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Introducción a la ecología de las hormigas de la Región Metropolitana

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Patrich Cerpa Bernardo Segura


Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación University of Chile
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Fernando Medrano
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N°19, Enero 2015 La Chiricoca

Introducción a la ecología de las


hormigas de la Región Metropolitana
por Patrich Cerpa, Fernando Medrano y Bernardo Segura
Ciencia y Naturalismo (CyNa). José Domingo Cañas 2891, Departamento 41b, Ñuñoa, Santiago, Chile.

Pseudomyrmex lynceus . Foto Bernardo Segura


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Desde su aparición aproximada hace unos 120 millones nas silenciosas, entre otras. Además por los efectos produ-
cidos por el establecimiento de sus nidos, que pueden al-
de años atrás, las hormigas se han diversificado hasta al-
canzar hasta los 300 millones de individuos (Jaffe & Pérez
canzar actualmente unas 12.500 especies en el mundo
1993), son consideradas ingenieros ecosistémicos
(Bolton et al. 2006), dominando los más variados ecosis-
(Folgarait 1998).
temas existentes en el planeta. Su éxito se debe, en parte,
a una particularidad casi exclusiva en la naturaleza: la En Chile existen 62 especies de hormigas, 48 de ellas en-
eusociabilidad. Esta consiste en la división del trabajo en démicas, seis nativas y ocho introducidas, distribuidas en
varias castas especializadas (todas ellas hembras, excepto 22 géneros contenidos en cinco subfamilias: Ponerinae,
una): obreras, soldados, una o varias reinas y una breve y Pseudomyrmicinae, Myrmicinae, Dolichoderinae y For-
limitada casta de machos reproductores. Las dos prime- micinae (Elgueta et al. 2000, Snelling & Hunt 1975). Res-
ras no reproductivas y encargadas de las labores de forra- pecto al estado del arte del estudio de las hormigas de
jeo y protección y las dos posteriores especializadas en la Chile, desde la completa revisión de Snelling & Hunt
reproducción. (1975) (la cual contiene claves, descripciones y algunas
observaciones ecológicas para las 62 especies presentes en
Esta división del trabajo trae consigo un fenómeno suma-
Chile), los principales tópicos de investigación han sido,
mente interesante desde un punto de vista etológico y
en orden decreciente, aspectos sobre taxonomía, uso del
evolutivo, el del altruismo reproductivo de las obreras y
hábitat, períodos de actividad, conductas tróficas y de re-
soldados en relación a la reina, enigma que quedó desci-
conocimiento entre individuos (Torres-Contreras 2001),
frado cuando se comprendió la particular reproducción
habiendo aún grandes vacíos en biología, distribución,
haplodiploide de las hormigas, que como consecuencia
ecología y estados de conservación.
produce que las obreras y soldados compartan un por-
centaje mayor de genes entre ellas que con su madre. Es- En la Región Metropolitana es posible encontrar 30 espe-
to quiere decir que desde el punto de vista de las obreras cies de hormigas (sensu Snelling & Hunt 1975). De ellas
es preferible que la reina produzca más obreras caracterizaremos ecológicamente, mediante la informa-
(hermanas y eventualmente reinas fundadoras) a que ción disponible hasta la fecha, a siete géneros, los cuales
ellas mismas se reproduzcan, favoreciendo de esta mane- comprenden un total de 20 especies de las 30 presentes en
ra su representatividad genética en la población (Fitness esta región. Dicha elección fue considerando su facilidad
inclusivo) (Dawkins 2006, Hamilton 1972, Pamilo 1987, de detección en terreno, representatividad específica, in-
Trivers & Hare 1976). formación disponible y como no, la sesgada opinión de los
autores respecto a qué tan interesantes, ecológica y visual-
Sus sociedades poseen múltiples roles en los ecosistemas
mente, nos parecían los géneros tratados.
terrestres: recicladoras de nutrientes, dispersoras de se-
millas, o estableciendo relaciones mutualistas con otros Género Pogonomyrmex
organismos, como depredadores o carroñeras (Jaffe &
Pérez 1993, Lach et al. 2010, Philpott & Armbrecht Las hormigas pertenecientes al género Pogonomyrmex
2006). En ellas podemos encontrar, de forma simultánea, (Del griego, Pogon: Barba y Myrmex: hormiga) se distri-
prácticamente todas las etapas y tipos de nuestra socie- buyen desde Canadá a Tierra del Fuego (Taber 1998) y
dad, desde sociedades agrícola-ganaderas, incansables representan uno de los géneros más interesantes y dignos
nómadas, monarquías absolutas, democracias reproducti- de ser vistos en sus actividades y hábitos diarios. Este gé-
vas (sin reinas), sociedades esclavistas (entre especies), nero constituye la mitad de las especies de hormigas que
sociedades guerreras especializadas en el pillaje o ladro- de forma genérica en el mundo son conocidas como

