Transductores de Temperatura
Transductores de Temperatura
Transductores de Temperatura
INTRODUCCION
Dicho de otra forma, la temperatura es difícil de medir con exactitud aún en circunstancias
óptimas, y en las condiciones de prueba en entornos reales es aún más difícil. Entendiendo las
ventajas y los inconvenientes de los diversos enfoques que existen para medir la temperatura,
resultará más fácil evitar los problemas y obtener mejores resultados.
Una vez conocido la forma en que operan cada tipo de transductor de temperatura se
analizaran las especificaciones técnicas de los mismos (de manera comercial) para determinar
cuales son los factores más importantes a considerar para la elección de los mismos.
La linealidad extrema de los termistores los hace poco apropiados para la medición de
temperatura a través de rangos amplios . Sin embargo, para la medición de temperaturas
dentro de bandas angostas, están muy bien dotados , pues dan una gran respuesta a un
cambio de temperatura pequeño.
Como regla general, los termistores son preferibles cuando la banda de temperaturas esperada
es angosta, mientras que los RTD son preferibles cuando la banda de temperatura esperada es
amplia.
Ningún transductor es el mejor en todas las situaciones de medida, por lo que tenemos que
saber cuándo debe utilizarse cada uno de ellos. Como podemos ver, en la Tabla 1 se están
comparando los cuatro tipos de transductores de temperatura más utilizados, y refleja los
factores que deben tenerse en cuenta: las prestaciones, el alcance efectivo, el precio y la
comodidad.
Un análisis más detallado de cada uno de estos cuatro tipos nos ayudará a entender las
diferencias.
Termómetros de Resistencia
El elemento consiste usualmente en un arrollamiento de hilo muy fino del conductor adecuado
bobinado entre capas de material aislante y protegido con un revestimiento de vidrio o de
cerámica.
Rt = R0 (1 + t)
En la que:
Una tercera desventaja, que afecta al uso de este dispositivo para medir la temperatura, es la
resistencia de los RTD. Al ser tan baja, la resistencia de los hilos conductores que conectan el
RTD puede provocar errores importantes. En la denominada técnica de dos hilos (Figura 1a), la
resistencia se mide en los terminales del sistema de adquisición de datos, por lo que la
resistencia de los hilos forma parte de la cantidad desconocida que se pretende medir. Por el
contrario, la técnica de cuatro hilos (Figura 1b) mide la resistencia en los terminales del RTD,
con lo cual la resistencia de los hilos queda eliminada de la medida. La contrapartida es que se
necesita el doble de cables y el doble de canales de adquisición de datos. (La técnica de tres
hilos ofrece una solución intermedia que elimina un cable, pero no es tan precisa.)
Termistores
En la que:
Hay que señalar que para obtener una buena estabilidad en los termistores es necesario
envejecerlos adecuadamente.
La distancia entre el termistor y el instrumento de medida puede ser considerable siempre que
el elemento posea una alta resistencia comparada con la de los cables de unión. La corriente
que circula por el termistor a través del circuito de medida debe ser baja para garantizar que la
variación de resistencia del elemento sea debida exclusivamente a los cambios de
temperaturas del proceso.
Sensores de IC
Los sensores de IC forman parte de la tendencia hacia los "sensores inteligentes", que son
unos transductores cuya inteligencia incorporada facilita las actividades de reducción y análisis
de datos que el usuario debe realizar normalmente en el sistema de adquisición de datos.
Termopares
Los termopares se utilizan extensamente, ya que ofrecen una gama de temperaturas mucho
más amplia y una construcción más robusta que otros tipos. Además, no precisan alimentación
de ningún tipo y su reducido precio los convierte en una opción muy atractiva para grandes
sistemas de adquisición de datos. Sin embargo, para superar algunos de los inconvenientes
inherentes a los termopares y obtener resultados de calidad, es importante entender la
naturaleza de estos dispositivos.
Estudios realizados sobre el comportamiento de termopares han permitido establecer tres leyes
fundamentales:
III. Ley de las temperaturas sucesivas. La f.e.m. generada por un termopar con sus
uniones a las temperaturas T1 T3 es la suma algebraica de la f.e.m. del termopar con
sus uniones a T1 T2 de la f.e.m. del mismo termopar con sus uniones a las
temperaturas T2 T3.
