Petróleo en Bolivia
Petróleo en Bolivia
Petróleo en Bolivia
Hacia el año 2500 antes de Cristo, unos mil antes que se escribiera el Génesis, ya se
mencionaba el petróleo. Se lo cita en el "Cantar de Guailganésh", el más antiguo
poema épico de la humanidad. En esa época, se dice que, para salvarse del Diluvio
Universal, el Dios EA dio instrucciones para construir una embarcación que había que
calafatear "con alquitrán y asfalto".
También sirvió de argamasa para construir la mítica Torre de Babel. En el otro extremo
del mundo, aquí en Bolivia, nuestros primitivos pobladores de la sierra subandina ya
empleaban el petróleo que brotaba de los acantilados como pócima curativa e
iluminante. Son los betunes que más tarde halló el padre Barba para aliviar dolencias.
Los chinos, en Sechuán y Sheún, se las ingeniaron para obtener gas del petróleo que
llevaban por tubos de bambú hasta las mansiones de los mandarines para su
iluminación.
Pero el petróleo no siempre se utilizó en beneficio del hombre. También se utilizó para
la guerra. A mediados del siglo V de nuestra era, los bizantinos desarrollaron el
llamado "fuego griego", mezcla de petróleo y cal viva, que se prendía para atacar con
fuego a los enemigos. Un arma poderosa, padre del terrorífico NAPALM de nuestra
época civilizada. En los tiempos antiguos, el petróleo no estaba industrializado. Europa
conoció el petróleo mucho tiempo después. Fue en 1272 que Marco Polo lo vio por
primera vez en Bakú, donde manaba como líquido espeso y maloliente y se usaba para
curar erupciones de la piel y, sobre todo, como iluminante. Lo llamaban "neft". En
Mesopotamia, hoy Irak, ardía permanentemente el "fuego sagrado". En México, donde
los aztecas lo usaban como argamasa para sus gigantescas pirámides, se lo conocía
como "chapopote". En el Perú, se lo empleaba para momificar cadáveres.
Pero todo lo anterior es la prehistoria del petróleo porque aún no era un elemento
fundamental de la vida, sino algo accesorio. Fue la revolución industrial, que estalló a
mediados del siglo XVIII, la que tornó indispensable el petróleo.
¿Qué es el petróleo?
Es una mezcla líquida de colores que van desde el pardo oscuro pasando por el
verdinegro, verde claro, ámbar, hasta llegar a ser casi transparente como el agua. Sus
moléculas de carbón e hidrógeno están maravillosamente organizadas en estructuras
de cadenas abiertas o cerradas, cortas o ramificadas. Por procesos físico-químicos, el
hombre las rompe y arregla de mil formas, dando lugar a una gama de combustibles,
aceites, productos petroquímicos, etc.
¿Cómo se formó?
Hace cientos de millones de años, cuando el mar cubría grandes extensiones de lo que
hoy se conoce como tierra firme, esos océanos eran habitados por microorganismos
tales como diatomeas, algas, moluscos, foraminíferos. Al morir, se depositaron en
fondos marinos, junto con las arcillas, areniscas y calizas, transportadas por los ríos,
en gruesos mantos que, al compactarse y consolidarse, se transformaron en rocas ya
profundamente enterradas.
A medida que pasaron los años, el mar se retiró y los estratos rocosos fueron elevados
y encorvados. Sujetos a altas presiones y temperaturas, sumado a la descomposición
de la materia orgánica que contenían, se transformaron en petróleo y gas. Por eso se
los llama también combustibles fósiles.
¿Dónde se acumula?
Es tarea de los geólogos descubrir las cuencas sedimentarias donde se desarrollan los
fenómenos antes descritos, mientras que es labor de los ingenieros petroleros el
perforar los pozos para llegar a las acumulaciones petrolíferas, extraer el petróleo y el
gas, separarlos y enviarlos a las plantas de procesamiento y refinación, a cargo de los
ingenieros químicos, para su industrialización.
Nuestro país ha sido favorecido por la naturaleza y cuenta con varias cuencas
sedimentarias donde se han desarrollado los eventos geológicos para la formación de
los hidrocarburos. Estas cuencas suman 485.000 kilómetros cuadrados, o sea, el 44%
del territorio nacional y tan sólo ha sido explotado un tercio de esas cuencas llamadas
potencialmente petrolíferas.
Hasta mediados del siglo XVIII, el petróleo o aceite de piedra tenía un uso muy
restringido y nada se sabía sobre su génesis, su real naturaleza y formas de
presentación. Fue la revolución industrial, con su impulso hacia mejores condiciones de
vida y trabajo, la que impulsó el salir de las tinieblas por las noches usando
iluminantes, como el kerosén que daba una luz brillante y, a la vez, comenzaron a
utilizarse los aceites lubricantes para facilitar el mejor funcionamiento de las máquinas
y evitar su desgaste; ambos eran extraídos del petróleo.
Había vagas referencias de que los chinos hacía más de mil quinientos años perforaron
pozos con un balancín y pulseta para hallar agua salada a cierta profundidad y esa fue
la clave usada para investigar en el seno de la tierra la existencia de petróleo mediante
la perforación de pozos. Los pioneros fueron unos aventureros norteamericanos de
Titusville, Pennsilvania, en 1857, que perforaron el primer pozo hallando petróleo y gas
surgentes. Fue un momento histórico que marcó el nacimiento de la industria petrolera
en el mundo.
