Lopez Mato
Lopez Mato
Lopez Mato
Neurobiologia do amor
90
Neurobiology of love
Andrea Marquez Lopez Mato1.
1-
Médica Psiquiatra.
Posgrado en PNIE y en Estudio y Terapéutica del Dolor.
Miembro honorífico de FLAPNIE (Federación Latinoamericana de Psico Neuro Inmuno Endocrinología)
Fundadora y Directora del Instituto de Psiquiatría Biológica Integral (IPBI), Buenos Aires, Argentina
Correo de contacto: [email protected]
© 2023 Pinelatinoamericana
Resumen
¿Cuándo empezó el amor? ¿En qué momento histórico de la humanidad? ¿Cuándo
el intercambio sexual animal se convirtió en algo más profundo y duradero? ¿Es el
amor solo una prolongación evolutiva para permanecer más tiempo con el
partenaire más apto para la reproducción? Estos interrogantes y otros son los que
interpelan a la autora en este artículo, respondiéndolos desde el enfoque de la
neurobiología del amor entre los seres humanos, sus etapas y características. Se
analizan y se proponen reflexiones en forma particular desde enfoques sicológicos,
conductuales, neuroanatómicos y neuroquímicos según las evidencias de la etología
comparada, el desarrollo evolutivo y los antecedentes históricos.
Resumo
Quando o amor começou? Em que momento histórico da humanidade? Quando a
relação sexual animal se tornou mais profunda e duradoura? O amor é apenas uma
extensão evolutiva para ficar mais tempo com o parceiro mais adequado para a
reprodução? Estas e outras questões são as que desafiam a autora neste artigo,
respondendo-as sob a ótica da neurobiologia do amor entre os seres humanos, suas
fases e características. As reflexões são analisadas e propostas de forma particular
a partir de abordagens psicológicas, comportamentais, neuroanatômicas e
neuroquímicas de acordo com as evidências da etologia comparada,
desenvolvimento evolutivo e os antecedentes históricos.
Abstract
When did love start? At what historical moment of humanity? When did animal
sexual intercourse become into a deepest love and more enduring? Is love just an
evolutionary progression to stay longer with the most suitable partner for 91
reproduction? These questions and others are the ones that self interpellate the
author in this article, answering them from the perspective of the neurobiology of
love between human beings, its stages and characteristics. Several reflections are
proposed and discussed in a particular way from psychological, behavioral,
neuroanatomical and neurochemical approaches according to the evidence of
comparative ethology, evolutionary development and historical antecedents.
Introducción
puede ser fertilizada. Comienza entonces a presentarse al macho: ladea las nalgas,
mira sobre el hombro, se pone en cuclillas y retrocede para incitarlo a la cópula. Sin
embargo, cuando su período de celo empieza a desaparecer, las babuinas actuales
rechazan la cópula hasta el mes siguiente. Tampoco copulan mientras están
encintas, ni retoman la actividad sexual regular hasta destetar a la cría. Así se vé 93
cómo el sexo no se lleva a cabo sólo por recreación y raramente está separado de su
función de fertilización. Las hembras solicitan el apareamiento sólo durante estos
días fértiles, y son poco o nada atractivas para los machos en otros días, pues carecen
de las señales excitantes, ya sean olfativas (liberan un olor distintivo), auditivas
(emiten sonidos) o visuale,s pues se metamorfosean para atraer (Cavagna, 2004).
Obviamente, existen marcadas diferencias entre las preferencias sexuales
humanas y los hábitos reproductivos de los mamíferos sociales. Los gorilas siempre
copulan en público, mientras que una importante característica del apareamiento
humano es la privacidad. La monogamia es rara entre los mamíferos porque
genéticamente al macho no le conviene permanecer con una sola hembra cuando
puede copular con varias y traspasar más de sus genes a la posteridad. De modo que
en la mayoría de las especies los machos tratan de formar un harén. No viven en
una familia nuclear macho y hembra emparejados cuidando juntos a su prole. Son
solitarios, por lo menos durante la temporada de cría y se encuentran sólo para
copular (Clarke et al., 2022).
Otra diferencia entre la sexualidad animal superior y la humana consiste en
que la ovulación humana es ocultada y difícil de detectar tanto para el compañero
sexual como para la mayoría de las mujeres. Su receptividad sexual se extiende y
engloba el ciclo menstrual. Los mamíferos hembras difieren de las mujeres de hoy
también en que carecen de una menopausia femenina bien definida. Así, el sexo en
los humanos se realiza en su mayor parte por placer y no solamente con el propósito
de la inseminación y reproducción. Más aún, se continúa practicándolo durante el
embarazo, pudiendo reanudarse la actividad sexual al poco tiempo de tener un hijo,
incluso también después de la menopausia y durante la vejez. Ninguna hembra de
otras especies con reproducción sexual, copula con la misma frecuencia ni acepta
ser copulada sin fines reproductivos como sucede en la hembra humana.