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“Harvester ants” o en español “Hormigas co-


sechadoras”. Como su nombre lo indica, son
activas cosechadoras de semillas de variadas
especies de plantas, las cuales son posterior-
mente consumidas en el interior de sus nidos.
Se ha probado de manera experimental que
estas hormigas tienen efectos directos e indi-
rectos en la estructura de la comunidad y fun-
cionamiento de los ecosistemas donde habi-
tan (MacMahon et al. 2000, Pirk et al. 2009),
esto se debe principalmente a la presión se-
lectiva sobre las especies de semillas que con-
sumen, la dispersión accidental de las mismas
y el efecto del cambio físico y estructural del
suelo por la construcción de sus nidos, permi-
tiendo al abandonarlos, el establecimiento
con mayor facilidad de la flora. Son de fácil
detección en campo, siendo Pogonomyrmex
vermiculatus la segunda especie nativa, des-
pués de Solenopsis gayi, de mayor frecuencia
en el país (sensu Ipinza-Regla & Cobarrubias
1982).

Reina de Pogonomyrmex angustus. Foto Fernando Medrano


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Pogonomyrmex bispinosus acarreando semilla al nido. Foto Bernardo Segura

En Chile podemos encontrar cinco especies de Po- basureros son producto de su alta selectividad pues son
gonomyrmex, de las cuales tres están presentes en la re- capaces de reconocer semillas infestadas con hongos que
gión Metropolitana: P. angustus, P. vermiculatus y P. bispi- pudiesen contaminar sus despensas inutilizando las semi-
nosus. Son muy fáciles de reconocer debido a su tamaño llas o disminuyendo su valor nutritivo (Knoch et al.
relativamente grande, forma alargada y coloración, sien- 1993). Si bien su dieta está compuesta principalmente por
do P. vermiculatus y P. bispinosus de una coloración rojo semillas, también añaden otros ítems como polen, trozos
ladrillo y similares entre sí, a diferencia de P. angustus, la de flores, hojas, heces de vertebrados y partes de otros
cual es de color negro. Otra interesante característica de artrópodos (Jorgensen & Porter 1982). En Sudamérica, a
estas hormigas es la presencia del Psamóforo (del griego diferencia de América del Norte, las especies de Po-
psamos: arena y phoros: movimiento, transporte o car- gonomyrmex forrajean de forma solitaria, esto quiere decir
ga), una estructura formada por largos pelos alrededor de que no forman hileras a una fuente de alimento (aunque a
las mandíbulas (una verdadera barba y bigotes) que usan veces en las cercanías de sus nidos da la impresión de que
para el movimiento de suelo en la construcción de sus esto ocurriese, es debido simplemente a la proximidad del
nidos y el transporte de las semillas. mismo), en donde la primera en hallar dicha fuente reclu-
En lugares como en el cerro Cantillana (comuna de Al- ta a sus compañeras mediante semioquímicos (feromonas
hué) y la Quebrada de la Plata (comuna de Maipú) es producidas por diferentes glándulas que modifican el
muy probable observarlas caminando con semillas en comportamiento de sus conespecíficos) para explotar rá-
dirección a sus nidos, los cuales también son de fácil en- pidamente el nuevo recurso, sino que cada obrera forrajea
cuentro debido a los grandes basureros (promedio = 20 de forma independiente. Un estudio realizado en la Reser-
cm2, autores obs. pers.) que se encuentran a un costado va Nacional “Las Chinchillas” con Pogonomyrmex vermicu-
de las entradas al nido, adonde acuden varias especies latus demostró que a pesar de que el extracto de la glándu-
comensalistas como coleópteros detritívoros y varias es- la venenosa de esta especie era capaz de producir el efecto
pecies de hormigas a alimentarse de estos restos. Estos de “rastro o huella”, para formar una hilera de forrajeo,

