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BICENTENARIO
PROYECTOS
Feria Bicentenario
Mercados Resilientes
Choquequirao
Centro Paraíso
Hubo una vez una línea...
Parque Bicentenario Pachacamac
ENSAYOS / ARCHIVO
TALLER / POST SCRIPTUM*
ACTUALIDAD
A
Revista A17-18
© Facultad de Arquitectura y Urbanismo
© Fondo Editorial
PUCP, 2021
Pontificia Universidad Católica del Perú.
Av. Universitaria 1801, Lima 32, Perú
http://facultad.pucp.edu.pe/arquitectura/
Telf. (511) 6262000, anexo 5580
[email protected]
Noviembre 2021
Tiraje: 500 ejemplares
Edición, diseño, diagramación
y revisión de textos: 
Arquitectura PUCP Publicaciones
Prohibida la reproducción de esta revista por 
cualquier medio, total o parcialmente, sin permiso 
expreso de los editores.
ISSN: 2072-1056
Hecho el Depósito Legal en la 
Biblioteca Nacional del Perú: 20070-00642
Impreso en Tarea Asociación Gráfica Educativa
Pasaje María Auxiliadora 156, Lima 5, Perú
Noviembre 2021
https://issuu.com/revista-a-pucp
https://revistas.pucp.edu.pe/index.php/arquitectura
Arquitectura PUCP
Decano
Paulo Dam
Jefe de Departamento
Sharif S. Kahatt
Director del CIAC
Luis Rodríguez Rivero
Secretario Académico
Renato Manrique
Directora de Estudios
Sophie Le Bienvenu
Consejo de Facultad
Paulo Dam
Reynaldo Ledgard
Sharif Kahatt
Adriana Scaletti
Patricia Llosa
Sofía Rodríguez Larraín
Marta Morelli
Karen Takano
Renato Manrique
Consejo de Departamento
Paulo Dam
Víctor Mejía
Michelle Llona
Pablo Vega Centeno
Revista A
Director
Sharif S. Kahatt
Comite asesor
Jorge Francisco Liernur
Joaquín Medina
Josep María Montaner
Eric Mumford
Patricio del Real
Consejo editorial
Frederick Cooper
Jean Pierre Crousse
Paulo Dam
Mariana Leguía
Víctor Mejía
Marta Morelli 
La Revista A - Arquitectura PUCP 
es una publicación académica 
y profesional de la Unidad de 
Arquitectura PUCP. De periodici-
dad semestral, tiene como objetivo 
la divulgación y el debate de la 
arquitectura entre la sociedad, así 
como plantear algunos temas que, 
desde la arquitectura, pertenecen 
a la cultura, la ciudadanía y al 
desarrollo social
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3 BICENTENARIO
 Aproximaciones y distanciamientos
 Sharif S. Kahatt
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7 PROYECTOS
8 Feria Bicentenario
 Augusto Roman, José Bauer
14 Mercados resilientes
 Carlos Herrera, Yasmin Jasahui, Franco Loo, 
 Julio Ramírez, Luis Lozano
20 Choquequirao
 Consorcio Choquequirao
26 Centro Paraíso
 Paola Nicolacci, Juan Pereyra
32 Hubo una vez una línea en el centro de Lima
 Elio Martuccelli
38 Parque Pachacamac
 Tomas McKay, Pablo Alfaro, Kushal Lachhwani
-----------------------------------------------------------------------------------------------------
45 ENSAYOS
46 El Instituto y Hacienda Normal
 Mariana Leguía
54 Repensar la metrópolis desde el Callao
 Franklin A. Velarde, Claudia Amico, Pedro Indacochea, 
Silvana Corro, Gustavo Díaz
60 Perú: Vivienda y ciudad post pandemia
 Retos y oportunidades
 Susana López, Ariana Valcárcel
68 El mercado como sistema de espacios públicos
 Ricardo Huanqui, Rodolfo Bocanegra, 
 Juan Sarmiento, Julissa Paredes, Sammy Tejada, 
 Ana Córdova, Nathalie Muñoz
74 Indagaciones sobre la arquitectura
 Frederick Cooper, Smiljan Radic
-----------------------------------------------------------------------------------------------------
83 ARCHIVO
84 La Plaza San Martín y el centenario: 
 celebración y crisis
 Víctor Mejía
-----------------------------------------------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------------------------------------------
93 TALLER
94 Conexiones eco-regenerativas:
 Parque en quebrada de Chachapoyas
 José Luis Briceño
98 Amunas: infraestructuras de retención hídrica 
frente a la escasez
 Diego Vivas 
-----------------------------------------------------------------------------------------------------
102 POST SCRIPTUM
104 Alquimia del aula
 DPR-Barcelona 
108 Tres notas para alimentar la conversación
 Paulo Dam
110 Transformación desde prismáticos cambiantes
 Sophie Le Bienvenu
-----------------------------------------------------------------------------------------------------
113 ACTUALIDAD
114 I Bienal Internacional de Arquitectura de Lima
 Jean Pierre Crousse
118 Perú en la Bienal de Arquitectura de Pamplona 2021
 Sharif S. Kahatt
120 Playground: artefactos para interactuar
 Felipe Ferrer
122 El proyecto CASA en Venecia 2021
 Belén Desmaison, Kleber Espinoza
124 Perú en la 17.a Bienal de Arquitectura de Venecia 
Paulo Dam
127 CIAC: Investigación y Proyecto
 Luis Rodríguez Rivero, Gary Leggett
128 José García Bryce: recolecciones para una 
historia de la arquitectura peruana
 Michelle Llona
132 Limapolis 2011-2021
 Josep Cargol Noguer
134 El paisaje peruano - Landscape in Central Andes
 Claudio Magrini
136 Hazlo tú mismo: la autoconstrucción de Enzo Mari 
como método para diseñar los muebles de hoy
 Enrico Delitala y Estudio Cigarini Saavedra
138 Dictar en cuarentena
 Ricardo Huanqui
140 Reseña de libros
-----------------------------------------------------------------------------------------------------
Año 13, n.o 17-18, noviembre 2021 • ISSN 2072-1056
2Revista A 17-18 | Bicentenario
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En esta edición doble de la revista A buscamos motivar una 
reflexión sobre obras, proyectos en desarrollo y actividades 
culturales y una discusión sobre los hechos, las ideas y aspira-
ciones del país en la coyuntura actual. Son enormes los retos 
que enfrenta el Perú para construir infraestructura y espacios 
de encuentro necesarios para toda su población. El gran défi-
cit de edificaciones, caminos, servicios de educación y salud, 
entre otros, data de largas décadas —en especial, de educación 
y salud—, y se ha hecho más notorio tanto por la crisis sanita-
ria desatada por el covid-19 como por el distanciamiento social 
necesario para prevenir la propagación del virus y sus fatales 
resultados. Un agravante más en este contexto de aislamiento 
y paralización es la crisis económica producto de la caída de 
las actividades laborales y comerciales derivadas de las dificul-
tades para movilizarse. Para superarlo, se requiere un Estado 
eficiente y ágil, capaz de sacar adelante al país. 
El éxito del desarrollo de nuestra nación durante este y los 
próximos períodos de gobierno reside en la base de la consoli-
dación de la república o, lo que es lo mismo, en un Estado con 
instituciones fuertes, independientes, que trabajen en favor de 
la sociedad. Como ha apuntado Carmen McEvoy, el ‘proyecto 
republicano’ se basaba en una ideología y acciones prácticas que 
puedan aglutinar a los distintos sectores del país a través del de-
recho a la ciudadanía y con el objetivo de construir una comuni-
dad de ciudadanos iguales (La utopía republicana, Fondo Editorial 
PUCP, 2017). La apuesta por la educación, el conocimiento de los 
deberes y derechos, y la inclusión en la actividad pública a partir 
de distintas formas participativas —como acciones ciudadanas 
u opinión pública— forma parte de esta misma agenda. 
La construcción social de la idea de entender que somos 
una república es vital para la nación; esto, no solo porque es 
necesario recordar que «hay algo» más allá del individualismo 
que marca nuestra época, sino también porque esa colectivi-
dad se llama nación y ese reconocimiento de personas iguales 
es la base de la convivencia. Como señala Alberto Vergara, los 
principios ciudadanos de respeto a las instituciones deben ser 
la base delproyecto de la construcción de la república (Ciuda-
danos sin república, Planeta, 2018). Como parte de ese proyecto, 
la arquitectura cumple un rol importante al idear edificios, in-
fraestructura, espacios urbanos y paisajes: generar espacios de 
urbanidad y sentar las bases para la construcción del sentido de 
ciudadanía en la vida cotidiana de las personas. 
Con la intención de aportar al debate sobre los aportes de 
las prácticas de la arquitectura —incluidos el urbanismo, el 
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Entre las conmemoraciones del bicentenario de la fundación de la república 
y el azote de la pandemia del covid-19, el año 2021 marca un momento im-
portante para la vida política y social del país, y permanecerá largo tiempo 
en nuestra memoria como un punto de quiebre para numerosos peruanos. 
A pesar de que se considera el 28 de julio 1821 como el día de la procla-
mación de la independencia del Perú, se sabe que el proceso tomó varios 
años (1821-1824); por lo tanto, muy probablemente, el espacio y tiempo para 
reflexionar sobre la construcción de nuestra sociedad y del Estado peruano 
seguirá vigente en un período paralelo (2021-2024), tanto en el imaginario 
ciudadano como en el debate nacional. 
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A17-18
BICENTENARIO
Sharif S. Kahatt
Aproximaciones y distanciamientos
4Revista A 17-18 | Bicentenario
planeamiento y el paisajismo—, esta edición de la revista A pre-
senta proyectos, ensayos y textos críticos que hacen emerger 
temas de interés y de dominio público. Estos están directamen-
te relacionados con nuestra vida cotidiana: los equipamientos y 
servicios urbanos, la movilidad en las ciudades y el territorio, la 
integración del patrimonio a la vida cotidiana, la preservación 
de los espacios naturales y la memoria ciudadana, así como el 
recuerdo de la primera conmemoración del centenario.
En este número se reúnen seis Proyectos pensados para 
buscar el desarrollo de la sociedad y conmemorar de esta forma 
el año del bicentenario, con equipamientos y espacios funda-
mentales para diversas poblaciones en variadas zonas del país. 
El proyecto Feria Bicentenario, de Román Bauer Arquitectos, 
proyecta un sistema de feria expositiva para ser instalada en las 
ciudades del Perú y, con ello, activar calles y plazas para even-
tos culturales, educativos, comerciales y de entretenimiento. De 
forma similar, el proyecto para la renovación de dos mercados 
del distrito de La Victoria implica no solo proyectar una nueva 
infraestructura sino también un nuevo espacio urbano, capaz 
de albergar actividades intrínsecas al comercio de pan llevar, 
así como también actividades sociales propias de los vecinos y 
visitantes de la zona. Sumamos la presentación de un proyecto 
para desarrollar el potencial del patrimonio cultural construido 
del país, el nuevo sistema multimodal para Choquequirao, que 
propone una reconfiguración de la movilidad al interior del es-
pacio patrimonial, así como su movilidad integral, para atraer 
más visitantes y asegurar su sostenibilidad. Igualmente, presen-
tamos un centro para el desarrollo social planificado para Lomas 
del Paraíso, proyecto que responde a las grandes necesidades de 
los habitantes de este deprimido sector de la ciudad ubicado en 
el extremo sureste de Lima, al mismo tiempo que busca cuidar 
las lomas de la depredación. Completan esta sección dos pro-
yectos que intervienen territorios conectados por su domestica-
ción hecha por culturas precolombinas: el proyecto de la Plaza 
San Martín trae al presente el paso de los canales existentes en 
el valle de Lima, a partir del cual se genera el trazado del jirón 
Quilca; y la propuesta de la creación del Parque del Santuario de 
Pachacamac se esfuerza por delimitar, cuidar —y convocar, al 
mismo tiempo— la visita y el cuidado del patrimonio. 
En la segunda sección de la revista presentamos cinco 
Ensayos que abordan, por una parte, la conmemoración del se-
gundo centenario de la república apuntando los temas pendien-
tes en la cultura urbana y la memoria colectiva de la ciudadanía; 
y por otra, los retos para la convivencia ciudadana que nacen 
de la práctica de la arquitectura, el urbanismo y el paisaje. En 
el primer ensayo, dedicado a los aportes del ingeniero italiano 
Luis Sada, se investiga y reflexiona acerca de una de las primeras 
visiones del crecimiento de Lima, propuesta hacia 1920, que ha 
Imagen 1. Monumento a Manco Cápac. David Lozano y otros, 1926. La Victoria. Fotografía: Elio Martuccelli.
5Revista A 17-18 | Bicentenario
pasado desapercibida para la historia urbana. En el ensayo que le 
sigue se presentan la experiencia del urbanismo contemporáneo 
a la región Callao a través de las ideas recogidas en el Plan de De-
sarrollo Metropolitano de la región, y la mirada que este propone 
en cuanto a su integración con el resto de la ciudad y, principal-
mente, como un espacio de integración entre sus ciudadanos. Se-
guidamente van dos textos sobre los retos que implica la forma 
de hacer ciudad en las condiciones actuales —evidenciados por 
la pandemia—, referidos a la concepción de la vida urbana en 
una ciudad idealmente compacta y a repensar las infraestructu-
ras de las ciudades contemporáneas; esto último, no solo como 
respuesta monofuncional a su demanda, sino también como 
oportunidades de mejora de la vida urbana en todas sus dimen-
siones. Finalmente, ofrecemos una entrevista entre Frederick 
Cooper y Smiljan Radic, en la que ambos arquitectos dialogan 
sobre las formas de operar en la práctica contemporánea. 
En la sección Archivo cerramos la reflexión directa sobre 
lo que producido por las conmemoraciones del bicentenario 
con un apartado dedicado al proyecto insignia del primer cen-
tenario, la Plaza San Martín, en el que participaron diversos ar-
quitectos y artistas. Esta sección, con un ensayo y documentos 
presentados por el arquitecto Victor Mejia en la que se repasan 
los hechos sucedidos un siglo atrás, está ampliamente ilustrada 
con fotografías de archivo. 
A continuación, en la sección de Taller publicamos dos Pro-
yectos de Fin de Carrera de Arquitectura PUCP —recientemen-
te premiados en la primera Bienal Internacional de Arquitec-
tura de Lima— que se enfocan en mejorar las condiciones de 
habitación en el territorio peruano, en zonas de la sierra y de 
selva, mediante proyectos de arquitectura y paisaje. 
La sección Post Scriptum presenta esta vez una conversa-
ción sobre las formas de la pedagogía de la arquitectura ape-
lando un texto detonante, que pone en cuestión el sistema de 
aulas de enseñanza, y dos textos derivados, cuyos autores re-
flexionan sobre este tema trascendental para la formación de 
actuales y futuros arquitectos. 
Finalmente, la sección Actualidad se encarga de relatar y 
reflexionar sobre eventos y hechos sucedidos en este último año 
de vital importancia para la práctica de la arquitectura en nues-
tro medio. En las notas y artículos presentamos diversos textos 
sobre: el pabellón peruano en la Bienal de Venecia, el Proyec-
to de investigación CASA, y una reflexión sobre la importante 
participación peruana en distintos eventos en este evento; la 
primera edición de la Bienal Internacional de Arquitectura de 
Lima y su trascendencia para la arquitectura peruana; la crea-
ción de la Galería Virtual del Archivo de Arquitectura PUCP y 
su primera muestra dedicada a la amplia obra de José García 
Bryce, así como la importante participación de Perú (país invi-
tado) en la Bienal de Arquitectura Latinoamericana de Pamplo-
na. La sección contiene, asimismo, notas de eventos dedicados 
a la investigación: proyectos organizadospor el CIAC-PUCP, 
la edición bilingüe del libro Paisaje peruano, los primeros diez 
años del workshop Limapolis, y las acostumbradas reseñas sobre 
libros de arquitectura publicados en nuestro medio. Hay que 
subrayar (y agradecer) que la edición está acompañada por fo-
tografías de Elio Martuccelli, que nos acercan a monumentos 
dedicados a personajes y momentos de la historia de Perú.
Dedicada al momento actual, tan lejano a la construcción 
de monumentos o estatuas patrióticas, esta edición de la revista 
aprovecha el momentum propiciado por el bicentenario de la re-
pública para recordar que las prácticas de la arquitectura deben 
enfocarse en servir a la sociedad y, para ello, dedicar sus esfuerzos 
a mejores infraestructura de comunicación, espacios educativos, 
recreativos y culturales, creación y conservación de áreas natura-
les, espacios urbanos de vivienda colectiva con servicios y equi-
pamiento, entre otros retos a asumir en especial con el Estado. Al 
aceptar los enormes retos por delante, el gran proyecto republica-
no podrá aspirar a ser más que una promesa, para convertirse en 
un lugar común al cual dirigirnos a través de proyectos, trabajos y 
acciones, que puedan ser una realidad tangible por todos.
En tal sentido, la edición de A17-18 busca mostrar la labor de 
los arquitectos como vínculo entre la sociedad y el Estado, que 
propicia mejoras vitales para los ciudadanos referidas tanto a la 
creación de espacios de encuentro y representación cuanto a la 
construcción de infraestructura para la vida cotidiana en este 
nuestro Perú del bicentenario. 
Imagen 3. Monumento a La Libertad. Plaza Francia, 1926. Foto Elio Martuccelli.
Imagen 2. Monumento a Hipólito Unanue. Parque Universitario, 1931, Lima. 
M. Piqueras Cotolí. Fotografía: Elio Martuccelli.
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1. Feria Bicentenario
 Augusto Roman, José Bauer
2. Mercados resilientes 
 Carlos Herrera, Yasmin Jasahui, Franco Loo, Julio Ramírez, 
Luis Lozano
3. Choquequirao
 Consorcio Choquequirao, Mincetur y ProInversion, 
Consultora Cotinex
4. Centro Paraíso
 Paola Nicolacci, Juan Pereyra
5. Hubo una vez una línea en el centro de Lima
 Elio Martuccelli
6. Parque Pachacamac
 Tomas McKay, Pablo Alfaro, Kushal Lachhwani 
PROYECTOS
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
La selección de proyectos y obras reunidos para esta edición 
de A 17-18, dedicada a conmemorar el bicentenario de la fun-
dación de la república, despliega propuestas e intervenciones 
que implican distintas condiciones del territorio peruano. Es-
tas van desde la densidad de las ciudades y su necesidad de 
renovación de infraestructuras para el mundo poscovid, hasta 
la propuesta de una nueva infraestructura para el transporte y 
la movilización de personas que visitan el patrimonio arqueo-
lógico en la selva baja del Perú, pasando por intervenciones en 
las Lomas del Paraíso y en la Plaza San Martín —para resignifi-
car la locación donde se conmemoró el primer centenario— e 
intervenciones feriales para plazas de armas y espacios públi-
cos significativos como iniciativas del Estado para concretar 
las celebraciones del bicentenario de la república. 
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8Revista A 17-18 | Bicentenario
Feria Bicentenario 
«El país que imaginamos» es una propuesta de feria itinerante para recorrer 
diversas ciudades a propósito de la celebración de los 200 años del Perú 
como república, pero sobre todo para invitar a las personas asistentes a 
pensar, a reflexionar e imaginar el país que queremos construir a partir de 
nuestro bicentenario. 
Concebida por el Proyecto Especial Bicentenario como un centro de re-
cursos para la ciudadanía, la feria se plantea como «un espacio social para 
el ensayo de dinámicas de convivencia y valores que promuevan la empatía, 
curiosidad y respeto al medioambiente, así como bienestar individual y co-
lectivo, con el objetivo de establecer las bases para una nueva ciudadanía» 
(Presidencia del Consejo de Ministros, 2019).
El programa de la feria comprende una ruta formativa basada en interac-
ciones con actores a lo largo de un recorrido escenográfico, un lugar flexible 
para eventos, talleres, puestos de exhibición y venta de productos —como 
artesanías e insumos nativos—, así como para realizar conferencias, con-
ciertos y recitales. Las actividades están concebidas como un centro de re-
cursos para la ciudadanía, y el proyecto arquitectónico propone un pabellón 
de madera, con una escala importante cuando se coloca en las plazas de 
armas de las distintas ciudades.
La propuesta arquitectónica consiste en envolver las actividades más in-
trovertidas —la ruta y el auditorio-taller— con aquellas más extrovertidas —los 
puestos de venta y el escenario para conciertos—, conformando un conjunto 
volumétrico regular y sencillo que al interior evoca la idea de «casa comunal», 
pero con la alegría y algarabía propias de un mercado ferial hacia el exterior. 
La edificación temporal comprende una estructura y un sistema de paneles 
de fabricación modular de madera, lo que permite ir variando el tamaño de la 
feria de acuerdo con el espacio disponible y los requerimientos propios de la 
ciudad visitada. El peso de cada elemento está regulado para facilitar la mani-
pulación y el montaje entre pocas personas, sin necesidad de grúas.
En líneas generales, es una gran nave hecha con piezas de madera, que 
alberga dos grandes espacios interiores diferenciados entre sí y conecta-
dos entre ellos y a la calle por un vestíbulo central, varios puestos perime-
trales abiertos en los laterales de la nave hacia la calle y un gran espacio 
público lateral. 
La feria está pensada con cuatro componentes: el primero, una ruta for-
mativa, en uno de los espacios interiores, que comprende una exposición y 
un recorrido interactivo; el segundo y el tercero, talleres y conferencias ma-
gistrales a cargo de profesionales y especialistas; y el cuarto, los puestos 
o stands que rodean la feria hacia el exterior, y que generan una relación 
atractiva y directa hacia el público transeúnte. Esto activa las plazas y atrae a 
la gente hacia los lugares de encuentro y aprendizaje ubicados en el interior. 
Roman Bauer Arquitectos inició su trabajo en 
2012. Desde entonces han desarrollado proyec-
tos de equipamiento público desmontable como 
el Museíto Itinerante y la Canchita Centro Cultural, 
premiada en 2013 por la Municipalidad de Lima. 
En 2014 realizaron la Feria Climática de la COP 20 
Lima, después de ganar el concurso convocado 
por Naciones Unidas. Otros premios incluyen el 
primer lugar en el concurso para las nuevas ofi-
cinas del estudio de abogados M&A en Lima y el 
segundo lugar en el concurso de Intervenciones 
en el Parque Arqueológico de Machu Picchu con-
vocado por el Ministerio de Cultura del Perú. José 
Bauer y Augusto Roman son arquitectos por la 
Universidad Ricardo Palma y estudiaron la maes-
tría en la Universidad Politécnica de Cataluña. 
Trabajaron en proyectos independientemente en 
Barcelona, antes de volver al Perú.
Roman Bauer Arquitectos (Augusto Roman, José Bauer) 
1. Fotomontaje del proyecto instalado en la Plaza 
de Armas del Cusco.
2. Cortes transversales del proyecto en diversas 
situaciones.
3. Corte longitudinal del proyecto.
4. Planta del proyecto, con el espacio central 
abierto, acompañado por un auditorio y una sala 
de usos múltiples.
5, 6. Fotomontaje del proyecto instalado en el 
Parque de la Exposición.
7, 8. Despiece del proyecto para su proceso 
constructivo de montaje y desmontaje.
9. Fotomontaje del proyecto instalado en la plazade Armas de Arequipa.
10. Fotomontaje del proyecto instalado en la 
plaza de Armas del Cusco.
9Revista A 17-18 | Bicentenario
Durante la noche los puestos se cierran y la feria adquiere otro aspecto, más 
telúrico, como de cerro o animal dormido… También dormido quedó el pro-
yecto, luego de que se licitara su fabricación en 2019 y, por esos procesos 
sin sentido, la ganara una empresa inescrupulosa que intentó estafar al Es-
tado y al país que imaginábamos. Un final ribeyriano mientras celebramos 
los primeros doscientos años de país independiente.
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10Revista A 17-18 | Bicentenario
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11Revista A 17-18 | Bicentenario
Todos estos puestos pueden cerrarse con seguridad 
durante la noche, para poder mantener adentro los objetos 
de exposición y venta sin necesidad de acomodarlos o 
reponerlos cada día de la feria.
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12Revista A 17-18 | Bicentenario
Está conformada por piezas 
modulares que permiten un fácil 
transporte y un rápido ensamble 
y desmontaje. También brinda 
una serie de espacios flexibles 
para las diversas actividades 
propuestas para esta feria.
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14Revista A 17-18 | Bicentenario
Mercados resilientes
La coyuntura de pandemia ha revelado deficiencias en estructuras públicas 
de la ciudad como los mercados de abastos, sistemas que cumplen una 
función neurálgica para el funcionamiento de la sociedad. El Concurso In-
ternacional Mercados Post Covid-19 se enfrentó a esto y propuso rediseñar 
los mercados municipales minoristas N.° 1 y 3 de Febrero, del distrito de La 
Victoria, requiriendo una propuesta urbana, arquitectónica y de gestión.
Nuestra propuesta parte del entendimiento del entorno y las dinámicas 
que comprometen los mercados con el lugar y la comunidad. Ponemos en 
evidencia problemáticas sociourbanas relacionadas con el impacto gene-
rado por el descontrol y la apropiación masiva del comercio, reconociendo 
los roles jerárquicos y ordenadores del contexto y sus relaciones con la vida 
cotidiana de los usuarios. Abordamos la situación, entonces, a partir de la 
idea de ciudad compacta enfocada en el espacio público y el ciudadano.
La intervención intenta ser integral, como resultado de un proceso de 
exploración del contexto que relacione lo urbano con lo arquitectónico. En 
este marco, la propuesta revalora y reordena el espacio público mediante 
suturas urbanas con ejes peatonales que conectan los mercados, el Parque 
del Migrante, el cerro San Cosme y la zona de Gamarra. Estos ejes se arti-
culan en una microrred de espacios públicos generados por la reutilización 
de espacios abandonados y la creación de nuevas plazas, patios y pasajes, 
para fomentar la inclusión e integración social. Estas intervenciones con-
cluyen en una supermanzana comercial, un nuevo ámbito público para la 
ciudad. Las dinámicas sociourbanas se refuerzan con módulos de comercio 
ambulatorio —para su reorganización— y con ciclovías, paraderos y carriles 
preferenciales de transporte público. 
La propuesta arquitectónica surge para estimular las relaciones con 
el exterior, disolver las barreras público-privadas y revitalizar la urbanidad; 
así logramos trabajar ambos mercados como una unidad y repotenciar sus 
condiciones públicas. Los mercados se presentan en función de los ejes 
peatonales y las plazas, que empiezan a darle forma al proyecto en el exte-
rior y le dan paso a la configuración de su interior. Buscamos la conexión al 
espacio público mediante la extensión del Parque del Migrante en el mer-
cado, con la creación de una nueva terraza pública multifuncional, pasajes 
abiertos, patios y nueva vegetación. 
Diseñamos un sistema de organización modulado y flexible, con puestos 
desmontables o móviles, para reordenar el interior y liberarlo en las oca-
siones necesarias, creando espacios más amplios para permitir mayores 
distanciamientos y un mejor desarrollo del comercio. Planteamos el funcio-
namiento del mercado en tres niveles, con espacios de distintas alturas y 
conexiones verticales en múltiples puntos, lo que otorga más espacio para 
los usuarios y garantiza una competencia equitativa.
Carlos Herrera, Yasmin Jasahui, Franco Loo, Julio Ramírez, Luis Lozano
1. Fotomontaje.
2. Cortes.
3, 4. Isometrías de espacio público.
5. Vista exterior.
6. Isometrías situacionales.
7. Axonometría explotada.
8. Vista interior.
9. Masterplan.
Carlos Herrera Mogollón. Bachiller en arqui-
tectura por la Universidad Ricardo Palma (2018). 
Asistente de cátedra del Taller de Diseño XV de la 
Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la URP.
Yasmin Jasahui Ocampo. Bachiller en arqui-
tectura por la Universidad Ricardo Palma (2018). 
Asistente de cátedra del Taller de Diseño XV de la 
Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la URP.
Franco Loo Lecca. Bachiller en arquitectura por 
la Universidad Ricardo Palma (2019).
Julio Ramírez Rodas. Bachiller en arquitectura 
por la Universidad Ricardo Palma (2019).
Luis Lozano Núñez. Egresado de Ingeniería In-
dustrial, Pontificia Universidad Católica del Perú 
(2020).
15Revista A 17-18 | Bicentenario
El proyecto Mercados resilientes es la suma de estrategias e interven-
ciones centradas en la búsqueda de un nuevo tipo de mercado, más diná-
mico y adaptable a condiciones actuales y futuras, comprometido con las 
personas y la calle. Es también un inicio para la reestructuración y revitaliza-
ción urbana de este importante sector comercial del distrito de La Victoria.
Concurso: Concurso Internacional Mercados 
Post Covid-19
Organizadores: Proyecto Perú, Ideas en 
Pandemia y Municipalidad de Lima
Lugar: La Victoria, Lima, Perú
Año: 2020
Mérito: Primer puesto
Equipo de Proyecto: Carlos Herrera, Yasmin 
Jasahui, Franco Loo, Julio Ramírez, Luis Lozano 
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Choquequirao
Choquequirao, popularmente conocido como el «segundo Machu Picchu», 
es un sitio arqueológico que forma parte de la ruta de patrimonio mundial 
Qhapac Ñam. Su difícil acceso, producto del mal estado de la infraestructura 
turística, limita la llegada de visitantes y hace insostenible su mantenimien-
to. Para atender esta problemática, el Ministerio de Turismo y Proinversión 
propusieron un proyecto que mejora la accesibilidad al sitio arqueológico. El 
Consorcio Choquequirao, encargado de la formulación del proyecto, asignó 
la propuesta arquitectónica a un grupo de jóvenes como parte de un equipo 
interdisciplinario de profesionales. El producto de este equipo incluye dos 
tipos de circuitos: las rutas de caminata, que consisten en el mejoramiento 
del camino y la implementación de infraestructura turística, y el sistema de 
transporte multimodal, compuesto por estaciones centrales de buses y es-
taciones de teleférico, para atraer a un nuevo perfil de visitantes.
Debido a que todas las nuevas instalaciones se ubican en un área natu-
ral de conservación regional, el proyecto arquitectónico enfrenta dos retos: 
plantear una solución técnica que permita una fácil ejecución de infraes-
tructura en un lugar de difícil acceso, y lograr una intervención que se po-
sicione respecto a las preexistencias arqueológicas y el entorno natural. A 
partir de estas circunstancias se toma como punto de partida trabajar con 
la cubierta, referenciando el componente ausente en las edificaciones ar-
queológicas de Choquequirao. En la propuesta arquitectónica se propone 
la cubierta como un componente variable, definido formalmente según los 
requerimientos espaciales del programa que alberga.
En las rutas de caminata, debido a la diversidad geográfica del territorio, 
se propone una solución flexible y replicable, a partir de un sistema prefa-
bricado ligero que facilita su transporte y ejecución; un sistema que parte de 
la cubierta, con una lógica constructiva que permite estructurar un sistema 
multiescalar. Estoscomponentes crean, a su vez, un catálogo de módulos 
que se agrupan para conformar los distintos programas a lo largo de la ruta 
de caminata. Este sistema, a diferencia de las construcciones preexisten-
tes, no transforma el territorio, sino que se apoya en él de forma puntual, 
adaptándose a las condiciones del mismo.
En el sistema de transporte multimodal se propone emplazar las esta-
ciones centrales cerca del ingreso de los centros poblados próximos al si-
tio arqueológico, los cuales proporcionarán espacios colectivos para el uso 
de los residentes y los visitantes. Las edificaciones propuestas le sirven al 
usuario para embarcar en bus hacia las estaciones de teleférico, lo que per-
mite reducir la huella de las edificaciones, en el sitio arqueológico, al mínimo 
requerido. El conjunto de edificaciones está diseñado sobre la base de una 
huella que alberga los componentes mecánicos de transporte por cables, 
un espacio con las dimensiones y requerimientos determinados por la tec-
nología. Sobre esta base rígida se apoya la cubierta de madera laminada 
que alberga el nuevo programa de las estaciones.
El equipo técnico de infraestructura estuvo con-
formado por profesionales egresados de Ar-
quitectura PUCP con trayectoria profesional en 
proyectos de infraestructura pública y gestión 
pública en las áreas de cultura, turismo, edu-
cación y vivienda, profesionales a cargo del de-
sarrollo de la propuesta integral de arquitectura y 
paisajismo del proyecto Proyecto «Mejoramiento 
de los Servicios Turísticos Públicos del Parque 
Arqueológico de Choquequirao», adjudicado por 
el Ministerio de Comercio y Turismo (Mincetur) y 
Proinversión a la Consultora Cotinex, como parte 
del Consorcio Choquequirao. 
Consorcio Choquequirao, Mincetur y ProInversion, Consultora Cotinex
Arquitectura: Kevin Malca Vargas, Alejandro To-
rero, Akemi Higa, Sebastian Pérez Crespo, Paola 
Lorena Hernández. Geografía y antropología: 
Daniel Montes, Paula Tafur, Guadalupe Martínez. 
Arqueología: Julinho Zapata. Ingeniería: Ferrán 
Goya, Marc Pastor, Jorge Chávez, Jorge Martín 
Chávez, Ricardo Chávez. Colaboración: Rosana 
Correa, Juan Pereyra, Alex Alberca, Heimmo Jus-
tiniano, Álvaro Orihuela, Gabriela Coz. 
_______________________________________________________
1. Estación de llegada del teleférico en el abra 
Choquequirao. 
2. Catálogo de módulos para las rutas de 
caminata.
3. Estación central en Huanipaca.
4. Módulo de servicios.
5. Planimetría de estaciones del transporte 
multimodal.
6. Estación de salida del teleférico en Maizal.
7. Estación central en Yanama. 
8. Módulo Centro del Arriero.
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La propuesta, en sus distintas escalas, trasciende los requerimientos 
técnicos del encargo y articula un diálogo con el territorio y las preexisten-
cias. Las nuevas operaciones arquitectónicas, definidas por las cubiertas, 
albergan usos contemporáneos y forman parte de una nueva etapa de la 
construcción del paisaje cultural de Choquequirao.
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Exponemos aquí un proceso particular de producción tanto de un espacio 
físico como de un símbolo de representación colectiva, ubicado en el umbral 
entre la urbanidad y el ecosistema de lomas; un proceso continuo y cam-
biante iniciado años atrás por la comunidad, del cual los arquitectos somos 
uno de los actores.
Nuestra participación en el proyecto nació en 2019, en el marco del 
convenio de la Asociación Ecoturística Lomas del Paraíso de Villa María del 
Triunfo con el proyecto «Conservación, gestión y rehabilitación de ecosiste-
mas frágiles de lomas de Lima (EbA Lomas)», del Programa de las Naciones 
Unidas para el Desarrollo (PNUD).* A partir de ese momento establecimos 
un vínculo con el presidente de la Asociación, Noé Neira, quien expuso la 
iniciativa comunitaria de construir un centro de interpretaciones que com-
plemente la experiencia del recorrido turístico y que, a su vez, suponga un 
símbolo de institucionalidad y formalidad que les permita compararse con 
lomas reconocidas, como Lúcumo o Lachay.
Una vez establecido el contacto, sostuvimos sesiones de trabajo conjun-
tas con los diversos actores involucrados —vecinos y orientadores turísticos, 
y representantes ministeriales, municipales y de entidades privadas— para 
determinar un programa arquitectónico que respondiera a las necesidades 
turísticas y al desarrollo de las actividades locales. Esta propuesta alberga-
ría espacios expositivos sobre fauna y flora de las lomas y servicios com-
plementarios para los visitantes, así como espacios destinados a reunión y 
trabajo colectivo de los vecinos.
El edificio responde tanto a la naturaleza de las lomas como al entorno 
construido que lo precede. Por ello, el emplazamiento busca, por un lado, 
resolver las conexiones del plano público a partir de la disposición de la edi-
ficación en el lote, a la vez que se continúa y consolida el perfil residencial 
del barrio; y por otro, incorporar el sistema de captación de agua de neblina 
usado en el contexto. La ocupación del volumen nos permite generar una 
plaza hacia la esquina del lote, la que articula tanto el acceso al proyecto 
como la relación con el contexto.
El primer nivel alberga el programa público, como la sala expositiva, con 
apertura total hacia la plaza y los servicios higiénicos, accesibles sin interrum-
pir el área de exposición ni el flujo de visitantes. En el segundo nivel se plantea 
un área para reuniones de la comunidad con apertura hacia una terraza atra-
panieblas, de carácter experimental y orientada a la captación de agua para 
el reverdecimiento de áreas públicas con especies endémicas. El tercer nivel 
consiste en dos salas de reuniones complementarias para uso vecinal.
Mediante la escala y los materiales empleados buscamos establecer 
una relación apropiada entre el barrio y la cualidad temporal del ecosistema. 
A la estructura interior —de mampostería armada y de concreto armado— le 
añadimos un revestimiento exterior de piedra del terreno. De esta forma, el 
Centro Paraíso se vuelve un punto de conexión urbana, así como una refe-
rencia cognitiva para los usuarios y material para el lugar.
1. Axonometría de relación con la calle.
2. Emplazamiento
3. Vista desde la calle.
4. Axonometría desde la llegada del circuito.
5. Estrategias.
6. Patio atrapanieblas.
7. Localización en las Lomas del Paraíso.
8. Sala de reuniones en el tercer nivel.
9. Salón de encuentro comunal.
10. Vista desde la plaza pública.
_______________________________________________________
* El proyecto EbA Lomas, llamado así debido 
a que utiliza un enfoque de adaptación basada 
en ecosistemas (AbE o EbA, por sus siglas), 
busca proteger, conservar y gestionar de manera 
sostenible los ecosistemas de las lomas de Lima.
Paola Nicolacci es arquitecta por la Facultad 
de Arquitectura y Urbanismo (PUCP, 2015) con 
diploma en Diseño Participativo en la Produc-
ción y Gestión Social del Hábitat (Universidad 
Nacional Autónoma de México, 2020). Trabajó 
en estudios como K+M Arquitectura y Urbanis-
mo, y Reynaldo Ledgard Arquitectos. Actual-
mente trabaja como arquitecta en el Programa 
para la Recuperación del Centro Histórico de 
Lima (Prolima).
Juan Pereyra es arquitecto por la Facultad de 
Arquitectura y Urbanismo (PUCP, 2016). Trabajó 
como jefe de proyecto en Llosa Cortegana Ar-
quitectos. Se ha desempeñado como arquitec-
to en proyectos de infraestructura de transporte 
y vivienda. Actualmente trabaja con la oficina 
PlanA0-100 y de forma independiente.
Centro Paraíso
Paola Nicolacci, Juan Pereyra
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Hubo unavez 
una línea en el centro 
de Lima
Esta intervención efímera en el espacio público logró recordar algunos 
acontecimientos de la ciudad, del pasado remoto y reciente, señalando 
huellas de la urbe enterrada. Un proyecto artístico que consiguió intervenir 
un lugar simbólico y estratégico del centro de Lima.
El jirón Quilca sería parte de un extenso recorrido entre el Callao y Ca-
jamarquilla, de este a oeste. Pocos usuarios de la plaza San Martín podrían 
suponer que el jirón Quilca es, desde hace siglos, el «camino a la mar»; y en 
la otra dirección, la ruta a la sierra. A su vez, la intervención quiso evidenciar 
la vitalidad política y cultural que ha tenido el jirón Quilca durante décadas, 
una historia que, al igual que el camino prehispánico, se mantiene subterrá-
nea pero latente.
La obra se expuso al público del 8 al 17 de junio de 2012. Una línea roja 
continua empezaba en la primera cuadra del jirón Quilca y recorría, cruzan-
do pistas y veredas, toda la plaza San Martín, hasta el jirón Carabaya, prolon-
gando la intervención sobre el edificio Encarnación. 
La línea, de material vinílico color rojo, estuvo pegada sobre adoquines, 
asfalto y granito. Algunos elementos del mobiliario urbano que se encontra-
ban en el camino también fueron forrados. El recorrido horizontal era de casi 
200 metros. La línea vertical sobre el edificio, de más de 20 metros, se pintó 
directamente sobre la fachada.