El comportamiento de un termopar se basa en la teoría del gradiente, según la cual los propios
hilos constituyen el sensor. La Figura 2A ilustra este concepto. Cuando se calienta uno de los
extremos de un hilo, le produce una tensión que es una función de (A) el gradiente de
temperatura desde uno de los extremos del hilo al otro, y (B) el coeficiente de Seebeck, una
constante de proporcionalidad que varía de un metal a otro.
Los RTD, termistores y sensores de IC miden todos ellos temperaturas absolutas, pero el
termopar mide solamente temperaturas relativas, y el motivo resulta obvio cuando pensamos
en la conexión de un termopar a un voltímetro o a un sistema de adquisición de datos.
Supongamos que estamos utilizando un termopar Tipo J, que es el más normal y consiste en
un hilo de hierro y otro de constantan (una aleación con un 45% de níquel y un 55% de cobre).
¿Qué ocurrirá cuando conectemos los dos hilos conductores de prueba, que probablemente
sean de cobre? Que crearemos otros dos termopares (Figura 3), cada uno de los cuales
aportará una tensión al circuito, con lo que tendremos tres termopares y tres temperaturas
desconocidas.
La solución clásica a este dilema consiste en añadir un termopar opuesto y una unión de
referencia a una temperatura conocida (Figura 4). En este ejemplo, el termopar opuesto es otra
unión de cobre y hierro equivalente a la unión de cobre y hierro que hemos creado al añadir un
hilo conductor de cobre al hilo conductor de hierro del termopar "real". Estas dos uniones, si
están aisladas en un bloque isotérmico (temperatura constante), se anularán mutuamente.
Ahora tenemos sólo dos uniones, la unión original del termopar (Tx) y la de referencia (Tref)
que acabamos de añadir. Si conocemos la temperatura de la unión de referencia, podremos
calcular Tx. (Muchos sistemas de adquisición de datos y muchos voltímetros que efectúan
medidas con un termopar realizan este cálculo de forma automática.)
Lamentablemente, la naturaleza de la temperatura dificulta un poco las cosas en este caso, ya
que hay muy pocos puntos de referencia prácticos y económicos para la temperatura. Los
puntos de congelación y ebullición del agua, a 0 y a 100 ºC respectivamente, son
prácticamente los únicos asequibles que nos ofrecen la Madre Naturaleza. Una forma habitual
de determinar la temperatura de Tref es introducir físicamente la unión en un baño de hielo,
forzando la temperatura a 0 ºC. De hecho, todas las tablas de termopares utilizan un baño de
hielo como referencia.
El enfoque del baño de hielo ofrece lecturas exactas, pero no es precisamente el accesorio
más indicado para un sistema de adquisición de datos y, además, seguimos teniendo que
conectar dos termopares. El primer paso hacia la simplificación es eliminar el baño de hielo. Si
medimos Tref con un dispositivo de medida de temperaturas absolutas (como por ejemplo un
RTD) y compensamos el resultado matemáticamente, no tenemos necesidad de forzarlo a 0
ºC.
El siguiente paso es eliminar el segundo termopar (Figura 5). Ampliando el bloque isotérmico
para incluir Tref, ajustamos la temperatura del bloque isotérmico a Tref (puesto que los otros
dos termopares del bloque siguen anulándose mutuamente).
La determinación de Tref es cuestión de medir la temperatura del bloque isotérmico con el RTD
o con otro cualquier dispositivo de medida de temperaturas absolutas.
Tref es una de las dos cantidades que necesitamos conocer para calcular Tx. La otra es V, que
medimos con el sistema de adquisición de datos (o voltímetro). Aplicando la fórmula V = (Tx –
Tref), podemos calcular tensiones equivalentes para los dos valores de temperatura y a
continuación restar para determinar el valor de Tx.
A propósito, los coeficientes de Seebeck y las tensiones de salida resultantes son números
pequeños (ver la Tabla 2), por lo que resulta difícil medir con exactitud tanto los niveles
absolutos como los cambios relativos. En este punto el ruido eléctrico puede alterar la precisión
de las medidas de temperatura. El acoplamiento magnético y electrostático se reduce utilizando
cable de par trenzado, reduciendo al mínimo la longitud de los hilos conductores y
permaneciendo alejado de campos magnéticos y eléctricos intensos. Por último, pero no por
ello menos importante, se necesita instrumentación capaz de realizar medidas de bajo nivel
limpias.