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estas no mostraban este comportamiento en condiciones tivamente (Cuezzo & Guerrero 2012). De estas existen 11
naturales (Torres-Contreras et al. 2006), lo que es muy especies en Chile de las cuales 6 se encuentran en la Re-
interesante debido a que las hormigas sudamericanas de gión Metropolitana (Ver tabla). Son hormigas sumamen-
este género son los ancestros de las representantes del te ágiles y rápidas con patas muy largas para este fin. Su
género encontradas en Norteamérica, las que si presen- actividad comienza temprano al amanecer con un periodo
tan una conducta de forrajeo grupal, conducta que repre- de limpieza del nido, seguido de uno de exploración y fo-
sentaría, a criterio de los autores, un carácter evolutivo rrajeo, actividad que se detiene cuando el suelo alcanza
derivado, no expresado en las especies sudamericanas. una temperatura de unos 45°C (Torres-Contreras & Vás-
Otro interesante estudio realizado en Chile en el mato- quez 2004). Su dieta es omnívora. Se les puede observar
rral semiárido que demuestra la importancia de este gé- transportando trozos de otros invertebrados o atacando
nero de hormigas, es el realizado por Vásquez et al. grupalmente larvas u otros insectos de cuerpos blandos o
(1995), quienes evaluaron la granivoría de tres taxa: aves, carroña incluso de vertebrados, además de semillas y otros
mamíferos y hormigas. Sus resultados reflejan el hecho ítems de origen vegetal, como las observaciones de Cares
de que las hormigas son las más importantes consumido- et al. (2013) quienes la reportaron extrayendo semillas de
ras de semillas en el matorral denso, mientras que en ma- Quisco (Echinopsis chiloensis). Observaciones personales
torral disperso las aves se le igualan en importancia. de uno de los autores (P.C.) las reportan protegiendo
Género Dorymyrmex áphidos y alimentándose de sus secreciones azucaradas y
devorando una apestosa Agathemera o Chinchemolle a
Dorymyrmex es un género que ha presentado frecuentes unos 2100 m.s.n.m. en la reserva Altos del Lircay. Sus ni-
cambios en su taxonomía, existiendo aproximadamente dos son muy conspicuos por su forma de cono (no siem-
90 especies descritas hasta la fecha, distribuidas entre el pre presentes) los que se encuentran siempre en lugares
Neártico y el Neotrópico del Norte y Sudamérica, respec- abiertos, sin árboles o arbustos sobre ellos, con una alta

Dorymyrmex goetschi saliendo del nido. Foto Bernardo Segura


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incidencia de radiación solar y con una preferencia hacia