Durante diez días la gente se sintió atraída e intrigada con la línea roja 
y se produjeron espontáneamente usos no previstos. Fue motivo de con-
versación, una invitación a mirar de nuevo la ciudad; sirvió para visibilizar la 
realidad que se pasa por alto. Además, contribuyó a la recuperación de la 
memoria y revalorizó el lugar, potenciando sus propias energías.
El espacio público es un espacio real de convivencia y un espacio simbó-
lico en disputa. En casos como este, el arte tiene la voluntad y la capacidad 
de contribuir a una nueva interpretación de la realidad y a generar nuevos 
sucesos. Queda de esta intervención urbana el registro fotográfico y el re-
cuerdo de quienes la vieron. También ella forma parte de las huellas de esta 
ciudad.
Elio Martuccelli Casanova (Lima, 1968). Arqui-
tecto por la Universidad Ricardo Palma. Doctor en 
Teoría e Historia de la Arquitectura por la Universi-
dad Politécnica de Madrid. Ejerce de manera inde-
pendiente su profesión como diseñador, docente 
e investigador. Profesor en la Universidad Ricardo 
Palma y en la PUCP. Autor de libros y editor, desde 
1999, de la revista Arquitextos. Artículos suyos han 
aparecido en diversas publicaciones del Perú y del 
extranjero. Ha sido conferencista en Latinoamé-
rica y España. Artista visual autodidacta, con tres 
exposiciones individuales y más de treinta colec-
tivas. Sus técnicas son diversas y su obra aborda 
temas personales, así como de la realidad política 
y social, con ingredientes de denuncia y humor. 
Con distintos colectivos ha elaborado escenogra-
fías para teatro, televisión y conciertos, así como 
trabajos de diseño gráfico. Promueve la práctica 
de murales participativos, ha realizado interven-
ciones urbanas de carácter efímero y proyectos 
de esculturas públicas. Vive y trabaja en Lima.
Intervención urbana. Jirón Quilca y Plaza San 
Martín. Centro Abierto 2012
_________________________________________________________
1. Una raya en la cuadrícula. La línea roja de la his-
toria. Imagen digital de la propuesta, con dibujos 
de Guamán Poma de Ayala. Elio Martuccelli, 2012.
2. Una raya en la cuadrícula. La línea roja de la his-
toria. Vista aérea del Cercado de Lima y Barrios 
Altos, incluida la zona intervenida del jirón Quilca 
y la plaza San Martín. Lima. Elio Martuccelli, 2012. 
Fotografía: Servicio Aerofotográfico Nacional. 
Diseño: Dina García.
3, 4, 6, 7, 8. Una raya en la cuadrícula. La línea 
roja de la historia. Intervención urbana, jirón 
Quilca y plaza San Martín. Lima. Elio Martuccelli, 
2012. Fotografías: Elio Martuccelli.
5. Una raya en la cuadrícula. La línea roja de la 
historia. Intervención urbana, jirón Quilca y plaza 
San Martín. Lima. Elio Martuccelli, 2012. Fotogra-
fías: Jorge Miyagui.
Elio Martuccelli
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Parque Pachacamac
The interactions between Peru and its past should be more fluid. The Pach-
acamac Park presents a unique opportunity to subvert the way in which Pe-
ruvians relate both to their historical and natural heritage. Using ecology as 
a framework, «Pachacamac: The Mantle and the Plinth» turns ecology and 
urban growth into the main drivers to protect archaeology. 
The Mantle is an ecological blanket that covers the entire site, protecting 
archaeological remains from the forces of nature, while providing ecosys-
tem services to the surrounding neighborhoods. The mantle acts as a «fog 
factory,» moving recycled water through the park and turning it into fog to 
create a «tillandsial,» a typical Peruvian coastal desert ecosystem. The Plinth 
is an active urban promenade that limits the Pachacamac site, protecting it 
from urban sprawl, but also plugin into the existing fabric to activate several 
neglected public spaces. The plinth acts as a «water factory,» treating grey-
water from the neighborhood and re-using it to irrigate the park. 
How to create a park on an archaeologically sensitive area where you 
cannot water the soil neither have deep roots? Creating a «Tillandsial» is the 
answer. Tillandsiales are a fog dependent native ecosystem typical to the Pe-
ruvian coast. Native coastal epyphites like Tillandsia landbeckii, and Tilland-
sia latifolia are a perfect choice in this arid landscape due to their lack of a 
root system which will not disturb the archaeology at site. Due to the current 
elevation of Pachacamac, tillandsia establishment will need irrigation via an 
innovative system of fogposts and fogwalks. The fogwalks are economically 
prototyped boardwalks which transport both ‘water’ for Tillandsia establish-
ment and ‘people’ to let them experience the tillandsial. To extend the net-
work further, a grid of fogposts —a lightpost/water conveyor— give structure 
to the park and add on to night time safety and a sublime experience.
While the ecological mantle allows to experience the sanctuary up close, 
there is a strong and urgent need for a buffer which prevents any further 
encroachment in the site. To achieve this, rather than fortifying the park with 
a wall, we propose to tactically design a 3-fold plinth which allows people 
to move around the park; creates an opportunity for social integration and 
becomes a linear ecological corridor which treats and conveys water for the 
site. This plinth plugs in with all open spaces at the edge of our site hosting 
an array of programs such as play fields, community markets, botanical gar-
dens and finally, improves access to the park. It acts like a front porch for the 
community which allows for awareness and appreciation of desert agricul-
ture through educational gardens designed along the plinth. 
Working in an arid climate with limited resources, the plinth is also an 
asset for capturing, filtering and distributing water for the park. It houses de-
centralized water treatment ponds which collects all grey water and storm 
water from immediate neighborhood and treats it using bio-filtration tech-
niques making it a self-sustainable irrigation system.
La iniciativa 2021: Proyectos del Bicentenario, 
en asociación con el Ministerio de Cultura y la 
Municipalidad Metropolitana de Lima, organizó 
el concurso abierto e internacional para el dise-
ño de un parque en el entorno del Santuario de 
Pachacamac, ubicado al sur de la ciudad de Lima. 
La convocatoria tuvo como objetivo la construc-
ción de un complejo paisajístico que actúe comoborde protector del Santuario y provea a la ciudad 
con un parque de escala metropolitana. El con-
curso fue dirigido por el arquitecto Gary Leggett 
y tuvo como jurado a los arquitectos Lucia Allais, 
Alan Berger, Paulo Dam, Tom Emerson, Danilo 
Martic. El proyecto fue presentado por el alcalde 
de Lima, Jorge Muñoz, y se espera que entre en 
cartera de proyectos en algún momento para su 
desarrollo y posterior ejecución. 
_________________________________________________________
1. Plano general de emplazamiento.
2. Vista del plinto.
3. Vista de la llegada del plinto a suelo .
4. Sección esquemática de la transición del 
borde al interior del proyecto.
5. Sección detallada del borde del proyecto en la 
zona residencial aledaña.
6. Vista desde el interior del plinto.
7. Sección esquemática de condición de borde 
del plinto.
8. Detalle de la planta general. Tramo del plinto 
entre el MUNA y Museo de Pachacamac.
9. Detalle de planta de la sección frente a la zona 
residencial.
10. Vista aérea del conjunto.
Tomas McKay, arquitecto paisajista, planifica-
dor ambiental.
Pablo Alfaro, arquitecto, arquitecto paisajista.
Kushal Lachhwani, arquitecto, arquitecto 
paisajista. 
Tomas McKay, Pablo Alfaro, Kushal Lachhwani 
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MASTER PLAN
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1. MUNA
2. Museo Sitio
3. Wetlands
4. Santuario Arqueologico
5. Burial Sites
6. Remains of the wall
7. Panamericana Sur
8. Ave. de Lima
9. Tilandsia Trails
10. Fog Posts
11. Visitor Center
12. Orchards
13. Tamarugo Walks
14. Teleferico
15. Multimodal Center
16. Community Market
17. Guard Station
18. Stepped Botanic Garden
19. Urban Playcourts
20. Water Ponds
21. Urban Plinth
22. Craft Market
23. Multi-purpose Pavillions
24. Archaeological Deck
25. Nursery
The park is phased based 
on proposed revenue model 
starting with 2 important 
N-S nodes and a bus loop
to secure the park. Followed
by completion of plinth and
loops on west side and
then finally the complete
periphery of the sanctuary.
1. Secure bus loop
2. N+S node
3. Biofiltration
4.West Trails
1. West Plinth
2. Archaeological Decks
3. Tillandsia Mantle
1. East Plinth
2. All Trails+Funicular
3. Tillandsia Mantle
LEGEND
PHASING
25
FOGPOST SECTION / TILLANDSIA SAND DUNE BUILD-UP
Over time, the Tillandsias 
allow for sand build up and 
stabilization of slopes to 
preserve the archeological 
remains unexposed
sand accumulation “NEBKHAS”
Source: Hesp, Patrick A., Smyth, Thomas A.G., Nebkha flow dynamics
and shadow dune formation, Geomorphology (2017)
WIND
3rd yr5th yr
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av. antiguasanctuary neighbors neighbors neighborsbus loop bus loop bus loopurban plinth urban plinth urban plinth urban plinthsanctuary sanctuary sanctuarysanctuary
URBAN PLINTH SECTION / NORTHERN PROMENADE
NORTHERN PLINTH PLAN
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POLISHING PONDS
POLISHING PONDS
PLANTED F
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PACHACAMAC ESPLANADE
park preservation walkguard station
urban plinth
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stage 1
GREASE
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BAFFLED REACTORS
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PLANTED GRAVEL 
FILTER
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POLISHING PONDS
CLEAN WATER FOR 
IRRIGATION COMMUNITY FARM / NURSERY EDUCATIONAL ORCHARD
STORMWATER GARDEN
BUS LOOP
SUSTAINABLE SOCIAL HOUSING
PROTOTYPE
greywater collection catchment basin
fogwalks
tilandsia plantation
MULTIPURPOSE PAVILIONS
bougainvillea trellis
wisteria trellis
urban playcourt
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NORTH STA
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multimodal transit
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parking
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av. antiguasanctuary neighbors neighbors neighborsbus loop bus loop bus loopurban plinth urban plinth urban plinth urban plinthsanctuary sanctuary sanctuarysanctuary
URBAN PLINTH SECTION / NORTHERN PROMENADE
NORTHERN PLINTH PLAN
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POLISHING PONDS
POLISHING PONDS
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park preservation walkguard station
urban plinth
bus loop bus loop
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TRAP
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BAFFLED REACTORS
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FILTER
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POLISHING PONDS
CLEAN WATER FOR 
IRRIGATION COMMUNITY FARM / NURSERY EDUCATIONAL ORCHARD
STORMWATER GARDEN
BUS LOOP
SUSTAINABLE SOCIAL HOUSING
PROTOTYPE
greywater collection catchment basin
fogwalks
tilandsia plantation
MULTIPURPOSE PAVILIONS
bougainvillea trellis
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multimodal transit
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URBAN PLINTH SECTION / NORTHERN PROMENADE
NORTHERN PLINTH PLAN
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CLEAN WATER FOR 
IRRIGATION COMMUNITY FARM / NURSERY EDUCATIONAL ORCHARD
STORMWATER GARDEN
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greywater collection catchment basin
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av. antiguasanctuary neighbors neighbors neighborsbus loop bus loop bus loopurban plinth urban plinth urban plinth urban plinthsanctuary sanctuary sanctuarysanctuary
03 EDUCATIONAL ORCHARDS
fruit tree plantations for community use
PACHACAMAC ESPLANADE
active Plaza, Community Market and funicular station
PACHACAMAC FUNICULAR
improve N-S connectivity
FOGWALK LOOP #1
archeo-ecological hiking trail
FOGWALK LOOP #2
archeo-ecological hiking trail
ARCHAEOLOGICAL DECK #2
observation platform into the tillandsial
ARCHAEOLOGICAL DECK #1
observation platform into the main wall
ARCHAEOLOGICAL PLINTH
Crafts market-Muna-funicular active promenade
POLISHING PONDS
main recycled greywater reservoirs
PLUGIN NEIGHBORHOOD PARK
sport courts and urban agriculture
01 TILLANDSIAL
erosion control mantle
02 TAMARUGAL
solar / wind control mantle
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44Revista A 17-18 | BicentenarioA 15-16 | Cuerpo docente
R
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 M
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cc
el
li
1. El Instituto y Hacienda Normal
 Mariana Leguía
2. Repensar la metrópolis desde el Callao. 
Reflexiones a partir de la experiencia del PDM
 Franklin A. Velarde, Claudia Amico, Pedro Indacochea, 
Silvana Corro, Gustavo Díaz
3. Perú: vivienda y ciudad pospandemia. Retos y 
oportunidades
 Susana López, Ariana Valcárcel
4. El mercado como sistema de espacios públicos. 
Pensar la infraestructura pública para el 
bicentenario a través de los mercados de la 
ciudad pospandemia
 Ricardo Huanqui, Rodolfo Bocanegra, Juan Pablo 
Sarmiento, Julissa Paredes, Sammy Tejada, Ana Córdova, 
Nathalie Muñoz
5. Indagaciones sobre la arquitectura
 Frederick Cooper, Smiljan Radic
ENSAYOS
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Esta sección de A 17-18 presenta un conjunto de ensayos atra-
vesados por el hilo conductor de la reflexión sobre formas de 
urbanidad que posibilitan la convivencia ciudadana. Hacen 
notar los temas acerca de los cuales la actividadprofesional, 
la cultura académica y la actualidad ciudadana deberían es-
tar debatiendo: ¿cómo seremos capaces de sostener el de-
sarrollo urbano?, ¿qué elementos pueden colaborar para que 
enfrentemos este reto partiendo de las prácticas del diseño 
arquitectónico, urbano y paisajístico? 
El primer ensayo reflexiona sobre una de las primeras visio-
nes del crecimiento de Lima —a menudo desapercibidas para 
la historia—, aquella propuesta por Luis Sada hacia 1870. El se-
gundo presenta una experiencia de urbanismo contemporá-
neo en el Callao y sus aportes a la región. El siguiente texto 
se ocupa de los retos de la ciudad contemporánea frente a la 
pandemia y su influencia en el futuro inmediato. Finalmente, 
se suman dos textos que se refieren, de distintas maneras, a 
las formas arquitectónicas relacionadas con estas preocupa-
ciones: una reflexión respecto a los mercados y una conversa-
ción entre los arquitectos Freddy Cooper y Smiljan Radic.
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
46Revista A 17-18 | Bicentenario
En nuestra historia nacional reciente, pocos son los 
proyectos utópicos que han servido de referencia —o 
de norte— a quienes diseñamos para las ciudades en 
el Perú; proyectos que, aunque parezcan imposibles 
de realizar, estimulen nuestra imaginación en busca 
de un lugar común, un modelo de futuro, que dibu-
jen los ideales de sociedad descritos por otras disci-
plinas. Tal vez esto se deba a que en la mayoría de los 
casos hemos ido en búsqueda de soluciones o utopías 
formales, para aportar a esa idealización y ocupación 
del territorio desde de lo construido. Sin embargo, 
como dice John F. C. Turner (2018), «los objetos en sí 
mismos no tienen significado; solo se hacen reales 
cuando se les concibe en relación» (2018: 28). 
Mariana Leguía es fundadora de LLAMA, estudio de 
arquitectura y urbanismo, junto con su socio, Angus 
Laurie (2010). Ellos combinan su práctica profesional 
con la investigación y la enseñanza en Arquitectu-
ra PUCP. En 2016 ganaron el concurso internacional 
para la Nueva Ala de Arte Contemporáneo del Museo 
de Arte de Lima (MALI). En 2017 representaron al Perú 
en la Bienal de Pamplona. En 2018 fueron nominados 
al  Mies Crown Hall America’s Prize por su proyecto 
Casa Puente. Actualmente enseña en la Maestría en 
Arquitectura y Procesos Proyectuales de la PUCP y en 
la J.H.Daniel´s Faculty of Architecture, Landscape and 
Design de la Universidad de Toronto.
EL INSTITUTO Y 
HACIENDA NORMAL
Espacio público y proyecto pedagógico en Lima, 1870. 
Una visión contemporánea
Mariana Leguía
47Revista A 17-18 | Bicentenario
I
Durante el cambio de milenio el enfoque en el quehacer de la 
ciudad, estuvo dirigido hacia la idea del urbanismo sostenible, 
principalmente a partir de un discurso tecnológico, tomando 
los sistemas de movilidad urbana alternativos y las tecnologías 
de la construcción como puntos de partida para reducir el im-
pacto de nuestras maneras de habitar. Este discurso entendió 
la mancha urbana de las ciudades de la manera más literal: 
asociando la huella ecológica con su compacidad, en lugar de 
entender los sistemas a partir de su complejidad y de cómo go-
biernan la cadena de suministro global en toda su magnitud. 
En Creando ciudades sostenibles, Herbert Girardet afirma que
[…] los asentamientos humanos o las ciudades ya no utilizan 
la fertilidad de las tierras agrícolas y los bosques circundan-
tes como su principal base económica […]. Hoy no vivimos 
en una civilización, sino en una movilización —de recursos 
naturales, personas y productos (1999: 2, traducción propia). 
Partiendo de esta premisa se hace necesario superar la no-
ción de soluciones verdes simplistas como principal medio 
para reducir las emisiones de carbono con alternativas surgidas 
de la implementación de tecnología, que no generan un impac-
to real en la recuperación de nuestra ecología y nuestro planeta.
A raíz de esto, en los últimos años se ha generado un con-
traargumento al discurso de la ciudad compacta, desarrollando 
métodos de medición para calcular la huella ecológica por el 
consumo global de tierras agrícolas y bosques, y la consiguiente 
pérdida de biodiversidad, lo que va más allá de comprender la 
sostenibilidad urbana sobre la base de la densidad poblacional. 
Esta metodología de gestión de la ciudad calcula de dónde pro-
viene lo que consumimos y a dónde va lo que desechamos, con 
lo que se intenta atenuar de manera más eficiente la crisis cli-
mática. Esta orientación se ve reforzada por discursos como el 
de la teórica feminista Donna J. Haraway (2019), que nos estimu-
la a imaginar un mundo en donde «debemos reconfigurar nues-
tras relaciones con la tierra y sus habitantes», creando a partir 
de lo ya destruido, pero esta vez en constante reciprocidad. 
Si aplicáramos esta metodología a grandes ciudades como 
Lima, ya no sería posible —ni suficiente— imaginar que las 
áreas productivas agrícolas sean únicamente las ubicadas en las 
periferias —las que, dicho sea de paso, también están en peligro 
de ser urbanizadas—. Tal vez, una posibilidad sería que todas 
las áreas verdes urbanas, por más pequeñas que sean, formen 
parte de un ecosistema de producción agrícola, orientado desde 
las nociones de la permacultura.
En el Perú, hacia 1837, años después de la declaración de in-
dependencia, se inició una preocupación estatal por la activi-
dad agraria en el país. «Luego de muchas gestiones frustradas a 
lo largo de tres décadas, el Estado adquirió, durante el gobierno 
de José Balta, en 1869, la hacienda Santa Beatriz, con el fin de 
establecer allí el Instituto de Agricultura» (INIA 2018: 19),1 me-
diante decretos del 4 de agosto y del 9 de noviembre de 1869. 
Ese mismo año se decretó la ejecución del Parque y Palacio de 
la Exposición, en el mismo terreno.2 El ingeniero que recibió el 
encargo y se hizo responsable del planteamiento de su diseño 
y ubicación fue el italiano Luis Sada di Carlo, nombrando este 
proyecto: «Instituto y Hacienda Normal para la enseñanza de la 
Agricultura de la República del Perú en Lima» (1870). En 1849 
Luis Sada asumió el cargo de un proyecto antecesor de simila-
res características en Santiago de Chile, La Quinta Normal.
El Instituto inicialmente fue imaginado como parte de las 
instituciones públicas que se ubicaron en el anillo de circunva-
lación que reemplazó a la muralla de la ciudad; y si bien hubo 
muchos intereses favorables a la modernización y expansión 
de la Lima colonial, una de las principales razones que impul-
sarían la demolición de la muralla, en 1868, fue la epidemia de 
fiebre amarilla que se desencadenó ese mismo año (Inga y Car-
celén 2019, Navarro 2017). Tal momento de cambio social y polí-
tico dio pie a que se dibujaran muchos proyectos para Lima. El 
ideal de ciudad vinculada con el paisaje surgía como tendencia 
opuesta a la modernización, la densificación urbana y la indus-
trialización de las capitales que influían fuertemente en nues-
tra economía de aquel entonces. 
En esa línea, en otras latitudes se desarrollaban el Jardín 
de Plantas de París,3 las expediciones publicadas por Alexander 
von Humboldt (1845) y sus seguidores, y, más adelante, la cons-
trucción del Palacio de Cristal en Londres (1851), a cargo de Jo-
seph Paxton, un edificio concebido para la Exposición Univer-
sal, un amplio espacio traslúcido, hecho con una estructura de 
hierro fundido desmontable, en el que uno se podía transportar 
a paisajes exóticos y climas lejanos en su interior, como el de la 
Amazonía peruana. Ciertamente una utopía construida, inspi-
rada en parte por los requerimientos necesarios para alojar a la 
victoria amazónica, el lirio de agua descubierto en el Perú (Col-
quhoun 2003). Al año siguiente, en América del Norte, Frede-
rick Law Olmstead publicó Walks and Talks of an AmericanFarmer 
in England, y en 1858 se inauguró el Central Park en Nueva York.
En el Perú, de acuerdo con lo mencionado por algunos his-
toriadores, el «Instituto y Hacienda Normal» terminó por ser 
una aspiración frustrada, que no llegó a concretarse debido 
principalmente a razones políticas y económicas. A pesar de 
ello, este proyecto pedagógico de agricultura, con una narrativa 
paisajística, ubicado en un lugar céntrico de la ciudad, merece 
ser conocido, así como esclarecer sus circunstancias y contexto. 
Los dibujos y el texto que nos dejó Sada di Carlo se vuelven re-
levantes hoy, ya que, más allá del programa, resulta interesante 
revisar cómo intentó llevarlo a cabo, y el porqué del lugar esco-
gido para emplazarlo en la ciudad. 
II
En la década de 1960, la Municipalidad de Lima convocó a un 
equipo multidisciplinario para que llevara a cabo el estudio y 
registro del patrimonio construido en nuestra ciudad. Debía 
identificar e inventariar la información sobre los edificios y zo-
nas monumentales, así como generar una catalogación de los 
documentos y planos que informaran sobre crecimiento y la 
expansión urbana de Lima. El propósito de este trabajo era te-
ner una mayor claridad sobre lo que se debía proteger como pa-
trimonio, y formular, a su vez, escenarios para su recuperación y 
48Revista A 17-18 | Bicentenario
Imagen 1: Plano de la propuesta para el Instituto y Hacienda Normal para la Enseñanza de la Agricultura de la Republica del Perú 
en Lima, por su director el Ingeniero Luis Sada. Imprenta del Estado. Biblioteca Nacional de Chile, 1870.
49Revista A 17-18 | Bicentenario
evolución. A este grupo de profesionales se le otorgó el título de 
«Junta Deliberante Metropolitana de monumentos históricos, 
artísticos y lugares arqueológicos de Lima», en adelante JDML.4 
En el registro original (Número 1) del estudio de la JDML, titula-
do «Informe sobre los Monumentos Republicanos y Coloniales 
de Lima», en la sección de evolución urbana, desarrollado por 
el Ing. Jose Barbagelata Balestrini—hoy bajo custodia de Pro-
lima— como primer paso se catalogó la información en cinco 
etapas, «correspondientes a los momentos más significativos 
del desarrollo de la ciudad, como resultado de los programas de 
obras públicas». Estos son: 
1. Plano de obras públicas del gobierno de Don José Balta 
en la etapa comprendida entre 1868-1872,
2. Plano de obras públicas de Don Nicolás de Piérola entre 
los años 1895-1999,
3. Plan de gobierno de Don Augusto B. Leguía de 1919 a 
1930,
4. Plan del alcalde Don Luis Gallo Porras, en sus dos perio-
dos que se inician en 1933 y 1940, respectivamente y obra 
continuadora del alcalde Don Luis T. Larco,
5. Últimos planos municipales Alcaldía de Don Héctor García 
Ribeyro (Barbagelata 1962-1963, Informe 1: 49).
Nos interesa detenernos en el plano de 1872, del ingeniero 
Sada di Carlo, titulado «PLANO TOPOGRÁFICO DE LA CIUDAD DE 
LIMA, modificado y aumentado con nuevos cuarteles, manza-
nas, calles, alamedas y edificios públicos. Existentes, en cons-
trucción o proyectados», uno de los inaugurales estudios ur-
banos de importancia, que refleja la primera expansión y plan 
regulador de la ciudad de Lima.5 La particularidad de este plano 
de 1872-1873 es que presenta una propuesta de ensanche para 
la ciudad —al igual que muchas ciudades en Europa lo estaban 
haciendo en ese entonces—. Un plan de expansión a partir del 
derribo de la muralla, que consideraba zonas y proyectos espe-
cíficos, como «la canalización de rio Rímac, la construcción de 
alamedas en sus dos riberas, ensanches de calles y ubicación de 
nuevos puentes» ( José Barbagelata y otros 1962-1963, Informe 1: 
47-48). Se visualiza también el trazado de las avenidas existen-
tes, como la avenida Grau —antes alameda Circunvalación—, 
que culminaba al encontrase en esquina con los terrenos desig-
nados para el Parque de la Exposición y Escuela de Agricultura, 
tal como figura también en la leyenda de dicho plano.6 En cuan-
to al autor, la JDML indica lo siguiente: 
Poco sabemos del ingeniero Luis Sada di Carlo. Antes de su 
desempeño como autor del referido plano, ejercía la direc-
ción del Instituto Modelo de Agricultura en el fundo Santa 
Beatriz que fuera adquirido por Balta para ese propósito. 
Dejó una obra titulada Instituto y Hacienda Normal para 
la Agricultura de la República del Perú (Barbagelata y otros 
1962-1963, tomo 1: 49C). 
III
A mediados de los años veinte del siglo pasado, durante el go-
bierno de Augusto B. Leguía, se trazó la urbanización de Santa 
Beatriz sobre los terrenos donde antes estaba la Escuela Agrí-
cola —que cambió de nombre en diversas oportunidades—. En 
su estudio sobre las haciendas y pueblos de Lima, Fernando 
Flores-Zúñiga (2010) señala, en el contexto del crecimiento de 
dicha urbanización
[…] cierto ingeniero chileno [sic] llamado don Luis Sada, 
postulaba —soñadora pero pujantemente— hacer realidad 
un mega proyecto pedagógico que había quedado trunco 
en su país. Sada en efecto, había sido director de la Escue-
la Agrícola de Chile, cuyo local ha sido conocido como la 
Quinta Normal, uno de los sectores más tradicionales de la 
actual capital del Mapocho (2010: 411). 
La Quinta Normal, lugar de referencia actual para arqui-
tectos y paisajistas, tenía aproximadamente 42 hectáreas en 
aquel entonces, y la idea detrás del nombre era la de la «norma-
lización» de las plantas o su adaptación al clima de la costa de 
América Latina. 
El ingeniero Sada di Carlo emigró a Chile a mediados del si-
glo XIX. Podemos intuir que mucho de lo propuesto en su pro-
yecto para Lima, esta vez en un terreno de 345 hectáreas (Sada 
1870: 14), surgió de la experimentación y visión del proyecto 
antecesor en Santiago, el cual, de acuerdo con los documentos 
escritos por él, no pudo consolidar del todo, entre otros moti-
vos por la falta de apoyo económico para lograr la capacitación 
teórica como complemento a la escuela técnica. A pesar de eso, 
su gran aporte fue consolidar la idea de una escuela de agricul-
tura y un espacio para la aclimatación de plantas, que fuera al 
mismo tiempo un jardín botánico con una narrativa paisajísti-
ca, y un parque público para la ciudad (Hecht 2017: 273). 
En el contexto de Lima, el fundo Santa Beatriz era un lugar 
estratégico para la escuela, ya que, además de reunir las condi-
ciones necesarias en términos de calidad de la tierra, dotación 
de agua —estaba irrigado por un ramal del canal Huatica— y 
área suficiente, al estar ubicado al borde de la ciudad funcio-
naba también como un espacio de conexión entre esta y su fu-
tura expansión.7 Por esta razón —la de su proximidad con la 
ciudad—, Sada di Carlo imaginó la distribución de los campos 
agrícolas para la enseñanza tal como lo explica en su texto: 
Es evidente la utilidad que se reporta de que el primer esta-
blecimiento de esta clase que se plantea en el Perú, se halle 
cerca de la capital por las mayores ventajas que presta a la 
enseñanza, a la especulación y al mayor provecho físico y 
moral, que resultarán para el púbico. La proximidad de ese 
fundo a la ciudad me ha permitido darle una distribución 
que además de proporcionar los medios de enseñanza teó-
rica y práctica y de introducir varias industrias útiles, será 
el lugar de paseo distribuido como un parque, tan necesario 
para el país a fin de que sus habitantes consigan resultados 
higiénicos y económicos (1870: 15).
50Revista A 17-18 | Bicentenario
Imagen 2: Superposición de planos de Lima. Se marca en punto rojo el actual 
Museo de Arte de Lima. Imagen de elaboración propia.
51Revista A 17-18 | Bicentenario
de Instrucción Primaria Agrícola Práctica», se entregó a su ad-
ministrador, sin poder conseguir los resultados esperados. En 
consecuencia, no existieron los recursos ni el tiempo necesa-
rios para concretar la parte del proyecto que se traducía en la 
ocupación pública de losvisitantes, que lo hubiera convertido 
en un parque en toda su extensión, como lo imaginó Sada di 
Carlo. Poco tiempo después, a raíz de la guerra del Pacífico, 
nada quedó de este proyecto ni de sus alrededores.
Bajo la dirección del presidente Eduardo López de Romaña 
(1899-1903), durante la recuperación del país luego de la gue-
rra, se fundó nuevamente la escuela, esta vez con el nombre de 
«Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria» (1902), y se or-
ganizaron varias secciones y estaciones experimentales (Lamas 
M. y Lamas C. 1980: 33).9 
Durante este período, el gobierno empezó a transferir algu-
nos de los lotes designados para la escuela: construyéndose ahí 
el nuevo Hipódromo de Santa Beatriz, el Club de Cricket, el Ve-
lódromo y el Club de Tiro, entre otras edificaciones dedicadas a 
actividades recreativas ubicadas en el campo, así como algunas 
lotizaciones colindantes a la avenida Piérola, denominados, de 
acuerdo con el plano de Federico Elguera (1904), «terrenos de 
San Martín», y la futura avenida Brasil.
La institución fundada por Sada logró ya desde entonces 
importantes contribuciones para el país: impulsó la moderni-
zación y tecnificación de las haciendas azucareras, y aportó al 
cultivo de algodón, la vinicultura y la sericultura; estas últimas, 
actividades introducidas por el ingeniero italiano (Lamas M. y 
Lamas C. 1980: 32-37). 
Sin embargo, y a pesar de que pudo permanecer en su lugar 
de fundación dentro de la ciudad (hasta la década de 1930), toda 
el área comenzó a urbanizarse desde 1921, y se convirtió en lo que 
hoy conocemos como la urbanización de Santa Beatriz. Aunque 
quedaron rezagos que le dieron forma a algunos de los parques 
más importantes de nuestra ciudad, como lo son: el Campo de 
Marte, en el distrito de Jesús María, el Parque de la Reserva y el 
local de la escuela original junto a lo que hoy conocemos como 
el Parque Habich (Pacheco 2011). La Escuela Agrícola se trasladó 
al fundo La Molina hacia 1933, y pasó a ser lo que hoy conocemos 
como la Universidad Nacional Agraria La Molina.
IV
A pesar del desenlace de lo que hoy podría haber constituido 
esta escuela y gran parque de Lima —que anhelamos desde 
hace décadas y que no tenemos—, es importante notar que, en 
términos del proyecto pedagógico inicial, planteado por Sada, 
este solo tuvo referencias similares principalmente en Francia, 
y de manera incipiente en Gran Bretaña. A pesar de sus de-
ficiencias, y en el contexto de América Latina, lo que llegó a 
implementarse en Lima tuvo un gran impacto en nuestro país. 
(León 1952, citado en Flores-Zúñiga 2008: 415). 
Con la urbanización del fundo se dio el primer paso de la 
destrucción del valle de Lima; la cual luego eclosionó su expan-
sión y modernización, primero hacia el sur y luego en todas las 
direcciones posibles, sobre terrenos agrícolas, jardines o huer-
tas que circundaban las murallas de la ciudad. 
Ser parte de la urbe se traducía también en una mayor ac-
cesibilidad del público al conocimiento, a todo lo que se desa-
rrollaba en los campos de la escuela, de tal forma que se lograra 
este doble fin, el de lugar de enseñanza y parque. Sus activi-
dades estaban distribuidas como «escuelas demostrativas» o 
«chacras modelo», en secciones, de la siguiente forma:
 
1a De arbustos y árboles frutales; 2a De botánica agrícola; 3a 
De aclimatación y multiplicación de plantas leñosas; 4a De 
hortalizas; 5a De floricultura; 60a De sericultura; 7a De viti-
cultura; 8a De arboricultura general; 9a Experimental agrí-
cola; 1 a De aplicación cultural de labranza; 11a Práctica de 
cultivo; 12a De los animales (Sada 1870: 55).
Hay una belleza muy particular en algunos de estos pabe-
llones clásicos, que enmarcan vacíos y generan en el paisaje 
pequeños hitos o pabellones. Son especialmente interesantes 
el plano 27, para lechería y quesería (Sada 1870: entre 82 y 83), y 
el plano 34 (Sada 1870: entre 88 y 89), para los establos; en am-
bos casos, distribuidos de manera radial, con lo que parecen ser 
troncos de moreras en detalles estructurales; y también el pla-
no 22, proyectado para la crianza de gusanos de seda, con una 
capacidad para 200 onzas de semilla de gusano de seda (Sada 
1870: entre 64 y 65).
En su discurso de presentación, Sada di Carlo afirma, al des-
cribir su proyecto:
He creído que la distribución dada al establecimiento llega-
rá a ser necesariamente un atractivo para los visitantes. Ella 
contribuirá del mismo modo al progreso de la civilización y 
a formar hábitos más conformes a la higiene y a la econo-
mía. Tal distribución ha constituido en alternar las diferen-
tes escuelas prácticas con las construcciones del instituto, 
plantaciones, caminos, arroyos, lago, etc. Distribuyendo y 
colocando cada una de las partes que constituye las escue-
las en el lugar que le corresponde según su uso y aplicación: 
imitando a la naturaleza por los dictámenes del arte, se con-
seguirá además de los fines de la enseñanza y de la especula-
ción, la formación de un utilísimo parque (1870: VII).
No sabemos con certeza cuánto de lo descrito en este docu-
mento se llegó a construir, ya que el (famoso) plano de Lima, 
también de autoría de Sada, de 1872-1873 delineaba lo existente 
y lo propuesto, pero al revisar otros documentos, como los pla-
nos formulados en años posteriores —por ejemplo, los de 1904, 
del ingeniero Dr. Santiago M. Basurco, o el que muestra los 
trabajos de canalización de agua hechos durante la gestión del 
alcalde Federico Elguera (1901-1908)—, sabemos que hubo tra-
zados, cultivos y campos agrícolas de experimentación, unidos 
por un tranvía de tracción animal, como parte de dicha insti-
tución; y que, efectivamente, se ubicó en esa zona de la ciudad. 
Lamentablemente, en el Perú —como antes en Chile—, la 
gestión de Sada tuvo un desenlace inesperado; en nuestro caso, 
dejó el país para ocupar un cargo en el parlamento italiano.8 De 
acuerdo con Flores-Zúñiga (2010: 413), el proyecto de escuelas 
demostrativas, inaugurado en 1874 con el nombre de «Escuela 
52Revista A 17-18 | Bicentenario
¿Qué habría pasado si este proyecto se hubiera implemen-
tado en toda su amplitud? ¿Cómo sería Lima hoy si se hubiera 
desarrollado una escuela teórico-práctica de agricultura, con 
una narrativa paisajística, que le diera forma a un parque pú-
blico, en ese lugar céntrico de la ciudad, respetando y mante-
niendo su ubicación, componentes, unidad y tamaño original 
propuesto?
Podríamos imaginar que más allá de un gran pulmón ver-
de, hubiera podido ser un lugar de intercambio cultural impor-
tante para los ciudadanos, una herramienta de construcción 
de conocimiento, para comprender mejor nuestra historia, el 
territorio y los componentes que conforman nuestro entorno, 
en términos ecológicos, como parte de nuestra cotidianidad y 
común urbano. Este espacio público estaría hoy en el centro de la 
ciudad y no en el borde como en aquel entonces, haciéndolo ac-
cesible y promoviendo la generación de un lenguaje cotidiano 
referido a los detalles de su naturaleza y ecología. Además, muy 
probablemente esto también habría ejercido un gran impacto 
en las decisiones tomadas a priori sobre la expansión de Lima 
durante los siguientes 150 años. 
Tal vez el proyecto de Luis Sada no estaba destinado a per-
durar, pero nos dejó ideas y una historia valiosa que merecen 
ser contadas y revisadas con mayor detalle. El texto que nos 
deja como legado y que lo pormenoriza (Sada 1870) es una refe-
rencia que puede orientarnos en una nueva dirección, una que 
contribuya a imaginar otras historias posibles para Lima en el 
bicentenario de la república.
_______________________________________________________________________
NOTAS
1 «En esa fecha el general Andrés de Santa Cruz, Protector del Perú, decretó la 
fundación de una Escuela Técnica Teórica y Práctica, como campo de aclima-
tación y fábrica de instrumentos rurales.[…] Sin embargo, esta iniciativa no 
prosperó debido a la caída de la Confederación Perú-Boliviana. Los intentos 
continuaron. La idea de crear una escuela de agricultura fue impulsada por 
Manuel Ignacio Vivanco en el año 1853, cuando logró interesar en el proyecto al 
presidente José Rufino Echenique, pero el levantamiento de 1854 obligó a pos-
tergar su ejecución. Años después, en 1862, siendo presidente de la república 
Miguel de San Román, se contrató al ingeniero Luis Sada di Carlo, director de 
la Quinta Normal de Agricultura de Chile, para la implementación del proyec-
to. Falleció San Román y este quedó nuevamente postergado. Para reactivarlo 
el Estado adquirió, durante el gobierno de José Balta, en 1869, la hacienda San-
ta Beatriz, con el fin de establecer allí el Instituto de Agricultura. La dirección 
del proyecto fue encomendada a Sada di Carlo» (INIA 2018: 19).
2 Basadre 1969: tomo VI, 255-257. 
 «De Sadá podemos decir que tuvo estrechas relaciones con el Estado durante 
la gestión del presidente Balta, pues además de ser el principal artífice del 
primer plano regulador de la ciudad de Lima que contemplaba su ensanche, 
encontramos que en otro decreto del año 1869 se le encomienda y se le garan-
tizan todas las facilidades técnicas y monetarias para que construya el “Ins-
tituto de Agricultura y Hacienda Modelo Experimental” sobre los antiguos 
terrenos de la Hacienda de Santa Beatriz, unos 2 kilómetros al sur de la por-
tada de Guadalupe y de la estación de ferrocarril que partía hacia Chorrillos 
y la Costa Verde» […]. «9 de noviembre de 1869, Fondo Legislación del siglo 
XIX hasta 1904. Archivo Histórico del Congreso de la República del Perú» 
(Navarro 2017: 9).
3 «El Jardín de plantas de París (Jardin des Plantes), oficialmente Muséum Natio-
nal d’Histoire Naturelle, es uno de los jardines botánicos más importantes del 
mundo, ubicado en París. Fue fundado en 1626 como un jardín real de plantas 
medicinales y se abrió al público por primera vez en 1650. Bajo la supervisión 
de G.-L. L. Buffon (1739-1788), […]. «A principios del siglo XIX, apoyó expedicio-
nes a muchas partes distantes del mundo, lo que condujo a la adquisición de 
un gran número de plantas que antes eran desconocidas para la ciencia occi-
dental» (Enciclopedia Británica 2011, traducción propia).