Muchos autores especulan que la sexualidad junto con la postura erguida
(característica de la bipedestación) y el tamaño del cerebro, son los aspectos
decisivos en los que divergieron los ancestros de los humanos y de los grandes
simios. La receptividad sexual permanente de la hembra y la copulación frontal
iniciaron, según la antropóloga Helen Fisher, a quien debemos las más serias
investigaciones sobre el tema, uno de los intercambios fundamentales de la raza
humana, como es el amor (Fisher,1999).
Cavagna explica que la hembra humana, a diferencia de las demás hembras
primates, posee un conducto vaginal orientado hacia delante, diseñado para la
cópula frontal. Su clítoris se halla situado en la parte delantera del cuerpo, y en la
postura frontal recibe durante la cópula el masaje directo de la zona púbica en el
frotamiento con el macho. Además de ser esta posición más placentera para la
hembra, tiene la ventaja de que la pareja puede verse cara a cara, captar matices
expresivos del otro y transmitirlos. Fomenta de este modo la intimidad y la
comunicación. Así, cuando la copula cambia a ésta posición, se mira a la pareja,
aumentando la posibilidad de comunicación verbal y no verbal. Las parejas se
Como se dijo al inicio de este artículo, hay 3 tiempos en el amor: la atracción física
(ansia y libido), el enamoramiento y luego, el apego (vínculo o fidelidad). Cada una
de esas emociones posee sus propios circuitos cerebrales así como sus
correspondientes mediadores químicos (Fisher, 1999; Schäfer y Fisher, 2011). Pero
se puede señalar un novedoso fenómeno actual. Hoy en día, los mencionados
tiempos emocionales han ido independizándose entre sí, fenómeno éste que puede
contribuir a explicar la flexibilidad de las parejas contemporáneas y el amplio rango
de estrategias de apareamiento y reproducción. De acuerdo con ello, este modelo
evolutivo divergente ayudaría a explicar por qué los seres humanos pueden sentir
simultáneamente apego o vinculación respecto a una persona, enamorarse de otra y
atracción sexual (sin atracción romántica), por otra diferente. Así como enamorarse,
desenamorarse, vincularse, tener sexo, experimentar atracción o involucrarse con
varias personas al mismo tiempo, o sucesivamente. (Gindin, 1987; Gindin,1988). 95
Entonces, si los humanos actuales han evolucionado distinto que los homínidos
primitivos, es porque se produjo un proceso de diferenciación de la genitalidad, de
la sexualidad, del erotismo, del atractivo sexual, del deseo, de hacer el amor, del
enamoramiento, del amor y del cariño, procesos que hay que analizar y definir en
sus particularidades.
Conviene definir la sexualidad. La palabra sexo proviene del latín sexus o
secare, traducible como cortar o dividir. El sexo sería así el conjunto de caracteres
biopsicosociales que caracterizan y diferencian macho y hembra, al hombre y la
mujer. La sexualidad sería un sistema de conductas o comportamientos, de fuente
instintiva e intelectiva, con una finalidad reproductiva (función reproductiva) y
placentera (función erótica), al servicio de la comunicación y la trascendencia, que
se descarga en un objeto sexual a través del coito o sus sustitutos y condicionado en
su expresión por las pautas culturales y morales de cada época y lugar (Cavagna,
2004). Este último aspecto es fundamental cuando se intentan trazar los
condicionantes morales de cada época. En este sentido el análisis histórico de
Foucault, entre otros, viene a nuestra ayuda. Hoy nos acercamos sexualmente por
el goce en sí y no por sus posibles consecuencias, no siempre previstas y no siempre
bienvenidas (Foucault, 2008)
La genitalidad, en cambio, es solo un aspecto de la sexualidad, es la
expresión más madura pero incompleta, que implica la manifestación sexual a
través de los genitales, y que se logra con el desarrollo biológico, psicológico y
cultural del individuo. La genitalidad se adquiere y se aprende con el crecimiento,
pero es un reduccionismo creer que la sexualidad se agota en ella.
El erotismo es la expresión de la sexualidad referida a la excitación y
atracción sexual, relacionado con lo afectivo, lo instintivo, lo lúdico y lo cultural.
La eroticidad es la capacidad de sentir placer y despertarlo en otros. Es bastante
universal aunque haya algunas diferencias culturales para cada tiempo y lugar.