suelos arenosos. Es muy interesante observar sus respues-
tas antidepredatorias, que van desde una casi instantánea
vuelta al interior del nido, presumiblemente producto de
feromonas de alarma, debido a su impresionante coordi-
nación, hasta el cierre de las entradas de los mismos
(autores obs. pers.).
Su identificación es sencilla debido a su coloración, la que
consiste usualmente en una combinación de cabeza y tó-
rax rojos, y gáster (abdomen) negro, sus largas patas, cuer-
po esbelto y rápido andar. Al igual que Pogonomyrmex pre-
sentan Psamóforo, el que les sirve para la construcción de
sus nidos. Lamentablemente son escasos los estudios que
traten aspectos de la ecología de las especies chilenas y
estas son más bien tratadas de manera secundaria en des-
cripciones de ensambles o gradientes altitudinales o latitu-
dinales con otras especies.
Torres-Contreras & Vásquez (2004) al estudiar las veloci-
dades de forrajeo y la influencia del peso de la carga en
Dorymyrmex goetchi, en la reserva Nacional “Río Clarillo”,
hallaron que esta puede transportar ítems de hasta 3,5 ve-
ces su peso corporal y que a mayor distancia del parche al
nido la velocidad de locomoción aumenta, como una es-
trategia de evitar la depredación, además de observar que
la heterogeneidad del terreno a explorar no disminuía la
velocidad de locomoción.
Hunt (1974) registró la actividad diaria y competencia
entre Dorymyrmex antarcticum y Tapinoma antarcticum en
Tiltil, observando que D. antarcticum presenta intoleran-
cia a las altas temperaturas pero mayor tolerancia a tempe-
raturas bajas, ocurriendo lo opuesto en Tapinoma, segre-
gando de esta forma el uso de un mismo parche de forra-
jeo (alimento), aunque presentando una férrea y agresiva
competencia durante el día entre ellas en los periodos de
confort de ambas especies. Para probar de forma experi-
mental este fenómeno (el efecto de la temperatura en la
actividad), sombreó los nidos de ambas especies, obser-
Solenopsis gayi moviendo particulas de suelo en la vando que las obreras de Dorymyrmex podían seguir forra-
construcciòn del nido. Foto Patrich Cerpa. jeando bajo esta nueva condición, a las temperaturas más
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altas del día. Por lo contrario, en Tapinoma el efecto fue se ven visitadas por otras especies, o en otras palabras, po-
tal, que a media tarde las obreras comenzaron con el tras- seen sociedades herméticas, con poca tolerancia y dificul-
lado del nido a una zona soleada. Esto deja como incóg- tad para presentar relaciones inter o intraespecíficas con
nita el porqué Dorymyrmex no ubica sus nidos en zonas otras colonias de hormigas (Ipinza-Regla et. al, 2005).
sombreadas. La respuesta tentativa probable, según los Los autores de este artículo se llevaron una desagradable
autores del presente artículo, es que al ser un género sorpresa cuando realizando un estudio en roedores de la
adaptado a condiciones desérticas a semidesérticas, el zona central, usando trampas Sherman (trampas para cap-
uso de suelo expuesto puede ayudar a equilibrar la tem- turar micro mamíferos) cebadas con avena, al revisar las
peratura durante las noches de estas zonas, donde las trampas en la mañana siguiente encontraron dos roedores
temperaturas del día y la noche son muy extremas. muertos y parcialmente devorados por estas hormigas,
principalmente en las partes blandas: orejas, nariz y boca.
Género Solenopsis
Sin embargo, también poseen enemigos naturales y unos
Solenopsis es el género de las temidas hormigas de fuego, bastante particulares, se trata de pequeñas moscas
nombre acuñado por el ardor que provoca su picadura, y (Dípteros de la familia Phoridae) de la especie Pseudac-
si bien además muerden, su picadura es la responsable teon obtusus (Calcaterra et al. 2007). Las hembras de Pseu-
del dolor producido por una verdadera “lanceta”, similar dacteon insertan un huevo en el tórax de una obrera viva.
a la de cualquier avispa o abeja (las especies chilenas no Después de eclosionar el huevo, la larva migra hasta la ca-
son la excepción). A nivel mundial se cree que existen beza en donde consume todo el tejido para posteriormen-
unas 370 especies de Solenopsis, de las cuales 108 se ubi- te decapitar al hospedero, lugar donde finalmente pupa y
can en el nuevo mundo (Bolton 1995). En Chile existen emerge a través de las mandíbulas de la cabeza decapitada
seis especies, tres de ellas en la Región Metropolitana, (Porter et al. 1995).
siendo Solenopsis gayi (dedicada al Naturalista francés
Claudio Gay) la hormiga nativa más común en Chile, la Las especies restantes presentes en la R.M., S. latastei y S.
de más amplia distribución y la de mayor tamaño de las helena son difíciles de observar por su pequeño tamaño,
tres (Hunt 1975, Ipinza-Regla & Cobarrubias 1982). Es- hábitos y conductas. Ambas son sumamente interesantes
ta suele ser confundida con la Hormiga argentina ecológicamente pues pertenecen a un grupo dentro del
(Linepithema humile, descrita más abajo) por su parecido género Solenopsis llamado “Thief ants” u “Hormigas ladro-
a simple vista. Se las ha reportado como visitantes inde- nas” en español, ya que acostumbran vivir de robar ali-
seadas en los huertos agrícolas por los cuidados brinda- mento de forma furtiva a otras hormigas (Pacheco 2007),
dos a homópteros plaga de los cuales extraen sus secre- lo que se conoce como “Lestobiosis” (del latín Leistes:
ciones azucaradas, además de haber sido observadas re- Robo + Biosis: modo de vida), el cual es un tipo de Clep-
moviendo la corteza de mandarinos y pepino dulce por tobiosis (Del griego Kleptes: ladrón + Biosis: modo de
Larraín et al. (1995). Se las considera en Chile dentro del vida). Las tres son morfológicamente similares (en estruc-
ensamble de hormigas granívoras, aunque su dieta es tura y forma del cuerpo), presentado un cuerpo muy acin-
muy variada y bastante omnívora. Cares et al. (2013) las turado y gaster (abdomen) puntiagudo, con la diferencia
registró mientras consumían frutos del Quisco que S. gayi es de unas 2 a 3 veces el tamaño de S. latastei y
(Echinopsis chiloensis) y Medel et al. (2002) robando néc- S. helena, además de ser de una coloración marrón rojiza, a
tar de flores cerradas (realizando una incisión en la cáma- diferencia de sus congéneres más pequeños que son de un
ra floral) del parasito de esta cactácea, Tristerix aphillus. brillante color negro.
Son además hormigas muy agresivas cuando sus colonias
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Pseudomyrmex lynceus. Foto Bernardo Segura