4 La Junta Deliberante Metropolitana de Monumentos Históricos, Artísticos y 
Lugares Arqueológicos de Lima ( JDML) fue creada en 1961 durante la gestión 
del alcalde de Lima, Héctor García Ribeyro (1958-1962). El informe 1 (origi-
nal)_ revisado_ bajo custodia de Prolima_ es de la autoría de los siguientes 
profesionales: «Arquitectos Héctor Velarde, Rafael Marquina, José García 
Bryce y Víctor Pimentel Gurmendi. Ingeniero José Barbagelata, Arq. Luis 
Miró Quesada Garland, Arq. Víctor Pimentel y el Dr. César Pacheco Vélez» 
(Informe 1_ Informe sobre los Monumentos Republicanos y Coloniales de 
Lima_ José Barbagelata y otros 1962-1963).
5 Este fue el resultado del trabajo comisionado por el gobierno del presidente 
José Balta para la remodelación de la ciudad, terminado en 1872. De acuerdo 
con lo mencionado en el informe I, «este trabajo fue autorizado por la Reso-
lución Suprema el año siguiente, el 20 de marzo de 1873» ( José Barbagelata y 
otros 1962-1963, tomo 1: 49C).
6 «Esta documentación se extravió durante la guerra y toma de la ciudad por 
parte de las tropas chilenas, y se encontró muchos años después» (Navarro 
2017: 9).
7 «El terreno que se ha elegido para la planeación del Instituto de Agricultura 
es el de la chacra de Santa Beatriz, situada al sur de la portada de Guadalupe, 
entre el camino de hierro de Chorrillos y el carretero de la Magdalena. […] Al 
fundo de Santa Beatriz se ha agregado el de San Martín […] los dos fundos 
reunidos tienen una dotación de agua suficiente para sus riegos y su área 
superficial de 345 hectáreas; sus deslindes son al Este con el camino de fierro 
de Chorrillos; al Norte con los terrenos de la Exposición y del camino que los 
divide de la chacra colorada, al Oeste con los caminos de Breña de la Magda-
lena, de Matalechusita; al Sur con los terrenos de San Felipe y Lobatón y con 
el camino de Rodil» (Sada 1870: 14).
8 «Fue el francés Jean Baptise Henri Martinet quien sustituyó a Luis Sada en 
los asuntos académicos relacionados a la agricultura» (Lamas M. y Lamas C. 
1980: 33).
9 «La Lima de la posguerra comenzó a reconstruirse [...]. Entre estas iniciativas 
podemos mencionar la creación en el año 1903 de […] el establecimiento de la 
Escuela de Agronomía y Veterinaria sobre los terrenos de la antigua Hacien-
da de Santa Beatriz». «8 de noviembre de 1894, Fondo Legislación del siglo 
XIX hasta 1904, Archivo histórico del Congreso de la República del Perú» 
(Navarro 2017: 12).
_______________________________________________________________________
BIBLIOGRAFÍA
Basadre, Jorge (1969). Historia de la república del Perú, 1822-1933, tomo VI. Sexta 
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54Revista A 17-18 | Bicentenario
REPENSAR LA 
METRÓPOLIS DESDE 
EL CALLAO
Reflexiones a partir de la experiencia del PDM Callao al 2040
Franklin A. Velarde, Claudia Amico, Pedro Indacochea, Silvana Corro, Gustavo Díaz
A partir de enfoques que reconceptualizan el pa-
radigma de «metrópolis portuaria y aeroportua-
ria», en el presente ensayo reflexionamos sobre el 
urbanismo a la chalaca, que trata de armonizar las 
grandes dinámicas logísticas y de transporte con 
la diversidad ecológica, las identidades locales, el 
patrimonio monumental y el hábitat urbano. Re-
cogemos aprendizajes del proceso metodológico 
seguido para la formulación del Plan Metropoli-
tano del Callao al 2040, una apuesta de planifica-
ción participativa y transdisciplinar surgida en el 
contexto de la pandemia por el covid 19. Buscamos 
evidenciar la necesidad de pensar el Callao más 
allá de su vinculación con Lima Metropolitana, 
partiendo de sus particularidades urbano-territo-
riales y de la calidad de vida de sus habitantes.
Franklin A. Velarde es urbanista con maestría en 
Estudios Urbanos por la Facultad Latinoamericana de 
Ciencias Sociales (Flacso) y estudios de Sociología 
en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es 
docente Arquitectura PUCP, y miembro del Grupo In-
terdisciplinario de Investigación en Ciudades y Territorios 
Urbanos (Incitu-PUCP) y del Grupo de Investigación en Ur-
banismo, Gobernanza y Vivienda Social (Conurb-PUCP). 
Conforma el equipo del PDM Callao. 
Claudia Amico es urbanista por la maestría en 
Procesos Urbanos y Ambientales de la Universidad 
EAFIT, Medellín, y arquitecta por la Universidad de She-
ffield. Es miembro del Grupo de Investigación Conurb 
(PUCP), ha sido parte del equipo del PDM Callao y es 
consultora para Vivienda y Desarrollo Urbano del Ban-
co Interamericano de Desarrollo (BID).
Pedro Indacochea es magíster en Urbanismo para el 
Desarrollo por la Escuela de Urbanismo de París. Egresa-
do de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Ricar-
do Palma (URP). Especialista en planificación y gestión de 
diseño inclusivo. Ha sido parte del equipo del PDM Callao.
Silvana Corro es magíster en Urbanismo por la Univer-
sidad Tecnológica de Delft, Holanda. Titulada en Arqui-
tectura por la PUCP, con especialización en Planificación 
Territorial. Docente de la Facultad de Arquitectura y Ur-
banismo (PUCP) y miembro del Grupo de Investigación 
Conurb (PUCP). Forma parte del equipo del PDM Callao.
Gustavo Díaz es magíster en Urbanismo por la Univer-
sidad de Harvard y arquitecto por la PUCP. Es docente 
de universidades de Perú y Estados Unidos, y miembro 
del grupo de investigación Conurb (PUCP). Se ha des-
empeñado profesionalmente en los sectores público y 
privado. Forma parte del equipo del PDM Callao. 
55Revista A 17-18 | Bicentenario
DE UN URBANISMO CENTRADO EN LIMA 
HACIA UN URBANISMO CHALACO
Los enfoques sobre los cuales se construyen la visión y las pro-
puestas de un plan metropolitano tienen un rol determinante 
para su futuro. El enfoque urbanístico que prima en la visión 
metropolitana del Callao remite a su rol funcional y estratégico 
en el marco del desarrollo económico nacional. La ubicación 
del Callao, y la concentración de equipamientos y servicios por-
tuarios y aeroportuarios, le confieren ventajas competitivas y 
comparativas que contribuyen notablemente al desarrollo del 
país. En tal sentido, es indispensable orientar los ejes de la pro-
puesta urbana hacia el fortalecimiento de su competitividad, 
así como hacia la articulación metropolitana y regional del de-
sarrollo portuario y aeroportuario.1
En efecto, tanto el Plan de Desarrollo Metropolitano de Li-
ma-Callao, conocido como Planmet (1992) como el Plan Urbano 
Director del Callao (1995) —y otros planes territoriales o secto-
riales más recientes— le asignan conceptualmente al Callao una 
identidad territorial homogénea, de «ciudad puerto», económi-
camente estratégica, con lo que limitan tanto la lectura como po-
sibles propuestas que se adapten a los múltiples atributos terri-
toriales, urbanísticos e identitarios que configuran su territorio:
En la Provincia Constitucional del Callao se consolidarán 
actividades urbanas especializadas de apoyo a la exporta-
ción e importación de productos, y a la pesca industrial y 
de consumo humano, teniendo en cuenta su condición de 
primer puerto del país; lo que demandará su moderniza-
ción y ampliación (Planmet 1992: 88).
Vista en retrospectiva, la visión urbanística del Callao que le 
asigna un rol complementario a Lima no ha tenido un impacto 
significativo para chalacos y chalacas en términos de equidad 
territorial. Ello se evidencia en fuertes contrastes en cuanto a la 
distribución de equipamientos, los diferentes grados de conso-
lidación del tejido urbano y una calidad del hábitat aún preca-
ria en las áreas urbanas del norte y del sur del Callao. Asimismo, 
los planes urbanos y estratégicos precedentes han definido una 
política de desarrollo que subordina la urbanidad local a la ac-
tividad económico-productiva nacional; esto se refleja en que el 
80% de las inversiones urbanas se articula a la competitividad 
de la actividad portuaria y aeroportuaria.2 De ahí que las voces 
ciudadanas activas del proceso participativo hayan reivindica-
do, durante toda la socialización del PDM, que lo chalaco debe 
ser el punto de partida para su propuesta metropolitana; por 
eso plantean, por ejemplo, repensar el rol metropolitano y local 
de la protección de los humedales de Ventanilla.
El proceso de formulación del PDM Callao se interroga, en-
tonces, sobre cómo concebir un plan para el Callao que redefina 
su visión metropolitana partiendo de lo local y que restituya su 
heterogeneidad urbanística. Si bien el marco de planificación 
actual no favorece el desarrollo de un plan urbano único para 
toda el área metropolitana, Lima y Callao elaboran sus planes 
metropolitanos sobre la base de una trama de análisis y propues-
tas comunes que promueven esta visión articulada. Tal reflexión 
permite redefinir la perspectiva y los paradigmas sobre los cua-
les es posible construir una visión y un modelo metropolitano a 
la medida de su propia urbanidad; es decir, un plan que oriente 
un desarrollo urbano del Callao ponderando su problemática y 
sus atributos singulares respecto a su condición marítima, su 
Imagen 1. Vista aérea del distrito de Ventanilla. Fuente: Equipo del PDM Callao.
56Revista A 17-18 | Bicentenario
red ecológica, su patrimonio e identidades urbanas; y que, asi-
mismo, pueda articular las propuestas de escala metropolitana 
para cerrar brechas de desarrollo urbano local. Un urbanismo a la 
chalaca requiere repensar en qué medida la identidad portuaria 
define su rol metropolitano, y conjugar lo local con lo metropo-
litano. Un paso inicial es entender qué significa el paradigma de 
«ciudad-puerto» en el contexto del Callao.
METRÓPOLIS PORTUARIA Y AEROPORTUARIA: 
HACIA UN PARADIGMA URBANO HETEROGÉNEO
La relación entre los puertos y las ciudades se aborda en la ac-
tualidad a partir del análisis orientado hacia un funcionamien-
to eficiente de la infraestructuraportuaria y de las dinámicas 
de transporte de carga a escala metropolitana, dejando de lado, 
usualmente, la escala humana. 
A lo largo del siglo XX, las actividades portuarias y su in-
fraestructura logística —almacenes, dársenas, accesos, etc.— 
dejaron de tener una relación activa y funcional con los barrios 
y equipamientos urbanos cercanos —mercados, plazas, calles, 
etcétera— debido a su relocalización en perímetros intrapor-
tuarios, comúnmente cercados, controlados y aislados. Esto 
trajo consigo procesos de degradación urbana y desarticula-
ción de las actividades económicas locales —establecimientos 
comerciales, edificios gubernamentales, etcétera— y de la vida 
pública (Fedele y Domínguez 2015). 
La experiencia urbana del Callao permite sumarle a lo ya 
descrito reflexiones que parten de otro equipamiento logístico: 
el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez. Sus equipamientos 
logísticos complementarios reproducen las lógicas antes men-
cionadas, en su relación con la metrópolis y el tejido urbano 
inmediato, debido a que concentra intramuros gran parte de 
sus actividades, dejando a la ciudad bordes poco permeables y 
usos de suelo monofuncionales.
En este sentido, el PDM Callao nos permite explorar la 
relación entre las características y los emplazamientos del 
equipamiento portuario y aeroportuario, por un lado, y el 
desarrollo urbano de la metrópolis y los barrios, por otro. 
Se busca conceptualizar, desde el Callao un paradigma de 
«Metrópolis Portuaria – Aeroportuaria» que permita una 
planificación y gestión urbana multiescalar, que reconozca e 
incorpore las heterogeneidades del territorio y sus habitan-
tes. La idea es equilibrar la importancia y eficiencia del equi-
pamiento logístico, así como las dinámicas de transporte, 
con la conservación de las diversas unidades ecológicas y la 
reproducción de la vida cotidiana en condiciones de equidad 
y justicia espacial. 
La saturación de vías, por ejemplo —producto de la intensa 
circulación de transporte de carga—, se traduce en horas de 
viaje extra que se restan al día de una persona que debe ir a tra-
bajar, estudiar o descansar. Así también, la ocupación extensiva 
del suelo por usos logístico-industriales significa tener como 
vecino un lote de almacenes o la calle ocupada por camiones, 
lo que afecta el derecho al uso del espacio público. Estas situa-
ciones son consecuencia, muchas veces, de decisiones sobre 
el territorio orientadas a beneficiar dinámicas logísticas y de 
transporte, sin tomar en cuenta sus efectos sobre la calidad de 
vida y las formas de habitar de las personas. 
Imagen 2. Vista aérea del Terminal Portuario del Callao. Fuente: Equipo del PDM Callao.
57Revista A 17-18 | Bicentenario
Imagen 3. Vista aérea del delta del Chillón. Fuente: Equipo del PDM Callao.
De ser permeables las márgenes del puerto contiguas al 
Centro Histórico, estas tendrían el potencial de convertirse en 
—y promover— espacios de uso público, así como de articular 
actividades vinculadas al turismo histórico-cultural y ecológi-
co-marítimo. Esto aportaría a la reconfiguración del desarrollo 
urbano en el litoral. De igual manera, el entorno desvinculado 
del aeropuerto puede aprovechar la potencialidad de los pro-
yectos de transporte masivo vecinos para dinamizar sus usos 
mediante el redesarrollo de sus suelos. Todo esto, a partir de 
un nuevo modelo de gestión que facilite la llegada de comercio, 
oficinas, espacios de entretenimiento o educación, entre otros. 
A partir de un urbanismo multiescalar y transdisciplinario, 
es necesario vincular a diversos actores como parte de los pro-
cesos de planificación. Mientras que un modelo urbano homo-
geneizante busca concentrar y atribuirle importancia solo a los 
grandes equipamientos y dinámicas logísticas —a menudo en 
detrimento de las formas de habitar locales—, un modelo me-
tropolitano heterogéneo posibilita un tejido socioespacial po-
licéntrico y más equitativo. Esto permite redistribuir la oferta 
de acciones y obra pública en beneficio de las necesidades de las 
personas y el territorio, democratizando y ampliando las voces 
y los espacios de toma de decisión sobre la ciudad. 
El proceso del PDM Callao busca sumar a nuevos actores a 
los espacios de toma de decisión a partir de la socialización y 
retroalimentación tanto del análisis urbano como de las pro-
puestas metropolitanas. Así, procura elaborar un modelo me-
tropolitano diverso y dinámico que los involucre activamente 
en el desarrollo de la ciudad y de sus barrios. 
REFLEXIONES URBANAS DESDE/PARA EL CALLAO
Un proceso fundamental del PDM Callao es el mapeo rigu-
roso del territorio partiendo de una concepción dinámica. 
El análisis identifica diversos ecosistemas altamente cam-
biantes —incluso en un par de décadas—, como la aparición 
de humedales por el cambio de uso de suelos, la diversa fun-
ción de los ríos en la ganancia de suelo al mar y los efectos del 
fenómeno de El Niño en deltas y lomas costeras. Asimismo, 
analiza la transformación de la infraestructura ecológica en el 
territorio por efecto de oleajes y ríos que generan erosión o se-
dimentación en el litoral —prevista o indeseada–, pero que a la 
vez pueden crear espacios para albergar biodiversidad, como es 
el caso no planeado del humedal Poza de la Arenilla.3 Diversas 
propuestas del PDM Callao se basan en el entendimiento de es-
tas dinámicas, para usarlas a su favor.
El Callao resulta una paradoja en términos ecológicos y de 
espacios públicos: es afortunado por contar con una amplia di-
versidad de ecosistemas —dos ríos y sus deltas, humedales, mar, 
playas, islas y lomas costeras—, pero posee un déficit tremen-
do de espacio públicos, vegetación y árboles, en un contexto de 
contaminación del aire que genera graves problemas de salud.4 
Ante esto, es necesario cambiar el paradigma de conservación 
pasiva a uno que conciba estos ecosistemas como insumo cru-
cial para el desarrollo urbano, lo que se materializa en tres en-
foques: a) como creación de una red extensa de espacios públi-
cos y ecológicos; b) como herramienta contra la contaminación 
ambiental, a modo de infraestructura verde y con valorización 
económica de sus beneficios; y c) como ventaja competitiva de 
atracción metropolitana para desarrollos urbanos.
Otra paradoja del Callao es el limitado uso del mar como 
espacio cultural y recreativo: según estudios del PDM, solo el 
10% del litoral se encuentra habilitado para estos usos, lo que 
en la cotidianidad de los chalacos equivale a su desconexión 
del mar. Se plantea, entonces, fomentar una nueva cultura ur-
bana propulsada por la reconquista del litoral, con proyectos 
que permitan actividades recreativas o educativas que sobre-
pasen los conceptos tradicionales o genéricos referidos solo al 
disfrute de los paisajes de playa. Los proyectos buscan integrar 
paisajes portuarios, pesqueros y de infraestructura de defensa 
costera, así como zonas intermareales, deltas e islas; y, además, 
intensificar actividades recreativas actualmente en auge, como 
natación en aguas marinas, kayak, turismo subacuático, pesca 
recreativa y maricultura educacional, entre otras. 
En el proceso de formulación de proyectos basados en po-
tenciales del Callao como los mencionados, una de las meto-
dologías sustanciales es la cuantificación y proyección de sus 
efectos. Calibrar los beneficios resulta importante para no caer 
en subestimaciones o sobreestimaciones, lo que evita propues-
tas retóricas sin correlato concreto. Uno de los casos en los que 
mejor se manifiesta esto es en la calibración de los efectos de 
aprovechar, junto a proyectos de transporte, ventajas competi-
tivas del Callao como los proyectos de recuperación del litoral 
y de revalorización del patrimonio, para generar ejes de desa-
rrollo y nuevas centralidades.5 Esto permite definir límites para 
dichos potenciales urbanos y contrastar las magnitudesa es-
cala metropolitana con Lima, teniendo en cuenta el contexto 
actual hipercentralizado, por la gran fuerza gravitacional de las 
centralidades en las zonas sur y centro de Lima (Vega Centeno 
y otros 2019). Gracias a estas calibraciones es posible reconocer 
tanto la magnitud del impacto urbano como la especialización 
de las centralidades del Callao; y con ello, afirmar escenarios 
que evidencian que centralidades como el Centro Histórico del 
58Revista A 17-18 | Bicentenario
Callao y Costa Central podrían ser de mayor jerarquía urbana 
que las de Lima Norte o el sector de San Miguel.6 Esto resulta 
estratégico para la planificación, debido a que las estrategias de 
gestión del suelo y de la vivienda se podrían orquestar según las 
diversas magnitudes de las futuras dinámicas urbanas.
 
INNOVACIONES PARA UN PLAN EN PANDEMIA 
La pandemia ha dispuesto nuevas exigencias que permiten re-
pensar los procesos y las lógicas de planificación y participa-
ción: se borran jerarquías ante la ausencia de escritorios, se ra-
dicalizan las oportunidades detrás de las nuevas herramientas 
virtuales y se generan espacios de trabajo más horizontales, al 
tener todas las personas el mismo lugar en la pantalla. En con-
gruencia con esto, las principales innovaciones metodológicas 
del PDM radican en el enfoque dirigido hacia la transdiscipli-
nariedad, los métodos prospectivos y el abordaje de los proce-
sos de participación.
La necesidad de un enfoque transdisciplinar para la elabo-
ración de un plan urbano se sugiere en la mayoría de manuales 
y aproximaciones conceptuales para analizar desde las formas 
de habitar hasta los sistemas físico-espaciales del territorio; sin 
embargo, en pocas oportunidades existe, de parte de cada pro-
fesional participante, una real apertura para llevar a cabo un 
verdadero proceso de aprendizaje entre disciplinas. Para lograr 
esta apertura, en el PDM tenemos la convicción de que cada 
pieza es importante y aporta significativamente al proceso co-
laborativo; igualmente, se borran los límites entre las genera-
ciones y se valoran tanto la experiencia y la capacidad como 
la creatividad. Este intercambio solo funciona cuando en cada 
integrante existe la convicción de que es necesario tener inicia-
tivas y resolver sobre la base de un pensamiento propositivo, 
crítico y, sobre todo, proyectual. El espíritu colaborativo es fun-
damental para generar una mayor motivación en el equipo: al 
existir más espacios de escucha, se genera una mayor confianza 
para aportar al proceso.
La planificación exige proyectar escenarios y situaciones 
posibles cimentados en indicadores que permitirán medir las 
transformaciones en el tiempo. Esto no se asume como un proce-
so lineal —ya que implica un cierto grado de experimentación—, 
sino que requiere modelación y calibración de las potencialida-
des, así como calcular la capacidad de soporte de un territorio 
para cada posible eje de transformación. En este proceso de re-
flexión, abierto y enfocado en proyecciones específicas, se realiza 
un análisis más profundo de los componentes territoriales, que 
revierte al proceso y al diagnóstico, lo que nos permite aterrizar 
en conclusiones más fundamentadas y creativas.
El diseño de la estrategia de participación implica una bús-
queda constante de canales adecuados para interactuar con ve-
cinos y vecinas de mayor edad; asimismo, para escuchar y abrir 
el debate a colectivos jóvenes, grupos de investigación e insti-
tuciones que tienen aportes y demandas concretas. Se vuelven 
fundamentales aquellos espacios constantes de socialización 
en los que se integran voces que nunca se han escuchado entre 
ellas; y en paralelo, la planificación pone en marcha mecanis-
mos que les permitirán participar en la implementación mis-
ma del plan. Cada aporte individual al debate permite aterrizar 
la mirada metropolitana a lo local; chalacas y chalacos pueden 
sentir que las especificidades que relatan se integrarán a una 
nueva y diferenciada visión urbana para el Callao.
Imagen 4. Equipo del PDM Callao en sesión colaborativa de trabajo. Fuente: Equipo del PDM Callao.
59Revista A 17-18 | Bicentenario
Imagen 5. Vista aérea del delta del Chillón. Fuente: Equipo del PDM Callao.
CONCLUSIONES
Las apuestas del PDM Callao parten de proyectar un urbanismo 
a la chalaca que permita repensar su territorio y su desarrollo 
urbano más allá de su vinculación con Lima Metropolitana y de 
su rol funcional respecto a esa zona; y que pondere, asimismo, 
sus particularidades urbano-territoriales y la calidad del hábi-
tat local de sus residentes.
Las enseñanzas de la pandemia tienen múltiples dimen-
siones. Nos muestran la necesidad de replantear e innovar la 
metodología y las formas de trabajo de los equipos de planifi-
cación, así como las estrategias de participación y socialización 
del proceso. Frente a la crisis climática y el déficit de hábitats 
saludables, se vuelve imperante encontrar métodos efectivos 
para la valorización de la infraestructura ecológica, integrándo-
la al paisaje, y crear espacios públicos para construir ciudades 
más resilientes.
La reconceptualización del paradigma de “Metrópolis Por-
tuaria – Aeroportuaria” da cuenta de visibilizar y promover di-
versos procesos de democratización de la ciudad. Un enfoque 
de justicia y equidad espacial, con una visión multiescalar y 
heterogénea, hace que más actores y organizaciones sean par-
tícipes del desarrollo urbano, con lo que se amplía la base de 
participación y se vuelve más diversa. 
_______________________________________________________________________
NOTAS
1 El Terminal Portuario del Callao, responsable del flujo del 34% de la carga a 
nivel nacional (APN 2020: 22), y el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, 
con 23,6 millones de pasajeros anuales (LAP 2020: 5), son dos de los equipa-
mientos logísticos y de transporte más importantes del Perú. Por esto ambos 
tienen un impacto significativo en el desarrollo económico del país y del Ca-
llao, pero también un impacto directo sobre la calidad de vida de chalacos y 
chalacas.
2 Datos resultantes del diagnóstico de Gobernanza del PDM Callao 2040.
3 Ecosistema que se originó como consecuencia de la construcción de rompeo-
las en el sur de La Punta durante la década de 1960. 
4 El diagnóstico del PDM indica una proporción de espacio público de 3,35 m2/
hab.
5 Entre estos, proyectos ya previstos —como el Anillo Vial Periférico, la Línea 
2 del Metro y la avenida Canta Callao—, que, sumados a los proyectos viales 
y de transporte público del PDM Callao, generarán nuevos radios de cercanía 
respecto a poblaciones actualmente alejadas del Callao —como San Juan de 
Lurigancho, Lima Norte y Lima Sur—.
6 Costa Central es una propuesta de nueva centralidad cerca del óvalo 200 Mi-
llas, basada en la futura confluencia de proyectos de transporte masivo en 
las intersecciones de las avenidas Gambetta, Faucett e Izaguirre, con un gran 
potencial para reconversión del suelo industrial actual y por ser parte del 
proyecto de reconversión del litoral.
_______________________________________________________________________
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60Revista A 17-18 | Bicentenario
PERÚ: VIVIENDA
Y CIUDAD 
POSPANDEMIA
Retos y oportunidades 
Susana López, Ariana Valcárcel
Susana López es profesora en Arquitectura PUCP. 
Doctora en Urbanismo por la Universidad Politécnica 
de Cataluña (España) y European Postgraduate Master 
in Urbanism, TU Delft (Holanda), tiene amplia experien-
cia académica en el ámbito del urbanismo ecológico, 
espacio público y paisaje. Dicta en diferentes univer-
sidades de Chile, España, México o Brasil, y trabaja 
como consultora en proyectos y concursos vinculados 
a la reordenación urbano-paisajística y al diseño de es-
pacios públicos.  Actualmente es Directora del Proyec-
to Urbano Paisajístico Río Rímac en PROLIMA. 
Ariana Valcárcel es arquitecta por la Pontificia Uni-
versidad Católica del Perú con tesis sobresaliente en 
el año 2020. Ha estudiado un semestre en el Instituto 
Universitario de Arquitectura de Venecia (IUAV) a través 
del intercambio universitario y participado en el work-
shop en Architectural Association School of Architec-
ture (AA London). Integra el equipo de PRONIED y ac-
tualmente se encuentra trabajando con la comunidad 
campesina de Nor Huarochirí como cofundadora de la 
Asociación de la Siembra y Cosecha de Agua. 
Entendiendo el bicentenario como un posible 
punto de inflexión, este ensayo aprovecha la co-
yuntura generada por la pandemia del covid 19 
como una circunstancia para reflexionar sobre 
los retos y las oportunidades que el Perú deberá 
afrontar para mejorar la vida de sus ciudadanos. 
Bajo esta premisa, y en un contexto de confi-
namiento y distanciamiento social, la encuesta 
«Ciudades Emergentes-Perú», aplicada durante las 
primeras semanas de la pandemia, sistematizó da-
tos e información sobre las actitudes y percepcio-
nes que esta situación de excepción generó entre 
los habitantes del país. Su objetivo se centró en 
comprender el momento presente y, de ese modo, 
contribuir a la discusión sobre la vivienda y la ciu-
dad en el futuro en el país.1
61Revista A 17-18 | Bicentenario
 PERÚ: CONTEXTO GENERAL PREVIO AL COVID 19 
Con una población de más de 32 millones de habitantes, el Perú 
es el sexto país más poblado de América Latina. A pesar de sus 
particularidades territoriales, producto de su dispar geografía 
—costa desértica, sierra andina y selva amazónica—, compar-
te realidades comunes en el escenario latinoamericano: entre 
otras, una población joven —75%, menores de 45 años—, con 
un porcentaje de mujeres tres puntos superior al de hombres, y 
mayoritariamente urbana (INEI 2018a: 36). Esta última caracte-
rística, que engloba a casi el 80% de sus habitantes, se singula-
riza por un gran desequilibrio territorial —la costa es la región 
más poblada, con un 60% del cómputo global— y su acentuada 
centralización: Lima, con casi 9 millones de habitantes, es la 
urbe más poblada; la siguen Arequipa, con poco más de un mi-
llón, y Trujillo con apenas algo más de 900 000 personas. 
El significativo índice de pobreza —superior al 20% (INEI 
2018a: 257)—, así como la evidente desigualdad social y eco-
nómica, son características inherentes al país: 88% de los 
hogares viven con un ingreso mensual promedio inferior a 
650 dólares, frente al 2% que lo hacen con algo más de 3700 
dólares (Ipsos 2020). Desde el punto de vista de la vivienda, 
las deficiencias cuantitativas y cualitativas son considerables: 
en 25% de los hogares habitan cinco o más personas (INEI 
2018a: 277); 20% de las viviendas no tienen acceso a agua para 
beber por red pública y 28% no disponen de servicios sanita-
rios, porcentaje incluso superior —llega a 45%— en aquellos 
hogares que no disponen de bienes de consumo esenciales 
como refrigerador (INEI 2018b: 61). A estos datos se les debe 
añadir el enorme grado de informalidad urbana y laboral que 
de manera endémica sufre el Perú: 52% de los habitantes de 
las ciudades viven en barrios informales, y casi el 71% de su 
población activa vive de la economía informal —o, lo que es 
lo mismo, un enorme porcentaje de hogares depende de un 
ingreso monetario diario— (Ñopo 2020). 
Sin duda alguna, todos estos factores han repercutido di-
rectamente en la situación que la gran mayoría del país está 
sufriendo con motivo del covid 19, ya que, a pesar de haber sido 
uno de los primeros países de América Latina en decretar el 
estado de emergencia y determinar el confinamiento domici-
liario de sus ciudadanos, el Perú ocupa los primeros puestos del 
mundo en lo que a muertes por cada 100 000 habitantes se re-
fiere (Coronavirus Resource Center 2021).
CIUDADES EMERGENTES-PERÚ
Alcances y balance de los resultados obtenidos 
La encuesta «Ciudades Emergentes-Perú» formó parte del 
estudio internacional «Ciudades emergentes. Cómo y dónde 
viviremos después del covid 19», dirigido por el Centro de Es-
tudios Superiores Universitarios de Galicia (Cesuga), España. 
Contó con la colaboración de 16 universidades, entre las que 
destacan, además de la PUCP, la Universidad Nacional de La 
Plata (Argentina), la Universidad de Porto (Portugal), la de 
São Paulo (Brasil), la de Concepción (Chile), la de Virginia (Es-
tados Unidos) y el Instituto Tecnológico y de Estudios Supe-
riores de Monterrey (México). La encuesta se inició alrededor 
de tres semanas después de que los respectivos gobiernos de-
clararan el estado de emergencia nacional y el confinamiento 
social obligatorio, así como el cierre de fronteras. Se desarrolló 
Imagen 1. Inmovilización bajo el confinamiento social obligatorio. Fotografía: Francisco Neyra.
62Revista A 17-18 | Bicentenario
Imagen 2. Resultado de la pregunta «¿Cuál es tu situación estos días?». Elaboración propia. 
Imagen 3. Resultado de la pregunta «¿Cuántas horas al día en promedio pasas en cada uno de estos espacios —al margen de 
las horas de sueño—?». Elaboración propia.
Imagen 4. Resultado de la pregunta «Si en el futuro cambiases de vivienda, qué importancia tendrían estas opciones (0 es 
ninguna, 10 es mucha)». Elaboración propia.
63Revista A 17-18 | Bicentenario
en un período aproximado de un mes, y participaron más de 
12 000 personas en la modalidad online. En el Perú se inició el 
4 de abril de 2020, se mantuvo en línea 20 días y respondieron 
1129 personas. 
Antes de plantear un balance de los resultados de la encues-
ta obtenidos en nuestro país, resulta necesario evidenciar cier-
tas limitaciones que podrían ofrecer una mirada sesgada de la 
realidad: en primer lugar, la limitación geográfica, puesto que 
65% de quienes respondieron residen en Lima, frente al apro-
ximadamente un tercio de los habitantes del Perú que residen 
en esta ciudad —de un total cercano a los 32 millones de per-
sonas—; y en segundo lugar, un desajuste respecto a la realidad 
educativa del país, dado que 77% de los participantes cuentan 
con licenciatura o estudios superiores, un escenario muy aleja-
do del 16,6% computable a nivel nacional (INEI 2018c). 
LA VIVIENDA EN EL PERÚ
Desde el punto de vista de la habitabilidad,2 la encuesta apor-
ta datos significativos que de alguna manera son fiel reflejo de 
la realidad del país. El estado de confinamiento derivado de la 
pandemia evidencia la importancia de la vivienda como uni-
dad básica de habitabilidad —como «lugar para vivir»—, sobre 
todo sabiendo que el 95% de la población dispone de un solo 
hogar (INEI 2018b: 71). Mientras tanto, la encuesta refleja de 
una manera bastante fidedigna el considerable número de per-
sonas que habitan en cada hogar: cuatro o más en el 30,65% de 
los casos. Las condiciones que reflejan ambas cifras, además de 
expresar dificultades de convivencia en un contexto de confi-
namiento, pueden haber impedido sobremanera el mantener la 
distanciasocial en casos de aislamiento obligado. 
Estas evidencias en cuanto a la habitabilidad chocan de lle-
no, además, con una realidad que inevitablemente se asentará 
en nuestra sociedad: el teletrabajo. El contar con un lugar pro-
pio para laborar —que tenga un tamaño apropiado, disponga 
de luz natural y esté adecuadamente aislado— es una nece-
sidad básica para cumplir convenientemente con esta faceta; 
sin embargo, las viviendas peruanas no están preparadas para 
afrontarla. Que 42% de las personas encuestadas no tengan un 
espacio propio para este fin —a pesar de que casi 50% han te-
letrabajado durante el confinamiento—, implica que casi 60% 
de ellas han debido permanecer más de cinco horas al día en 
el dormitorio, además de las horas destinadas al descanso. Por 
ello, las cualidades más valoradas por los peruanos «si en el 
futuro cambiasen de vivienda» responden justamente a nece-
sidades de «distribución y superficie adecuada» (86,47%), «co-
nexión directa con el exterior a través de una terraza o jardín» 
(78,31%), «buenas vistas» (77,80%), así como una «adecuada 
orientación» (73.07%) o «aislamiento acústico» (70,91%). 
 
LA CIUDAD EN EL PERÚ
A pesar de que la mayoría de los encuestados afirman que no 
se cambiarían de ciudad ni de ubicación en esta, las respuestas 
traslucen determinados anhelos que reflejan las carencias de 
las urbes peruanas. 
El mayor deseo para la ciudad que tendremos en el futu-
ro es que sea «más verde» (96%). El contacto con la naturaleza 
que los encuestados tanto extrañan (75,11%) es una aspiración 
totalmente justificada: la mayoría de las ciudades del país no 
solo no cumplen con el estándar de área verde por habitante 
aconsejado por la Organización Mundial de la Salud —9 m2—, 
sino que se encuentran muy alejadas del mismo. Lima, con solo 
3,36 m2 por habitante, es prueba de ello (LCV 2017). 
Acciones como «hacer vida social» (51,29%) o «pasear por 
las calles» (79,63%) son indisolubles del lugar de relación por 
antonomasia: el espacio público. Sin embargo, y a pesar del su-
puesto empoderamiento que se vislumbra, el grado de insatis-
facción de la población con el espacio público disponible en la 
ciudad es muy significativo: llega a 75% en ciudades como Lima 
(LCV 2019: 54).
Otro dato muy significativo que ofrece la encuesta respecto 
a la ciudad es que, ante la necesidad de salvaguardar la distan-
cia mínima saludable, las costumbres a la hora de realizar las 
compras han cambiado. Se observa, por ejemplo, cómo las bo-
degas de barrio han asumido un relevante protagonismo frente 
a los supermercados de superficie, hasta equipararse en número 
de usuarios. Este hecho trae consigo una circunstancia colate-
ral muy relevante: el caminar como modo de desplazamiento 
(93,38%), sobre todo teniendo en cuenta los graves problemas 
de movilidad que sufren las ciudades del Perú. Lima tiene el 
nivel de congestión vehicular más elevado de América Latina, 
después de Bogotá (Daude y otros 2017: 114), factor que reper-
cute gravemente en el medioambiente debido al aumento de 
la polución atmosférica, y que sitúa a Lima como la segunda 
ciudad latinoamericana con mayor índice de concentración de 
PM10 (Hernández-Vásquez y Díaz-Seijas 2017). 
REFLEXIONES PRELIMINARES
La vivienda digna como un principio
La necesidad de disponer de una vivienda como un lugar donde 
«vivir» ha tomado más fuerza —si cabe— en estos tiempos en 
los que estamos. La precariedad, el hacinamiento y la falta de 
servicios básicos, o las enormes deficiencias en cuanto a calidad 
material y espacial de las viviendas, son una realidad que mues-
tra que, en el Perú, el estar confinado en casa ha resultado ser 
un privilegio. Por ello, resultan apremiantes políticas naciona-
les de vivienda colectiva estatal —o con subvención estatal—
que aseguren el primer y más básico principio de habitabilidad: 
disponer de un hogar digno. 
El nuevo escenario requiere una adaptación digital desde 
el punto de vista laboral y educativo —por la implementación 
del teletrabajo—, pero la realidad muestra que la gran mayoría 
de las viviendas del país no disponen de las cualidades necesa-
rias para vivir y trabajar en ellas. Una superficie y distribución 
apropiadas, además de ventilación y asoleamiento adecuados, 
son factores que se deben replantear en las viviendas del futuro 
para hacer coexistir, bajo el mismo techo, la vida profesional y 
la vida privada. 
Otra realidad que dificulta sobremanera la implementa-
ción del teletrabajo como evolución normal ante el escenario 
presente y las necesidades actuales y futuras es que 72% de los 
64Revista A 17-18 | Bicentenario
hogares peruanos no tienen acceso a internet; es más, la cifra 
llega a 95% en regiones como Huancavelica o Amazonas (INEI 
2018a: 170). A esto hay que añadirle que solo 33% de los hogares 
disponen de computadora (INEI 2018b: 169). Tales cifras ponen 
en relieve la enorme brecha digital que sufre el país, que acen-
túa todavía más la diferencia económica y social al privar de 
oportunidades laborales y educativas a una proporción muy 
significativa de la población. 
HACIA LA CIUDAD QUE QUEREMOS, 
UNA ‹‹CIUDAD PRÓXIMA››
El hecho de que durante la cuarentena el modo de desplaza-
miento más utilizado para actividades básicas como ir a com-
prar fuera «caminar» (73%) resulta notable, sobre todo tenien-
do en cuenta que, antes de la pandemia, en ciudades como 
Lima el 25% de su población invertía más de dos horas en sus 
desplazamientos obligados diarios (LCV 2019: 24), impidiendo 
así, según los datos recogidos en la encuesta, que casi el 40% de 
los encuestados pasara menos de 10 horas en su hogar duran-
te los días laborables antes de la pandemia. Esta circunstan-
cia plantea ciertas pruebas para hacer más resiliente la ciudad 
pospandemia, que podrían resumirse en un único lineamiento: 
proyectar la «ciudad de las distancias cortas» o la «ciudad de 
proximidad». Tal modelo de ciudad del futuro, compartido por 
más de 85% de los encuestados, lleva implícito el abordar diver-
sos retos que, de una manera u otra, engloban los desafíos eco-
lógicos, económicos y sociales a los que nos debemos enfrentar 
a partir de ahora.
