtr MicroG. Este
profesor que realiza tareas docentes en el ámbito del cálculo y dinámica de
estructuras. Además de investigar en ingeniería sísmica y en la evaluación de
vulnerabilidad sísmica de edificios, defiende la necesidad de “entrar en aventu-
ras multidisciplinares bien planteadas porque son enriquecedoras”. Sobre todo
ante resultados tan positivos: “Han demostrado que en ocho meses se podía
diseñar, calcular y construir este dispositivo”, señala. Más el bagaje “de conoci-
mientos, competencias y habilidades que han adquirido”.
Arnau Rabadán disfrutó con la ingravidez. “Son proyectos en los que los
estudiantes podemos ponernos manos a la obra y tener la oportunidad de tra-
ducir en realidades palpables las fórmulas de la carrera”. Piensaque esta es una
línea de trabajo que hay que potenciar en nuestro país, puesto que “la compe-
tición genera creatividad y motivación para dar lo mejor de uno mismo”.
Arnau Rabadán estudió en la Escuela de Ingenieros Técnicos Industriales de
Barcelona (se especializó en mecánica) de la UPC. Hasta hace poco, era inves-
tigador y gestor de proyectos en la Fundació CIM, donde ha desarrollado equi-
pamientos científicos. El coordinador del proyecto, Sergi Vaquer, ha trabajado
como facultativo en la Oficina de Apoyo Médico de Tripulaciones del Centro
Europeo de Astronautas de la ESA en Colonia y, actualmente, es médico resi-
dente del hospital Parc Taulí de Sabadell (adscrito a la UAB) e investigador del
Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM-hospital del Mar).
EL ADMINISTRADOR GENERAL
DE LA NASA, CHARLES
BOLDEN, TUVO CONOCIMIEN-
TO DE PRIMERA MANO DEL
INNOVADOR EXPERIMENTO
DISEÑADO Y REALIZADO POR
ESTUDIANTES ESPAÑOLES
PARA PROBAR EL COMPORTA-
MIENTO DE FÁRMACOS 
EN MICROGRAVEDAD