S. gayi es frecuente encontrarla en diversos lugares tanto naria) o el Espino (Acacia caven), entre muchos otros, o
en zonas abiertas como de matorral forrajeando diversos cactus como el Quisco (Echinopsis chiloensis). Recorre las
recursos, contando con obreras y soldados de grandes ramas en búsqueda de flores de las cuales extrae néctar y
cuerpos para esta actividad. En tanto S. helena y S. latastei, de presas como pequeños dípteros, los que captura y tras-
se deben buscar bajo piedras o estructuras similares. En la lada a sus nidos. Los nidos están conformados por un pe-
tabla de especies se exponen varios sitios de avistamiento queño número de individuos y son construidos en ramas
(como dato anecdótico, uno de los autores encontró un secas. La entrada a los nidos es generalmente una pequeña
par de S. latastei frente al museo de Bellas Artes, señal de abertura circular, por la cual entran y salen las hormigas
que aun no han sido completamente desplazadas de las con facilidad, debido a su cuerpo alargado.
zonas urbanas).
Género Camponotus
Género Pseudomyrmex
Es uno de los géneros con mayor cantidad de especies a
Este género se distribuye únicamente en América y cuen- nivel mundial, con unas 400 solo para la región Neotropi-
ta con 134 especies, de las cuales solo una está presente cal, de las cuales 6 están presentes en Chile. Son conoci-
en Chile: Pseudomyrmex lynceus. Es una especie arboríco- das en el extranjero como “hormigas carpinte-
la que habita desde la Región de Atacama a la Región del ras” (Carpenter ants), pero en Chile son usualmente co-
Biobío y es de fácil identificación debido a su color negro nocidas como “hormigones”.
y forma alargada, alcanzando una longitud de 6 mm
Una de las especies más comunes y conspicuas es Cam-
(Stacey 2011).
ponotus chilensis u “hormigón dorado”, la que mide 7 mm
Es una hormiga arborícola, y es común verla caminar en de longitud y se caracteriza por su particular abdomen con
las ramas de árboles tales como el Quillay (Quillaja sapo- pubescencia de color dorado y pelos en los márgenes de la
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Soldado de Camponotus morosus. Foto Fernando Medrano

Soldado de Camponotus chilensis ingresando al nido. Foto Bernardo Segura

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cabeza (Snelling & Hunt 1975), aunque esto último solo den en promedio 2,5 mm (Quirán et al. 2004). Este géne-
es posible de observar bajo la lupa. Las colonias de esta ro es originario de la región Neotropical, aunque su distri-
especie pueden tener desde una hasta cuatro reinas bución comprende desde el sur de Estados Unidos hasta
(Eaton & Medel 1994) y son agresivas con otros indivi- la Patagonia (Ortiz 2012), existiendo especies que han
duos de la misma especie provenientes de otros hormi- sido introducidas en otros países como Japón (Dejean et
gueros, fenómeno llamado “hermetismo”. Es una especie al. 2010). El género Brachymrmex incluye 30 especies
ampliamente distribuida en el país, desde Atacama a Ay- (Quirán et al. 2004) de las cuales dos se encuentran en
sén. Chile (B. giardii, desde Coquimbo a Llanquihue y B. la-
Otra especie de Camponotus común en la zona central es evis, desde Zapallar a Puyehue según Snelling y Hunt
C. morosus, u “Hormigón negro”, la que se asemeja en (1975). Las especies de este género son frecuentes y
forma y tamaño a C. chilensis, pero es de un color total- abundantes en la Región Metropolitana, son diurnas, y
mente negro y con escasos pelos en la cabeza. Es una es- nidifican en el suelo (hipógeas) (Snelling y Hunt, 1975).
pecie de actitud agresiva, la que camina con rapidez ya Las hormigas de la especie Brachymyrmex giardii tienen
sea por el suelo como por las ramas de matorrales y árbo- trabajadores de dos tamaños distintos (dimorfismo)
les buscando presas o alimentándose del néctar de las (Snelling y Hunt, 1975), donde se reporta que las obreras
flores. Su abundancia se asocia positivamente a la de va- más grandes cosechan néctar y lo transportan dentro de su
rias especies de Homópteros que posiblemente son utili- cuerpo (hormigas despensa) hasta el nido en un gaster
zados como recurso alimenticio. Esta especie usualmente (abdomen) distendido que no tienen las obreras de me-
camina con el abdomen levantado en 45°, lo que es posi- nor tamaño. Este dimorfismo no ha sido registrado para
blemente es una respuesta a un estímulo estresante o de Brachymyrmex laevis. El néctar, sin embargo, no es la única
interacción social (Niemeyer et al. 2002). fuente de alimentación de Brachymyrmex. Medel y Vás-
Se ha observado que C. morosus protagoniza disputas con quez (1994) la consideraron como una especie granívora,
otros individuos de la misma especie, posiblemente de mientras que uno de los autores (F.M.) al criar un hormi-
distintas colonias debido al hermetismo que presentan guero de Brachymyrmex y ofrecerles distintos tipos de ali-
estas, al igual que las de C. chilensis. Estas disputas pueden mento (larvas de mosca muertas, avena, migas de pan), las
abarcar varias decenas de individuos, los cuales luchan hormigas mostraron una alta preferencia por larvas de
usualmente hasta la muerte. La explicación de este com- mosca. Es posible encontrarlas además consumiendo ca-
portamiento es desconocido. dáveres de vertebrados. De acuerdo a nuestras observacio-
Tanto C. chilensis como C. morosus han sido observadas nes en Río Clarillo, hay individuos de Brachymyrmex que
siendo parasitadas por fóridos (díptera: Phoridae), los están asociados al menos a una especie de homópteros,
cuales se posan sobre la cabeza de éstas para depositar sus pero no sabemos si la relación entre ambas especies es
huevos. Se cree que los fóridos pueden detectar a las hor- depredación o comensalismo.
migas siguiendo las feromonas de alerta que éstas emiten Otro antecedente que se añade al conocimiento en las
tanto en las disputas intraespecíficas (Segura & Brown redes tróficas con las especies de Brachymyrmex son los
2014) como en otras interacciones interespecíficas. presentados por Ipinza-Regla (1985), donde los autores
encontraron ejemplares de B. giardii en el contenido gás-
Género Brachymyrmex trico de Liolaemus monticola.
Estas hormigas le hacen honor a la etimología de su géne- Para encontrar individuos de este género hay que buscar
ro (del griego, Brachy: corto y Myrmex: hormiga): mi- bajo rocas aluviales que se encuentren bajo cobertura ar-
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Brachymyrmex giardii atendiendo larvas. Foto Bernardo Segura