El primer reto es que seamos capaces de apostar por un nue-
vo modelo de vida urbana, con múltiples centralidades y un uso 
mixto del suelo, rompiendo con el urbanismo monofuncional 
segmentado, que da lugar a una enorme segregación espacial y 
social. En este reto de crear ciudades policéntricas, el primer es-
labón de la cadena debería ser el fortalecimiento de los barrios 
como escala básica de interrelación urbana y principal fuente 
de servicios y afectos. Los barrios se han convertido en pieza 
clave para disminuir el riesgo de contagios, a través de la pro-
tección colectiva derivada del fortalecimiento de los vínculos 
ciudadanos (Alegre 2020). Entre sus muchos beneficios destaca 
el comercio de cercanía, ejemplificado en el Perú por las bode-
gas y mercados. Este tipo de comercio se ha equiparado, du-
rante la cuarentena, a los establecimientos de mayor superficie, 
como lugares predilectos para hacer las compras. Sin embargo, 
los mercados, equipamiento vital para el día a día de los perua-
nos —cabe recordar que el 45% de la población no dispone de 
refrigerador—, se convirtieron en uno de los principales focos 
de contagio del covid 19, con tasas de comerciantes infectados 
superiores al 85% (Gestión 2020). Favorecer su empoderamiento 
aplicando medidas integrales de mejora física y espacial debe 
ser uno de los objetivos a alcanzar. 
Un segundo reto es promover un cambio de paradigma en 
la movilidad. Los tiempos de desplazamiento, la mala calidad 
del transporte, la elevada contaminación atmosférica deriva-
da del tránsito vehicular, así como la enorme informalidad que 
caracteriza al sistema, hacen que el transporte sea, junto con la 
inseguridad, el problema que más afecta la calidadde vida de 
la población en el área metropolitana de Lima (LCV 2019: 10). 
Imagen 5. Viviendas precarias en las barriadas de Lima. Fotografía: Geraldo Caso.
65Revista A 17-18 | Bicentenario
Teniendo en cuenta que el 75% de la población utiliza el trans-
porte público para sus desplazamientos diarios obligatorios 
(LCV 2018: 18), si no se toman medidas estructurales después 
del confinamiento el escenario se verá agravado y se convertirá 
en potencial fuente de contagio, pues la masividad hará impo-
sible mantener la distancia física aconsejable. 
Considerando que el temor al contagio en el transporte 
público podría derivar en un aumento de la demanda de mo-
vilidad privada y, con ello, un incremento de la ya elevada con-
taminación y congestión vehicular, para la ciudad futura es 
requisito indispensable la gestión integral del sistema de movi-
lidad urbano, apostando por un transporte público de calidad, 
seguro y eficiente, y promoviendo modos de movilidad activos 
como el caminar o la bicicleta. 
La bicicleta resultará clave para promover una ciudad más 
próxima y saludable. Su posicionamiento es evidente: según da-
tos previos al covid 19, en Lima solo el 1,1% de los desplazamien-
tos diarios para ir al trabajo o centro de estudio se realizaba en 
bicicleta (LCV 2018: 18). Los efectos de la pandemia vislumbran 
un escenario prometedor: no solo el 38% de la población elegi-
ría como primera opción este medio —en detrimento de otros 
como el transporte público, el privado o el taxi—, según datos 
obtenidos en una encuesta del observatorio ciudadano Lima 
Cómo Vamos (LCV)3 aplicada en pleno confinamiento, sino que 
el dato sobre su uso regular se elevó a 3% durante el segundo 
semestre de 2020 (Municipalidad de Lima 2020). 
Paralelamente a la implementación de la bicicleta, la ciudad 
de las distancias cortas debe fomentar el caminar, ubicando así 
al peatón como el verdadero protagonista de la ciudad. Esta 
consecuencia debe llevar implícita la reconfiguración espacial 
de la calle: reducción de los carriles y ampliación de las veredas, 
para que estas dejen de ser lugares cuya única función sea mo-
vilizarse y recuperen su función fundamental: un lugar donde 
los vecinos se encuentran o los niños juegan. Esto significaría 
entender la calle como lo que siempre ha sido: el espacio públi-
co de la ciudad para las personas por antonomasia, algo que ha 
sido postergado por la supremacía del vehículo en la ciudad.
La envergadura de los retos estructurales a los que se debe-
rán enfrentar las ciudades peruanas pospandemia requiere una 
profunda reconceptualización, sobre todo teniendo en cuenta 
las enormes deficiencias y desequilibrios que estas sufren. Sin 
Imagen 6. Actividad comercial en el entorno de los mercados. Fotografía: Hugo Curotto.
Imagen 7. Colapso de los sistemas de transporte público de Lima Metropolitana. 
Fotografía: Violeta Ayasta y Lino Chipana.
66Revista A 17-18 | Bicentenario
embargo, quizás este escenario al que nos enfrentarnos pueda 
convertirse en una oportunidad, en este año del bicentenario, 
para avanzar no hacia la planificación urbana, sino hacia la pla-
nificación de la vida urbana, para así hacer a las ciudades más 
resilientes, inclusivas y humanas. 
_______________________________________________________________________
NOTAS
1 En el Perú la encuesta se inició el 4 de abril de 2020. Mediante un formulario 
digital se mantuvo on line durante veinte días y participaron 1129 personas.
2 Habitabilidad en el sentido de ofrecer las condiciones mínimas que debe te-
ner una vivienda para que sea habitada y, en consecuencia, apta para la resi-
dencia humana.
3 Dirigido por Mariana Alegre, opera en Lima desde 2010 haciendo seguimien-
to y monitoreando, a través de la evidencia y la ciudadanía activa, la evolu-
ción de la calidad de vida urbana, en pro del conocimiento, la comunicación, 
la articulación y la acción ciudadana.
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coronavirus-una-oportunidad-para-vencer-la-informalidad-entrevista-con-
hugo-nopo/
Gráfico 1. Poscovid 19, la ciudad que me gustaría, la ciudad que creo que será. Elaboración propia, basada en la encuesta «Ciudades Emergentes».
La ciudad como antes
La ciudad más verde
La ciudad más peatonal y 
de proximidad
Me gustaría que
Creo que 
Me gustaría que
Creo que 
Me gustaría que
Creo que 
Totalmente en desacuerdo
En desacuerdo
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
De acuerdo
Totalmente de acuerdo
67RevistaA 17-18 | Bicentenario
Revista A - Arquitectura PUCP
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CUERPO DOCENTE
Arquitectura PUCP
Ideas, obras y proyectos
Actualidad
El momento actual
 Archivo de Ideas Recibidas
 Limapolis 2020: combatiendo la 
desigualdad urbana
 Arquitectura Ciudadanía Abierta
Libre acceso digital a la Revista A
 Proyecto GRRIPP
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CUERPO DOCENTE
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ARQUITECTURA CIUDADANA
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EL MATERIAL COMO LENGUAJE
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PROYECTOS CIUDADANOS
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ARQUITECTURA Y POLÍTICA
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PAISAJE COMO PATRIMONIO
CUERPO DOCENTE
Arquitectura PUCP
Ideas, obras y proyectos
Actualidad
El momento actual
 Archivo de Ideas Recibidas
 Limapolis 2020: combatiendo la 
desigualdad urbana
 Arquitectura Ciudadanía Abierta
Libre acceso digital a la Revista A
 Proyecto GRRIPP
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ARQUITECTURA Y ARTE
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CUERPO DOCENTE
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EL ESPACIO COMO MATERIA
68Revista A 17-18 | Bicentenario
EL MERCADO 
COMO SISTEMA 
DE ESPACIOS 
PÚBLICOS
Pensar la infraestructura pública para el bicentenario a través 
de los mercados de la ciudad pospandemia
Ricardo Huanqui, Rodolfo Bocanegra, Juan Pablo Sarmiento,
 Julissa Paredes, Sammy Tejada, Ana Córdova, Nathalie Muñoz
El proyecto Manifiesto ocupó el segundo puesto en el 
Concurso Mercados Post Covid-19 (La Victoria), orga-
nizado por la Municipalidad de Lima, Proyecto Perú e 
Ideas en Pandemia.
Equipo liderado por los arquitectos Ricardo Arturo 
Huanqui Abeo y Rodolfo Javier Bocanegra Palomino 
(24/7 Arquitectura), con la participación del antro-
pólogo Juan Pablo Sarmiento Barletti, las arquitectas 
Julissa Tabata Paredes Cóndor, Ana Paola Córdova 
Gamboa, Nathalie Ximena Muñoz Vilcapoma y el es-
tudiante Sammy Daniel Tejada Salazar.
En agosto de 2020 se convocó el primer concurso 
internacional de diseño arquitectónico enfocado en 
los mercados municipales ubicados en el distrito de 
La Victoria. El concurso buscaba ideas para pensar 
en el futuro de este tipo de infraestructura de la 
ciudad de Lima, partiendo de dos importantes mer-
cados: el Minorista N.° 1 y el 3 de Febrero. Esto, te-
niendo en cuenta que la pandemia del covid 19 mo-
dificaría drásticamente la manera de concebir tal 
tipo de proyectos para la ciudad —particularmente, 
para las ciudades del Perú—, y más aún por haberse 
señalado en lugares como los mercados el mayor 
indicio de contagios, debido a las aglomeraciones 
generadas al inicio de la cuarentena.
69Revista A 17-18 | Bicentenario
La propuesta Manifiesto para el Concurso Mercados Post Co-
vid-19 tomó como punto de partida la idea del mercado como 
una construcción social que se desarrolla en la ciudad y forma 
parte de ella más allá de su condición de edificio, poniendo 
sobre la mesa ideas y términos como continuidad, legibilidad 
y apropiación. Este ensayo visual propone una serie de ideas 
para los mercados actuales, que deben empezar a tomarse en 
cuenta para convertirlos en lugares de encuentro e intercam-
bio social en óptimas condiciones de salubridad, y así poten-
ciar su desarrollo. 
La mayoría de los mercados de las ciudades del Perú —y 
en especial los que se propone intervenir en Lima— se com-
portan como una extensión programática que literalmente 
toma la calle y la transforma en un espacio longitudinal de 
comercio e intercambio sin límites definidos. En el imaginario 
popular, el mercado no es «solo» el edificio, sino que implica, 
además, las inmediaciones y calles aledañas en las que se pro-
ducen el comercio y los servicios que se concatenan con las 
actividades comerciales.
Nuestro proyecto entiende esta situación como un po-
tencial para la propuesta y pretende mantenerla; por ello, se 
propone organizar lo existente y proporcionar una estructu-
ra espacial reconocible, abierta y contundente. Esto, no solo 
para convertirlo en una serie de elementos reconocibles —y, a 
la larga, identitarios respecto a la sociedad—, sino para que se 
genere una continuidad espacial urbana, y con ello, distintos 
espacios que se conviertan en su «propio» contexto.
La propuesta se emplaza como una capa adicional de in-
formación en el palimpsesto espacial de la ciudad a partir 
de una trama estructural regular de 12 metros de luz que se 
Figuras 2 y 3. Dinámica fragmentada por el nivel de formalidad y dinámica 
permeable mediante la organización y apropiación de la calle/mercado.
Figura 1. El mercado no es —solo— el edificio. La dinámica comercial se desborda hacia las calles vecinas.
70Revista A 17-18 | Bicentenario
expande no solo en los espacios de intervención: trasciende 
los límites de los lotes, desdibujándolos y entendiendo el pro-
yecto como una situación. La estructura de concreto armado se 
expande tanto en el mercado 3 de Febrero como en el Mino-
rista N.° 1 y parte del actual Parque del Migrante «José María 
Arguedas» —histórico emplazamiento del mercado mayorista 
conocido como La Parada—, configurando un solo gran plan-
teamiento desde el aspecto visual, pero con programas clara-
mente diferenciados. 
La estrategia espacial adoptada plantea incorporar la calle 
al mercado y viceversa. Propone intervenciones urbanas en el 
entorno inmediato al mercado, pero siguiendo las lógicas espa-
ciales y formales del mismo, lo que permite organizar el espacio 
del mercado mediante vacíos interiores diseñados como patios 
o jardines y ayuda a generar una mejor relación con la calle, 
gracias a su permeabilidad. La idea de continuidad de la calle —y 
no solamente de edificio— se mantiene como elemento inte-
grador en la experiencia del usuario. 
Desde la perspectiva poscovid 19, el proyecto establece 
dos condiciones ya conocidas para mitigar el contagio: la 
primera tiene que ver con la calidad del aire —mediante su 
renovación y la ventilación cruzada— y la segunda, con el 
distanciamiento social. El reto principal se convirtió, en-
tonces, en cómo concebir el mercado de hoy —y su futuro— 
considerando los efectos de la pandemia en el planteamien-
to arquitectónico y espacial para estos lugares específicos. La 
respuesta se planteó a partir de la inserción y redistribución 
del vacío, rediseñando el espacio público para poder dilatar el 
mercado y vinculando la experiencia de sus espacios con los 
de la calle. De esta manera, el proyecto cumple a cabalidad 
con las dos condiciones mencionadas. 
La idea de balancear el vacío y lo construido derivó en 
la integración de «lo público», en forma de plazas y par-
ques, fusionando la calle al mercado y cumpliendo las pre-
misas iniciales del proyecto: reforzar la idea de borde per-
meable y no de límite, es decir, diluir las barreras del lote 
—que normalmente se materializan en muros ciegos— y 
entender la función del proyecto como catalizador de lo 
que actualmente es el mercado: una situación ilimitada 
de sucesos simultáneos. En este sentido, a pesar de que el 
proyecto se propuso como una unidad espacial, se diferen-
ciaron cuatro ámbitos de intervención con particularida-
des que definen claramente el carácter de cada mercado y 
sus alrededores.
EL MERCADO MINORISTA N.° 1. LO TÉCNICO
La propuesta está basada en la introducción de un sótano que 
alberga todos los aspectos técnicos necesarios para el óptimo 
funcionamiento del mercado. Se contemplan rampas de ingre-
so y salida diferenciadas, patios de maniobras para abastecer 
tanto este mercado como el 3 de Febrero, salidas para distribu-
ción de las mercancías, plataformas de desembarque, frigorífi-
cos y cuartos de basura. La idea central es intervenir de manera 
técnica en el espacio y dotar a ambos mercados con lo que ac-
tualmente no tienen. 
Figura 3. El módulocomo estrategia de ordenamiento para el espacio comercial.
Figura 4. Sección y elevación urbana del proyecto.
71Revista A 17-18 | Bicentenario
EL PARQUE DEL MIGRANTE. LO HORIZONTAL, 
EL VÍNCULO CON LA COMUNIDAD
La condición actual de este espacio público es la del aislamien-
to: el parque se encuentra enrejado y no se presenta como un 
lugar de interacción activa con el entorno. Nuestra propuesta 
concibe una reconfiguración espacial: principalmente, reem-
plaza los bordes herméticos por una estructura abierta plantea-
da para todo el proyecto, y dota al parque de programas com-
plementarios y comerciales en los bordes que colindan con las 
avenidas principales. 
Junto a una estructura comunitaria complementaria, una 
parte del programa del mercado se emplaza sobre las antiguas 
losas deportivas. Del mismo modo, parte del parque se emplaza 
en los lotes de los mercados, ampliando la calle y aumentan-
do el área destinada a los espacios comunitarios y públicos. Fi-
nalmente, se aumenta la cantidad de área verde al reemplazar 
grandes porciones de concreto por suelos blandos con árboles 
que tienen una mayor capacidad de renovación del dióxido de 
carbono (CO
2
). Esto convierte el parque en un espacio activo y 
no contemplativo. 
La propuesta para el Parque del Migrante «José María Ar-
guedas» es construir una relación con la comunidad y pensar 
en una ciudad socialmente sostenible.
Figura 6. La recuperación del Parque del Migrante como espacio de la 
comunidad, activo y seguro.
Figura 7. La propuesta reconoce la oportunidad económica que surge de la 
cercanía del mercado 3 de Febrero a la estación de metro. 
Figura 5. Parte del programa comercial y comunitario del nuevo Mercado 
Minorista se emplaza dentro del parque, y viceversa: el mercado incorpora 
espacios de área verde y plazas.
EL MERCADO 3 DE FEBRERO. LO VERTICAL, 
EL VÍNCULO CON LA CIUDAD
La propuesta para el mercado 3 de Febrero se basa en su cone-
xión espacial con la estación del metro y cómo esta ubicación 
es estratégica para la relación del proyecto con la ciudad. La 
estructura del mercado se plantea pensando en el nexo con el 
clúster textil de Gamarra a partir de la inserción de un edificio 
vertical de programas múltiples que responde al lugar de dis-
tintas maneras: consolida un hito urbano, vincula el proyecto 
con la ciudad a escala macro, y propone un edificio híbrido 
con programas diversos, servicios complementarios, espacios 
públicos, comercio, oficinas e incubadoras para emprendi-
mientos y negocios.
La intervención vertical en el mercado 3 de Febrero busca 
solventar económicamente la propuesta, al construir un edi-
ficio con capacidad para generar ingresos económicos y hacer 
sostenible el proyecto. El flujo intenso de personas en la esta-
ción Gamarra de la Línea 1 del Metro de Lima es una variable 
que no tiene parangón; por ello, representa una oportunidad 
económica de gran importancia para el proyecto.
LA CALLE Y EL PROYECTO URBANO
Parte fundamental del proyecto es entender su relación con la 
calle: la idea radica en la no-separación del programa mercado 
del espacio público, ya sea este el parque, la calle o la vereda. 
72Revista A 17-18 | Bicentenario
Figura 9. Vestigios. Elementos que invaden el espacio público
Figura 8. Funcionamiento integral del proyecto.
Figura 10. Los dispositivos responden a la propuesta modular, y se disponen 
para alquiler de los ambulantes según su mercadería y necesidades.
73Revista A 17-18 | Bicentenario
Desde su inicio, el proyecto se plantea como una unidad espa-
cial que involucra el entorno del mercado; los límites de los lo-
tes se difuminan para darle paso a un espacio intermedio, a un 
borde.
La estructura principal del proyecto actúa como un sistema 
que funciona agrupado o independiente. Al agruparse, confi-
gura espacios cartesianos en los que la propuesta del mercado 
se puede organizar de diferentes maneras. Del mismo modo, 
cuando la estructura se plantea fuera de los lotes esta se libera 
de la cuadrícula y establece vínculos espaciales con diversas si-
tuaciones de la calle. 
La estructura sugiere un orden; los elementos se organizan 
como puntos que configuran una línea, acentuando perspecti-
vas y creando ejes sobre un espacio actualmente saturado de 
comercio. Al actuar sobre las calles, veredas y muros tomados 
por los vendedores ambulantes, la propuesta se visibiliza por 
contraste; el tratamiento de piso que acompaña los elementos 
organiza el mercado y la propuesta de módulos ambulantes.
Sobre la base de los dispositivos que el mercado ambulan-
te utiliza para disponerse sobre la calle, se plantea, en primer 
lugar, una nueva familia de artefactos que organizan los pues-
tos de venta. La idea no es introducir un sistema sofisticado 
o sobrediseñado para la configuración del espacio ambulante; 
por el contrario, se plantea un diseño muy similar a lo que ya 
se tiene, pero pensado a partir de una organización modular, 
fácil de almacenar y desplazar, y sobre todo de uso cotidiano. 
Consideramos, de esta manera, que la propuesta puede ser fá-
cilmente adaptada y apropiada por los comerciantes.
En segundo lugar, al detectar diversos puntos de interés y 
confluencia de actores urbanos se propone la idea del merca-
do expansivo. Emplazando los mismos elementos estructurales 
que configuran la propuesta espacial se pretende construir una 
red de elementos reconocibles que construyan una imagen icó-
nica o simbólica del mercado, contribuyendo así a la idea de 
que el mercado es la ciudad y no «solo» un edificio. Dichos ele-
mentos cumplen distintas funciones y son lo suficientemente 
abiertos como para ser adaptados, apropiados y transformados 
en lo que se necesite, desde mobiliario urbano o hito hasta 
elemento de soporte para diversos tipos de evento o manifes-
tación. La flexibilidad espacial y utilitaria de estos elementos 
es clave en la búsqueda de aceptación e incorporación del pro-
yecto al imaginario urbano de los ciudadanos que utilizan este 
sector de la ciudad, que transitan o permanecen en él.
Finalmente, la lectura que se propone para el proyecto es 
unitaria: todo está conectado a partir de la forma. La propuesta 
indaga en un sistema diseñado para ser fácilmente reconocible, 
de condición sobria pero contundente. Como propuesta urba-
na, el mercado plantea la costura de este sector de la ciudad a 
partir de su emplazamiento como una estructura ramificada. 
De este modo, la aproximación al proyecto será guiada de ma-
nera múltiple y simultánea, y se irá construyendo gradualmen-
te la idea de estar «en el mercado».
Figura 12. La arquitectura proporciona una identidad sutil pero reconocible para integrar las distintas espacialidades de una estadía «en el mercado».
Figura 11. Escenarios de apropiación de los vestigios por los usuarios.
74Revista A 17-18 | Bicentenario
INDAGACIONES 
SOBRE LA 
ARQUITECTURA
Frederick Cooper, Smiljan Radic
El arquitecto Frederick Cooper entrevista al arqui-
tecto Smiljan Radic acerca de su obra, sus intere-
ses proyectuales, el oficio de la arquitectura y la 
influencia de las artes. En la conversación también 
se toca el tema de las ideas en las formas de crea-
ción, y los intereses particulares que aparecen en 
los proyectos, así como las certezas e incertidum-
bres que rondan el proceso de diseño. Asimismo, 
dialogan acerca de la relación entre arquitectura y 
naturaleza, y comentan las tradiciones disciplina-
res y los saberes del arquitecto.
Frederick Cooper. Estudió arquitectura en la 
Universidad Nacional de Ingeniería. Hizo estudios de 
posgrado en Europa (1963-1966), primero en Londres y 
luego en París. En 1967 inició su trayectoria académica 
ejerciendo la docencia en la UNI y luego en la PUCP, 
donde fue fundador y, más tarde, decano de la Facultad 
de Arquitectura y Urbanismo de 2002 a 2014. Desde 
1967 se ha desempeñado como promotor y crítico 
de la arquitectura. Ha publicado, entrediversos me-
dios del Perú y otros países, en el diario El Comercio 
(1992-1996), como columnista del diario La República, 
como colaborador del diario El País de España y como 
fundador y director de la revista Arkinka. Desde 1966 
a la fecha es socio principal de la firma Cooper Graña 
Nicolini Arquitectos (hoy CGGMS), a la fecha con más 
de 450 proyectos.
Smiljan Radic. Se graduó en 1989 en la Escuela 
de Arquitectura de la Universidad Católica de Chile y 
abrió su propia oficina en 1995 luego de haber viaja-
do por Italia y haber trabajado en la oficina de Teodoro 
Fernández. Sus proyectos se caracterizan por hacer 
uso de la pequeña escala; casas, pabellones e insta-
laciones son los más recurrentes. En ellos, los detalles 
constructivos y la experimentación material son temas 
reiterativos: aparecen rocas como elementos pesados 
y macizos, en contraposición con transparencias livia-
nas. Habiendo tenido experiencias internacionales en 
la Bienal de Venecia, Radic fue seleccionado para dise-
ñar el Pabellón para la HYPERLINK Serpentine Gallery 
de Londres (2014) y ha recibido diversos premios por 
sus obras; entre ellos, el Teatro Regional del Biobío. Ha 
publicado ensayos y libros relacionados con su obra.
75Revista A 17-18 | Bicentenario
COOPER: Indiscutiblemente, eres uno de los creadores, diseñadores 
o arquitectos más notables de esta época. He leído, sin embargo, una 
opinión tuya en la que reprochas que se te considere como artista. Ha-
bida cuenta de la versatilidad y riqueza formal de tu obra, ¿por qué ese 
rechazo?
RADIC: Bueno, primero, muchas gracias por la invitación. He hecho 
muy poco Zoom, un cierto formato que no me es cómodo, como a mu-
cha gente; la última vez fue con un amigo nuestro, un superarquitecto 
que murió hace unos días: Miguel Eyquem, al que yo consideraba el me-
jor arquitecto chileno. 
Respecto a la pregunta, es un problema profesional, casi, porque en 
general me relaciono mucho más con amigos artistas, críticos o diseña-
dores, y con muy pocos arquitectos; entonces, conozco relativamente 
bien cómo piensa un arquitecto y cómo piensa un artista. Y, definitiva-
mente, ven el mundo de otra manera; la manera de interpretar, de crear, 
es distinta. 
En esa negación mía hay, entonces, un cierto respeto a los profesio-
nales. Sin embargo, la frontera es cada vez más porosa, no solo con el 
arte sino también con la ciencia, y eso hace más interesante la arqui-
tectura, pero no la arquitectura como arte sino como arquitectura. Esta 
condición le da un valor agregado a lo que hago, que en realidad son 
construcciones, más que arquitecturas. La diferencia entre la palabra 
construcción y la palabra arquitectura es que la primera es más abierta, 
en ella puede participar mucha gente: desde un niño hasta el construc-
tor mismo, hasta un artista, hasta un ingeniero. 
COOPER: No hay en tu obra plástica ni en tus escritos una homogenei-
dad formal que sugiera que tu imaginación discurre sometida a pautas o 
a destinos expresivos o formales determinados. Desde que he conocido 
tus edificios, leído tus textos o visto tus dibujos o maquetas he quedado 
convencido de que hay un sustrato metafísico-poético que te motiva, 
una inquietud que, sospecho, proviene de raíces intelectuales, afecti-
vas y psicológicas que asoman cada vez que enfrentas un encargo; una 
motivación personal que te inquieta o te desasosiega. Lo sorprendente 
es que esos referentes ontológicos o artísticos afloran bajo identida-
des plenamente asociadas a la arquitectura, no obstante tus evidentes 
preferencias por una formalidad compleja, tanto en lo referente a su 
materialidad como a sus procedencias literarias, históricas, sociales o 
vernaculares. Creo que has logrado llevar el imaginario arquitectónico 
al ámbito metafísico-poético de una manera excepcional. Una retórica 
expresiva que prescinde de palabras y conceptos, y que obliga al espec-
tador —o al que experimente los recorridos de tus obras, o al que se 
enfrente a la lectura de tus planos o dibujos— a hurgar en una sensibi-
lidad inédita, no solo intuitivamente, sino referida a tus conocimientos. 
Nos has regalado una apertura que existió sobre todo en la arquitectura 
primitiva, pero que se ido perdiendo desde hace muchos años —siglos, 
más bien—. Creo que si uno se pone racional frente a tu obra, realmente 
anda perdido. 
RADIC: Creo que tus palabras me quedan grandes, pero, saltándome ese 
problema… Trato siempre de separar cosas, de tener las entidades más o 
menos separadas, porque después sé que se van a mezclar. He leído bas-
tante poesía, he leído bastante filosofía, he estudiado bastante arquitec-
tura, y creo mucho en las casualidades: las cosas se mezclan de manera 
espontánea, no es que uno esté planificando. En el momento en que uno 
se pone a planificar, los proyectos de arquitectura empiezan a tornarse 
relativamente vacíos. No es un método o una manera de proyectar. 
Curiosamente, hace unos días me preguntaron sobre mis raíces 
croatas, y mi respuesta fue que yo soy chileno; en rigor, ese es mi origen: 
habitar un cierto abandono, sin muchas raíces concretas o físicas. Chile 
no es el Perú, con todo el arrastre de historia que tiene detrás; es una 
Figuras 1, 2. Casa A en 
Vilches, 2008. Pabellón 
de la Serpentine Gallery, 
2014.
76Revista A 17-18 | Bicentenario
cierta tierra de nadie —de partida, era el fin del mundo para mucha 
gente, para la exploración y experimentación— y creo que eso da ciertas 
libertades. A mí me dio libertades, frente a mis amigos que estuvieron 
conmigo en Europa, cuando volví a Chile a trabajar. Me dio libertades 
formales. Libertad también de no ser riguroso intelectualmente, en el 
sentido de no seguir una línea sino tomar de muchos lados. En términos 
reales, permite una cierta laxitud —si se quiere—, y si eso puede llegar a 
ser una construcción en algún momento, aparece algo muy lindo. 
Ahora, por ejemplo, estoy haciendo una «guía de viaje por Chile», 
una guía de cómo el chileno ha tocado el paisaje en el tiempo, para bien 
y para mal. Es el proyecto en el que estoy más metido. Son ejemplos 
de ingeniería, de paisajismo, unos pocos de arquitectura y muy pocos 
de arqueología. Hay elementos efímeros, también hay rastros de ciu-
dades, de matanzas. Se entiende que es una «guía de viaje» en la que el 
abandono —es decir, este tiempo largo sin registro de algunas cosas— 
viene expresado de una manera determinada. Si algo tiene de lo que tú 
llamas «un plano metafísico-poético», se relacionaría con esta sensa-
ción de abandono, que creo que en nuestro país sucede mucho, y esta 
«guía de viaje» por lo menos trata de recomponer ese ambiente. Ha sido 
absolutamente alucinante para mí, porque este año y medio que llevo 
haciendo la guía he podido volver a Chile, al margen de la pandemia. He 
podido volver a Chile, no físicamente, que es una cosa medio estúpida, 
sino que intelectual, emotivamente. Esto me ha permitido salir adelan-
te, hacia un buen momento. A pesar de todo lo duro que puede ser para 
mucha gente, en lo personal ha sido un buen momento por eso mismo, 
porque el encierro al final produce un cierto acercamiento hacia lo que 
uno es. 
No sé traducir todo lo que te he dicho en términos reales o concretos 
frente a distintas obras; lo que sí sé es que puede aparecer. Por ejemplo, 
cuando veo mis proyectos en El Croquis o en otras publicaciones, hay 
una idea de que casi cada uno podría haber sido hecho por un arquitecto 
distinto. Ya en la segunda publicación de El Croquis hay una cierta fa-
miliaridad entre los proyectos; se produce una combinación y uno pue-
de empezar a ver unas líneas genealógicas, lo cual me da mucho gusto 
porque significa que uno está recopilando información y está usando la 
información que uno ha creado, y la está usando relativamente bien.1
COOPER: Siempre he creído que en la raíz de la dimensión formal —
para no llamarla artística— tiene que haber un fundamento de miste-
rio, algo que no puede —o no debe, inclusive— pretender explicarse 
orevelarse de una manera espontánea o racional. El misterio es algo 
inescrutable, que se da en la vida humana de múltiples maneras, y no lo 
he encontrado nunca expresado de una manera tan evidente como en 
tu arquitectura. Tu arquitectura es misteriosa, y porque es misteriosa 
es artística, en el sentido de sus múltiples derivaciones. Lamentable-
mente, en las últimas décadas —en los últimos siglos, digamos—, esa 
condición misteriosa, que realmente proviene de la condición metafísi-
co-poética de la arquitectura, ha sido escamoteada, ha sido banalizada 
por una práctica profesional que la ha convertido en algo superficial y 
frívolo. 
Tú has propiciado una cultura, en el sentido más amplio de la pala-
bra; la has trabajado, sin darte cuenta, quizás siguiendo tus intuiciones. 
No has tomado atajos ni has querido interferir con esa libertad, con esa 
indecisión, con el misterio que supone acceder a todo esto. Eso te hace 
un arquitecto insólito, en el contexto contemporáneo.
RADIC: Cuando hice el pabellón para la Serpentine Gallery (Londres, 
2014) fue un momento clave; no por el hecho público, sino porque la 
relación con los curadores me permitió comprender que es totalmente 
distinto a trabajar con un cliente. El curador de una galería elige tra-
bajar contigo, elige tu arquitectura porque toca ciertos ámbitos que le 
parecen apropiados para hablar de arquitectura en términos globales. Es 
Figura 3. Bodega de 
Viña VIK, 2014.
77Revista A 17-18 | Bicentenario
un juego entre el arquitecto y el curador. Pero bueno, en ese momento 
estaban Hans Ulrich y, sobre todo, Julia Peyton-Jones, que sabían mu-
cho más que yo de todo, sobre todo en términos culturales, de espacio 
público, en términos sociales. Ahí se me produjo un clic, en el sentido de 
que lo único que hacían ellos era, por un lado, promover tus prejuicios: 
todos los prejuicios que tú tengas, darlos por válidos; y, por otro lado, 
promover toda tu incerteza, es decir, todas tus intuiciones. 
En mi caso, por ejemplo, cuando volví de estudiar de Italia me de-
diqué a hacer esta guía del abandono —de la que te hablaba antes—, la 
guía de una serie de objetos que llamé construcciones frágiles, hechas 
por gente de la calle que arma sus boliches, sus puestos de fruta, sus 
avisos comerciales, etcétera, que tienen un gran potencial formal. Y que 
tienen, además, muchas veces, dos cosas: un cierto atiborramiento, y 
que no están pensadas en el sentido de minimizar los costos, sino de 
maximizar los errores —¿de qué manera? —, de manera que si a alguien 
se le rompe un plástico no lo cambia, sino que le pone otro arriba… Son 
acciones distintas, que generan formas distintas, y son formas distintas 
de leer la realidad. Eso es extremadamente bonito. Pero el problema es 
que esto nace de un caos «natural»; en el momento en que uno trata de 
imitar estas cosas o trata de hacerlo como lo harían «ellos», está cayen-
do en una impostura, y es cuando uno tiene que alejarse y decir «yo no 
puedo hacer esto», «estoy imposibilitado para eso». 
COOPER: Totalmente de acuerdo. Nada en tu obra puede referirse a 
ningún modelo, salvo a tu aproximación intelectual, tu aproximación 
creativa, que es libérrima y a la que no le tienes miedo. 
Tú aludes a la importancia del lugar, no obstante señalar que no te 
resulta determinante para el proceso de elaboración de la forma arqui-
tectónica. Esa postura contraviene uno de los principios más tradicio-
nales de la aproximación al proyecto. También yo profeso sentimientos 
confusos respecto al sentido del lugar en lo que concierne al emplaza-
miento arquitectónico. La arquitectura se origina en la naturaleza pura, 
en una universalidad física carente de artificios. El mundo empezó sin 
artificios, con el ser humano queriendo encontrar, en el marco del or-
den natural, su manera de protegerse, de refugiarse, de habitar. Luego la 
agricultura lo obligó a construir, a tener que hacer cobijos para cautelar 
y proteger aquello que se producía cíclicamente, estacionalmente. Ahí 
empezó una relación conflictiva con la naturaleza, que no había cono-
cido incidencias o presencias ajenas a su génesis, a su propio desarrollo, 
y que hoy se ha agudizado tremendamente. ¿Es posible afirmar que la 
edificación constituye un artificio que agrede, que se entromete, que 
perturba el orden natural?
RADIC: Siempre digo que se trata de hacer el menor daño posible. El 
daño existe: cada vez que uno implanta un palo hay un daño, y la arqui-
tectura se trata de hacer el menor daño posible. Partiendo de este pro-
grama ético —si se quiere— o moral, la cosa empieza a funcionar mejor. 
Por otro lado, creo que la tierra nativa, la tierra original, ya no existe; en 
la idea del nativo, del originario, ya no existe. De lo que se trata ahora es 
de leer la relación con esa cosa que ya no existe: cómo la estamos abor-
dando, cómo la vamos a abordar. 
Respecto a lo que tú decías, que no me interesa el lugar, esto lo digo 
no porque no me interese, sino porque me interesa mucho. Esto signifi-
ca que si uno no pone un edificio bien en un sitio, no hay arquitectura; 
por tanto eso tiene que estar bien resuelto desde el inicio. No hay buen 
edificio mal puesto en un sitio. Eso no existe. Por lo menos no me ha to-
cado ver nunca un buen edificio puesto en un sitio equivocado. Signifi-
caría que el edificio está equivocado y que, por lo tanto, no es tan bueno. 
Entonces, el dato del lugar —el sitio específico— lo doy por descontado, 
porque no es un punto de partida: es un punto que está ahí, que tiene 
que estar ahí como referencia, como formalidad, como un todo.
Figura 4. Teatro 
Regional de Biobío, 2015. 
78Revista A 17-18 | Bicentenario
COOPER: Bueno, al leer la semana pasada algunas de tus cosas escritas 
y al oír tus charlas vi que celebrabas —y me parece muy bien— la mane-
ra como en Chile, en Chiloé, se trasladan viviendas de un lugar al otro…
RADIC: Eso te iba a comentar, a ese ejemplo iba. En Chiloé hay una fies-
ta que se llama la tiradura de casas: alguien quiere cambiar una casa de 
un sitio y entonces la agarran, la tiran al mar, la arrastran con botes y la 
suben en otro lugar.2 Esto significa que la casa no está condicionada por 
un sitio especifico, sino por un territorio. Y si la casa conversa de buena 
manera con un territorio es una casa mucho mejor, por ejemplo, que 
las que uno hace para la gente que va de turista o de fin de semana, que 
quiere ver el volcán de tal manera, que quiere ver la playa de tal manera. 
Para la gente que mueve sus casas en Chiloé su relación no es con 
el paisaje en términos visuales, sino más bien sociales, anímicos, am-
bientales, funcionales. Quieren saber si la instalan en la playa —y dejan 
las pampas hacia atrás—, si la instalan mirando la huerta, si la instalan 
viendo lo que llega por el mar, etcétera. Hay una serie de condicionantes 
que determinan la instalación de estas casas. Esa manera de abordar el 
paisaje, que no es visual, que no es icónica, sino vivencial, es la que me 
parece adecuada para abordar un territorio, sobre todo en los tiempos 
en que estamos. Los arquitectos evaluamos los edificios en términos vi-
suales, con lo cual no estoy de acuerdo. El viaje sigue siendo oportuno, y 
sigue siendo lo necesario para conocer la arquitectura. 
COOPER: Lo que estás diciendo es una manifestación de sabiduría, de 
sensatez y de sentido común que lamentablemente han ido perdiéndose. 
El contacto que uno requiere para poderse estimular se ha ido perdiendo. 
Quiero hablarte de otro tema que en relación con tu obra siempre 
me ha parecido importante. ¿Crees que la arquitectura —o el arte en 
general— mutó, a poco de surgir, en recursos sagrados orientados a es-
tablecer nexos espirituales con energías fuera del alcance de la com-
prensión humana? Me estoy refiriendo, por supuesto, al mundo arcaico.
La arquitectura, como el arte en general, tuvo un origen —lo pongo 
en letras mayúsculas— sacro, no necesariamente religioso. La pérdida 
gradual de esa sacralidad en la época modernaha banalizado el diseño 
y lo ha convertido en un secuaz del deterioro geográfico. Cuando veo 
Figura 5. Capilla para 
la Santa Sede en la 
Bienal de Arquitectura 
de Venecia, 2018. Esta 
estructura se expuso 
junto a otras como parte 
de la participación del 
Vaticano en la bienal por 
primera vez. 
79Revista A 17-18 | Bicentenario
tus obras, cuando veo la Casa para el poema del ángulo recto, me siento 
conmovido por una visión sacralizada —no religiosa— que porta una 
espiritualidad que hace que estemos frente a algo serio. No sé cuál es-
critor francés de principios del siglo XX dijo algo que me parece cierto, 
refiriéndose a una iglesia: «este lugar es maldito, ahí habita Dios». No 
quiero decir con esto, por supuesto, que tu casa sea un lugar maldito, 
sino que el contenido de lo que producimos tiene que contener una di-
mensión totalmente ajena a lo banal, ajena a lo meramente utilitario, a 
lo meramente representativo. Insisto en que es algo que tú has alcanza-
do de manera privilegiada, sin ser —insisto— algo religioso. Todas tus 
obras logran esa dimensión, de alguna manera.
RADIC: Para mí es «divertido», porque me cuesta trabajo el tema —en 
todo caso, voy a decir que «es divertido»—. Cuando hicimos la capilla en 
Venecia y le presenté el proyecto a Francesco Dal Co, había un pequeño 
párrafo cuya última frase era «Dios no está ahí», es decir, «no traten de 
encontrarlo ahí, no está, no va a estar en la capilla».3 ¿Por qué? Porque 
el párrafo anterior explicaba que, para el cristianismo —al cual soy aje-
no—, la única manera de abordarlo es a través de símbolos que hacen 
que las personas puedan ver en ellos una cierta sacralidad, pero lo que 
más me preocupaba —lo que más me preocupa, en términos reales— es 
agregarle intensidad a la convivencia entre las personas. Que esta idea 
de que todo es fácil tenga una cierta contrapostura relacionada con una 
intensidad, con el logro de una cierta intensidad —no sé bien cómo lla-
marlo—, de una cierta potencia.