El atractivo sexual, por otra parte, es la suma de señales corporales a las
cuales mujeres y hombres responden en gran medida, inconscientemente. Sin
embargo, las elecciones hacia el otro sexo no son al azar. Cada estrategia sexual
está diseñada consciente o inconscientemente. Ya se señaló que los hombres buscan
asegurarse el éxito reproductivo eligiendo belleza física, juventud, castidad y
fidelidad. Las mujeres eligen a los varones por su capacidad económica, status
social, edad, ambición, estabilidad, inteligencia, tamaño y fuerza. De tal modo
cuando se elige pareja, las personas de ambos géneros sopesan de modo diferente
las características físicas y sociales.
Los estudios etológicos comparados, sugieren que en el coqueteo y flirteo de
las especies coexisten ciertos componentes innatos. A partir de su base evolutiva,
reciben incorporaciones familiares y culturales que los hacen más floridos y
Modelos Neurobiológicos
Modelos Neuroanatómicos
Todo el cuerpo es una gran superficie erótica, pero cada persona tiene su particular
mapa erótico (lovemap). Hay zonas del cuerpo de mayor o menor extensión que
están muy conectadas con la genitalidad. Estas áreas son similares entre los
miembros de la misma especie,pero se califican en forma singular en cada persona
de acuerdo a su propia experiencia y a sus vivencias.
Desde un enfoque anatómico, el clítoris en la mujer y el glande en el varón,
pueden resultar muy sensibles, o por el contrario resultar no excitantes y hasta
inhibitorios si la estimulación recibida no es la adecuada, o por llevar a la activación
de procesos físicos o psicológicos traumáticos personales.
Según Master y Johnson, la respuesta sexual humana consta de cuatro fases:
excitación, meseta, orgasmo y resolución (Master et al., 1996). Según Kaplan, por
Modelos Neuroquímicos
Historia de la obscenidad
Bibliografía
Badinter, E. (1993). XY la identidad masculina. Sexual Disgust. Adaptive human behavior and
Grupo Editorial Norma. Bogotá. 1993 physiology, 7(3), 261–280.
https://doi.org/10.1007/s40750-021-00168-2
Buss, D. M., y Schmitt, D. P. (1993). Sexual
strategies theory: an evolutionary perspective Eckstein, M., Bamert, V., Stephens, S.,
on human mating. Psychological review, Wallen, K., Young, L. J., Ehlert, U. y Ditzen, B.
100(2), 204–232. https://doi.org/10.1037/0033- (2019). Oxytocin increases eye-gaze towards
295x.100.2.204 novel social and non-social stimuli. Social
neuroscience, 14(5), 594–607.
Caldiz, L. S. (1990). Viviendo nuestra https://doi.org/10.1080/17470919.2018.15423
sexualidad. Editorial Estaciones. Buenos Aires. 41
Clarke, E., Bradshaw, K., Drissell, K., Kadam, Foucault, M. (2008). The History of Sexuality:
P., Rutter, N. y Vaglio, S. (2022). Primate Sex The Will to Knowledge: (Vol. 1). Penguin
and Its Role in Pleasure, Dominance and Books.
Communication. Animals: an open access
journal from MDPI, 12(23), 3301. Gindin, L. (1987). La nueva sexualidad del
https://doi.org/10.3390/ani12233301 varón. Ed. Paidós. Buenos Aires.
Guevara Guzmán, R. (2004) ¿Cuál es el papel Weil, R. (1993). Sometimes a Scepter is Only a
de las feromonas en la conducta sexual Scepter: Pornography and Politics in
humana? Rev Fac Med UNAM, 47 (1), 16-20. Restoration England. En L. Hunt (Ed.), The
Invention of Pornography: Obscenity and the
https://www.medigraphic.com/pdfs/facmed/un
Origins of Modernity, 1500–1800 (pp. 125–
-2004/un041e.pdf 154). Zone Books.
https://doi.org/10.2307/j.ctv14gpj76.7 102
International Society of
Psycho-neuro-endocrinology. (1998).
Psychoneuroendocrinology 23 (8), 749- 1014.
Limitaciones de responsabilidad:
https://www.sciencedirect.com/journal/psycho
neuroendocrinology/vol/23/issue/8 La responsabilidad de este trabajo es exclusivamente
de la autora.
Kaplan, H. S. (1982). Trastornos del deseo Conflicto de interés:
sexual. Ed Grijalbo. Barcelona.
Ninguno
Quintana, G. R., Mac Cionnaith, C. E., & Pfaus, Contribución de los autores:
J. G. (2022). Behavioral, Neural, and Molecular
La autora se hace públicamente responsable del
Mechanisms of Conditioned Mate Preference:
contenido del presente y aprueba su versión final.
The Role of Opioids and First Experiences of
Sexual Reward. International journal of
molecular sciences, 23(16), 8928.
https://doi.org/10.3390/ijms23168928