bórea, y por ende con hojarasca (Ortiz 2012), donde es Es nativa de la cuenca del Río Paraná, en Brasil, Paraguay,
fácil avistar colonias muy numerosas de estas pequeñas Argentina y Uruguay, pero actualmente se encuentra dis-
hormigas. En algunos casos las colonias incluyen hem- tribuida en prácticamente todo el mundo (Wild 2007).
bras y machos alados, los cuales abandonan la colonia en Esta especie mide de dos a tres mm. de largo, siendo todas
el “vuelo nupcial”. las obreras del mismo tamaño.
Linepithema humile (Hormiga argentina) La Hormiga argentina ha causado importantes impactos
La Hormiga argentina es una especie exótica e invasora y ecológicos sobre otras especies de hormigas (incluso lle-
probablemente es con la cual nos encontramos más fami- vando a algunas especies al borde de la extinción)
liarizados pues es la más común en las casas de Santiago.
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(Erickson 1971), pues es peculiarmente numerosa, agre- cias sobre los seres humanos, pues son vectores de enfer-
siva y buena competidoras respecto a las especies locales. medades.
Estos altos números se deben a que en general las colo- Comentarios Finales
nias invasoras poseen un genotipo muy similar (Tsuitsui
No es necesario ser entomólogo (ni mirmecólogo) para
& Case 2001), lo cual hace que los individuos de dos co-
disfrutar de la observación de las hormigas, más aun con-
lonias distintas sean parientes cercanos entre sí, y por
siderando la rara oportunidad de ver una organización
ende prácticamente no exista agresión entre las colonias
social funcional, permanentemente en movimiento y rica
de L. humile (Wild 2007, Choe et al. 2012). Por esto,
en interrelaciones biológicas. Tan solo requiere que nos
funcionan como una “supercolonia”, donde los nidos in-
inclinemos un poco para ser testigos de la vida de estos
cluso cooperan entre sí. Otro factor en su alta competiti-
diminutos seres, que en su conjunto, complicidad y coor-
vidad es la falta de controladores biológicos (para hormi-
dinación, funcionan, viven e interactúan tanto como cual-
gas, particularmente los parásitos de la familia Phoridae)
quier animal de mayor talla, siendo en ocasiones tan temi-
(Torres-Contreras et al. 2014)
das como el más feroz de los depredadores. Esperamos
Para mayores detalles sobre las características que hacen que este artículo propenda a causar esa “inclinación”, a no
exitosa a esta especie se recomienda ver Torres- dejarnos guiar por el tamaño, algunas pequeñas molestias
Contreras et al. (2014). veraniegas o el temor a los insectos, a acercarse al micro-
Esta especie se alimenta de azúcares, por lo que es un pa- mundo y a considerarlas no tan solo para su observación,
rásito de los humanos, alimentándose de residuos y de sino además como sujetos de conservación y estudio cien-
comida de las casas. Esto eventualmente trae consecuen- tífico.