Entonces, lo que tú dices me alegra mucho, pero es difícil que pueda 
respaldarlo. De nuevo, no es algo en lo que esté entrampado o que esté 
buscando; no es algo en lo que normalmente piense, tampoco… o que 
me haya detenido a pensar.
COOPER: Con esa alusión no me refería necesariamente a la idea 
de que Dios estuviera ahí en el sentido religioso, sino en el sentido 
trascendental…
RADIC: Sí, claro, lo entiendo perfectamente. Y cuando pongo «Dios no 
está ahí» lo hago en ese sentido, porque, de partida, no creo en Dios. 
Hay un tema clave ahí. De partida, desde el inicio, estoy al frente; pero 
también lo entiendo en términos trascendentales, no religiosos.
COOPER: En la mayor parte de tus obras —no te digo «en todas» 
porque hay algunas que tienen un sentido más pragmático—, y sobre 
todo en tu Casa para el poema del ángulo recto, me siento absorbido 
por ese sentido de lo sacro, en el sentido laico. La forma como proyec-
tas, como haces tus edificios, como los ubicas en el paisaje o el lugar y 
como los rodeas con piezas de piedra y otros materiales te acerca a un 
nivel de misterio que no es comprensible, que no es compatible o no 
es asimilable a un valor de espiritualidad que te permita sobrellevar la 
condición humana. 
La lectura de tus obras, los escritos, la observación de tus planos, 
dibujos y maquetas, tus conversaciones y charlas delatan inquietudes 
que provienen de tu obsesiva preocupación por acceder a la esencia de 
las cosas, una ontología que luego llevas rigurosamente a la edificación 
mediante aproximaciones a las que les exiges una multiplicidad, profun-
didad e intimidad sin duda angustiosas; batallas que combates con un 
dominio extraordinario de la ingeniería, del dibujo y del notable arsenal 
del imaginario del cual dispones. ¿Cómo se siente operar de esta manera?
RADIC: Creo que una buena explicación a lo que me estás preguntando 
puede ser el libro que he publicado, Obra gruesa. Me demoré un año y 
medio o dos en planificarlo, en tenerlo en la cabeza; y unos amigos ve-
nezolanos que son buenísimos, Álvaro Sotillo y Gabriela Fontanillas, lo 
editaron, lo diseñaron en seis meses.4 
Figuras 6, 7. Casa de 
hormigón en negro, 
2016. Proyecto para 
casa de playa en Lima, 
2014.
80Revista A 17-18 | Bicentenario
Pero ¿qué aparece en este libro? Si uno lo ve fríamente, ¿cuál es la 
información que entrega? Primero, hay unas fichas técnicas, las típicas 
de los proyectos—; después, proyectos que son imágenes residuales de 
otros proyectos —proyectos de objetos y otras cosas, que acompañan 
otros proyectos o que han sido matriz de otros proyectos—; luego, tex-
tos técnicos de otros autores —uno sobre la fibra de vidrio, otro sobre 
los tensegrity—, que también acompañan proyectos; y tres o cuatro en-
sayos míos. Junto con eso hay cuentos, cuentos infantiles que dan cuen-
ta, también, de otra serie de proyectos. Ese es el barrido textual. 
Si uno va al barrido de obra, hay desde proyectos pequeños, que son 
solo maquetas, hasta proyectos grandes, como el teatro de Concepción. 
Todos se narran con dos o tres fotografías —la menor cantidad posi-
ble—, con algunos dibujos hechos a mano que me parecen importantes, 
y con planimetría, que tiene que ver más con la ingeniería que con la 
arquitectura. Se presenta una planimetría compuesta, que deviene del 
proceso que tenemos en la oficina: cuando están los planos intercalados, 
me quedo con la planimetría y voy diciendo «esto está bien» o «esto está 
mal», porque ahí hay dos conocimientos de base que están mezclados 
y están haciendo colisión o están jugando de buena manera. Y esos son 
los planos que aparecen en Obra gruesa; es una planimetría intermedia. 
COOPER: He visto Obra gruesa y no puedo estar más en sintonía conti-
go. No creo que la aplicación de la dimensión constructiva, tectónica, de 
la arquitectura, en favor de la ingeniería, deba enajenarnos.
RADIC: Lo importante de este libro, en particular, es esa amalgama de la 
que te hablaba al principio. Reúne cosas que aparecen como colindantes 
y que para los arquitectos que se llaman profesionales aparecen como 
voladores de luces, pero que para mí son proyectos de arquitectura en 
sí mismos. Entonces, este libro ya es un proyecto de arquitectura, en el 
sentido de cómo mostrar arquitectura, cómo mostrar lo que hago, las 
construcciones que he hecho. A lo que voy, en referencia a tu pregunta, 
es a que es una amalgama de cosas para mostrar un universo que puede 
tener un significado especial, aunque al final no lo sea tanto.
Figura 8. Fotografia 
del libro Obra gruesa, 
publicado por ediciones 
Puro Chile y Hatje Cantz, 
2020.
81Revista A 17-18 | Bicentenario
COOPER: Dices no profesar un interés especial por el urbanismo. 
RADIC: El urbanismo es difícil, y uno tiene que hacer lo que sabe ha-
cer, nada más. No es que diga que el urbanismo no debe existir o que 
se deba hacer de tal manera, sino que es un tema muy grande, que no 
puedo abordar. Es como que me preguntaran por política: no tengo idea 
de política… Sé, tengo una posición política, estoy informado, etcétera, 
pero no es un campo en el cual yo me pueda adherir. 
No es que me niegue diciendo «no, no es importante»; al contra-
rio, es muy importante, pero es algo que yo no sé hacer, nada más… y 
no sé criticarlo, tampoco. Puedo decirte «oye, esta casa está bien, esta 
ciudad está bien por tal y tales motivos», pero quizá sean puros lugares 
comunes. Se necesitan muchos conocimientos específicos para abarcar 
esa práctica; conocimientos que deberían estar, ciertamente, ligados a 
la arquitectura.
COOPER: Tu sinceridad y valentía son importantes, porque hay mucha 
gente que se adhiere al urbanismo solo porque cree que es una obliga-
ción moral de nuestra época. Efectivamente, no es un tema fácil, pero 
tampoco creo que haya que dejárselo a ese género deplorable que es la 
especialización.
Bueno, ya se pasó la hora. No sabes cuánto te agradezco, cuánto te 
admiro y cuánto envidio tu entrega al trabajo. No sabes cuánto aprecioa Marcela —aunque no la conozco—, por la importancia que tiene in-
centivar la creación. 
RADIC: Qué divertido, porque recién, para otra entrevista, yo tam-
bién decía que envidio a dos arquitectos, Miguel Eyquem y Germán 
del Sol; pero la envidia es muy buena para motivarnos. Te agradezco la 
invitación.
COOPER: Ahora que tengo una gran preocupación por el destino de 
nuestro oficio, encontrarse con alguien que se nutre de lo esencial, de 
esa metafísica-poética que te he mencionado, me parece enormemente 
reconfortante. Un gran abrazo y mil gracias, Smiljan.
RADIC: Un gran abrazo.
_______________________________________________________________________
NOTAS
1 Se refiere respectivamente a los números 167 y 199 de la re-
vista El Croquis: Smiljan Radic 2003-2013, El juego de los contra-
rios (Madrid, 2013) y Smiljan Radic 2013-2019. El peso del mundo 
(Madrid, 2019) (n. del e.).
2 Popularmente se le dice minga, aunque minga es la fiesta 
popular donde la gente comparte después de un trabajo en 
común.
3 Una de las diez capillas vaticanas diseñadas por sendos ar-
quitectos para la Bienal de Arquitectura de Venecia 2018, 
instaladas en la isla de San Giorgio Maggiore (n. del e.).
4 Se refiere a su libro Obra gruesa. Arquitectura ilustrada. Santia-
go de Chile: Puro Chile y Hatje Cantz, 2020 (n. del e.).
82Revista A 17-18 | Bicentenario
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ARCHIVO
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La conmemoración del bicentenario de la república que ha mo-
tivado este número nos recuerda que la celebración del primer 
centenario fue principalmente limeña, además de particular-
mente accidentada. Muchas ofrendas de los países vecinos y 
los numerosos visitantes que se instalaron en Lima para parti-
cipar en la celebración afrontaron dificultades que debieron ir 
resolviéndose en el camino. Especial es el caso de la Plaza San 
Martín, clímax del acontecimiento, a la que asistieron delega-
ciones llegadas en barco desde países europeos y americanos: 
el día central, 28 de julio de 1921, con el presidente Augusto B. 
Leguía al mando del gobierno, se tuvo que improvisar un es-
cenario con toldos, pancartas y telas, para disimular las obras 
que aún se realizaban alrededor de la plaza y que —como narra 
Víctor Mejía en su texto sobre el tema— estarían listas tiempo 
más tarde y serían inauguradas en 1924. A continuación, un re-
cuento de la historia de esta centenaria plaza, acompañado de 
un ensayo visual con fotografías de archivo y actuales.
84Revista A 17-18 | Bicentenario
Víctor Mejía es arquitecto por la Universidad 
Ricardo Palma y magíster en Historia del Arte 
por la PUCP. Además del ejercicio profesional, 
es docente de Arquitectura PUCP, de la Facultad 
de Arte y de la Escuela de Posgrado de la misma 
casa de estudios, así como jefe de la Oficina 
de Publicaciones de Arquitectura PUCP. Ejerce 
como curador independiente y editor, además 
de investigar y escribir. Ha publicado diversos 
artículos en revistas especializadas en arquitec-
tura y cine. Su primer libro, Ilusiones a oscuras. 
Cines en Lima: carpas, grandes salas y multi-
cines 1897-2007 fue premiado en la XVI Bienal 
Panamericana de Arquitectura BAQ-2008.
LA PLAZA SAN 
MARTÍN Y EL 
CENTENARIO: 
CELEBRACIÓN 
Y CRISIS
Víctor Mejía
85Revista A 17-18 | Bicentenario
Imagen 1. Estación de San Juan de Dios o 
del Ferrocarril Lima-Callao, ca. 1900. Empezó 
a funcionar en 1851 en el emplazamiento que 
ocupa hoy la Plaza San Martín. En Ciudad y 
Campo n.o 47, 1930.
1
Si bien la Plaza San Martín se inauguró el 27 de julio de 1921, 
ya desde mediados del siglo XIX la estación San Juan de 
Dios, del ferrocarril Lima-Callao, generaba ahí un nodo vial 
importante. En 1899 se decretó la necesidad de construir la 
avenida Central y en 1901 la avenida Interior, y aunque solo 
se construyó la segunda —hoy, avenida Nicolás de Piéro-
la—, el proyectado cruce de esas dos grandes vías sugería ya 
un espacio protagónico en la ciudad. Un esquema munici-
pal de 1906 es el primer documento gráfico que muestra el 
emplazamiento como una plaza. En 1910 se inició la apertu-
ra física del espacio con el segundo tramo de la avenida La 
Colmena —avenida Interior—, seguido por la demolición 
de la estación San Juan de Dios en 1914, para luego regulari-
zar la forma cuadrangular del espacio. En los años siguien-
tes se desarrollaron algunos proyectos para la plaza, entre 
ellos dos de Ricardo Malachowski y el definitivo, de 1920, de 
Manuel Piqueras Cotolí.
La Plaza San Martín no se generó en un vacío preexis-
tente; tampoco fue la reinvención de una plaza previa. El 
espacio físico se abrió mediante expropiaciones y demoli-
ciones, y este hecho es significativo: sus procesos eviden-
ciaron un gesto de transformación de lo precedente. Abrir 
un espacio público en el casco antiguo de la ciudad implicó 
una actitud modernizadora, no solo en el sentido material 
de cambiar o renovar, sino también por el fragmento de 
ciudad antigua que desapareció para responder a los nue-
vos requerimientos urbanos.
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A mediados de 1920 el monumento a San Martín es-
taba ya instalado en el lugar que ocupa hoy, y hasta el cen-
tenario de la independencia permaneció envuelto en lonas 
negras, lo que generaba una situación desconcertante. Es-
perado por más de tres lustros, estaba ahí el monumento 
al libertador, pero su imagen seguía ausente, cubierta, en 
espera de su inauguración. Ese paisaje, fortuito pero sim-
bólico, debió de ser impactante para los limeños: la gran 
mole enfundada en telas, en un gran terreno baldío, entre 
tierras removidas y obras incompletas, y, rodeando el lugar, 
edificaciones de aspecto deplorable, algunas semidemoli-
das y otras vetustas y de poca altura, incapaces de contener 
el espacio urbano de la futura plaza. 
Meses antes del centenario la imagen que daba el mo-
numento fue objeto de burlas en medios de prensa; además, 
se criticó el retraso que denotaban los pocos avances de las 
obras. Como se menciona en una crónica de la época, «Esta 
plaza, que será el eje de las fiestas, se está preparando en for-
ma provisional, a fin de que pueda, en alguna forma, llenar 
su objeto. Después de tantos años, la gran plaza va a resultar 
improvisada».1 Para las celebraciones de julio de 1921 se mon-
tó una suerte de «escenario» urbano con el fin de encubrir 
obras incompletas y una plaza desnuda. Se usaron paneles 
de madera y cartón, inmensas banderas para cubrir el entor-
no, además de estructuras en forma de obelisco, que soste-
nían un sistema de iluminación. Se levantó, así, un «bosque» 
de columnas que intentó darle unidad al lugar.
Imagen 2. Plano de Lima por Santiago Basurco, 
año 1904 (fragmento). La línea longitudinal 
señala el trazo propuesto para la Av. Central, 
desde la Plaza Bolognesi hasta el Cerro San 
Cristóbal. La línea transversal señala el trazo de 
la Av. Interior (hoy Av. Nicolás de Piérola), desde 
la Plaza 2 de Mayo hasta la avenida Grau. En la 
intersección de ambos trazos se ubica hoy la 
Plaza San Martín. En Juan Gunther (1983), Planos 
de Lima, 1613-1983. Lima: Municipalidad de Lima, 
Petróleos del Perú.
Imagen 3. Área baldía del emplazamiento de 
la Plaza San Martín, ca. 1916. Al centro, el Teatro 
Colón (Claudio Sahut, 1914) y el edificio Giacoletti 
(hnos. Masperi, 1912). Archivo Juan Gunther.
_________________________________________________________
1 En la revista Variedades n.o 694, junio de 
1921, p. 930.
3
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En 1921 las únicas obras con presencia urbana seguían 
siendo el edificio Giacoletti (hnos. Masperi, 1912) y el Teatro 
Colón (Claudio Sahut, 1914), en el frente oeste de la plaza,donde a inicios de ese mismo año se construyó el edificio de 
la Exposición Nacional de Industrias o «Palacio de Cartón». 
Así se completó al menos un frente con cierta prestancia, ha-
cia el cual se orientaron los estrados y la tribuna oficial para 
invitados internacionales. Finalmente, con gran expectativa 
y asistencia de público, el 27 de julio de 1921 se inauguraron 
la plaza y su monumento. Sin embargo, entonces se podía 
hablar solo de una plaza construida de manera parcial y de 
un emplazamiento vacío, no únicamente en el sentido físico, 
sino también en una lectura más profunda del hecho. 
La plaza y el monumento no se originaron como un 
homenaje para conmemorar el centenario. En la práctica 
lo fueron, y con ese discurso se inauguraron; todas las fo-
tografías y crónicas de la época dan fe de ello. No obstante, 
los procesos previos evidencian que fueron una serie de si-
tuaciones y retrasos los que confluyeron hacia el momento 
histórico ya conocido, julio de 1921. Los procesos de la Pla-
za San Martín revelaron nuestras limitaciones como Esta-
do y como nación; aquel fue un cúmulo de intenciones y 
proyectos, pero también consecuencia de la ineptitud y la 
inacción. El centenario, esperado como un momento cele-
bratorio cumbre, encontró a todos con la tarea incomple-
ta. Para el centenario se esperaba que la Plaza San Martín 
materializara los anhelos y expectativas de la época; lejos 
de ello, su cualidad de inacabada dejó en evidencia, para la 
historia, un Estado ineficiente y desorganizado.
Imagen 4. Apunte a mano alzada del proyecto 
de Manuel Piqueras Cotolí para la Plaza San 
Martín, 1920. Tinta sobre papel, 10,5 por 14,5 cm. 
Archivo Piqueras Cotolí, en custodia en el Museo 
de Arte de Lima.
Imagen 5. Vista del frente norte de la Plaza San 
Martín, aún sin el portal de Pumacahua, ca. 1924. 
Archivo Thorndike.
Imagen 6. Vista del frente sur de la Plaza San 
Martín inconclusa, aún sin el Portal de Zela, 1924. 
En Ciudad y Campo n.o 47, 1930. 
6
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Tras su inauguración, la plaza conformó su iden-
tidad arquitectónica en los años 1920, 1930 y 1940. En el 
frente oeste, al edificio Giacoletti y al Teatro Colón se les 
sumaron el Hotel Bolívar (Rafael Marquina, 1924) y el Club 
Nacional (Ricardo Malachowski, Enrique Bianchi, 1929). 
En los frentes norte y sur se construyeron los edificios 
que contienen el Portal de Pumacahua y el Portal de Zela 
respectivamente, proyecto en el que intervinieron, en mo-
mentos distintos, Manuel Piqueras Cotolí y Rafael Mar-
quina. Ya en el frente este, en las décadas de 1930 y 1940 
terminaron de conformar el contorno formal de la plaza 
el edificio Sudameris, el cine Metro y los edificios Encar-
nación, Cerro de Pasco y Fénix Peruana. En las décadas 
siguientes, la Plaza San Martín se consolidó como un es-
pacio público activo, característico de Lima e intenso, que 
de distintos modos, en su configuración y en su puesta en 
escena, «representa» al Perú.
Imagen 7. Vista aérea de la Plaza San Martín 
según el proyecto de Manuel Piqueras Cotolí, 
1926. En Ciudad y Campo n.o 16, marzo de 1926.
Imagen 8. Monumento a José de San Martín en 
la Plaza San Martín. Fotografía: Edi Hirose, 2013.
Imagen 9. Monumento a José de San Martín por 
el escultor español Mariano Benlliure, elaborado 
entre 1909 y 1913. Fotografía: Edi Hirose, 2013.
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1. Conexiones ecorregenerativas. Parque en 
quebrada de Chachapoyas
 José Luis Briceño
2. Amunas. Infraestructuras de retención hídrica 
frente a la escasez
 Diego Vivas
TALLER
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
En esta sección presentamos investigaciones y proyectos que 
surgen de las aulas de Arquitectura PUCP, no solo como mues-
tra de la variada gama de preocupaciones de los alumnos y de 
las propias cátedras, sino como el compromiso asumido por la 
unidad de Arquitectura PUCP para desplegar los conocimien-
tos proyectuales de sus estudiantes en beneficio de múltiples 
mejoras urbanas, ambientales y paisajísticas de áreas urbanas, 
rurales y en procesos de transformación correspondientes a 
todas las regiones del Perú. Los Proyectos de Fin de Carrera 
(PFC) de este último año —transcurrido en pandemia— resumen 
de buena forma los temas de interés más trabajados por los 
estudiantes, que tienen que ver con la sostenibilidad de nues-
tras ciudades y áreas rurales, los recursos naturales e hídricos, 
el patrimonio construido y las formas de la habitación; y en par-
ticular, con la forma en que la arquitectura puede colaborar en 
todos estos procesos, como herramienta de desarrollo social. 
___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
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Conexiones 
ecorregenerativas
Parque en quebrada 
de Chachapoyas
José Luis Briceño
Chachapoyas es una ciudad intermedia, ubicada a 2300 metros de 
altitud, en la región Amazonas, al norte del Perú. La ciudad está 
emplazada entre dos ríos: al oeste, el Utcubamba, el colector prin-
cipal, y al este su afluente, el río Sonche. Asimismo, se encuentra 
atravesada por diversas quebradas. 
El proyecto se concentra en el estudio de la quebrada de la 
zona norte, que divide en dos la ciudad la ciudad de Chachapoyas. 
Ambos bordes tienen una geografía distinta; por ello, ocurren si-
tuaciones diferentes. Es en esta quebrada norte donde se da la 
contaminación del agua y el suelo: los residuos son recogidos y 
llevados a un botadero llamado El Atajo, a 6 km de la ciudad, el 
cual desemboca en el río Sonche.
Por otro lado, la zona este, que rodea la quebrada, no cuenta 
con un sistema de tratamiento de aguas grises. Las tuberías de 
desagüe desembocan directamente en la quebrada y contaminan 
el arroyo. Además, existe deforestación de los bosques y las zonas 
verdes de las quebradas, que se incrementan debido al accionar 
de procesos erosivos tales como deslizamientos, solifluxión, rep-
tación de suelos y profundización de canales. 
Frente a esta problemática y ante las oportunidades de uso 
del espacio, proponemos un parque ecorregenerativo que per-
mite recuperar el potencial de espacio público de la quebrada y 
regenerar el ecosistema degradado. Planteamos tres estrategias 
territoriales: un borde dinámico, que contenga el crecimiento de 
la ciudad y que, junto a una gestión del agua, repotencie las acti-
vidades que se dan en la quebrada, implementando, además, sis-
temas ecológicos para el tratamiento de residuos sólidos y aguas 
grises; un sistema de caminos internos que permita recorrer el 
parque y llegar hasta la cota más baja para apreciar el arroyo y 
conectar ambos lados de la ciudad; y un plan de reforestación to-
mando en cuenta las especies endémicas de la región. El agua que 
brota de los manantiales subterráneos se traslada a través de ca-
nales en toda la quebrada; en algunos lugares se ralentiza, genera 
estanques y se utiliza para cultivos, y en otros compone lugares 
de contemplación en el espacio público. 
En el borde oeste, donde se encuentran los botaderos infor-
males, se plantea un borde agrícola acompañado de plazas reco-
lectoras de basura, en donde se implementan biodigestores que 
reciben los residuos sólidos —animales y vegetales— a través de 
compartimientos. Este sistema permite el compostaje, cuyo pro-
ducto se usa en los cultivos y para producir el biogás que se em-
plea para la luminaria pública del parque.
En el borde este, donde la contaminación del agua está fo-
calizada, se plantea fitodepurar a través de un sistema de ate-
rrazamiento con plantas flotantes que oxigenan el agua por 
evapotranspiración, y cuyas susraíces sirven de soporte a los mi-
croorganismos que retiran los contaminantes del agua. 
La regeneración del ecosistema es acompañada por un dispo-
sitivo captador de especies de animales, sobre todo de aves endé-
micas. Este dispositivo consta de un puente y una torre mirador 
que, además de permitir el cruce que conecta ambos lados de la 
ciudad, logra que el ecosistema de quebrada vuelva a contar con 
fauna y flora endémicas.
El proyecto logra regenerar y recuperar la quebrada, genera 
un impacto positivo en el lugar y limpia el agua que llega a po-
blados cercanos. Además, replicando en otros vacíos urbanos de 
la ciudad las lógicas de manejo de territorio y gestión que se pro-
ponen, se puede contribuir a lograr un cohabitar sostenible entre 
el ciudadano y la naturaleza. 
1 Escenarios: actual, positivo y negativo.
2 Análisis de circuitos de la ciudad.
3 Estrategias territoriales.
4 Plan Maestro: parque en quebrada de
 Chachapoyas.
5 Sección de terrazas de fitodepuración.
6 Sección de puente y torre de regeneración
 ecosistémica.
________________________________________________________________
José Luis Briceño Mayta es arquitecto por la 
Pontificia Universidad Católica del Perú, donde obtuvo 
su diploma con mención sobresaliente. El presente 
trabajo lo desarrolló en el Taller de PFC, dirigido por 
Luis Rodríguez, Silvana Corro, Gustavo Díaz, Eduardo 
Peláez y Daniel Ramírez Corzo. El Taller propone solu-
ciones a problemáticas socioterritoriales, compren-
diendo una realidad periférica.
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Amunas
Infraestructuras de 
retención hídrica 
frente a la escasez
Diego Vivas
… o la crianza del agua como oportunidad para otros pai-
sajes (andinos) posibles. La variabilidad climática y la conse-
cuente escasez hídrica a escala global plantean a la humanidad 
retos inimaginados. En el Perú la situación es crítica, y afectará 
de forma inclemente a las poblaciones más vulnerables; aque-
llas que, paradójicamente, han criado el agua por generaciones. 
Las amunas, sistemas preíncas conservados por comunidades 
de las cuencas altas de los Andes y puestos en valor gracias a 
recientes investigaciones, se basan en el principio de retención 
hídrica, a partir del cual propician la infiltración, percolación y 
posterior emanación del agua en épocas de sequía. Se configu-
ran, así, como una oportunidad mediante la cual hacerle frente 
al problema regional que significa la escasez hídrica hoy. 
¿Será posible que las amunas —del quechua ‘retener’— cum-
plan roles multipropósito? ¿Que se logre convertir su impacto 
en el paisaje en una oportunidad infraestructural que enfren-
te, además, la escasez multidimensional que aflige a numerosas 
personas en las cuencas altas del Perú? ¿Y que, mientras se exal-
ta el potencial paisajístico, público e hídrico de estos territorios 
a escala regional, se revaloren sus saberes como un conocimien-
to transferible a escala global? 
El proyecto propone, a partir de la teorización del sistema 
espacial de las amunas —la colocación de un elemento masivo 
o murario de retención—, convertir el sistema en una red de 
infraestructura multipropósito —con zanjas de infiltración, 
canales de derivación, andenes y diques— que vaya más allá de 
las necesidades técnicas y sea capaz de articularse multiesca-
larmente y afectar sucesivamente, en una intervención territo-
rial, la cuenca del Rímac, la subcuenca de San Mateo y la micro-
cuenca del Jocohanca. La intervención busca propiciar el marco 
necesario para la restauración y ampliación de sus subsistemas 
de caminos, hidrografía y vegetación, articulando agencias y 
consolidando un catálogo de dispositivos que aspiran a ser tam-
bién soportes para afrontar las necesidades de las comunidades, 
mientras resuelven las demandas hídricas, sembrando y cose-
chando el agua. Estas operaciones intentan revelar nuevamente 
el potencial de las cuencas altas y cuestionar tanto las inversio-
nes millonarias en trasvases intercuencas como las intervencio-
nes guiadas por enfoques meramente conduccionistas y mo-
nofuncionales, centradas solo en el discurso y abastecimiento 
metropolitano; buscan, en este sentido, apuntalar un cambio pa-
radigmático: de una gestión de caudales a una de aguas de lluvia.
La intervención intenta (re)convertir las arquitecturas en 
sistemas, redes y procesos activos de crianza del agua y del 
paisaje: piezas sistémicas, escalables y replicables, que podrían 
formar parte de renovadas agendas estatales de inversión a tra-
vés de los Mecanismos de Retribución por los Servicios Ecosis-
témicos (Merese) que el proyecto le brinda a la metrópolis. Se 
configuraría así el sistema como una oportunidad capaz de ser 
imaginada en otros espacios del valle con necesidad hídrica, po-
niendo en agenda el valor crucial de los saberes ancestrales en el 
circuito territorial, además de consolidar un conocimiento y es-
trategias transferibles y operativos para otras cuencas andinas, 
así como sistemas infraestructurales ancestrales de retención 
hídrica existentes en el mundo: careos, ahus, paars y qanats. 
El proyecto aspira a ser una cartografía en clave proyec-
tual. Se plantea como una arquitectura a partir de los sistemas 
y procesos, cuestiona la mirada desde el objeto en él y busca, 
finalmente, configurarse como una oportunidad de diseño que 
permita internalizar beneficios en la ruta del agua, mientras nos 
cuestiona, asimismo —en la coyuntura del bicentenario—, acer-
ca de quiénes están necesitándola realmente.
1 Axonometría. Sector de captación hídrica.
2 Sección fugada. Sector de captación hídrica.
3 Sección fugada. Captación hídrica como soportes 
para otros futuros posibles. 
________________________________________________________________
Diego Vivas-Huaccho es arquitecto por la PUCP. 
Obtuvo su diploma con mención sobresaliente. Su 
tesis —desarrollada en el taller PFC de Luis Rodríguez, 
Elizabeth Añaños, Gustavo Díaz, Silvana Corro, Eduardo 
Peláez y Daniel Ramírez— obtuvo el primer lugar en la 
Bienal Internacional de Arquitectura de Lima, categoría 
Urbanismo/Paisajismo, y fue distinguida en el 
III Encuentro de Enseñanza e Investigación del Paisaje, 
«Arte y ciencia en el paisaje de Sudamérica» (2021). Ha 
trabajado para el Ministerio de Vivienda del Perú y en 
las oficinas de arquitectura Llonazamora, Llosa Cor-
tegana y Barclay & Crousse. Actualmente labora en el 
Archivo de Arquitectura PUCP y es asistente de investi-
gación en el Grupo CONURB PUCP, en el subgrupo de 
Ambiente, Territorio e Infraestructuras Ecológicas.
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La cuarta edición de POST SCRIPTUM* abordó múltiples complejidades pe-
dagógicas, disciplinares e institucionales relacionadas con la enseñanza en 
las facultades de arquitectura. Los panelistas examinaron varias prácticas 
legítimas y, al mismo tiempo, ciertas deformaciones producidas en entornos 
académicos, siguiendo la línea que trazó, provocativamente, el texto central de 
DPR Barcelona.
El conversatorio se inició intentando definir qué es una escuela, o qué aris-
tas comprende la definición de una institución asociada al conocimiento y el 
aprendizaje: ¿qué tipos hay?, ¿cuál es su rol?, ¿qué fenómenos las influencian? 
Se reconoció el proceso de «profesionalización» por el que pasan y su acotado 
ámbito de acción sobre el proyecto de arquitectura, en un momento histórico 
en el cual son cada vez más evidentes las múltiples maneras de manifestarse 
que tiene la arquitectura en el contexto cultural y social contemporáneo. 
Dentro de esta mirada se identificó una tensión interesante entregenerar 
ciertas fricciones entre una estructura mínima de organización de los cursos 
y las metodologías, y al mismo tiempo permitir cierta libertad para abrir paso 
a instancias de pensamiento autónomo, de modo que en el mediano plazo se 
conviertan en una posibilidad latente de autoeducación. Complementariamen-
te, entra en juego el entendimiento de la disciplina. Qué tan ampliamente se 
concibe la arquitectura: ¿como un cuerpo de conocimiento y práctica sesgada 
o, por el contrario, con múltiples puntos de contacto con otras disciplinas y fe-
nómenos? Estas diferencias, idealmente, podrían proveer de herramientas de 
rebeldía a los futuros arquitectos, frente a la práctica arquitectónica tradicional 
y la lectura reductiva de la problemática que aqueja hoy al ámbito urbano y 
paisajístico. 
↓ Panelistas en el conversatorio Post 
Scriptum*4, De-formaciones educativas.
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La reflexión anterior se trasladó al debate sobre el taller de diseño. Nueva-
mente, se discutió a partir de la tensión: en este caso, entre el hecho de conce-
birlo como la simulación de un proyecto profesional, por un lado, y el conside-
rarlo un proceso de manejo de un núcleo básico del conocimiento disciplinar, 
por otro. Se concluyó que es un deber negociar la relación entre estos dos 
territorios de aprendizaje, pero, además, se criticó la naturaleza ficticia de la 
simulación, ya que termina por ser selectiva: si bien existe una contaminación 
del proceso desde la realidad de una ubicación y la problemática asociada, 
dicho proceso no involucra formas de colaboración transversal o intercambios 
con especialistas u actores sociales y agentes políticos, lo que produce una 
complejidad más cercana a lo que entendemos como la realidad de operación 
de un proyecto.
Esta reflexión interpeló también las condiciones desde las cuales se eva-
lúa. El proceso no necesariamente se centra en las habilidades que un alumno 
demuestra acerca de los conocimientos nucleares de la disciplina, sino que 
muchas veces se basa en la excepcionalidad de los proyectos; es decir, en 
cuán cerca se sitúan los alumnos a la figura del arquitecto estrella o artista. 
Cómo abordar el proceso de evaluación, y cómo desglosar los criterios que 
deben definirlo, es una materia de suma importancia que está por definirse.
En la conversación emergió otro punto crítico referido a los cursos: el es-
pacio para fallar. El yerro es un fenómeno penalizado en las escuelas, lo que 
genera una presión extra sobre los estudiantes —junto con las altas cargas de 
trabajo—, que redunda en procesos creativos individuales más inestables y que 
probablemente debilita la confianza de los alumnos, lo que disminuye la explo-
ración y el cuestionamiento sobre el proceso.
Finalmente, se reflexionó sobre la irrupción de las tecnologías que han 
permitido sostener los procesos educativos a distancia en estos tiempos de 
pandemia, y se reconoció que plataformas como Zoom han desmontado mu-
chas lógicas enraizadas y probablemente innecesarias, como la exagerada 
producción material para las presentaciones finales de los cursos de taller. La 
producción se ha concentrado, y ha generado una atención interesante sobre 
los métodos de representación. La reducción de medios ha ayudado a la con-
centración en el trabajo del estudiante.
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↓ El paisaje típico de los talleres de diseño. 
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Ser arquitecto
La película de 2013 The Competition, sigue a un emplea-
do de la oficina de Jean Nouvel, un «jefe de proyectos», 
que navega a su nivel en el esquema piramidal de la orga-
nización de las oficinas de arquitectura contemporáneas 
convencionales. [uno] La imagen de este hombre, sufrien-
do la presión del genio-jefe, tratando de responder a los 
plazos con el esfuerzo de jóvenes arquitec-
tos suficientemente formados y motivados 
que trabajan detrás de él, dibuja nítidamen-
te uno de los techos de cristal profesionales 
que la mayoría de los arquitectos acredita-
dos pueden esperar en su vida laboral.
Este esquema inherente de sufrimiento 
en la práctica se remonta a la educación 
académica, en la que se somete a los es-
tudiantes a interminables horas de trabajo 
para que aprendan a hacer poco más que 
configurar eficientemente el espacio. Con 
respecto a la práctica arquitectónica y la 
educación, la primera reacción es pensar 
que esto es «lo de siempre», pero ¿por qué 
funciona así? Cuando cada uno de nosotros 
decidió estudiar arquitectura lo hizo más o 
menos por razones similares: hacer algo 
creativo, trabajar en una gama diferente de 
proyectos con distintas habilidades, tener 
una formación multidisciplinar y estabilidad 
financiera. La imagen de proyectos llama-
tivos y una lista de mentores destacados 
nos guiarían en el agotador camino para 
convertirnos en arquitectos. La inspiración 
la provocaron los folletos de la universidad 
que utilizaban palabras como: «emocio-
nante», «inspirador», «provocador», «que 
traspasa los límites», «de alto rendimiento» 
y algunos añadidos «medioambientales» 
para ser ecológicamente sensibles.
La imagen de Howard Roark, el genio 
individualista de The Fountainhead, de Ayn 
Rand,[dos] se sigue promoviendo incons-
cientemente en la mayoría de las escuelas 
de arquitectura. Este «elogio del yo» inunda 
nuestra vida interior y nos empuja a pasar 
noches interminables diseñando y dibu-
jando en una carrera sorprendentemente 
interminable.
DPR-Barcelona
Alquimia del aula
Elogio de la excelencia
¿Cuáles son las motivaciones para elegir una escuela 
concreta? Con algunas variaciones, se pueden encon-
trar encuestas e informes en los que destacan factores 
como la calidad de la enseñanza, la tasa de empleo, la 
satisfacción de los estudiantes, el costo, la ubicación, la 
reputación académica, el programa y la proporción en-
tre profesores y estudiantes. Siguiendo las 
tendencias contemporáneas, los rankings 
empresariales se han convertido en algo 
valioso, [tres] sin embargo, el único y más 
importante motivador es la reputación de 
la universidad, especialmente cuando se 
mira a través de los ojos de los potenciales 
empleadores. [cuatro]
Un examen más detallado de estas me-
todologías revela que los rankings dan una 
medida de la excelencia, pero también de 
la autorreferencia endogámica. Están lle-
nos de gráficos y datos y cifras,[cinco] pero 
es difícil encontrar un solo rastro o cone-
xión con la formación real del futuro pro-
fesional y el contexto en el que se preten-
de desarrollar su práctica. Parece que los 
académicos están más preocupados por 
tener un impacto en las revistas indexadas 
que por tener un impacto en la sociedad. 
Es posible argumentar que esta es preci-
samente la forma de asegurar una educa-
ción de alta calidad para los futuros pro-
fesionales; pero tal vez ese sea el punto 
a cuestionar. ¿Tenemos la academia que 
nos merecemos? Si nuestra respuesta se 
basa en términos de productos básicos o 
de intercambio, entonces podría ser que 
sí. Pero es bastante evidente que aún exis-
te una brecha o desconexión entre la aca-
demia y la sociedad, que al final es nuestro 
campo de trabajo.
No sin ironía, esta búsqueda de la me-
jor educación arquitectónica ocurre en un 
mundo donde la mayoría de sus realiza-
ciones construidas son todavía vernácu-
las.[seis] Podríamos argumentar que esas 
«mejores» escuelas están preparando 
líderes para construir el futuro entorno ur-
bano, pero varias inconsistencias como las 
Fuente: Artículo publicado en Learning 
Network, volumen 45, 6 de octubre de 2015.
[uno] Ángel Borrego Cubero, Oficina 
de Espacios Estratégicos (OSS), ‘La 
competencia’. Película (2013).
[dos] Ayn Rand, The Fountainhead 
(Nueva York, NY: Bobbs-Merrill 
Company, 1943). El título del libro que 
es un homenaje a la profesión de ar-
quitecto proviene de la cita de Rand: 
“El ego del hombre es el manantial 
del progreso humano”.
[tres] Corinne Jurney, Liyan Chen, 
‘Startup Schools: America’s Most 
EntrepreneurialColleges and Uni-
versities 2015’, Forbes, 29 de julio 
de 2015. En: http://www.forbes.
com/sites/liyanchen/2015/07/29/
americas-most-entrepreneurial-re-
search-universities-2015/ (consulta-
do el 6 de agosto de 2015).
[cuatro] Según el QS World Univer-
sity Rankings las mejores universida-
des son elegidas por los siguientes 
criterios: reputación académica, 
reputación del empleador y citas 
de investigación por artículo. QS 
World University Rankings, ‘QS World 
University Rankings by Subject 2015 
- Architecture and Built Environment’. 
http://www.topuniversities.com/
university-rankings/university-sub-
ject-rankings/2015/architecture (con-
sultado el 06 de agosto de 2015).
[cinco] The Magnetic Fields. ‘The 
Book of Love’. 69 Love Songs, CD, 
(Merge Records, 1999).
[seis] Las cifras pasan del 10% 
al 5% más conservador. Según el 
Centre for Vernacular architecture, 
fundado por el folclorista Paul Oliver, 
alrededor del 90% de la arquitectura 
mundial es vernácula. http://www.
vernaculararchitecture.com/ (consul-
tado el 6 de agosto de 2015).10
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burbujas inmobiliarias, la precariedad de las condicio-
nes laborales y la desigualdad insisten en presentarnos 
una realidad diferente y cuestionan la conveniencia de 
preparar profesionales para tal desconexión.
En la actualidad, nuestra sociedad está experimen-
tando profundos cambios y transformaciones; lo hemos 
visto en sectores tan diversos como el de la música, el 
editorial o el del transporte. Sin embargo, las universi-
dades y el mundo académico siguen funcionando se-
gún modelos arcaicos muy arraigados. El crecimiento 
económico a lo largo del siglo XX transformó el propio 
mundo académico en un sistema de mercancías, en el 
que no solo la educación sino también nuestra realidad 
social y cultural responde a la misma lógica política y 
económica. Siguiendo a Bernard Rudofsky, podemos 
ver que «parte de nuestros problemas se deben a la 
tendencia a atribuir a los arquitectos —o, para el caso, a 
todos los especialistas— una visión excepcional del pro-
blema de la vida, cuando en realidad, la mayoría de ellos 
se ocupan de los problemas del negocio y del presti-
gio».[siete] ¿Es hora de dejar de beber de la fuente de la 
excelencia?