Tabla . Coeficientes de Seebeck y tensiones de salida para los termopares utilizados
habitualmente. Las dos cifras que representan los coeficientes para cada uno de los tipos
muestran la no linealidad a través de una amplia gama de temperaturas.
Un asunto adicional muy importante en el uso de termopares en la industria tiene que ver
con la variación de la temperatura ambiente en la uniones frías. Esta es la situación: si
supiéramos de antemano la temperatura de las uniones frías , entonces en lugar de relacionar
la lectura del voltímetro con la diferencia de temperatura , se podría relacionarla con la
temperatura de la unión caliente misma. Esto sería posible pues podríamos construir las tablas
de temperatura contra voltaje para que reflejaran el hecho de que las uniones frías están a una
cierta temperatura de referencia (como se le denomina) conocida.
Ejemplo:
Considere un termopar tipo J. A una diferencia de temperatura de 400 ºF, el voltaje de la malla
del termopar es de 12 mV. Si se supiera que la unión fría siempre estará, digamos a 75 ºF,
entonces podríamos concluir que un voltaje de la malla de 12 mV representaría una
temperatura de la unión caliente de 475 ºF
El alambrado de las termocuplas esta codificado dependiendo del tipo. Diferentes países
utilizan códigos diferentes para los colores. Las códigos más comunes son:
Fotoceldas y Dispositivos Fotoeléctricos
Las Fotoceldas son pequeños dispositivos que producen una variación eléctrica en respuesta
a un cambio en la intensidad de la luz. Las fotoceldas pueden clasificarse como fotovoltaicas o
fotoconducticas.
Una celda fotovoltaica es una fuente de energia cuyo voltaje de salida varía en relación con la
intensidad de la luz en superficie. Una celda fotoconductiva es un dispositivo pasivo, incapaz de
producir energía . Su resistencia varía en relación con la intensidad de la luz en su superficie.
Pirómetros de Radiación
Los Pirómetros de radiación se fundan en la ley de Stefan Boltzmann, que dice que la
intensidad de energía radiante emitida por la superficie de un cuerpo aumenta
proporcionalmente a la cuarta potencia de la temperatura absoluta del cuerpo, es decir, W=KT4.
En la figura se representa el gráfico de la energía radiante de un cuerpo a varias temperaturas
en función de la longitud de onda. Desde el punto de vista de medición de temperaturas
industriales, las longitudes de onda térmicas abarcan desde 0.1 micras para las radiaciones
ultravioletas, hasta 12 micras para la radiaciones infrarrojas.
Pirometros Opticos
Los pirómetros ópticos manuales se basan en la desaparición del filamento de una lámpara
al compararla visualmente con la imagen del objeto enfocado. Pueden ser de dos tipos:
Los pirómetros ópticos automáticos son parecidos a los de radiación infrarrojos y consisten
esencialmente en un disco rotativo que modula desfasadas la radiación del objeto y la de una
lámpara estándar que inciden en fototubo multiplicador. Este envía una señal de salida en
forma de onda cuadrada de impulsos de corriente continua que coinciden en brillo la radiación
del objeto y la de la lámpara. En este momento la intensidad de corriente que pasa por la
lámpara es función de la temperatura.
El factor de emisión de energía radiante depende mucho del estado de la superficie del cuerpo
emisor; para un metal como el cobre pasa de 0,10 a 0,85 si el metal perfectamente cuenta con
el valor de absorción de la superficie.
El pirómetro de radiación total está formado por una lente de pyrex, silice o fluoruro de calcio
que concentra la radiación del objeto caliente en una termopila formada por varios termopares
de Pt-Pt/Rd de pequeñas dimensiones y montado en serie. La radiación está enfocada
incidiendo directamente en las uniones calientes de los termopares.
El pirómetro puede apuntar al objeto bien directamente, bien a través de un tubo de mira
abierto (se impide la llegada de radiación de otras fuentes extrañas) o cerrado (medida de
temperatura en baños de sales para tratamientos térmicos, hornos).