Linepithema humile. Foto Fernando Medrano

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Nido al interior de tronco de Quillay de Pseudomyrmex lynceus. Foto Patrich Cerpa

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Tabla: Especies, subfamilias, distribución, lugares de observación y reconocimiento visual (sensu Snelling y Hunt, 1975) de las
hormigas presentes en la Región Metropolitana .
Especie Subfamilia Distribución Lugares de Observación en la Reconocimiento
Reg. Metropolitana
Hypoponera opacior Ponerinae Valparaiso a Cautín Santiago Cabeza moderadamente puntuada
(Forel), 1893 y subopaca; en vista lateral peciolo
relativamente alargado
Pseudomyrmex lyn- Pseudomyrmeci- Copiapó a BioBío Qda. De la Plata, El Canelo, El Arbórea, cuerpo elongado de color
ceus (Spinola), 1851 nae Manzano, San José de Maipo. negro uniforme.
Pogonomyrmex an- Myrmicinae Illapel a Chiloé Cuesta la Dormida, Cerro el Color negro, cabeza con estrías y
gustus Mayr, 1870 Roble, El Manzano puntuaciones gruesas, rugosa, tórax
con puntuación densa
Pogonomyrmex bispi- Myrmicinae Papudo a Santiago El Coipo, El Peumo, Río Maipo, Tamaño grande, color rojizo, pre-
nosus (Spinola), 1851 Cuesta la Dormida sencia de dos espinas en Propo-
deum (Final del tórax)
Pogonomyrmex ver- Myrmicinae Antofagasta a Concep- El Coipo, El Peumo, Río Maipo, Tamaño grande, color rojizo, pre-
miculatus Emery, ción-Magallanes Cuesta la Dormida sencia de dos espinas en Propo-
1905 deum (Final del tórax)
Monomorium denti- Myrmicinae Santiago a Magallanes Qda. De la Plata Pequeñas, 3 mm de largo de color
culatum Mayr amarillo, con cabeza marrón.
Monomorium chilen- Myrmicinae Coquimbo a Santiago Qda. De la Plata Pequeñas, 3 mm de largo de color
sis Fernández amarillo, con cabeza marrón pero
con Propodeum angulado.
Monomorium latas- Myrmicinae Santiago a Villarrica Cerro el Roble, cuesta la dormi- Propodeum con proyecciones cor-
tei Emery da, El manzano, tas y triangulares, dispuestas en las
caras basal y posteriores
Solenopsis gayi Myrmicinae Tarapacá a Malleco Santiago Hormiga de tamaño medio (un
(Spinola), 1851 poco más grande que la H. argenti-
na) de color marrón, muy común,
ojos compuestos de más de 20 face-
tas, abdomen aguzado (pica)
Solenopsis helena Myrmicinae Santiago Cerro el Roble Santiago Pequeña, color negro brillante,
Emery, 1895 abdomen aguzado (pica), ojo 3-4
facetados
Solenopsis latastei Myrmicinae Huasco a Valdivia Santiago Pequeña, color negro brillante,
Emery. 1895 abdomen aguzado (pica), ojos
reducidos, mesopleura con estrías
longitudinales finas
Linepithema humile, Dolichoderinae Coquimbo a Magallanes Zonas Urbanas de la R.M. Tamaño medio (2-3 mm), color
(Mayr), 1868 marrón claro, típica de casas o zo-
nas urbanas.
Tapinoma antarcti- Dolichoderinae Antofagasta a Linares C. Provincia, Viluco, Volcán Muy parecida a la H. argentina pero
cum Forel, 1904 San José, Qda. De la Plata, C. el de color marrón oscuro.
Roble, La Yesera, Farellones.
Dorymyrmex agallar- Dolichoderinae Sta. Rosa de los Andes- Sta. Rosa de los Andes, El Alfal-
doi Snelling, 1890 Sn. José de Maipo fal, Sn José de Maipo
Dorymyrmex an- Dolichoderinae Pica-Pto Natales Santiago Color marrón, tamaño mediano a
tarcticus (Forel), 1904 grande (como el resto de la
Dorymyrmex), partes bajas de la
cabeza amarillenta; cabeza ancha,
patas largas de movimientos rápi-
dos.
Dorymyrmex chilen- Dolichoderinae Coquimbo a Termas de Cuesta la Dormida, El Canelo Cabeza y tórax usualmente ferrugi-
sis (Forel), 1911 Chillán nosas (Marrón rojizo, color oxida-
do); tórax puede ser marrón; pri-
mer tergo con pubescencia muy
dispersa
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Especie Subfamilia Distribución Lugares de Observación Reconocimiento