Quemar los escritorios
Arthur Rimbaud siempre defendió la necesidad de crear 
nuevos lenguajes —una alquimia de la palabra— para en-
tender y decodificar el mundo.[ocho] Tal vez esto sea algo 
que hay que aprender en las facultades de arquitectura, 
donde el léxico sigue dominado por las mismas pala-
bras del siglo pasado —innovación, acreditación, exce-
lencia—, las mismas que suelen utilizar las escuelas de 
negocios y de marketing; un tipo de lenguaje que tal vez 
ya no sea útil para romper el dilema calidad/cantidad en 
el campo de la arquitectura.
Jane Jacobs argumentó que la «acre-
ditación» es un legado indirecto de la 
Gran Depresión de los Estados Unidos, 
que coincidió con las crecientes econo-
mías de posguerra. Los altos niveles de 
desempleo y el reiterado rechazo y su 
carga de vergüenza y fracaso reforzaron 
la idea de tener un trabajo como el pro-
ducto culturalmente más valioso. A partir 
de los años 50, cuando el estancamiento 
desapareció, el principal objetivo cultural 
pasó a ser la garantía del pleno empleo 
a través del desarrollo y de una econo-
mía en crecimiento. Entendiendo que el 
desarrollo económico en cualquier cam-
po dependía del bagaje de conocimien-
tos de la población, los administradores 
académicos razonaron que «cuanto más 
de este recurso crucial pudieran propor-
cionar y certificar sus instituciones, me-
jor para todos los interesados».[nueve] Esta 
creencia estaba definitivamente respal-
dada por el ideal cultural de las familias 
nucleares de apoyar a sus descendien-
tes para que consiguieran mejores tra-
bajos y mejores condiciones de vida que 
sus padres.
Todas las universidades poseen sus propias sub-
culturas, y lo mismo ocurre con los departamen-
tos dentro de las universidades, que varían hasta 
el punto de ser indiferentes o incluso antagónicos 
entre sí, por lo que una generalización no puede 
describirlos a todos con precisión. Pero se puede 
afirmar que la obtención de credenciales como 
actividad principal de las instituciones de en-
señanza superior se puso en marcha en la 
década de 1960. Los estudiantes fueron los 
primeros en notar el cambio. [diez]
Esto explica de alguna manera el esta-
llido pedagógico de iniciativas y reacciones 
radicales en la segunda mitad del siglo XX 
que cuestionan la academia, como parte de 
una posición crítica a todo el sistema.[once]
Estas experiencias pedagógicas alternati-
vas parecían reacciones saludables que po-
dían de alguna manera vigorizar y renovar al 
sistema de educación académica.
Según Giancarlo De Carlo, las protestas 
universitarias que estallaron a finales de los 
años 60 fueron el acontecimiento más im-
portante desde el final de la segunda guerra 
mundial.[doce] De Carlo se refería especial-
mente a las facultades de arquitectura, que, 
según sus propias palabras, «habían estado 
dominadas durante mucho tiempo por un 
cuerpo académico interesado únicamente 
en impedir que las nuevas ideas penetraran 
en la escuela». ¿Cómo subvertir esa situa-
ción? En aquellos años, los estudiantes de 
arquitectura se cuestionaban no solo las es-
tructuras jerárquicas y endogámicas dentro 
[siete] Bernard Rudofsky. Arqui-
tectura sin arquitectos: Una breve 
introducción a la arquitectura sin 
pedigrí (Nueva York, NY: Museo de 
Arte Moderno, 1964).
[ocho] Arthur Rimbaud, Alquimia del 
mundo (Alchimie du verbe) (1873). 
En: http://www.mag4.net/Rimbaud/
poesies/Alchemy.html (consultado el 
6 de agosto de 2015).
[nueve] Jane Jacobs, “Acreditar 
frente a educar”. En: Jane Jacobs. 
Dark Age Ahead (Nueva York NY: 
Vintage Books, 2005), p. 61.
[diez] Ibídem, p. 47.
[once] Las referencias de los expe-
rimentos de posguerra en materia 
de pedagogía arquitectónica pueden 
encontrarse en el proyecto Radical 
Pedagogies de la Universidad de 
Princeton. En: http://radical-peda-
gogies.com/ (consultado el 11 de 
agosto de 2015).
[doce] Giancarlo De Carlo, ‘El pú-
blico de la arquitectura’. En: Peter 
Blundell Jones, Doina Petrescu y 
Jeremy Till (eds.), Architecture and 
Participation (Abingdon: Spon Press, 
2007).
«… las universidades y el 
mundo académico siguen 
funcionando según mode-
los arcaicos muy arraiga-
dos. El crecimiento eco-
nómico a lo largo del siglo 
XX transformó el propio 
mundo académico en un 
sistema de mercancías, 
en el que no solo la educa-
ción sino también nuestra 
realidad social y cultural 
responde a la misma lógica 
política y económica».
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de las facultades, sino más profundamente las razones 
para ser arquitecto. No es una pregunta fácil, después 
de todo.
El arquitecto ignorante
El arquitecto suele estar relacionado con los que tienen 
el poder, ya que hemos aprendido que la construcción es 
una práctica cara; algo que se suele destacar en los pla-
nes de estudio y programas para atraer a más estudian-
tes. Ahora, revisa el programa de la institución de arqui-
tectura donde estudiaste, estás inscrito o afiliado. Sus 
medios, propósitos y métodos se basan básicamente y 
todavía en la tectónica, la historia y la física general. Pero 
más allá de los programas tradicionales, ¿qué hay de los 
nuevos campos de intervención que de alguna manera 
relacionan la arquitectura con los lugares, las relaciones 
entre las personas y los retos de nuestros tiempos ve-
nideros, como el diseño basado en datos urbanos, la fí-
sica social, la política urbana, las prácticas curatoriales, 
la inteligencia artificial, la biología sintética, la literatura 
y otros campos de acción que describen la complejidad 
de los entornos que habitamos? Además, el número de 
profesionales que ya están explorando estos campos o 
disciplinas es significativoen este sentido.
Los medios de exploración suelen estar impulsados 
por una mezcla de curiosidad, pero también por la ne-
cesidad de descubrir nuevas formas de vida. Este tipo 
de emancipación forzada recuerda la experiencia inte-
lectual de la que habla Jacques Rancière en El maestro 
ignorante: cinco lecciones sobre la emancipación inte-
lectual (1991). El libro describe la experiencia pedagógi-
ca de Joseph Jacotot, un profesor francés que creó un 
método de «emancipación intelectual» que desmitifica-
ba la autoridad del profesor como alguien que imparte a 
los alumnos lo que sabe y lo que aún no saben.[trece] De 
este modo, el conocimiento se recibe, se absorbe pasi-
vamente y luego simplemente se reproduce. Por el con-
trario, el método de Jacotot se asemeja al proceso de 
aprendizaje de la lengua, en el que la experimentación, 
la exploración y la imitación son más eficaces que la 
enseñanza convencional. Al reducir la supuesta supe-
rioridad entre el maestro y el alumno, Jacotot invirtió la 
lógica de un sistema basado en las explicaciones. Argu-
mentando que la inteligencia es compartida y se mani-
fiesta en todos los productos del trabajo humano (todo 
está en todo), Jacotot apuntó a la posibilidad de una 
adquisición incremental del conocimiento mediante la 
autoinstrucción. Jacotot creía que la explicación con-
vencional embrutece el aprendizaje al cortocircuitar el 
recorrido que el alumno es capaz de hacer, 
creando así un «velo de ignorancia» incon-
sciente y un juego de dualidad de inteligen-
cia superior e inferior, entre el maestro y el 
alumno.
En el punto de partida del método de 
Jacotot está la distinción entre dos rasgos 
humanos: la inteligencia y la voluntad. Los 
alumnos solo tienen que seguir la voluntad 
del maestro, que les guía hacia la asigna-
tura. En las clases de Jacotot, los alumnos 
aprendían con sus propios métodos, no 
con los de él. Como ejemplo principal, Rancière explica 
el caso de unos alumnos flamencos que aprendieron 
el francés utilizando como única herramienta la versión 
bilingüe de Las aventuras de Telémaco de Fenélon, que 
permitía a cada alumno ver, reconocer y comparar ambas 
lenguas. La particularidad era que el maestro no sabía ni 
una palabra de flamenco, y su autoridad se basaba única-
mente en el hecho de ser un francófono nativo. El método 
de emancipación intelectual funcionaba guiándose solo 
por la voluntad y compartiendo entre iguales:
La enseñanza no tolera el silencio. El método de 
enseñanza de Jacotot (que él calificó de «emanci-
pador») se parece más a la amistad, y la amistad 
no reduce la distancia entre las personas, sino que 
hace que esa distancia cobre vida. Tal vez esta sea 
la principal responsabilidad del profesor, no la re-
ducción sino la vivificación de la distancia. [catorce]
Aunque esta historia ocurrió a principios del siglo XIX, 
la experiencia de Jacotot nos recuerda algunas de las 
turbulencias a las que nos enfrentamos 
actualmente dos siglos después. El «orden 
de las cosas» promovido por los gober-
nantes lleva a la sociedad a aceptar lo que 
se da por sentado como tal y a rechazar 
las revoluciones intelectuales por la sen-
cilla razón de que estas intentan socavar 
las posiciones cómodas. La realidad pasa 
por delante de una academia que necesi-
ta transversalidad, apertura y alegría en 
la educación, pero es difícil hacerlo has-
ta que nos demos cuenta de que es hora 
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[trece] Jacques Rancière, The 
Ignorant Schoolmaster: Five Lessons 
in Intellectual Emancipation (Stanford 
University Press, 1991).
[catorce] Gary Peters, “Ignorant 
Teachers, Ignorant Students: Jacotot 
y Rancière en la Escuela de Arte”. En: 
https://www.academia.edu/206845/
Ignorant_Teachers_Ignorant_Stu-
dents_Jacotot_and_Ranciere_in_
the_Art_School (consultado el 6 de 
agosto de 2015).
«Esto explica de alguna ma-
nera el estallido pedagógi-
co de iniciativas y reaccio-
nes radicales en la segunda 
mitad del siglo XX que 
cuestionan la academia, 
como parte de una posición 
crítica a todo el sistema. 
Estas experiencias peda-
gógicas alternativas pa-
recían reacciones saluda-
bles que podían de alguna 
manera vigorizar y renovar 
al sistema de educación 
académica».
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de que la academia abra sus puertas para empezar a 
aprender de los ignorantes emancipados de fuera. Eso 
significaría un cambio real en los medios y procedimien-
tos para conceder el Acceso Abierto a la producción e 
intercambio de conocimiento; desmontar las estructur-
as burocráticas y los puestos de élite que consumen y 
exigen nuevos recursos; y empezar a utilizar los fondos 
públicos y privados para asegurar la provisión de nodos 
de conocimiento alcanzables por cualquiera que esté 
dispuesto a aprender y enseñar, sin tener en cuenta su 
procedencia e ingresos. ¿Es eso educación pública? 
No, ¡es emancipación pública!
Parece que los mencionados experimentos de ped-
agogías radicales que surgieron a finales de la década 
de 1960 y continuaron en la de 1970, como los realiza-
dos de la mano de Buckminster Fuller, John Hejduk, 
Giancarlo De Carlo, Superstudio y otros, fueron influy-
entes, pero se diluyeron rápidamente y se quedaron 
en «experimentos» —que siguen siendo el centro de 
investigaciones y estudios de doctorado— en lugar de 
provocar verdaderos cambios estructurales dentro de 
las facultades de arquitectura. ¿No deberíamos pre-
guntarnos por qué? Porque mientras la fascinación por 
personajes como Jacotot u otros pedagogos radicales 
y sus formas de enseñar y aprender siga siendo una 
referencia nostálgica del «viejo y bueno pasado», será 
difícil descubrir cómo avanzar. Una de las razones para 
entender por qué el sistema económico y burocrático 
tradicional en la academia no ha cambiado es posible-
mente porque no solo la educación sino también nues-
tra realidad social y cultural se han «escolarizado», 
como señala Ivan Illich en su libro Deschooling Society. 
Illich afirma que la educación universal a través de la 
escolarización no es factible, y añade que «la actual 
búsqueda de nuevos embudos educativos debe inver-
tirse en la búsqueda de su inversa institucional: redes 
educativas que aumenten la oportunidad de que cada 
uno transforme cada momento de su vida en uno de 
aprendizaje, intercambio y cuidado». [quince]
Para Jacotot, a principios de 1800, la herramienta 
más poderosa para la emancipación era el libro. Hoy en 
día tenemos más herramientas que nunca, y la emanci-
pación debe venir del uso que hagamos de ellas; la for-
ma en que intercambiamos conocimiento actualmente 
incluye el acceso abierto a la información, las nuevas 
tecnologías, las prácticas específicas de cada sitio, y 
numerosas no específicas como los cursos en línea y 
los chats de Twitter, entre muchas otras que no pasan 
necesariamente por la academia. Sin embargo, es muy 
difícil desmitificar años de las mismas aportaciones, y 
algunos de los profesionales que trabajan en los már-
genes de la arquitectura deberían desconfiar de con-
vertirse en una versión heroica actualizada de Howard 
Roark, perpetuando los roles de maestro y alumno. 
Deberíamos desconfiar de los que traen titulares que 
hablan de la «muerte del arquitecto» o de la «muerte de 
la arquitectura», al tiempo que muestran los caminos 
para el cambio.
En cuanto los futuros estudiantes se den cuenta de 
que se les está preparando para un mundo 
que no requiere todas las habilidades por 
las que están pagando la matrícula, serán 
conscientes de que ya están aprendiendo y enseñando 
los contenidos que realmente les interesan y provocan 
—los que configurarán su futura práctica (sea cual sea su 
nombre)— compartiendo a través de redes relacionales. 
Entendiendo esto, los estudiantes y profesores emanci-
pados serían menos propensos a aceptar los escenar-
ios de deuda, miedo y desigualdad laboral que se re-
producen constantemente en la vida laboral capitalista.
¿Cómo catalizar el cambio cuando se confíaen 
el mismo vocabulario de siempre? Quizás el primer 
movimiento inteligente sería «desaprender» conceptos, 
ideas y referencias inconscientes que se han adquirido 
durante los años académicos, desde la deuda y el 
miedo hasta la excelencia y el prestigio. Deberíamos 
descolonizar críticamente nuestras mentes y empezar 
a cuestionar la importancia de un currículo académico 
acreditado, las jerarquías, el sistema económico que 
hay detrás y el ego del yo en la arquitectura.
Junto con esto, prevemos una alquimia del aula, 
transformándola en un nodo de intercambio, donde se 
puede ir (conectar, asistir) para compartir y aprender; 
no para «enseñar» en el sentido convencional de un 
maestro que da piezas de conocimiento a las mentes 
que viven en la ignorancia, sino para utilizar la alquimia 
de la palabra de Rimbaud, para replantear el mundo 
[académico]. El conocimiento previo basado en la ex-
periencia de las realizaciones arquitectónicas como el 
cálculo, la química, la ciencia del suelo y la física debería 
entonces fusionarse con los nuevos campos de ex-
ploración que describen las capas de la realidad dentro 
de las cuales estamos ahora inmersos. Ese es el ma-
terial que ya tenemos y que puede ser compartido en 
espacios de intercambio, transformado por una nueva 
comprensión de los territorios que habitamos y los me-
dios que utilizamos para ocuparlos y modificarlos.
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[quince] Ivan Illich, Deschooling 
Society (Nueva York, NY: Harper & 
Row, 1971).
↓ Copying in a Victorian classroom from Vaughan, J, 
Nelson's New Drawing Class
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Epifanía
Durante la 12.a Bienal de Arquitectura de Venecia, Hans 
Ulrich Obrist presentó «Now Interviews», una serie de 
videos con entrevistas sobre todo a arquitectos, acerca 
de su práctica y su relación con la disciplina. Una pre-
gunta recurrente, referida al «momento de epifanía» de 
cada uno de ellos en relación con la arquitectura, me lla-
mó la atención. Las respuestas son muy diversas, pero 
en la mayoría de los casos muestran un momento de 
quiebre en la vida del entrevistado, en el que final —o ini-
cialmente—, se producía una conciencia sobre el «qué 
es», o «de qué se trata» la arquitectura.
La pregunta y sus respuestas dan pistas sobre la 
biografía, los intereses y la personalidad de cada ar-
quitecto, pero también hacen evidente una cesura, una 
distancia, entre educarse como arquitecto y hacerse ar-
quitecto. Hay una dimensión de reconocimiento súbito 
o retroactivo que mantiene una independencia, una re-
sistencia, a considerarlo como el resultado lineal de un 
proceso formativo formal o informal.
Creo que es importante reconocer esa distancia a la 
hora en que pensamos en la formación de arquitectos. 
Plantea una dificultad para decir cuándo un estudiante 
está listo para ejercer una práctica de manera más o 
menos objetiva, responsabilidad que la sociedad del-
ega desde hace un tiempo a las escuelas y colegios 
profesionales, aunque cada vez más busque controlar 
sus procesos con criterios la mayor parte de las veces 
discutibles. Es más o menos sencillo imaginar que hay 
conocimientos que es indispensable tener, o que uno 
debe poder manejar; esto es más o menos objetivable 
y está progresivamente al alcance de todos, dentro o 
fuera del espacio académico. Una prueba de suficiencia 
es imaginable. 
Más complejos han sido los acuerdos para imagi-
nar la docencia y la evaluación del proyecto o de las ca-
pacidades/habilidades de diseño que suponen la inte-
gración en una acción proyectual de múltiples variables. 
¿Dónde está ese conocimiento y cómo se adquiere? La 
respuesta más general ha sido que ese conocimiento ni 
existe ni se adquiere a a partir de un formato externo, a 
un cuerpo y a una práctica. De esta idea han surgido los 
cursos de proyectos tal como los conocemos, así como 
los títulos otorgados a partir de prácticas profesionales 
supervisadas o —en sus formas más libres— los recono-
cimientos al ejercicio del proyecto independiente. En to-
dos los casos, una cosa es constante: la responsabilidad 
que asume una comunidad —para el caso, la comunidad 
de arquitectos— de reconocer a un candidato como apto 
o no para ser reconocido legalmente como arquitecto. 
Un sistema no exento de vicios, y en el cual la resisten-
cia a la explicitación, así como los criterios personalísi-
mos, son moneda corriente. En la tradición latina este 
reconocimiento recae, además, en la universidad, pues 
los procesos de certificación profesional tienden a ser 
automáticos y administrativos, a diferencia de los siste-
mas en los que la formación académica y la certificación 
profesional son independientes y tienen, cada uno, sus 
propios mecanismos de evaluación y validación.
Pero reconocer la cesura que comentamos a través 
de la «epifanía» nos obliga a relativizar no solo el resul-
tado final de la formación, sino también las velocidades 
y las formas en que reconocemos los aprendizajes del 
ejercicio integral del proyecto. Acumulación de experi-
encias y horas de vuelo parecen criterios más certeros 
que la explicitación de competencias específicas ano-
tadas de manera semestral o anual, sistema al que la 
burocracia del control parece someternos hoy. For-
mación y validación profesional, educación e ingreso 
a un sistema de reconocimiento social/administrativo 
están mezclados en nuestra experiencia y responsabili-
dad académica —aunque para algunos esta doble tarea 
sea un «a pesar de…»—. Una responsabilidad que creo 
importante afrontar como comunidad y como gremio, 
al menos mientras formas más ácratas de organización 
social se hagan posibles.
Everything but the chef
Entre julio y agosto de 2019 se realizó en Mil Centro un 
taller organizado por el programa Visiting School, de 
la Architectural Association de Londres. Como parte 
del proyecto Nanoturismo 2019, el taller proponía una 
experiencia que relacionaba el turismo, la gestión del 
territorio, el trabajo de las comunidades, la agricultura 
y la alimentación, con la arquitectura y la gastronomía. 
Mil Centro es un restaurante y centro de investigación 
gastronómica ubicado al borde del sitio arqueológico 
de Moray, en el Cusco.
Virgilio Martínez, chef y líder del proyecto Mil Cen-
tro, explicó en su presentación el modelo del proyecto, 
que combina experimentación, articulación con las co-
munidades locales a través de intercambio de saberes, 
apoyo a la siembra de productos locales y compromiso 
de compra del Centro; un modelo completamente insta-
Paulo Dam
Tres notas para alimentar 
la conversación
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lado en el lugar —material, equipos, personal— y en el 
que, en principio, las utilidades del restaurante de alta 
gama y de cocina de autor se reinvierten en el mismo lu-
gar. Todo sigue la guía de una articulación orgánica con 
el lugar, everything but the chef.
La anécdota me trae a la mente los roles del ar-
quitecto, así como una agenda y/o retórica del lugar, 
lo específico y lo socialmente articulado. El arquitecto 
como creador/artista, responsable de una totalidad y 
de sus articulaciones, y esta responsabilidad y control 
como su función primordial. No dudo de que ese sea 
un rol posible —y muchas veces deseable—, debido a 
la posición en la que puede estar un arquitecto en un 
proceso de transformación. Dudo, eso sí, de que pueda 
ser un modelo único, y mucho menos si es un modelo 
anclado en el poder de la autoría y el branding asociado.
¿Qué produce un modelo con todo anclado en un lu-
gar but the architect? Es posible que una distancia com-
prometida, junto con determinados recursos —saberes 
o de índole económica—, permita concretar acciones 
positivas desde este rol, así como la creación efectiva 
de vínculos temporales. Pero ¿qué otros modelos, qué 
otros roles podemos imaginar en la cadena de produc-
ción de la arquitectura y el territorio? ¿Quéroles debe-
mos proponer en la academia, más allá de aquel arqui-
tecto que domina y controla un proceso? 
Tener esa perspectiva y una formación amplia, o 
más bien «desempacada» de la arquitectura y sus 
consecuencias, no creo que nos limite a ejercer un rol 
exclusivo de dirección y control, y nos deba frustrar 
cuando la voluntad o las circunstancias nos coloquen 
en otra posición. En Lima, y en el Perú en general, hay 
una deuda en cuanto a saber, documentar y valorizar 
en qué medida arquitectos, ingenieros y otros profesio-
nales han participado en la construcción de la llamada 
ciudad informal. O han hecho como Renaud Haerlingen, 
quien, al encontrarse frente a la construcción en curso 
de un edificio en las islas de los Uros, se sumó y aportó 
a la organización de la obra y a la construcción misma. 
¿Existirá una forma anónima, vernácula, de ser arquitec-
to y participar en procesos socialmente mayores que el 
propio individuo o su oficina? Si sí, ¿qué sentido tendría 
esta participación en la comunidad de arquitectos y en 
la academia?
Wearing reality
En una secuencia del documental Notebook on cities 
and fashion, Yohji Yamamoto, diseñador de modas, le 
cuenta a Wim Wenders algunas de sus ideas/deseos 
fundamentales como creador de vestimenta. Rodea-
do de fotocopias extraídas del libro People of the 20th 
Century, de August Sander, de imágenes de gente de la 
estepa rusa con abrigos y similares, Yamamoto reflexio-
na sobre el hecho de que esa vestimenta es necesaria: 
«real clothes, not fashion […]. Wearing not clothing, wear-
ing the reality […]. You cannot live your life without that 
coat», dice, en una poderosa declaración de impotencia 
y, a la vez, de búsqueda de sentido de su propio trabajo.
Yamamoto formó parte de una generación de 
diseñadores japoneses que aportaron una gran reno-
vación en el diseño, junto a Rei Kawakubo e Issey Mi-
yake. Sin embargo, ese éxito creativo e innovador no le 
impide intuir —saber— que hay un sentido perdido en el 
mundo de la alta costura de los años ochenta (el docu-
mental fue filmado en 1989). Una pregunta del mismo 
tipo acompaña la revisión de portales y revistas de ar-
quitectura. ¿Qué es aquello que, sin necesariamente 
descalificar a los proyectos, falta? Está claro que en 
2021 el contexto es otro y nuevas actitudes frente al 
diseño y la arquitectura han surgido en muchos lugares 
del mundo; pero ¿es una cuestión que se resuelve con 
una agenda o un programa? ¿Es una pregunta que tiene 
un espacio en los talleres de proyectos?; y de ser así, 
¿bajo qué forma, fuera de la manera utilitarista o de mer-
cado? Siguiendo a Yamamoto, si puedes vivir tu vida sin 
aquel abrigo, sin aquella arquitectura, quizás carezcan 
de sentido. 
Nuestra libido aedificandi, qué pocas veces puesta 
en cuestión a pesar de la estigmatización y alerta que 
hace de ella un libro del canon humanista como De re 
aedificatoria, de Leon Battista Alberti. Y si el «para qué» 
y su necesidad pueden haber subido en la lista de pre-
guntas prioritarias durante esta pandemia, también el 
«para quién» (trabajan los arquitectos) es una pregunta 
que se nos impone. «Para el cliente» —sea persona, gru-
po, empresa, sociedad, comunidad—, creo que es una 
respuesta incorrecta, o por lo menos incompleta. A ese 
«cliente», tan nombrado y tan central en los cursos de 
proyectos en las escuelas de arquitectura, le falta algo, 
un resto, el resto del mundo.
«Pero ¿qué otros modelos, 
qué otros roles podemos 
imaginar en la cadena de 
producción de la arquitec-
tura y el territorio? ¿Qué 
roles debemos proponer 
en la academia, más allá de 
aquel arquitecto que domi-
na y controla un proceso?».
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¿Qué competencias, contenidos y habilidades tienen 
que desarrollar los arquitectos del futuro? ¿Qué papel 
juegan las escuelas de arquitectura en la definición de 
los nuevos parámetros? ¿Cómo adecuar la relación en-
tre academia y profesión?
El tiempo actual esboza el futuro de la Universidad 
Nómada, con un espacio social colectivo, un aula global 
alternativa fluctuando entre la virtualidad y la presen-
cialidad. Las de-formaciones educativas, dentro de un 
escenario híbrido, nos generan interrogantes. ¿Qué les 
brindamos a los alumnos? Y ¿cómo debe contribuir la 
arquitectura a la sociedad, siendo la escuela el medio?
Quisiera creer que, más allá del negocio de la edu-
cación, aún hay ese impulso por crear espacios de 
aprendizaje con valor, y arquitectos de diversa índole. Si 
la coyuntura política actual muestra que el negocio de la 
educación es una especie de trofeo a costa de la pobla-
ción, la coyuntura pandémica actual también ha mostra-
do la debilidad del negocio internacional. Me remonto a 
Aristóteles, Nietzsche, Derrida, Foucault, Miguel Ángel 
o Leonardo Da Vinci, Antonio Gaudí, Richard Buckmins-
ter Fuller, Peter Cook, Zaha Hadid, entre otros, a quie-
nes tomamos como mentores idealizados o atrevidos 
trasgresores y quienes, siendo figuras que ampliaron el 
abanico de posibilidades, se opusieron a las ortodoxias 
y transformaron su profesión. 
Tal como sostiene Helene Binet, «Nos demos cuen-
ta o no, siempre estamos viendo a un arquitecto y su tra-
bajo a través de múltiples lentes. Algunos de estos len-
tes pueden ser gruesos y muy distorsionados […]. Con 
el tiempo estos lentes se internalizan y, a veces, sin que 
nos demos cuenta, comienzan a moldear nuestra sensi-
bilidad. Por lo tanto, lo que consideramos inclinaciones 
naturales, que nos predispone a responder de deter-
minadas formas a estilos o materiales particulares, en 
realidad está construido social y culturalmente» (2012).
Démonos la oportunidad de ver/realizar la arquitec-
tura desde otro punto de vista, desde otro lugar. El ágo-
ra, el foro romano, la plaza, la universidad y el aula, como 
espacios de aprendizaje, necesitan un zamacón; y es la 
digitalización reciente lo que está empujando a ese gran 
paso. Modelos arcaicos que hemos extendido y de los 
cuales la pandemia nos ha ayudado a desprendernos: 
salir del aula, de la zona de confort.
Hace unos meses nadie imaginaba que los arquitec-
tos debían hablar con epidemiólogos, pero hoy resulta 
vital cuando buscamos diseñar en un mundo con virus: 
«En general, los estudiantes necesitan una comprensión 
Sophie Le Bienvenu
Transformación desde 
prismáticos cambiantes
↓ Chuck Close. Lucas II (1987), Pace Gallery.
↑ Chuck Close. Lucas II (1987), Pace Gallery.
«Si la coyuntura política ac-
tual muestra que el negocio 
de la educación es una es-
pecie de un trofeo a costa 
de la población, también la 
coyuntura pandémica ac-
tual ha mostrado la debili-
dad del negocio internacio-
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Bibliografía
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Introduction: The Man and the Myth, From the Shadows: The 
Architecture and Afterlife of Nicholas Hawksmoor. Londres: Reaktion 
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Derrida, Jacques (1978). Writing and Difference. Chicago: The University of 
Chicago Press. 
Hylton, Wil S. (2016). «The Mysterious Metamorphosis of Chuck Close». 
The New York Times Magazine, 13 de julio. 
Keenan, Jesse M. (2020). «Architects need substantive knowledge and 
skills to address climate change». Dezeen.com, 11 de octubre.
Popova, Maria (2010). «Anya Kamenetz. The Big Question: Innovation and 
education». Wired Magazine, 2 de setiembre.
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más completa de la ciencia y el método científico. Esto 
incluye módulos formales en datos estadísticos e infe-
rencia» (Keenan 2020). La arquitectura debe involucrar 
planificación, ingeniería, sociología, economía, estudios 
ambientales, ciencia de materiales, psicología, neuro-
ciencia, ciencia de datos, diseño en respuesta a datos e 
inteligencia artificial, entre otros. Y no solo por el apren-
dizaje, sino también por la oportunidad de ejercer en 
posicionesbooleanas. La diversidad genera un espacio 
rico de aprendizaje, y esa multidisciplinariedad es la que 
buscamos para seguir absorbiendo información y desa-
rrollando el pensamiento crítico. 
 
«A través de la pintura, Chuck Close ha accedido 
al centro perceptivo de tu mente, explotando la 
forma en que procesamos la identidad humana: 
las lagunas de conocimiento y los espacios des-
conocidos que llenamos con nuestras propias 
presunciones, las expectativas y delirios que po-
nemos sobre todos los que conocemos» (Hylton 
2016).
Siguiendo la lógica de Jacques Derrida, quien, si 
bien se refiere a la narrativa, también establece una 
comparación con la arquitectura, «Ahora, stricto sen-
su, la noción de estructura se refiere solo al espacio, al 
espacio geométrico o morfológico, al orden de formas 
y sitios. Una obra se rige por un principio unificador, la 
arquitectura que se construye y se hace visible en un lu-
gar» (1978: 15). Es el turno de introducir la codificación 
en la arquitectura y la enseñanza. Debemos enseñar la 
arquitectura para ejercer en el futuro, y no la arquitec-
tura del pasado; estudiar a nuestros contemporáneos, 
saber lo que sucede en esta década —sin dejar de lado 
el pasado, pero tenerlo solo como referencia—, innovar 
como proceso reconstructivo de iniciativas y aprendiza-
je. Transitar por una montaña rusa de oportunidades. 
El gran cuerpo congresal de la escuela arquitectóni-
ca representado por los docentes necesita de-formar-
se en un ente horizontal: un guía que lleva al estudiante, 
mas no la figura retórica que enseña enciclopédicamen-
te, ya que la información está disponible en las platafor-
mas digitales. La docencia y el alumnado ya no existen 
en silos estrictos, sino que tienen lugar en un marco 
cada vez más igualitario, construyendo e investigando 
en equipo. Una perspectiva más amplia ofrece una mi-
rada autoorganizada, que encuentra su lugar dentro de 
los límites autodidactas. Transformación.
Como ha señalado Anya Kamenetz, «Un cambio real 
de la educación centrada en el maestro al aprendizaje 
centrado en el estudiante significa un cambio en cómo 
planificamos, financiamos y construimos recursos para 
el aprendizaje, y en cómo los padres y los jóvenes lo 
abordan. Un papel clave de los profesores es enseñar 
cómo hacer preguntas. El trabajo clave de los estudian-
tes es identificar sus preguntas íntimas más importan-
tes» (Popova 2010).
Efectivamente, la escuela puede desparecer si 
los alumnos no encuentran satisfacciones. Es vital ali-
mentar la cultura académica mediante libros, revistas y 
exposiciones. La reinvención y la autocrítica, como he-
rramientas habituales, son muy importantes para ver la 
arquitectura en su totalidad, junto con el compromiso y 
la perspectiva constantes que uno obtiene como parte 
de una comunidad académica e intelectual más amplia. 
Entonces, ¿cuál es el rol principal de la escuela de 
arquitectura para la sociedad en la educación? Dejemos 
de mirar la superficie real y veamos la aparición que sur-
ge sobre ella, como en las pinturas de Chuck Close: un 
espectro que se asoma puede surgir como parte de la 
responsabilidad de nuestra propia ilusión. Los avisos 
de reforma están al frente; los alumnos defienden sus 
derechos, y necesitamos comprometernos con cada 
generación que transite por esa aula que debe modifi-
carse continuamente. Como docentes, somos artífices 
y responsables de ser resilientes, y tenemos que estar 
al tanto de los nuevos lenguajes narrativos tecnológicos 
y sociales. Dejemos los convencionalismos, los luga-
res comunes; seamos receptivos y abramos la mente a 
nuevos retos. 
«La docencia y el alumna-
do ya no existen en silos 
estrictos, sino que tienen 
lugar en el contexto de un 
marco cada vez más igua-
litariol construyendo e in-
vestigando en equipo. Una 
perspectiva más amplia 
ofrece una mirada 
autoorganizada que en-
cuentra su lugar dentro de 
los límites autodidactas»
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1 I Bienal Internacional de Arquitectura de Lima
2 Perú en la Bienal de Arquitectura de Pamplona 
2021
3 Playground: artefactos para interactuar
4 El proyecto CASA en Venecia 2021
5 Perú en la 17.a Bienal de Arquitectura de Venecia 
 (2020-2021)
6 CIAC: Investigación y Proyecto
7 José García Bryce: recolecciones para una 
historia de la arquitectura peruana
8 Limapolis 2011-2021
9 El paisaje peruano - Landscape in Central Andes
10 Hazlo tú mismo: la autoconstrucción de Enzo Mari 
como método para diseñar los muebles de hoy
11 Dictar en cuarentena
12 Reseña de libros
ACTUALIDAD
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En esta sección de la revista A publicamos ensayos breves y notas sobre 
eventos académicos y profesionales, congresos, premios, y presenta-
ciones de libros transcurridos recientemente, en torno a la arquitectura 
y el urbanismo en nuestro medio. En esta edición doble 17-18 también 
reseñamos bienales, en especial por la participación de arquitectos 
peruanos reconocidos en nuestro medio, muchos de ellos miembros 
de Arquitectura PUCP. 
Destaca entre los eventos la participación del Perú en la muestra 
oficial de la 17.a Bienal de Arquitectura de Venecia, así como en otros 
programas paralelos a la bienal, en la misma ciudad. Igualmente, se 
reseña la primera edición de la Bienal Internacional de Arquitectura de 
Lima, organizada por el Colegio de Arquitectos-Regional Lima, bajo la 
dirección del arquitecto Jean Pierre Crousse, y la participación espe-
cial de Perú como país invitado en la 7ma Bienal de Arquitectura Lati-
noamericana de Pamplona (BAL 2021) con distintos participantes de 
Arquitectura PUCP. Finalmente, presentamos también los eventos de 
Investigación y Proyecto organizados por el Centro de Investigación de 
la Arquitectura y la Ciudad, CIAC-PUCP, así como la exposición sobre 
la obra de José García Bryce a cargo de la arquitecta Michelle Llona, 
la primera organizada por el Archivo de Arquitectura PUCP, en versión 
virtual, además de reseñas de exposiciones, presentaciones de libros y 
conferencias sobre nuestra especialidad. 
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114Revista A 17-18 | Bicentenario
La I Bienal Internacional de Arquitectura de Lima (BIALIMA) 
nació como propuesta cuando postulamos a las elecciones del 
Colegio de Arquitectos del Perú (CAP)-Regional Lima. Ya como 
directiva, la planeamos antes de la pandemia: según nuestro 
proyecto, convocaría a toda la ciudadanía, se realizaría en el Par-
que de la Exposición, habría conferencias, muestras y eventos 
tanto en el espacio público del parque como en el Museo de Arte 
de Lima (MALI) y en el Museo Metropolitano. Nuestra ambición 
era organizar un gran evento, como Mistura, pero dedicado a la 
arquitectura: en lugar de celebrar 500 años de hibridación gas-
tronómica, celebraríamos 5000 años de arquitectura y construc-
ción del paisaje que hoy nos define como peruanos.
La pandemia aterrizó nuestras aspiraciones, y nos puso ante 
una gran disyuntiva: aplazar la bienal al 2022 o reinventarla con 
un nuevo formato y realizarla, como teníamos previsto, en el 
año del bicentenario de nuestra independencia. Optamos por 
esto último, lo que nos obligó a ser flexibles y reactivos para ade-
cuarnos a las circunstancias sanitarias. Luego de difíciles me-
ses de preparación y no pocos retos que debimos superar, el 16 
de marzo iniciamos las actividades para concretar la BIALIMA, 
cuya semana central tuvo lugar del 9 al 14 de agosto.
Organizamos una bienal esencialmente virtual, de sie-
te meses deduración, que empezó en mayo y tuvo múltiples 
eventos: un congreso internacional de arquitectura latinoame-
ricana, de siete jornadas; un congreso de arquitectura peruana, 
de nueve jornadas; seminarios de enseñanza, de arquitectura y 
ciudad, de seis sesiones; y cuatro sesiones del Congreso Inter-
nacional de Arquitectura para el Desarrollo. Luego de esa se-
mana central, proseguimos hasta setiembre con la exhibición 
de las propuestas para Lima planteadas en los workshops y con 
las ponencias de los galardonados.
En la semana central participaron arquitectos, urbanistas, 
profesionales de otras disciplinas y actores políticos de tres con-
tinentes, personas notables que, a nuestro entender, son ejem-
plo de buenas prácticas en lo arquitectónico, urbano y territo-
rial, a nivel mundial; y que, si bien actúan en contextos unas 
veces similares al nuestro y en otras muy distintos, lo hacen 
siempre ligados a la necesidad de mantener una práctica res-
ponsable, comprometida y sensible.
Cuando empezamos a organizar la bienal, nos planteamos 
tres preguntas esenciales, teniendo en cuenta una frase de Ale-
jandro Aravena que nos recuerda que uno de los peores errores 
que puede cometer un arquitecto en un proyecto es responder 
correctamente a las preguntas equivocadas. 
 La primera pregunta fue «¿Por qué necesitamos crear 
una nueva bienal?». A diferencia de la Bienal Nacional, cuyo 
I Bienal Internacional 
de Arquitectura de Lima, 
la BIALIMA 2021
Jean Pierre Crousse
Curador de la bienal
objetivo es reconocer y premiar los mejores proyectos, el obje-
tivo de BIALIMA consiste en reconocer las buenas prácticas en 
torno a la arquitectura. Esto es, prácticas que contribuyen a 
que habitemos en espacios más humanos, en ciudades más 
vivibles, mejorando la calidad de vida de las personas. Lima 
es una ciudad única en el mundo: según datos recientes del 
Ministerio de Vivienda, en los últimos 25 años ha crecido en 
un 40%, y el 95% de ese crecimiento ha sido informal. En este 
contexto, visibilizar y reconocer las buenas prácticas es crucial 
para generar conciencia sobre la necesidad de consolidar a los 
actores que intervienen en un buen diseño y una construcción 
Premio de la bienal entregado a los ganadores de cada categoría.
115Revista A 17-18 | Bicentenario
formal y planificada, con el objetivo de erigir ciudades más 
equitativas, habitables y seguras.
«¿Qué debe reconocer una bienal?». Guiándonos por esta 
segunda pregunta, decidimos visibilizar las buenas prácticas 
de las que estamos hablando; no solo mediante conferencias 
y conversatorios sobre las que ocurren en Latinoamérica y el 
mundo, sino sobre todo las que ocurren aquí, en nuestra ciu-
dad y en nuestro país: dirigir nuestros reflectores hacia ellas 
y visibilizarlas ante nuestro gremio y la ciudadanía. Para ello 
nos planteamos reconocer su valor mediante premios bianua-
les, como el de Trayectoria, que reconoce la labor de proyec-
tistas, docentes, gestores urbanos y promotores culturales; un 
premio a la Investigación y a los Proyectos de Fin de Carrera, para 
reconocer el valioso trabajo de los más de 17 000 estudiantes 
de arquitectura de las facultades de la región Lima, nuestros 
futuros arquitectos. Asimismo, con el concurso Laderas de San 
Juan de Lurigancho fomentamos oportunidades para los agre-
miados jóvenes, de acuerdo con las aspiraciones y proyectos de 
la municipalidad distrital, con la cual hemos establecido lazos 
de colaboración. Para visibilizar y reconocer la labor, muchas 
veces silenciosa, de arquitectos, colectivos y estudiantes que 
intervienen en los barrios más vulnerables de Lima, instaura-
mos el Premio a la Arquitectura para el Desarrollo. Al mismo tiem-
po, aprovechamos la bienal para identificar premios que con-
tribuyen a lograr una mejor Lima: reconocimos, como Colegio 
de Arquitectos, a los actores, colectivos ciudadanos y organi-
zaciones galardonados con el Premio Ciudad al Liderazgo Urba-
no, otorgado por Lima Cómo Vamos. Finalmente, retomamos 
el Premio de Calidad Arquitectónica dirigido a proyectos que se 
construirán en los meses venideros, para reconocer la labor 
conjunta del arquitecto que hace el proyecto, el cliente que lo 
encarga, el delegado del CAP que lo aprueba y el municipio que 
lo acoge. Paralelamente, convocamos a jurados internacionales 
que deliberaron de manera autónoma y soberana para elegir a 
los ganadores de cada categoría; cabe dejar constancia, aquí, de 
nuestro sentido agradecimiento por su gran labor.
La tercera pregunta, «¿Cuál es el rol de una bienal hoy?», 
nos llevó a constatar que, tradicionalmente, las bienales sir-
ven para conformar un «estado de la cuestión» de la disciplina: 
muestran los proyectos más significativos de años recientes, 
contados a menudo por sus propios autores. No obstante, hoy 
tenemos todo eso al alcance de un clic, en nuestro teléfono, por 
lo que el rol que cumple una bienal debe de ser necesariamente 
revisado. La idea, entonces, fue que nuestra BIALIMA ofreciera 
lo que no pueden dar las redes: un espacio de discusión entre 
actores de buenas prácticas del mundo entero, alrededor de los 
retos y las posibilidades de nuestra ciudad. Lógicamente, sin 
pedirles «recetas para Lima» a nuestros conferencistas, sino 
cotejando con ellos similitudes y diferencias entre nuestra rea-
lidad y los contextos de sus buenas prácticas, intermediados 
por moderadores peruanos. 
Invitamos además a treinta oficinas emergentes del Perú 
y Latinoamérica, que hoy están irrumpiendo en la escena in-
ternacional, para pensar sobre cómo mejorar nuestra ciudad. 
Se les sumaron cerca de mil estudiantes y jóvenes arquitectos, 
para reflexionar sobre Lima y proponer proyectos innovadores, 
Ganadores del premio a la trayectoria: Frederick Cooper, Juvenal Baracco, José Canziani y Elena Borasino (en representación de Oscar Borasino) junto a parte 
del jurado y los organizadores de la bienal.
116Revista A 17-18 | Bicentenario
factibles y fáciles de implementar. Las propuestas se enfocaron 
en los lugares patrimoniales y en lugares emblemáticos, pero 
buscan ser replicables para implementarse en cualquier distrito.
El resultado de la semana central de trabajo se tradujo en 
propuestas que le entregamos al alcalde de Lima, a modo del 
regalo de los arquitectos a la capital del país en el bicentenario 
de nuestra independencia.
Por último, cabe responder una cuarta pregunta, que nos 
plantearon cuando decidimos emprender esta aventura: «¿Por 
qué una bienal de Lima? ¿Por qué “Lima”?». Es simple: como 
Consejo Regional de Lima del CAP queremos reconocer las bue-
nas prácticas que se dan en nuestra ciudad y nuestra región. 
Pero somos conscientes de que, si bien nuestra Regional reúne 
los mayores recursos, así como el mayor número de arquitectos 
colegiados y de proyectos que se realizan en el Perú, eso no nos 
deja indiferentes frente a lo que ocurre en las otras regiones del 
país. Es nuestro deseo que cada colegio regional pueda, en la me-
dida de sus aspiraciones y posibilidades, reconocer las buenas 
prácticas de la arquitectura en su propia región. Y para impulsar 
esta posibilidad contamos con un gran legado, constituido por 
los 240 voluntarios que nos ayudaron a organizar y difundir la 
BIALIMA —a quienes el Consejo Regional Lima les agradece de 
corazón—. Ellos pertenecen a la Red Arquitectura, dirigida por 
Miguel Gómez. Muchos de ellos no son de Lima ni viven en Lima: 
son estudiantes y arquitectos de Piura, Trujillo, Chiclayo, Huan-
cayo, Arequipa, Cusco, Tacna, Cajamarca, Huaraz, Huánuco, Ica o 
Puno, y han ganado en estos meses una enorme experiencia en la 
organización de este tipo de eventos. Es nuestro anhelo que sean 
portavoces y artífices de eventos similares en sus propias regio-
nes, que repliquen el reconocimiento a las buenas prácticas y que 
tengan la aspiración de divulgar aquello que de bueno se hace 
en sus ciudades. Como Colegio de Arquitectos, acompañaremos 
esta acción con muestras itinerantes durante los próximos me-ses para así fomentar la replicabilidad de nuestra iniciativa. Se 
suma a estos 240 voluntarios el equipo de nuestro Colegio, que 
trabajó incluso fuera de horario y en fines de semana para sacar 
adelante la complejísima organización, poniéndose de manera 
entusiasta la camiseta del CAP y de la bienal. A todos ellos les 
estamos tremendamente agradecidos y, como directores, nos fe-
licitamos de contar con un equipo como este.
La bienal no hubiese sido posible sin instituciones que cre-
yeron en este proyecto y nos apoyaron, y a las que expresamos 
nuestro agradecimiento: el Consejo Nacional del CAP; la Benefi-
cencia de Lima, que nos ofreció la posibilidad de realizar la bie-
nal en el Puericultorio Pérez Araníbar, cuando aún pensábamos 
que podríamos hacer los workshops presenciales; la Municipali-
dad Distrital de San Juan de Lurigancho, que mostró un genuino 
interés por que los jóvenes arquitectos pudieran contribuir en 
su distrito; Lima Cómo Vamos, que aceptó sumarse a esta bie-
nal. Agradecemos asimismo a Invermet, Prolima y el Ministerio 
de Cultura por el apoyo en la organización de los temas de los 
workshops, así como a todos aquellos que brindaron su apoyo en 
la generación de contenidos.
No hubiésemos podido concretar esta bienal sin el gran apo-
yo de empresas privadas que apostar por este proyecto, a pesar 
de la difícil coyuntura social y política en la que hemos estado 
sumergidos. Les debemos, por ello, un gran agradecimiento a 
San Lorenzo, del grupo Lamosa, que ha retomó con entusiasmo 
el auspicio del Premio Calidad Arquitectónica; a Casa Rosselló, 
que auspició el Premio a la Trayectoria; a Graphisoft, por el aus-
picio del premio a las Investigaciones de Pregrado y los Proyec-
tos de Fin de Carrera; y a La Casa, por el auspicio del concurso 
Laderas de San Juan de Lurigancho. Finalmente, agradecemos 
también a todas las personas que, con su participación presen-
cial o mediante la plataforma virtual, hicieron que la bienal 
completara su sentido.
Como curador de la bienal, agradezco especialmente a Mi-
guel Gómez y a su equipo de Red Arquitectura por el impecable 
trabajo al hacer realidad esta bienal. Con él nos estamos encar-
gando, además, de fijar los protocolos y procesos que harán po-
sible organizar las próximas bienales de Lima, para que este es-
fuerzo colectivo se mantenga en el tiempo. Para terminar, cabe 
expresar un particular agradecimiento a los colegas del Consejo 
Regional Lima, por el constante apoyo en la organización de 
BIALIMA, en especial a Lourdes Giusti, decana del CAP-Regio-
nal Lima, sin cuyo empuje y compromiso inigualable la bienal 
no habría sucedido. Ella está demostrando, además, con su la-
bor, la gran importancia de tener un Colegio de Arquitectos ac-
tivo y proactivo, que actúa en beneficio de todos sus agremiados.
Estudiantes ganadores y finalistas de los premios a las mejores tesis y 
proyectos de fin de carrera.
Lourdes Giusti, decana del Colegio de Arquitectos Regional Lima (CAP-RL), 
Jean Pierre Crousse, curador de la bienal, y César Guardia, vicedecano del 
CAP-RL, organizadores de la bienal. 
117Revista A 17-18 | Bicentenario
Ganadores y finalistas de los premios de proyectos en las distintas categorías de la bienal.
Exalumnos de Arquitectura PUCP ganadores del «Premios en la categoría Trabajos de Investigación y Proyectos de Fin de Carrera CAP-RL 201: Natalia Talledo, 
Diego Vivas, Mario de los Santos y Karen Tapia, con los organizadores de la Bienal.
118Revista A 17-18 | Bicentenario
Perú en la Bienal de Arquitectura 
de Pamplona 2021
Sharif S. Kahatt
Coincidiendo en el año de su Bicentenario, el Perú fue el invita-
do especial en la séptima edición de la Bienal de Arquitectura 
Latinoamericana de Pamplona, en España. Del 27 de setiembre 
al 1 de octubre de 2021, el evento se centró en presentar la arqui-
tectura joven de los países de Iberoamérica recibiendo equipos 
seleccionados de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, 
Paraguay, Uruguay y Perú, este último representado por la ar-
quitecta Marta Maccaglia y el arquitecto Andres Solano (PUCP).
Macaglia expuso sus obras enfocadas en el trabajo partici-
pativo y el diseño pertinente para la educación de comunidades 
nativas en la selva peruana, donde se refuerza el sentido comu-
nitario de estos espacios. Por su parte, Solano mostró proyectos 
de diversos usos y contextos en Lima metropolitana que apor-
tan a la construcción de ciudad de maneras diferentes, siempre 
acoplándose a su realidad. Ambos enmarcaron el amplio espec-
tro de intereses y expresiones en el que discurre la producción 
de nuevas obras en el Perú, los distintos contextos de trabajo y 
el rol del arquitecto, así como los tipos de proyectos que son de 
interés en el medio.
Como país invitado el Perú contó además con una participa-
ción especial, una delegación de arquitectos para mostrar el de-
sarrollo del siglo XX y la producción contemporánea. Bajo la cu-
raduría de Sharif Kahatt, se realizó una conferencia y exposición 
titulada Poéticas brutales. Un siglo de realismo en la arquitectura en el 
Perú. Con una selección de 21 obras, Kahatt hizo un recorrido por 
el último siglo de la arquitectura peruana abordándola desde su 
materialidad y su poética tectónica, un recurso recurrente a lo 
largo del tiempo para responder a la realidad del país. 
Asimismo, se presentaron conferencias magistrales de los 
arquitectos David Mutal y Barclay & Crousse. A través de su 
obra, Mutal analizó el patrimonio arquitectónico peruano y las 
distintas formas de intervenirlo y transformarlo. Por su parte, 
Sandra Barclay y Jean Pierre Crousse expusieron su trabajo en 
relación al paisaje y al territorio peruano, evidenciando cómo 
a través de la observación y la abstracción generan las diversas 
estrategias arquitectónicas que definen sus edificios. 
Gracias a un gran proceso de síntesis de sus ideas, el arqui-
tecto Enrique Ciriani ofreció una conferencia magistral sobre 
su obra completa en el Perú y en Francia. Estas presentaciones 
finalizaron con la charla que ofrecieron Shelley Mcnamara & 
Yvonne Farrell –de Grafton Architects– sobre el premiado edifi-
cio de la UTEC en Lima. Así concluyó la intensa semana de even-
tos dedicados al Perú en la BAL 2021, jornadas de conferencias, 
conversatorios, visitas y gran intercambio entre arquitectos lati-
noamericanos, todo promovido con gran cuidado y hospitalidad 
por el equipo liderado por el arquitecto José Manuel Pozo, de la 
Asociación para la Reflexión Estratégica sobre la Arquitectura 
(AREA) de la Universidad de Navarra.
Escuela Unión Alto Sanibeni, Asociacion Semillas / Marta Maccaglia, 2019. Hotel Aeropuerto, Andrés Solano/esteoeste, 2012-2017.
119Revista A 17-18 | Bicentenario
Vista de los participantes del congreso entre los paneles de la exposición de la BAL en el edificio del Centro Cultural CIVICAN, Pamplona. 
Vista de la exposición de paneles de la BAL en el edificio del Centro Cultural Palacio del Condestable, Pamplona. 
120Revista A 17-18 | Bicentenario
Participación del Perú en la 17.a Exhibición Internacional de Ar-
quitectura, La Bienal de Venecia
«¿Cómo viviremos juntos?» fue la invitación del curador li-
banés Hashim Sarkis a la Bienal de Venecia del 2021, a la que res-
pondimos con una reflexión/acción, atendiendo a cómo, desde 
un problema local, se puede abordar un tema global. 
El proyecto propone sacar las rejas de los espacios públicos 
de diversos distritos de Lima y de todo el Perú para transfor-
marlas en artefactos que inviten a las personas a interactuar. 
Estos presuntos «elementos de seguridad», que devienen en 
dispositivos de segregación, se extirpan para convertirlos en 
bancas, juegos para niños, arcos de fútbol y un largo etcétera. 
Con ello, se busca canalizar todo el tiempo, la energía y los re-
cursos empleados en hacer las rejas para darles nueva vida y 
significado a sus materiales.
Perú todavía esta recuperándose de las cicatrices de un san-
griento conflicto interno que abarco desde 1980hasta el 2000. 
Las personas de Lima empezaron a enrejar las calles como un 
mecanismo de defensa. Luego de más de veinte años no hemos 
cesado de enrejarnos. Como el resto del mundo, con la nueva 
densidad urbana, enfrentados con martilleo insistente de los 
medios, la precaria política global y el nuevo orden que se está 
formando a causa de la pandemia, nos estamos volviendo mie-
dosos; se nos está induciendo a desconfiar del otro y de nosotros 
mismos. Esta situación podría exacerbar aún más el miedo al 
otro y aumentar la atomización. Las rejas materializan nuestros 
miedos y debemos trabajar en modos de transformar esos mie-
dos en oportunidades.
La normalización del uso de rejas las está volviendo parte 
del paisaje urbano y del inconsciente colectivo. Esto se refleja 
tanto a nivel nacional como internacional, en especial en estos 
últimos tiempos, cuando se colocan cada vez más rejas, pero las 
notamos menos. Necesitamos más lugares para la integración 
que dispositivos de exclusión. Hay que reflexionar sobre cuál 
es el verdadero costo que esto le genera a la ciudad y a sus ha-
bitantes. El espacio público está para que nos sintamos todos 
ciudadanos por igual. El pabellón peruano recibe a los visitantes 
con una gran reja típica de ciudad latinoamericana, colgada de 
una viga de la estructura existente. Esta atraviesa el recinto de 
lado a lado, con algunos letreros disuasivos como «PARE» o los 
«horarios de ingreso» montados sobre ella. 
Del otro lado de la reja de ingreso —la cual está cerrada debi-
do a la pandemia— se encuentran los artefactos centrales de la 
muestra, que se presentan como un playground o campo de jue-
gos, que tiene por propósito invitarnos a interactuar con el otro; 
a ensayar, mediante juegos para niños —y de otros que no lo son 
Playground: 
artefactos para interactuar
Felipe Ferrer 
Curador del pabellón peruano
tanto— nuevos contratos sociales. Algunos son bancas-balan-
cines que necesitan que otra persona haga de contrapeso para 
usarlas con comodidad, o una escalera que sugiere el apoyo de 
alguien más para subirla con mayor seguridad. Hay también un 
arco de fútbol, bancas en esquinas, entre otros.
Sobre la reja cuelgan doce afiches lenticulares. En estos 
posters-artefactos conviven dos versiones de la misma foto-
grafía de algunos espacios emblemáticos, una con rejas y otra 
sin ellas. Mediante el filme lenticular, y dependiendo del mo-
vimiento del visitante, las imágenes con rejas desaparecerán. 
Partiendo de las rejas físicas locales, pasamos a discutir las 
menos aparentes y globales. 
Un video muestra la transformación de las rejas públicas en 
juegos públicos. También hay cientos de imágenes de rejas del 
Perú y del resto del mundo. La mayoría de estas fotos y videos se 
obtuvieron gracias a la participación de varios ciudadanos que 
las enviaron a una cuenta designada de Instagram con el hash-
tag #RIPublicspace. El video lo realizó el equipo de videografía 
CREA, de la Universidad de Lima. El pabellón invita a reflexio-
nar sobre qué queda adentro, y qué afuera, cuando hay rejas de 
por medio. Tras su exhibición, los artefactos del playground se-
rán devueltos a sus sitios de origen, modificados y listos para 
seguir transformándonos.
El equipo de diseño de V.Oid, dirigido por Felipe Ferrer, contó 
con la participación de Javier Vásquez, Alejandro Alarcón, Luis 
Arévalo, Kevin Abanto, Erick Maldonado, Francisco Obregón, An-
tonella Pacussich, Daniela Díaz Tenorio y Marina Gubbins.
La página web de la exhibición cuenta con un catálogo online 
escrito por Mónica Belevan (LapsusLima.com) y diseñado por 
Michael Prado, de Formato Público. También se exhibe un video 
filmado y editado por el grupo CREA, de la Universidad de Lima.
VISITA LA WEB DE PLAYGROUND
https://www.pcp.org.pe/playground/
121Revista A 17-18 | Bicentenario
Pabellón Peruano en la Bienal de Arquitectura de Venecia 2021. Fotografía: Michele Agostinis.
Pabellón Peruano en la Bienal de Arquitectura de Venecia 2021. Fotografía: Michele Agostinis.
122Revista A 17-18 | Bicentenario
El proyecto de investigación-acción CASA [Ciudades Auto-Sos-
tenibles Amazónicas] participó en el evento colateral de la 17.a 
edición de la Bienal de Arquitectura de Venecia, conocido como 
«Space. Time. Existence.» (Espacio. Tiempo. Existencia.), organi-
zado por el Centro Cultural Europeo (ECC, por sus siglas en inglés).
Con la curaduría de Luisa Yupa y el diseño gráfico de José 
Luis Villanueva, los investigadores Belén Desmaison y Kleber 
Espinoza ofrecieron una exposición que invitó a reflexionar co-
lectivamente sobre el rol de la planificación, el diseño urbano y 
la arquitectura frente a la necesidad de repensar los centros ur-
banos que acogerán al creciente número de desplazados climá-
ticos; esto es, aquellos grupos humanos que se ven obligados a 
abandonar el lugar donde viven pues el cambio climático los ha 
vuelto inhabitables.
A partir de esta primera inquietud se presentó la aproxi-
mación metodológica de CASA, junto con los fundamentos y 
las dimensiones esenciales a tomar en cuenta en la búsqueda 
de soluciones ante este enorme desafío. La seguridad hídrica, 
El proyecto CASA en Venecia 2021
Belén Desmaison, Kleber Espinoza
el uso de conocimientos y materiales locales, y una gobernan-
za inclusiva y justa son algunos criterios básicos a tomar en 
cuenta para la coproducción de propuestas de infraestructura 
y espacios colectivos apropiados.
El lugar de trabajo —la Amazonía peruana— y los resultados 
de la puesta en práctica del diseño colaborativo, interinstitu-
cional e interdisciplinario fueron motivo de otra presentación. 
Junto con Antonio Sanmartín y Matías Ferrero fabricamos un 
modelo del sistema de captación, almacenamiento y trata-
miento de agua lluvia que sintetiza la experiencia de innova-
ción tecnológica y social pertinente para este contexto dinámi-
co y rápidamente cambiante.
La exposición permitió visibilizar la necesidad de reconocer 
e incorporar múltiples formas de habitar y convivir con los eco-
sistemas, hacia la generación de hábitats culturalmente perti-
nentes, socialmente justos y ambientalmente sostenibles.
Para mayor información: casapucp.com/casa2020/ y times-
paceexistence.com
Proyecto CASA en ejecución.
123Revista A 17-18 | Bicentenario
Instalación del proyecto CASA, expuesto en la muestra «Space. Time. Existence.» en el ECC, Venecia.
Instalación del Proyecto CASA, expuesto en la muestra «Space. Time. Existence.» en el ECC, Venecia.
124Revista A 17-18 | Bicentenario
La presencia peruana en las bienales de Venecia es muy reciente. 
Recordemos que existe una representación nacional solo desde 
2012, cuando un colectivo de veinte estudios de arquitectura se 
organizó y llevó la muestra Yucun o habitar el desierto. Esta inicia-
tiva se consolidó con el apoyo de entidades públicas y privadas, 
lideradas por el Patronato Cultural del Perú, y ha permitido una 
representación regular del país entre los pabellones nacionales 
en las últimas cuatro bienales (2014, 2016, 2018 y 2020-21), así 
como, en la últimas tres ediciones, un concurso abierto para la 
elección del proyecto que nos representa. En cuanto a la muestra 
armada por los respectivos curadores de cada bienal, recién en la 
bienal de 2018, curada por Ivonne Farrell y Shelley McNamara, 
Perú en la 17.a Bienal de Arquitectura 
de Venecia (2020-2021)
Paulo Dam
de Grafton Architects, un estudio peruano fue invitado a la 
muestra central: el estudio Barclay & Crousse, con el Edificio E 
de la Universidad de Piura, ganador ese mismo año del Premio 
de las Américas Mies Crown Hall (MCHAP).
La 17.a Bienal de Arquitectura de Venecia, convocada con el 
título How will we live together? y curada por Hashim Sarkis, nos 
pone al frente una pregunta clave no solo para la arquitectura 
sino para las sociedades humanas en general. La aparición de 
la pandemia atravesó el proceso de instalación de la bienal, y 
así su inauguración, planeada inicialmente para mayo de 2020, 
tuvoque posponerse hasta mayo de 2021. Un año que permitió 
que algunas propuestas se reajustaran en función del covid 19, 
Instalacion INTERWOVEN, leonmarcial arquitectos, 2021.
125Revista A 17-18 | Bicentenario
pero sobre todo para que la pregunta de Sarkis —¿cómo vivire-
mos juntos?— adquiriera un peso y una pertinencia insospe-
chados y obligara a que la experiencia y lectura de esta bienal 
estuviera indefectiblemente ligada a los tiempos en los que vi-
vimos. A día de hoy, esta es la edición de la bienal más visitada. 
El público especialista, pero sobre todo el público en general, 
está aprovechando la oportunidad de cuestionarse e indagar 
por respuestas en un punto inflexión en la historia de la hu-
manidad; un momento en el que estamos revisando nuestras 
formas de convivencia entre humanos, no humanos y el ecosis-
tema terrestre en general.
En esta edición especial edición de la bienal se ha dado un 
hecho especial para la arquitectura peruana. Hoy en Venecia po-
demos encontrar arquitectas y arquitectos locales tanto en el 
pabellón nacional como en la selección del curador y en los va-
rios eventos paralelos que se organizan en sinergia con la bienal. 
Haremos un breve recuento de esta presencia, sin pasar por alto 
el hecho de esta reunión de eventos. Esperamos que en siguien-
tes artículos se pueda abrir una discusión sobre cada una de las 
participaciones.
Playground. Artefactos para interactuar es la propuesta que el 
Perú presenta en su pabellón. Curada por Felipe Ferrer (Lima, 
1978) trae el caso del «enrejado» de los espacios públicos y 
privados en el ámbito local y lo contextualiza con otros casos 
alrededor del mundo. El proyecto propone un acto real y sim-
bólico, a la vez que se entiende reparador y sanador: retirar las 
rejas que encierran los espacios y convertirlas en mobiliario 
lúdico que estimule las interacciones, las negociaciones y el 
juego entre las personas. 
Playground fue integrada, además, a una mesa organizada 
por el Curators Collective, en la que participaron Felipe Ferrer, 
los curadores del pabellón de Austria (Peter Mortenbock y 
Helge Mooshamer), las curadoras del Pabellón Británico (Ma-
deleine Kessler y Manijeh Verghese) y Lucia Babina, de Coha-
bitation Strategies. Cada curador presentó su propuesta y en 
la discusión ensayaron una forma colaborativa de responder, a 
partir de la problemática del espacio, a la pregunta lanzada por 
Sarkis para la bienal. 
En el pabellón del Arsenale, y como parte de la curaduría 
principal de Hashim Sarkis, encontramos la propuesta Interwo-
ven, de leonmarcial arquitectos. Alexia León (Lima, 1970) y Lu-
cho Marcial (Lima, 1962) lideraron el equipo que presentó una 
instalación que celebra el potencial de la arquitectura para rela-
cionar, para tejer, para regular relaciones y la interacción entre 
habitaciones humanas, los territorios y el medio ambiente. Un 
tejido arquitectónico que se integra a la arquitectura del Pabe-
llón del Arsenale y que valora la unidad y la totalidad, así como 
las posibilidades de un diseño abierto a la transformación en 
múltiples escalas que disuelve el límite interior/exterior, públi-
co/privado, otorgando, en palabras de los arquitectos, oportuni-
dades de vida más equitativas y dinámicas.
Sumada a la participación en los pabellones nacionales y 
en la muestra del curador de la bienal, este año, y por primera 
vez, un arquitecto peruano formó parte del Jurado de la Bienal: 
Sandra Barclay fue convocada como parte del jurado presidido 
por Kazuyo Sejima junto a Lamia Joreige (Líbano), Lesley Lokko 
(Ghana-Escocia) y Luca Molinari (Italia). Adicionalmente, en el 
pabellón italiano, el proyecto Rebel Architette, Arquitectas rebeldes 
incluyó en su selección a Sandra Barclay (Lima, 1967) y Elizabeth 
Añaños (Cusco, 1984), así como a Marta Maccaglia (Terni, 1983), 
quien presentó su trabajo en escuelas de la Amazonía y, además, 
el video de Patricia Ciriani (París, 1973) Lima la sublime. 
Aprovechando el contexto de la muestra de la bienal, en 
cada edición se suman a las actividades oficiales una serie de 
Miembros del Jurado de la 17 Bienal de Arquitectura de Venecia: Kazuyo Sejima (presidenta), Sandra Barclay (Perú), 
Lamia Joreige (Líbano), Lesley Lokko (Ghana-Escocia) y Luca Molinari (Italia).
126Revista A 17-18 | Bicentenario
eventos paralelos que amplían las experiencias y discusiones 
en torno al presente y al futuro de la arquitectura. En la deci-
moséptima bienal, el Centro Europeo de Cultura (ECC) orga-
nizó la exposición Time. Space. Existence. en dos sedes, el Pala-
zzo Mora y el Palazzo Bembo. En el primero, Belén Desmaison 
(Lima, 1987) y Kleber Espinoza (Lima, 1986) presentaron CASA, 
Ciudades Autosostenibles Amazónicas, un proyecto a cargo 
del Centro de Investigación de la Arquitectura y la Ciudad 
(CIAC), el Instituto de Ciencias de la Tierra (INTE) —ambos de 
la PUCP— y The Bartlet Development Planning Unit (DPU), 
del University College de Londres (UCL). En el Palazzo Bembo, 
el Taller de Diseño 5 y 15, de la Facultad de Arquitectura de la 
Universidad Ricardo Palma, expuso su pedagogía del proyecto 
de diseño. El taller lo dirige Juvenal Baracco (Lima, 1940) desde 
su creación en 1971 y celebra sus cincuenta años de existencia y 
aporte a la docencia de la arquitectura con esta exhibición en 
Venecia. Finalmente, en un evento organizado por el Instituto 
Tecnológico de Illinois (IIT) se presentó el libro Landscapes of 
Felipe Ferrer, curador del pabellon peruano, participando en una mesa de curadores durante la bienal.
Exposición del Taller 5 de la FAU de la Universidad Ricardo Palma dirigido por 
el Arq. Juvenal Baracco. 
Belén Desmaison y Kléber Espinoza en la exposicion del proyecto CASA, EEC.
intimacy, en el Hotel Bauer. Editado por Arquine y el IIT, el libro 
es una investigación de los arquitectos Sandra Barclay y Jean 
Pierre Crousse (Lima, 1963) en torno a la arquitectura, el pai-
saje y la obra de su estudio, y es resultado del premio MCHAP 
recibido en 2018.
Como podemos ver luego de este repaso, el 2021 ha sido un 
año excepcional en términos de participación de la arquitectura 
peruana en la Bienal de Venecia y en sus eventos paralelos. Ar-
quitectos de diversas generaciones, y con muy variados conte-
nidos expuestos, dieron cuenta de una producción que empieza 
a reconocerse a sí misma, así como a ser valorada y a entrar en 
un diálogo más fluido con el contexto global. Todavía la mayor 
parte de los proyectos salen de oficinas de Lima y es muy pronto 
para imaginar que esta suma de eventos puntuales constituye ya 
un fenómeno mayor. Creo, sin embargo, que estas muestras son 
un indicador de algo, con lo que debemos comprometernos a 
observarlas y discutirlas, y así contribuir a un debate que aporte 
al desarrollo de la arquitectura en nuestro medio. 
127Revista A 17-18 | Bicentenario
CIAC: Investigación y Proyecto
Luis Rodríguez R., Gary Leggett
Desde el año 2019 la Dirección de Gestión de la Investigación 
(DGI) de la PUCP viene impulsando la nueva línea de Investi-
gación-creación, cuyo propósito es incentivar el desarrollo y la 
transferencia de conocimientos producidos a partir de la prác-
tica artística o creativa, incluida la arquitectura. El Centro de 
Investigación de la Arquitectura y la Ciudad (CIAC) ha organi-
zado en este marco una serie de seminarios para discutir el rol y 
potencial de la investigación en nuestro campo, particularmen-
te en relación con el proyecto arquitectónico y urbanístico, así como 
con la pedagogía de la arquitectura. Si bien esto no es algo nuevo 
para nuestra Unidad de Arquitectura, el marco propuesto por 
la DGI ha servido de detonante para una serie de discusiones 
en torno al tema, en las que participaron miembros de nuestra 
Facultad. El objetivo no es solo mostrar o discutir los contenidos 
de ciertos cursos, sino también plantear preguntas de investiga-
ción a partir de experiencias pedagógicas que puedan convertir-
se en —o presentarse como— investigaciones concretas. 
Losprimeros tres seminarios organizados por el CIAC con-
taron con la participación de arquitectos y académicos interna-
cionales, incluidos la española Isazkun Chinchilla y el chileno 
Horacio Torrent, quienes tuvieron como comentaristas, en las 
últimas dos sesiones, a Paulo Dam y Manuel Cuadra respectiva-
mente. Chinchilla puso énfasis en la importancia de comunicar 
lo que hacemos como arquitectos, «para que otros puedan tra-
bajar sobre ello», y en que la vía principal de la comunicación 
es la palabra, «no separada de la imagen». Alentó asimismo a 
los participantes a que piensen sus cursos e investigaciones 
como algo que debe escribirse y comunicarse, es decir, como 
algo transferible; en ese sentido, invitó a tener en cuenta «el 
concepto de empaquetar, que en la literatura aparece poco y que 
en inglés representa la idea de construirle asas al conocimiento, 
para poderlo coger». 
Respecto a la relación entre investigación y proyecto, To-
rrent ofreció pistas importantes: «Para el profesor, el proyecto 
de investigación debiera estar por encima; y el proceso de di-
seño, ser la posibilidad de comprobación de una de las pregun-
tas que el proyecto de investigación alza a través del proceso 
de diseño». Esto sugiere una relación dialéctica, de constante 
movimiento, entre investigación y diseño, siempre que las pre-
guntas planteadas sean pertinentes y puedan gatillar nuevas 
preguntas y otras posibles respuestas de los estudiantes. Como 
señaló Torrent, «la hipótesis es una de las posibles respuestas a 
la pregunta de investigación»; los estudiantes pueden plantear 
diversas soluciones, y a lo largo del proceso «los profesores esta-
mos en una especie de posición de observadores, con la limitada 
capacidad que un curso pueda tener».
Los seminarios —realizados o aquellos que vendrán— tie-
nen como objetivo introducir en las líneas de investigación del 
CIAC la modalidad de investigación proyectual, un esfuerzo que 
permitirá estrechar aún más la relación entre, por un lado, los 
conocimientos que toda investigación produce, y, por otro lado, 
los proyectos pedagógicos docentes y la producción arquitectó-
nica, urbana y paisajista de nuestro medio. Afiche del evento
128Revista A 17-18 | Bicentenario
En el marco de las actividades académicas del Archivo de Ar-
quitectura PUCP organizamos la primera exposición de la Ga-
lería Virtual de nuestra Facultad, un espacio de ensayo y pro-
puesta que inauguramos con una muestra dedicada al fondo 
documental del arquitecto José García Bryce. 
La exposición José García Bryce. Recolecciones para una historia 
de la arquitectura peruana es una narración contada a partir de 
documentos de nuestra disciplina. Se centra en mostrar su va-
lor como prueba de la actividad intelectual inherente al proyec-
to, como evidencia tangible y conceptual de un relato, estable-
ciendo un paralelo entre la obra construida y los documentos 
—planos, perspectivas, fotografías, artículos y ensayos—; en 
este caso, del arquitecto José García Bryce. Escogimos nueve de 
sus producciones, reunidas en una narrativa cronológica que 
permite entrever la evolución de su pensamiento.
En busca del diálogo, y para lograr diversas lecturas sobre 
los documentos y las ideas de García Bryce, revisamos con otros 
arquitectos y artistas el material seleccionado. Invitamos a pro-
fesionales que mantuvieron algún vínculo con él —personal, 
laboral, académico o platónico— a revisar un conjunto de do-
cumentos del archivo y a plantear hipótesis sobre las obras 
construidas que reúne la muestra. A este diálogo se le suman 
textos de análisis sobre los ensayos escritos, así como elemen-
tos gráficos y fotográficos. Todo esto nos permite reflexionar 
sobre las investigaciones del arquitecto.
La muestra abre en 1956 con una serie de ensayos gráfi-
cos que García Bryce trabajó con Gianfelice Fogliani, orga-
nizados en una sección denominada «Exploraciones para el 
Centro Histórico de Lima», que nos habla sobre el diálogo, 
no necesariamente de conciliación, entre la ciudad histórica 
y la ciudad moderna. 
Entre 1957 y 1959 García Bryce evaluó, para el Consejo 
Nacional de Conservación y Restauración de Monumentos 
Históricos y Artísticos (CRMHA), edificios coloniales que 
estaban en mal estado o necesitaban alguna intervención. 
Para ello, realizó una serie de levantamientos —como el del 
camarín de la Virgen de La Merced— que le permitieron 
internalizar los elementos, proporciones y parámetros que 
definen el lenguaje de la arquitectura peruana para, luego, 
abstraerla, narrarla y reinterpretarla.
En 1960 empezó su ejercicio como arquitecto diseñador 
independiente, labor en la que sumó una importante produc-
ción de obra construida. Seleccionamos para la muestra tres 
obras de autoría única: el edificio Álvarez Calderón, la capilla 
San José y el conjunto habitacional Chabuca Granda, como 
proyectos sin asociaciones que nos revelan un diseño carente 
José García Bryce: 
recolecciones para una historia 
de la arquitectura peruana
Michelle Llona
Curadora de la exposición
Collage (1956), parte de la muestra sobre la obra de José García Bryce.
VISITA LA GALERÍA
https://galeria-arquitectura.pucp.edu.pe/
129Revista A 17-18 | Bicentenario
de la influencia de otros trazos; y una obra en coautoría, el 
Centro Cívico de Lima, como proyecto de una generación de 
arquitectos que propuso una nueva visión de la arquitectura 
y la ciudad. En todos los casos, añadimos análisis y comenta-
rios planteados sobre la base de los documentos que se res-
guardan en el fondo documental. 
En 1967 García Bryce comenzó a acopiar una colección de 
diapositivas ligada a su rol de docente, historiador e inves-
tigador. Este registro sistemático sobre la arquitectura pe-
ruana recorre el territorio peruano y recoge obras represen-
tativas de los períodos prehispánico, colonial, republicano e, 
incluso, moderno.
En 1987 escribió el ensayo crítico «Identidad cultural en la 
arquitectura del Perú», en el que plantea que la originalidad de 
la arquitectura en el Perú se perdió con la conquista. En la ex-
posición, este ensayo aparece comentado por Patricia Ciriani, 
quien establece nuevas preguntas sobre los planteamientos de 
García Bryce relacionados con el tema de la identidad. 
Su primer texto de corte histórico lo publicó en 1957; y en 
adelante asumió, en palabras de Stephanie Delgado —autora 
de la lectura comentada de «La arquitectura en el Perú desde 
1839», artículo que García Bryce publicó en 1989 en El Comer-
cio—, «la labor de encontrar, catalogar, distribuir y analizar 
una historia que bien pudo haberse quedado perdida u oculta 
detrás del deterioro de los edificios existentes». 
En 2016 García Bryce inició el largo proceso de cierre de 
su oficina, lo que nos permitió acceder a su archivo y, con 
ello, hacer una revisión conjunta de sus documentos y de su 
trayectoria profesional. El año siguiente el arquitecto donó 
su fondo documental al Archivo de Arquitectura PUCP, que 
cuenta hoy con 5319 planos suyos, 1454 fotografías y 134 do-
cumentos personales, correspondencia y apuntes sobre do-
cencia e investigación. 
Gracias a sus hijos logramos, asimismo, visitar su espacio 
más íntimo de trabajo, alojado en su casa, para indagar sobre 
documentos cuya existencia conocíamos, pero que, por tener 
una carga emocional particular para Pepe, no habían llegado a 
la Universidad. Invitamos a la fotógrafa Maricel Delgado a ha-
cer un registro fotográfico de esta pequeña oficina y con estas 
imágenes cerramos la narrativa del personaje. 
Nos encontramos, así, con un coleccionista de la arquitec-
tura, desde el punto de vista de la historia, la actualidad y las 
ideas, que hoy deja su producción a nuestro alcance. Es impre-
sionante la concentración de recortes de noticias sobre arqui-
tectura y ciudad, de libros de historia y arte, de cartas cursadas 
con otros historiadores, y de registros personales sobre casas e 
iglesias de todo el Perú. Una recolección de materiales que, fi-
nalmente, sigueescribiendo la historia de nuestra arquitectura.
Esta exposición es la primera publicación que hace el Ar-
chivo de Arquitectura PUCP sobre el fondo documental García 
Bryce. La investigación continúa en estos meses, y dos libros 
están ya en proceso: una antología de textos y una monografía 
que recorre su producción arquitectónica partiendo de los do-
cumentos de archivo.
Fotografia del estudio personal del arquitecto José Garcia Bryce en su propia casa.
130Revista A 17-18 | Bicentenario
131Revista A 17-18 | Bicentenario
132Revista A 17-18 | Bicentenario
Limapolis 2011-2021: 
Lima Metropolitana en debate
Josep Cargol Noguer
El arquitecto madrileño Federico Soriano vaticinó, al final de la 
primera edición de Limapolis 2021, Propuestas para el Bicentenario, 
el día del jurado final (con fecha 11.03.2011), que Limapolis bien 
podría ser el germen o el acoplamiento a un laboratorio o un 
instituto de urbanismo.
Las sucesivas ediciones se acoplaron de forma natural al año 
lectivo, con origen académico en Arquitectura PUCP, entidad 
que aprovechó la semana previa al inicio de cada primer ciclo 
regular de marzo para centrarse en temáticas urbanas de in-
terés relacionadas con la ciudad de Lima, convocar a docentes 
y expertos nacionales e internacionales a compartir —en for-
mato workshop y con una duración de entre una semana y diez 
días— con estudiantes de Arquitectura PUCP de los talleres 5 al 
10 (segunda mitad de su carrera), así como con estudiantes de 
la especialidad provenientes de otras universidades del Perú y 
Latinoamérica. Es decir, un evento abierto para discutir las ne-
cesidades y futuros posibles de Lima, camino al bicentenario de 
la república (2021).