en la Reg. Metropolitana
Dorymyrmex goet- Dolichoderi- Antofagasta a El Volcán, Cajón del Maipo Tórax principalmente negruzco, pronoto usual-
schi (Menozzi), 1935 nae Volcán Villarrica mente parcial o completamente ferruginoso
(Marrón rojizo), pubescencia del primer tergo
mucho más dispersa en los lados que en el medio
Dorymyrmex hypo- Dolichoderi- Fundo Sta. Lau- Cuesta la dormida Tórax completamente ferruginoso; mesonoto de
critus Snelling, 1975 nae ra, cuesta la dor- perfil, uniformemente inclinado; primer tergo
mida igual de pubescente en la zona media como en la
lateral
Dorymyrmex minu- Dolichoderi- Santiago a Cor- Cerro el Roble, San Juan de Tamaño pequeño, Psamóforo ubicado en el zona
tus (Emery), 1895 nae dillera Chillán Maipo superior, tamaño pequeño y pelos erectos reduci-
dos en número
Lasiophanes hoff- Formicinae Zapallar a Pto. Cuesta la Dormida, San Car- Tamaño medio, cabeza roja distintiva, abdomen
manni (Forel), 1903 Varas los. esférico.
Lasiophanes valdi- Formicinae Santiago a Pe- Quilicura, Sta. Rita, Sn. José Tamaño medio, color marrón rojizo, Numerosos
viensis (Forel), 1904 trohué de Maipo,El Canelo, Cuesta pelos erectos en el cuerpo y apéndices y clípeo
la Dormida, Río Clarillo carinado
Myrmelachista hoff- Formicinae Copiapó a Per- Qda. De la Plata, El manzano, Pequeña, color negro brillante, arborícola, cabeza
manni Forel, 1903 quenco Cuesta la Dormida, Cero el opaca, sin puntuaciones.
Roble
Myrmelachista mayri Formicinae Santiago a Llan- Cta. La Dormida, La Ollita, Pequeña, negra o marrón oscura, el pronoto pre-
Forel, 1886 quihue Cantillana, Caleu. senta numerosos largos pelos erectos
Brachymyrmex giar- Formicinae Coquimbo a Santiago, Cta. la dormida, Pequeña, marrón a marrón claro, mate suavemente
di Emery, 1895 Llanquihue Qda. de la plata, El Manzano brillante, con la cabeza conspicuamente punteada,
dos tipos de obreras: obreras pequeñas con anchos
de cabeza menor a 0,4 mm, obreras grandes con
cabezas con un ancho superior a 0,5 mm. Las más
grandes poseen un abdomen grande para el alma-
cenaje de alimento.
Brachymyrmex la- Formicinae Zapallar a Pu- Cerros de Chena, Cerro mo- Más pequeña que giardii, de color marrón oscuro a
evis Emery, 1894 yehue rado, Apoquindo, el Volcán, marrón negruzco, cabeza brillante con puntuacio-
Cajón del Maipo, El alfalfal, nes dispersas muy finas, aparentemente sin obreras
Cta. La dormida, Cerro el "grandes" como en giardii
Roble, Caleu, Farellones.
Camponotus chilen- Formicinae Atacama a Aysen Santiago Hormiga muy grande, negra con pubescencia
sis (Spinola), 1851 dorada en el abdomen, este patrón es común con
ovaticeps y spinolae, pero estos últimos carecen de
pelos erectos en los márgenes de la cabeza
Camponotus distin- Formicinae Coquimbo a Santiago Hormiga muy grande, completamente negra
guendus (Spinola), Magallanes (Abdomen negro), muy común, diferente a ovati-
1851 ceps y chilensis por la ausencia de pilosidad dora-
da en el abdomen (gaster), puede ser confundida
con hellmichi y morosus, pero estas especies care-
cen de pelos de forma continua a los lados de la
cabeza desde el occipucio (margen occipital de la
cabeza) a la base mandibular.
Camponotus moro- Formicinae Antofagasta a Santiago Muy común, muy grande, totalmente negra, cabe-
sus (F. Smith), 1858 Magallanes za con unos pocos pelos en las esquinas occipitales
y unos pocos cerca del área malar cerca de la base
de la mandíbula, pero ninguno entre ambas áreas.
Camponotus ovati- Formicinae Coquimbo a Cerro el Roble Abdomen dorado, márgenes laterales de la cabeza
ceps (Spinola), 1851 Valdivia sin pelos erectos, excepto algunos en el margen
occipital y unos pocos cerca de la base de la man-
díbula, pubescencia dorada del abdomen más
pálida que C. chilensis y cabeza más ancha

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