La secuencia de trabajo y sucesión de workshops en la última 
década ha sido la siguiente: 
- LIMAPOLIS 2011 
 Avenida Paseo de la República
- LIMAPOLIS 2012 
 Infraestructuras verticales y equipamiento urbano
- LIMAPOLIS 2013 
 The city as paradise
- LIMAPOLIS 2014 
 Un PLAM para Lima
- LIMAPOLIS 2015 
 Planificando el legado de los Juegos 
 Panamericanos Lima 2019
- LIMAPOLIS 2016 
 La ciudad de las laderas
- LIMAPOLIS 2017 
 Canal Surco integrado al tejido urbano
- LIMAPOLIS 2018 
 Hacia un genérico específico
- LIMAPOLIS 2019 
 (De)Construyendo el patrimonio
- LIMAPOLIS 2020 
 Combatiendo la desigualdad
De todas estas experiencias, debates, revisiones y trabajos 
proyectuales se pueden extraer conclusiones preliminares y es-
bozar ideas a modo de agenda para las próximas ediciones de 
este ya tradicional evento de Arquitectura PUCP. Aquí algunos 
apuntes:
GENERAR LAS PREGUNTAS PERTINENTES
Un punto básico es plantear las preguntas de forma interdisci-
plinaria para establecer el orden de prioridades y las necesida-
des para un buen desarrollo del territorio, de sus paisajes, sus 
ciudades y sus barrios, en el contexto local inmediato, regional 
y nacional.
ENFOCAR LA INFORMACIÓN PARA LA 
PLANIFICACIÓN MULTIESCALAR
Partiendo de un levantamiento territorial nacional se puede 
obtener una mirada amplia, pero es necesario recabar informa-
ción desde las regiones, las provincias, las ciudades y sus áreas 
metropolitanas, las ciudades intermedias y las ciudades peque-
ñas. Además, es necesario establecer un compendio de normas 
reguladoras para núcleos rurales. Se debe instaurar una entidad 
pública del suelo que regule toda la formación, un órgano de-
pendiente de la Dirección General de Urbanismo, en el cual pla-
nes y normas vayan de la mano.
ENTENDER LA LÓGICA DE LA ACUPUNTURA 
TERRITORIAL, URBANA Y PAISAJÍSTICA
Esto es necesario para actuar a todas las escalas del territorio. 
La huella sobre el territorio —económica y social— viene verte-
brada por las necesidades que surgen frente al paisaje, desde la 
conexión regional y de infraestructura Pacífico-Atlántico entre 
Lima y Sao Paulo, hasta las extensiones de borde urbano-rural 
de pequeños núcleos y las mejoras del espacio público urbano.
MARCAR PAUTAS CLAVES
Es importante tener una agenda clara, con prioridades, para 
guiar a los legisladores, el Ejecutivo y los equipos técnicos de las 
administraciones públicas nacionales, regionales, metropolita-
nas y locales, para que enfrenten los problemas del territorio de 
manera eficiente en los períodos correspondientes a su cargo.
133Revista A 17-18 | Bicentenario
Jurado final de Limapolis 2011, 11 de marzo de 2011, talleres de la Facultad de Arquitectura. Fotografía: Archivo Arquitectura PUCP.
Fotografías de algunas ediciones de Limapolis entre 2011 y 2020.
134Revista A 17-18 | Bicentenario
El paisaje peruano
Landscape in Central Andes
Claudio Magrini
La segunda edición de El paisaje peruano es fruto de la colabo-
ración entre la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) 
y la Universidad Diego Portales (UDP) —en esta oportunidad, 
coeditora del libro—. Los capítulos inicial y final del libro han 
sido revisados por el autor; y, apostando por alcanzar a un pú-
blico mayor y no limitar la difusión de su valioso contenido al 
idioma castellano, esta nueva edición también aporta la traduc-
ción del texto original al inglés. 
La colaboración disciplinar y académica entre la UDP y la 
PUCP es de larga data y se resume bien en la figura de Jean Pie-
rre Crousse. Conocí a Jean Pierre en 2006 a propósito de unas 
casas en la costa pacífica del Perú que él había diseñado junto 
con Sandra Barclay cuando aún vivían en Francia. La distancia 
geográfica y la implícita pérdida de control del proceso cons-
tructivo les había impuesto una simplificación de los detalles 
constructivos y de los volúmenes arquitectónicos, algo que sin 
duda aporta al «juego sabio y magnífico de los volúmenes bajo 
la luz», como solía señalar Le Corbusier, el gran referente en su 
estadía europea. Sin embargo, más allá de la rigurosa reducción 
arquitectónica, lo que me sedujo desde el primer instante fue la 
relación simbiótica que estos edificios establecían con su entor-
no desértico y el imponente Pacífico.
En esos tiempos de intercambio se presentó la oportuni-
dad de que un grupo de profesores de la PUCP cursara nuestra 
maestría en Territorio y Paisaje, fortaleciendo aún más el com-
promiso de estudiar las características del territorio andino. La 
maestría, aún joven, se había fundado principalmente en los 
referentes teóricos de la escuela francesa de Alain Roger y de 
Augustine Berque, y en los referentes operacionales de James 
Corner y Gilles Clement. Este es el caldo de cultivo con el cual se 
encontró Jean Pierre al iniciar su tesis, y que constituyó el marco 
referencial de nuestras conversaciones. 
Jean Pierre asimila todos esos referentes y, al sistematizar las 
aproximaciones peruanas multidisciplinarias, nos hace eviden-
te la existencia de un paisaje andino a todos los efectos. Procede 
de modo similar a Alexander von Humboldt, quien en su Geo-
graphie der Pflanzen in den Tropen-Ländern (1807) —un corte terri-
torial trazado por el Chimborazo, en el Ecuador— resume todos 
los sistemas científicos de su época y los tensiona en función de 
su propia teoría. El naturalista plantea la teoría de las asocia-
ciones de vegetación relacionadas con la altitud, y Jean Pierre, 
según los puntos de vista, refuta o amplía la teoría de Berque. 
Sea dicha una última cosa para mostrar la continuidad y per-
sistencia de Jean Pierre en la crianza de este relato andino, que 
no se limita al contenido del presente libro. Una de las recientes 
propuestas de la oficina Barclay & Crousse —el proyecto Morada 
de altura, en Moray, Cusco— complementa las ocho regiones na-
turales de Pulgar Vidal con un corte territorial que muestra el 
carácter sistémico de la infraestructura hídrica precolombina al 
articular la ladera de modo secuencial y gravitacional (glaciar 
- amunas, qochas, canales, andenes, campo de cultivo - río an-
dino) desde la cumbre hacia el valle, lo que es magistralmente 
interpretado por el proyecto, con un doble beneficio: la creación 
de nuevos paisajes productivo-estéticos y la retencióndel agua 
para la mejora del rendimiento metabólico del propio territorio. 
Son estas lecturas profundas de nuestro territorio las que 
hacen de este un libro tan actual. Como lo es la sensibilidad de 
Jean Pierre frente al paisaje, en su modo de develarlo pacien-
temente, cuidarlo amorosamente y cultivarlo respetuosamente 
en concordancia con sus leyes implícitas y a través del ejercicio 
proyectual. 
Portada de la edición bilingüe de El paisaje peruano.
Arquitectura PUCP Publicaciones
Transversal
José Canziani, Marta Vilela, 
Paulo Dam, Jean Stillemans (eds.)
Revista Ensayo 2. Revisitando 
el legado de John F. C. Turner
Kathrin Golda-Pongratz, 
Pablo Vega Centeno (eds.)
Las centralidades de Lima
metropolitana en el siglo XXI
Varios autores
Ama Amancaes
Claudia Amico, 
Javiera Infante (eds.)
¿Qué les hacen los artefactos 
a los humanos?
Jean Stillemans
Extravíos de la forma
Mijail Mitrovic
1:1 Proyectos sobre el 
territorio del Perú
Felipe Ferrer, Peter Seinfeld (eds.)
La palabras de los artefactos
Cécile Chanvillard
Bases 2. Arquitectura PUCP
Renato Manrique (ed.)
Espacio, paisaje y territorio
Javier Maderuelo
Huacas de Lambayeque
Billy Hare
Arquitectura & investigación. 
Arte, tipología, política
Sharif Kahatt, Elio Martuccelli, 
Víctor Mejía (eds.)
136Revista A 17-18 | Bicentenario
Del 29 de abril al 27 de mayo se presentó en el Instituto Ita-
liano de Cultura, sede Lima, una exposición-homenaje al gran 
maestro del design italiano Enzo Mari, personaje polifacético, 
interdisciplinario y experimentador atrevido, que nos dejó el 
19 octubre de 2020. Su obra, desarrollada a lo largo de siete dé-
cadas, comprende un campo muy amplio: pintura, escultura, 
arquitectura, diseño gráfico, design para niños y adultos. Toda 
esta multiplicidad se sustentó en un profundo conocimiento de 
la antropometría, de los materiales y de las necesidades del ser 
humano y de la sociedad. 
Mari fue, además, un gran educador que, en clases, confe-
rencias y libros, dio a conocer su método para que todos puedan 
practicar y aprender el design. En 1974 publicó el manual Auto-
progettazione, con indicaciones para que el usuario construya 
los muebles de su casa, beneficiándose así de un objeto y un 
proceso en el que participa activamente, sin ser ya un consu-
midor pasivo. El libro, que incluye instrucciones detalladas para 
Hazlo tú mismo: 
la autoconstrucción de
Enzo Mari como método para 
diseñar los muebles de hoy 
Enrico Delitala y Estudio Cigarini Saavedra
elaborar muebles con simples listones de madera y clavos, fue 
de distribución gratuita para motivar a las personas a mon-
tar sus muebles. Así, el usuario pudo aprender cómo funciona 
el design y se acercó a este mundo con capacidad crítica. Con 
el tiempo, la Autoprogettazione de Enzo Mari se ha vuelto en el 
clásico método de la autoconstrucción, el pico de su investigación 
y lucha por un design democrático, apartado de las lógicas del 
mercado. En décadas recientes, arquitectos, designers y artistas 
de todo el mundo enriquecieron el método aportando variacio-
nes y reinvenciones. 
En la sala Sironi del primer piso del Instituto Italiano de Cul-
tura de Lima se expuso una reconstrucción de los principales 
muebles del manual de Mari, recreados en los espacios de un 
comedor y un dormitorio. En la sala del segundo piso, los estu-
diantes del Servicio Nacional de Capacitación para la Industria 
de la Construcción (Sencico), de Lima, presentaron sus diseños 
de muebles, también inspirados en el método de la autocons-
trucción del gran artista. Instalaron los muebles en un estudio 
y una sala, un claro ejemplo de que el método Mari es actual y 
tiene una profunda pertinencia en el contexto peruano. La rica 
tradición artesanal y la capacidad de los peruanos para auto-
construir sus viviendas hacen que el método Mari esté en línea 
con esa cualidad y pueda ser aplicado también para la autocons-
trucción de muebles. Hazlo tú mismo es una exposición que invi-
ta a los usuarios a tener un rol activo en el diseño, fabricación y 
montaje de los muebles de casa, o pretende estimular la creati-
vidad y la conciencia crítica para dirigirnos hacia un design de-
mocrático, económico y funcional. La herencia del método Mari 
es notable y seguirá siendo una fuente de inspiración para es-
tudiantes de design del mundo entero, para profesionales y para 
cualquier persona interesada y curiosa.
Expresamos nuestro agradecimiento a quienes hicieron 
posible el homenaje, en especial al Instituto Italiano de Cul-
tura de Lima, a Gabriele La Posta, a Carina Moreno y a todo 
el equipo del Istituto. Agradecemos también a Ana Osorio, del 
Centro Cultural PUCP por presentar la exposición; a Enrico 
Delitala, arquitecto y diseñador gráfico apasionado; a Alejan-
dro Muro, profesor y arquitecto constante; a los estudiantes de 
Sencico y de la Universidad Villareal, que colaboraron con la 
exposición diseñando los muebles con el método Enzo Mari. 
Igualmente, le debemos un agradecimiento especial a Maria 
Fratelli y al Centro di Alti Studi Sulle Arti Visive (Casva), que 
gentilmente proporcionaron las imágenes del archivo de Enzo 
Mari, así como a Angular Lab por las visualizaciones tridimen-
sionales del recorrido 360 grados de la exposición, y a nuestros 
auspiciadores: Maderera Nueva Era, y Rubio Monocoat.Afiche del evento.
137Revista A 17-18 | Bicentenario
Vista del recorrido virtual de la exposición con un modelo de escritorio y repisas.
Vista del recorrido virtual de la exposición con un modelo de comedor.
138Revista A 17-18 | Bicentenario
Durante cuatro semestres consecutivos los docentes de la Fa-
cultad de Arquitectura (como muchos en el resto del mundo) se 
han visto en la obligación de dictar clases en línea, situación que 
forzó a reestructurar la manera de llegar a los alumnos, repensar 
los contenidos de los cursos y a la vez diseñar nuevos métodos 
para enseñar arquitectura. 
Al inicio, lo súbito del cambio de lo presencial a lo virtual 
exigió resolver cronogramas, organizar tiempos y equiparse 
adecuadamente para llevar correctamente las clases y poder 
obtener resultados satisfactorios. Sin embargo, con el pasar del 
tiempo el reemplazo del espacio físico del salón de clases por 
esta otra situación impulsó cuestionamientos y preguntas sobre 
Dictar en cuarentena
Ricardo Huanqui
el aula: ¿qué es un aula?, ¿cómo se usa un aula?, y por último, ¿es 
posible repensarla? 
El distanciamiento de los salones ha puesto en evidencia que 
el aula no es ‘necesariamente’ un espacio físico; hoy en día es po-
sible entender el aula como un espacio temporal que fomenta la 
relación y el intercambio de conocimientos entre individuos a tra-
vés de discusiones, conversaciones y representaciones gráficas de 
diferente nivel. Sin embargo, las plataformas virtuales no son las 
que han determinado o definido el aula en esta situación particu-
lar de pandemia, sino, hoy, después de dos años, queda más claro 
que el aula la define el docente, y el intercambio con los alumnos, 
más allá del espacio y la distancia en donde se encuentre.
Fotografía de una entrega calificada en uno de los talleres de Arquitectura PUCP antes de la pandemia del covid 19.
139Revista A 17-18 | Bicentenario
René Poggione
Susel Biondi
Jorge Draxl
Aldo Mantovani
Enrique Santillana
Ricardo Huanqui
Marta Morelli, Sharif S. Kahatt
Felipe Ferrer
Karen Takano
Alex Krateil
Paulo Dam
Sebastián Cillóniz
Mercedes Alvariño
Josep Cargol
Rodolfo Cortegana
140Revista A 17-18 | Bicentenario
Landscape of intimacy
Barclay & Crousse
Editorial: Arquine / IIT–MCHAP
Año de edición: 2020
ISBN: 9786079489724
Páginas: 232
Dimensiones: 18 × 24 cm
Idioma: inglés
Conversos y creyentes. La 
arquitectura del posmodernismo 
en Lima
Juan Carlos Doblado
Editorial: Arcadia Mediática
Año de edición: 2020
ISBN: 9786124671418
Páginas: 128
Dimensiones: 18 × 24 cm
Idioma: castellano
Vicca Verde 
Autores varios
Editorial: Ediciones Pichoncito
Año de edición: 2020
ISBN: 9786124836305Páginas: 256
Dimensiones: 29 × 21 cm
Idioma: castellano
Arquitectura & investigación.
Arte, tipología, política
Sharif Kahatt, Elio Martuccelli, 
Víctor Mejía (eds.)
Editorial: Arquitectura PUCP 
Publicaciones
Año de edición: 2021
ISBN: 9786124755552
Páginas: 256
Edición digital
Idioma: castellano
Lima en concreto, una historia 
en transformación. Obras 
públicas, modernización urbana y 
segregación espacial (1821-1968)
Yuri Gómez
Editorial: Universidad de Ciencias y 
Artes de América Latina
Año de edición: 2019
ISBN: 9786124744181 
Páginas: 256
Dimensiones: 15 × 21 cm
Idioma: castellano
Filosofía, arquitectura y ciudad
José Ignacio López Soria
Editorial: Oficina Editorial de la 
Facultad de Arquitectura, Urbanismo y 
Artes de la UNI
Año de edición: 2017
ISBN: 9786124072802
Páginas: 142
Dimensiones: 15 × 21 cm
Idioma: castellano
141Revista A 17-18 | Bicentenario
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VICCA VERDE 
Autores varios 
Hacer un libro, para nosotros los arquitectos, es una oportuni-
dad que nos permite mirar hacia atrás y tener una mirada crítica 
frente a nuestras experiencias proyectuales. Hacer un libro es 
un ejercicio intelectual para observar nuestro cuerpo de traba-
jo y tratar de ordenarlo, lograr una visión crítica propia, en la 
medida de lo posible, y tratar de visualizar ciertos conceptos o 
constantes presentes a lo largo de lo que puede ser el laboratorio 
proyectual.
El estudio de arquitectura Vicca Verde, conformado por Ho-
racio Goitre, Mateo Peschiera y Gonzalo Zegarra, ha logrado, en 
un libro homónimo, ordenar su obra en torno a tres ejes de la ar-
quitectura. El primer eje es el Impacto positivo, referido a proyec-
tos como los que llevan en el distrito de Barranco, donde no solo 
tienen su estudio, sino que también trabajan para ser un agente 
conector en ese barrio, a través de sus edificios e intervenciones 
urbanas, artísticas y de divulgación. El segundo eje, el de los Pro-
cesos, se refiere a la exigencia que se han impuesto en el riguroso 
seguimiento de los procesos, desde la conceptualización hasta 
la dirección de la obra. Su último eje, Innovación, habla de su 
constante búsqueda de soluciones coherentes y sostenibles, ta-
rea que llevan a cabo reinterpretando alternativas constructivas 
históricas propias de la zona de cada uno de sus proyectos. 
Además de buscar el orden y una visión de su obra, los auto-
res aprovechan las páginas del libro para contarnos de manera 
más personal sus experiencias sobre los inicios de Vicca Verde 
y los reto s que han asumido a lo largo de su trayectoria. Esto lo 
hacen en torno a tres preguntas: ¿de qué hablan tres chicos de 
vientipocos años que se reúnen para elaborar sus proyectos en la 
universidad?, ¿en qué piensa un arquitecto joven que llega a una 
ciudad nueva? y ¿cómo es la casa ideal de un arquitecto? 
En el libro de Vicca Verde se reflejan el entusiasmo y la ener-
gía que ellos le ponen al trabajo en equipo, así como la multipli-
cidad de escalas en las que han tenido la oportunidad de traba-
jar, cumpliendo con construir dinámicas urbanas y una ciudad 
de calidad. Sandra Barclay
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LANDSCAPE OF INTIMACY
Barclay & Crousse 
En el Perú, durante los últimos veinte años —años del terroris-
mo, del retorno a la democracia y de una estabilidad política y 
económica que estableció las bases de una renovada esperanza 
en el futuro—, el panorama de la arquitectura ha cambiado. En-
cargos privados, institucionales, comerciales y públicos se han 
hecho más frecuentes y esto permitió la aparición de estudios 
de arquitectura que han conseguido construir cuerpos de tra-
bajo importante, con un merecido reconocimiento nacional e 
internacional. En este panorama destaca el trabajo de Sandra 
Barclay (Lima, 1967) y Jean Pierre Crousse (Lima, 1963), quienes 
desde la fundación de su estudio en París en 1994 y su instala-
ción en Lima en 2006 no han dejado de producir una obra que 
reflexiona permanentemente sobre las razones de un proyecto y 
su especificidad territorial.
Landscape of Intimacy (Paisajes de la intimidad) resume, en 
sus 232 páginas, el pensamiento y las reflexiones del estudio 
Barclay & Crousse. Recurre a un conjunto de obras, así como a 
una serie de conceptos e ideas con las que le dan sentido a su 
trabajo como arquitectos. El conjunto de obras abre y cierra con 
dos edificios emblemáticos: el Lugar de la Memoria (Lima) y el 
Edificio E (Piura). El arco que estos dos proyectos enmarcan ex-
plicita la posibilidad de alcanzar una ciudadanía que en las últi-
mas décadas se representa y se construye a partir de la arquitec-
tura; y entre ellos, una selección de sus proyectos se organiza en 
cinco ejes: paisajes y microcosmos; el espacio ambiguo; el aden-
tro-exterior; la materia y el mapa; y el espesor de la intimidad. 
Los pares interior/exterior y adentro/afuera producen, atra-
vesados por la noción de paisaje, una serie de combinaciones 
conceptuales útiles tanto para el pensamiento de arquitectura 
cuanto para construir un vocabulario —propio y genérico a la 
vez— que permite reconocer y describir cualidades arquitectó-
nicas y herramientas para el diseño específico de sus proyectos. 
El territorio en general —y el de la costa desértica en particu-
lar— atraviesa todo el libro y se presenta como una clave de lec-
tura magníficamente capturada en el registro fotográfico de la 
obra que hace Cristóbal Palma. 
La obra de Barclay & Crousse ha recibido en los últimos años 
un notable reconocimiento en el ámbito local, latinoamericano 
e internacional. En 2018 el Edificio E, de la Universidad de Piura, 
recibió el Premio de las Américas Mies Crown Hall (MCHAP, por 
sus siglas en inglés); y este libro, editado por Arquine y el Ins-
tituto Tecnológico de Illinois (IIT), es uno de los resultados de 
este reconocimiento. Con un ensayo de Miquel Adriá que con-
textualiza la obra de Barclay Crousse en el ámbito local e inter-
nacional, además de textos de Dirk Denison y de Mario Vargas, 
y una entrevista de Reed Kroloff, Landscape of Intimacy aparece 
sobre la mesa y nos permite no solo conocer y discutir la obra y 
el pensamiento de un estudio de arquitectura, sino que también 
nos abre a la pregunta sobre el momento, las oportunidades y 
los pendientes de la arquitectura en el Perú. Paulo Dam
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FILOSOFÍA, ARQUITECTURA Y CIUDAD
José Ignacio López Soria 
A partir de una clave reflexiva y crítica, Filosofía, arquitectura y 
ciudad muestra el proceso de la modernidad en el Perú desde 
mediados del siglo XX hasta la actualidad, buscando constan-
temente ser una puerta de entrada para el debate y una contri-
bución al desarrollo del pensamiento. Para ello convoca a una 
lectura integral: el campo de las disciplinas de la arquitectura y 
del urbanismo se funde con el de la filosofía, y nos invita a aden-
trarnos en un viaje por las profundidades del entendimiento del 
ser a partir de una producción narrativa de textos muy prolífica; 
en suma: a pensar y a pensarnos. 
Su autor, José Ignacio López Soria, es filósofo e historiador, lo 
que convierte su publicación en una rara avis entre los textos que 
normalmente se encuentran sobre arquitectura y ciudad. Resul-
ta un gran aporte el abordaje de horizontes de significación más 
amplios, que confieren una perspectiva panorámica respecto a los 
complejos y profundos temas tratados. Lo interdisciplinario y el 
juego de escalas entre lo global y lo local nos llevan a la obligato-
ria reflexión sobre nuestro propio quehacer profesional. 
142Revista A 17-18 | Bicentenario
El contenido se estructura en cuatro partes: modernidad y 
posmodernidad, la arquitectura y el habitar, ciudad e intercul-
turalidad y, por último, una presentación de diversos libros. A 
pesar de, ex profeso, no haber presentado los textos de manera 
cronológica, se advierte una cierta periodización en su primera 
parte, donde se incluyen los textos de más larga data, quegiran 
en torno a procesos históricos del siglo pasado. En el resto, si 
bien se apoya en estos procesos, la elaboración de las propuestas 
teóricas lo colocan a uno frente a una profunda reflexión que 
trasciende la barrera temporal. 
Al conceptualizar la filosofía como la experiencia humana 
del espacio, López Soria revela al arquitecto como aquel llamado 
a modelar esa experiencia. La arquitectura rodea a la persona, 
lo que la diferencia del resto de manifestaciones artísticas más 
contemplativas; por lo tanto, el arquitecto no es solo creador de 
espacio, sino también hacedor de personas. Filosofía, arquitectura 
y ciudad es un libro que condensa la memoria, apela a una den-
sidad histórica aleccionadora y llama al pensamiento en todo 
momento. Vhal del Solar
__________________________________________________
CONVERSOS Y CREYENTES
LA ARQUITECTURA DEL POSMODERNISMO EN LIMA
Juan Carlos Doblado 
El autor estudia la producción arquitectónica en Lima a partir 
de la influencia y presencia del posmodernismo en nuestro de-
bate cultural. Es un texto breve, escrito como ensayo —lo que 
favorece su lectura—, fruto de su tesis de maestría, aunque ha 
cambiado parte del contenido y la presentación. Doblado es un 
reconocido proyectista que años atrás escribió con frecuencia 
sobre arquitectura y ciudad. Retoma aquí su labor de teórico, 
historiador y crítico.
El libro contiene tres grandes capítulos, uno de definiciones 
y dos de análisis. El primero enfrenta aspectos teóricos. Es un 
capítulo valioso, bien informado, en el que se explican concep-
tos, incluidos los de modernidad y modernismo. El panorama 
incorpora a Europa y Norteamérica, con un repaso que abarca 
todo el siglo XX. La posmodernidad hace referencia a lo filo-
sófico con origen en lo literario; y el posmodernismo, a lo cul-
tural y arquitectónico. Una perspectiva que, desde la segunda 
mitad del siglo pasado, valora la diversidad, la complejidad, la 
memoria y la identidad. El autor menciona y cita los textos más 
importantes publicados sobre el tema, con precisiones valiosas 
y un correcto desarrollo de lo que significa el contextualismo y 
lo metafórico.
Los otros dos capítulos están enfocados en algunos edificios 
de Lima, situados entre los años 1980 y 2000. La división de los 
arquitectos posmodernos limeños en dos categorías, conversos 
y creyentes, es interesante y constituye el aporte singular del 
libro. Aunque parezca que hacen referencia a actitudes religio-
sas, ambas palabras, de por sí provocadoras, señalan a aquellos 
arquitectos que recibieron una formación distinta, la del Movi-
miento Moderno, y abrazaron luego el posmodernismo, frente a 
los que fueron educados bajo sus premisas, con diferencias ge-
neracionales entre ellos. En el primer grupo están los egresados 
de la Universidad Nacional de Ingeniería y de la Universidad 
Nacional Federico Villareal; en el segundo, los de la Universidad 
Ricardo Palma. Habría que advertir que los conversos de la UNI 
y la UNFV tampoco son iguales, ni por formación ni por edad, 
aunque en sus proyectos hayan optado por el historicismo. Los 
jóvenes creyentes, en cambio, están más cerca del uso de códigos, 
metáforas y ornamento.
Los edificios estudiados constituyen una parte fundamental 
del libro y, como en cualquier selección, los ejemplos escogidos 
son discutibles. El capítulo de los conversos analiza dos con-
juntos de vivienda colectiva, una sucursal bancaria y un centro 
comercial. Sus autores son un grupo de noveles arquitectos de 
la UNI, José García Bryce, Alfredo Montagne y Juan Carlos Do-
menack. Las tres primeras obras tienen una importancia indu-
dable, pero se extraña el análisis de otros edificios emblemáticos 
de la década de 1980, como los de Juvenal Baracco, Emilio Soyer 
y Bernardo Fort Brescia. Ellos y otros son parte del olvido que 
genera cualquier elección. En el capítulo de los creyentes hay 
un parque, un centro cultural, una fábrica y un local de comida 
rápida. Corresponden al grupo Arquidea, Javier Artadi y Jorge 
Balerdi. El autor se plantea el reto de analizar dos obras de Ar-
quidea, siendo él uno de sus fundadores. En estos casos, el his-
toriador analiza proyectos en los que participó.
De las investigaciones que se necesitan sobre temas de ar-
quitectura en el Perú, este enfrenta y aclara cuestiones relacio-
nadas con las dos últimas décadas del siglo pasado, una etapa 
reciente de la arquitectura limeña aún poco estudiada. No cabe 
duda de que el posmodernismo, en sus versiones de regionalis-
mo crítico y modernidad apropiada, nos ha dejado conceptos y 
herramientas útiles en realidades como la nuestra; entre ellos, lo 
lúdico, lo decorativo, lo ecléctico, lo tipológico, lo comunicativo 
y, más importante aún, el valor que le podamos dar a la historia. 
Elio Martuccelli
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LIMA EN CONCRETO, UNA HISTORIA EN
TRANSFORMACIÓN. OBRAS PÚBLICAS,
MODERNIZACIÓN URBANA Y SEGREGACIÓN 
ESPACIAL (1821-1968)
Yuri Gómez
El libro plantea un panorama general de las intenciones e in-
tereses que han marcado el crecimiento de Lima, por parte de 
distintos actores políticos y sociales. Abarca 147 años de historia 
republicana, lo que da una visión amplia y breve de la ciudad. 
El sociólogo Gómez ha realizado el trabajo básicamente sobre 
fuentes secundarias, examinando textos de científicos sociales, 
historiadores y arquitectos. 
En los 147 años que abarca el libro, organizado en tres perío-
dos, aparecen aquellos presidentes del Perú que dejaron como 
legado de sus gobiernos cambios en la ciudad de Lima y obras 
públicas emblemáticas, con injerencia directa en la transforma-
ción de la capital del Perú. Entre ellos están Castilla, Piérola, Le-
guía, Odría y Belaunde, presidentes que han fungido de alcaldes 
o, para decirlo en palabras del autor, mandatarios con preten-
sión de burgomaestres.
Es una historia social y política de la ciudad de Lima que al-
terna e incorpora el análisis urbano y arquitectónico. Los anhe-
los de modernización atraviesan las tres etapas propuestas, con 
los límites que la propia realidad impuso en cada momento. Un 
libro de historia en el que aparecen algunas obras arquitectóni-
cas, lo que se evidencia, de manera particular, al final del primer 
143Revista A 17-18 | Bicentenario
capítulo y a lo largo del tercero: los dos momentos en los que el 
autor intenta aproximarse más a la arquitectura. 
El primer capítulo termina con un análisis de la penitencia-
ría. Aparentemente moderno, el panóptico peruano guarda ca-
racterísticas represivas del pasado. Al extremo sur de la ciudad 
amurallada, anuncia futuros acontecimientos. El tercer capítulo 
les da valor e importancia a las unidades vecinales, entre ellas 
Matute, antecedentes de lo que luego se desarrolló en las llama-
das residenciales. 
Al incorporar en su historia esos y otros edificios, el libro 
marca diferencias con otros análisis de la ciudad realizados des-
de las ciencias sociales, en los que la arquitectura no aparece. 
Cada tanto, en este libro se mencionan edificios singulares, es 
decir, monumentos. También tipologías de vivienda que, con 
el paso de las décadas, marcan el cambio de casonas y callejo-
nes a chalets y departamentos. En este sentido, la arquitectura 
acompaña y refleja los acontecimientos políticos, económicos y 
sociales de la ciudad y el país.
Lima, después de 1968, parece ser otra ciudad, cuya historia 
no se ha querido incluir en este libro. La pretendida moderniza-
ción de la capital peruana convive desde entonces con la ciudad 
de la autoconstrucción, ilegal o informal, que multiplicó drás-
ticamente su área ocupada. El devenir de Lima en las últimas 
décadas es también el de todas las ciudades peruanas, pero en 
ella se agudizaron los contrastes como en ninguna. Por eso, el 
libro no arriba a los instantes de la llamada modernidad popular, 
lo que implicaría extenderse hasta la actualidad. Si había que 
escoger un momento para cerrar esta historia, parece adecuado 
que sea 1968.En resumen, es un libro que tiene partes bien escritas; sien-
do breve y general, puede ser leído por un público no especia-
lizado y lectores de distintas disciplinas: un texto sobre Lima, 
que aborda una diversidad de aspectos de la compleja época re-
publicana del Perú, teniendo como fondo la transformación del 
espacio en sus múltiples escalas. Elio Martuccelli
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ARQUITECTURA & INVESTIGACIÓN.
ARTE, TIPOLOGÍA, POLÍTICA
Sharif Kahatt, Elio Martuccelli, Víctor Mejía (eds.)
La relación virtuosa entre formación e investigación es una 
apuesta estratégica de la PUCP para elevar la calidad y amplifi-
car la importancia de nuestro quehacer universitario. Tenemos 
la convicción de que producir nuevos conocimientos —median-
te la investigación y la creación artística— impacta en la calidad 
de los contenidos educativos que la Universidad ofrece a sus 
estudiantes; y tenemos la certeza de que este proceso no puede 
ser sino producto del diálogo y de proyectos conjuntos entre do-
centes y estudiantes.
Arquitectura & Investigación. Arte, tipología, política, libro que 
presenta una selección de magníficos trabajos de estudiantes 
que egresaron del Taller de Investigación de Arquitectura, es 
una muestra de que la apuesta está ya produciendo resultados. 
Efectivamente, de la lectura de los capítulos del libro resulta evi-
dente que la retroalimentación entre formación e investigación 
permite mover las fronteras del conocimiento existente —e in-
cluso del lenguaje disciplinar— hacia nuevos estadios y formas 
de «leer» la realidad. 
La lectura del libro también nos permite confirmar que la 
arquitectura es profundamente interdisciplinaria; que se ali-
menta de ciencias básicas y aplicadas, pero también de las ar-
tes, la historia, las ciencias sociales, e incluso del análisis de los 
contextos y las tendencias internacionales. Todos estos saberes 
disciplinarios son complementarios, pues forman parte de la 
complejidad del mundo y de la existencia colectiva de los seres 
humanos. Ninguno de los saberes es suficiente por sí mismo; 
y el gran desafío es «hacerlos conversar» alrededor de nuestro 
objeto de estudio de manera tal que nos diga cosas nuevas y de 
una forma más compleja y sofisticada.
La investigación interdisciplinaria es un desafío, además, 
porque requiere que estemos familiarizados con conceptos y 
metodologías que provienen de otras áreas de conocimiento y 
que, no obstante, utilizamos en nuestros estudios; conceptos 
y metodologías elaborados para responder a otras preguntas 
de investigación y contextos estéticos, socioculturales y polí-
ticos. Es un reto difícil, pero fascinante, que se va superando 
paulatinamente conforme se gana destreza y experiencia de in-
vestigación. Lo importante es ser conscientes de este desafío, en 
especial para quienes estudian en pregrado o acaban de egresar.
Los textos reunidos nos muestran fehacientemente que 
el arte no es solo un objeto estético o un asunto de ornato: su 
impacto en el entorno urbano está dado por su capacidad de ge-
nerar sentimientos de identidad y sentido entre los ciudadanos. 
También ponen en evidencia que las intervenciones artísticas 
tienen el potencial de generar cambios, redefinir los usos de los 
espacios públicos e incluso constituir expresiones políticas de 
cambio y resistencia frente al statu quo. Es muy recomendable 
la lectura de este libro, porque enriquece el conocimiento del 
país de formas muy variadas y valiosas. Aldo Panfichi
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144Revista A 17-18 | Bicentenario
v
Convocatoria
A19 - abril 2022 
Espacios de aprendizaje, desafíos pedagógicos
Luego de casi dos años resistiendo la pandemia del covid 19, 
sin duda el mundo y las sociedades han cambiado —unas más, 
otras menos— para no volver atrás. El vendaval tecnológico al 
que fue sometida vertiginosamente la sociedad mundial al-
rededor de marzo de 2020 será una de las claves cuando se 
haga una revisión de las transformaciones en las áreas de la 
comunicación, la enseñanza y el trabajo; y ese momento his-
tórico será uno de los puntos de quiebre al cual recurrir para 
encontrar explicaciones. Porque si bien la revolución de inter-
net había cambiado el mundo al final del milenio —como nos lo 
señala Manuel Castells en sus tres volúmenes de La era de la 
información—, lo que se gestaba desde esa fecha era el mundo 
que toca vivir hoy en día, más allá del «cambio de milenio». 
Los medios de aprendizaje y docencia han cambiado. 
Buscando superar las cuarentenas y el distanciamiento social 
obligatorio, las «telecomunicaciones» —dominadas por unas 
cuantas compañías como Google, Facebook, Microsoft y aho-
ra Zoom— son ahora los medios que hacen posible desarrollar 
el mundo «real» como nunca antes, a través de internet, y le 
han facilitado oportunidades a una nueva sociedad en poten-
cia y crecimiento. La educación en general, pero las formas de 
aprendizaje y enseñanza en particular, no será exactamente 
la misma; y, en definitiva, aunque en el mundo pospandemia 
parezca igual, no lo será también en muchos otros aspectos. 
Aun bajo los efectos de la pandemia y la suspensión de 
clases presenciales, la revista invita a trabajar en reflexiones y 
balances sobre el cambio súbito que supuso la virtualización 
de los cursos, con una mirada crítica al modelo anterior y pro-
curando una visión constructiva de los cambios que nos ha 
traído a lo que hoy llamamos «la nueva normalidad».
La siguiente edición de A busca ofrecer reflexiones crí-
ticas concernientes a formas de educación como las clases 
en el aula o el taller, los viajes y las visitas; las discusiones 
presenciales versus los foros virtuales; el empleo de las he-
rramientas digitales frente a la construcción de habilidades 
blandas y emocionales en las aulas; el dibujo y el modelado 
digital versus la fabricación manual y los levantamientos de 
edificaciones existentes, entre otros temas. Proponemos 
usar la experiencia de la coyuntura actual y analizarla en pers-
pectiva, como una forma de comenzar a pensar en el retorno 
paulatino a las clases presenciales, lo que, lentamente, hará 
notorio el cambio ya iniciado. 
En suma, invitamos a escribir ensayos sobre el rol del es-
pacio arquitectónico en el aprendizaje, la socialización y el 
uso de la propia arquitectura como experiencia y modo táci-
to de docencia en aulas, talleres, bibliotecas, pabellones; así 
como sobre el rol del campus en la educación «cívica» de los 
estudiantes. En torno a estos temas y otras cuestiones re-
lacionadas con la arquitectura, la pedagogía y los espacios 
para la pedagogía —y sus transformaciones—, solicitamos a 
las personas interesadas en publicar sus obras y proyectos, 
así como ensayos de reflexión histórica y crítica, que envíen 
sus colaboraciones, antes del 1 de marzo de 2022, al correo 
[email protected] para que el equipo editorial de la 
revista pueda considerar su publicación.
PUBLICACIÓN DE OBRAS / PROYECTOS: enviar un archi-
vo de Word con los datos de identificación del autor (nombre/
oficina), así como un texto descriptivo del proyecto, de entre 
450-500 palabras. Las ilustraciones (fotos, dibujos, fotomon-
tajes, diagramas, etcétera) deberán estar numeradas, tener 
una resolución mínima de 300 DPI y estar adjuntadas en for-
mato JPG, de una dimensión de A5 o similar (15 × 21 cm). Los 
pies de las ilustraciones, también numerados, deben incluirse 
en la parte final del archivo de Word. Asimismo, incluir un bre-
ve CV de 100 palabras.
PUBLICACIÓN DE ENSAYOS: enviar un archivo de Word de 
entre 2000 y 3000 palabras, incluidos los pies de fotos, las 
notas a pie de página y la bibliografía, junto a un máximo de 
6 imágenes. Las imágenes deben adjuntarse en formato JPG 
de 300 DPI, numeradas. Normas de citado, ver: http://revistas.
pucp.edu.pe/index.php/arquitectura/normas_autores
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Escanea el código QR para visitarel portal de la Revista A en el 
repositorio de revistas PUCP, 
descargar los números anteriores y 
obtener las normas para autores.
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BICENTENARIO
PROYECTOS
Feria Bicentenario
Mercados Resilientes
Choquequirao
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Hubo una vez una línea...
Parque Bicentenario Pachacamac
ENSAYOS / ARCHIVO
TALLER / POST SCRIPTUM*
ACTUALIDAD
A
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