En la última mitad del siglo XVIII, se desató en el mundo la fiebre del petróleo, era el
"oro negro". Inicialmente, se dio la producción y comercialización internacional del
kerosén y, en 1910, con la aparición de los motores de combustión interna y
automóviles, comienza la utilización creciente de las gasolinas y el diesel. El carbón fue
desplazado como energético en la industria, el comercio y el transporte. Pronto
aparecieron las empresas del cartel que, por la propia dinámica del sistema capitalista,
emergieron con una nueva forma de acumulación multimillonaria. La súper empresa
líder fue la Standard Oil de New Jersey, propiedad de Rockefeller, escoltada por otras
dos Standard: la de Nueva York y California así como la gigante anglo-holandesa Shell
Royal Dutch; a ellas se unieron tres grandes más: la Brithis Petroleum, Texaco y Gulf
Oi 1. Son las llamadas siete hermanas que organizaron el Cartel Mundial Petrolero para
adueñarse del planeta, repartirse las fuentes de producción, los mercados y dictar los
precios del petróleo. Resultaron el poder detrás del trono.
El reinado indiscutido del Cartel Petrolero duró hasta 1972. En el ínterin, las dos
guerras mundiales fueron ganadas en olas de petróleo, que jugó un papel decisivo. Al
término de la Segunda Guerra, los EE.UU. aprobaron el Plan Marshall para la
reconstrucción de una Europa en ruinas. El clan Rockefeller, principal integrante del
«Complejo Industrial-Militar» norteamericano y factor primordial para la victoria, fue
escogido para ejecutar el plan y lo aprovechó para petrolizar a Europa e impulsar la
industrialización bajo el dominio transnacional norteamericano. Otro hecho histórico
remarcable fue la creación del Foro de las Naciones Unidas, con los objetivos de
consolidar la paz, profundizar la democracia y ayudar al desarrollo de los países
atrasados. Bajo su dirección, se crearon varios organismos especializados para cumplir
esos objetivos. Hay que destacar la presencia importante en el seno de las Naciones
Unidas de la Unión Soviética y el bloque de los países socialistas, así como sus políticas
de cooperación y ayuda económica a los países en desarrollo. Igualmente, se inició el
período de la descolonización a la vez que nacen organismos multinacionales como el
Grupo del Tercer Mundo, de los Países No Alineados, el Consejo Mundial por la Paz, el
Grupo G-7. Al influjo de los países en desarrollo y los del bloque socialista, la Asamblea
General de NN.UU. aprobó varias resoluciones favorables a la transformación de la
economía de los países subdesarrollados. Las más importantes fueron: el derecho que
asiste a los países de recuperar sus recursos naturales vía la expropiación o
nacionalización, reconociendo una justa indemnización; la necesidad de establecer un
"Nuevo Orden Económico Internacional" para corregir los términos del intercambio
desigual existentes; la urgencia de negociar en pie de igualdad y solidaridad la
transferencia de tecnologías.
¿Cuáles son las características principales de la era del petróleo? En primer lugar, su
descubrimiento y desarrollo con finalidades industriales está en íntima relación con el
sorprendente avance científico-tecnológico de los últimos 130 años, más
concretamente, la revolución industrial que se inicia a mediados del siglo XVIII y que
tuvo su motor en la utilización creciente del petróleo.
Cuarto, los países petroleros del Tercer Mundo con gran potencial productivo pero bajo
férreo control de los consorcios norteamericanos y anglo-holandeses, tomaron
conciencia del casi nulo beneficio económico que percibían y, en concordancia con los
nuevos principios sustentados en el Foro de las Naciones Unidas, sorteando grandes
obstáculos, lograron organizarse para ejercitar políticas homogéneas que corrigieran
esa injusta percepción de su riqueza productiva. Especialmente importante fue el
período de fabulosos descubrimientos de petróleo en el Medio Oriente, entre 1930 y
1945, dentro una extensa área denominada la «Línea Roja» que abarca Arabia
Saudita, Irak, Irán, Kuwait y da lugar, en su distribución, a serias tensiones entre las
grandes potencias capitalistas abanderando a sus transnacionales. Los Estados Unidos
exigieron «puertas abiertas» a Inglaterra, que conservaba sólidas relaciones con los
países de esa área, debido a que las reservas de petróleo norteamericanas ya estaban
en fuerte declinación y dependían de las importaciones.
La concepción que estos hombres imaginaron para aplicar esta doctrina fue la creación
del Estado-Nación, con plena capacidad para ese efecto. Sólo así sería posible mirar la
realidad con nuestros propios ojos, explotar los recursos del país por nosotros mismos
y superar el atraso y la marginación.
Más adelante, en 1938, Montenegro, junto con Siles Zuazo, Guevara, Paz Estenssoro,
Céspedes, Espinoza y otros fundaron el Movimiento Nacionalista Revolucionario, con
una visión política renovadora. En mayo de 1944, Montenegro lanzó el libro y
documento Nacionalismo y Coloniaje que es una magistral interpretación de nuestra
realidad histórica, señalando las contradicciones que Bolivia vivía como país
dependiente y atrasado.
Aplicando una metodología dialéctica, logró una visión más estructurada de las
falencias del presente y señaló el camino al futuro. Así, inscribió y recuperó un
sentimiento de nacionalidad frente a los resabios colonialistas y oligárquicos vigentes.
En otras palabras, interpretó el desengaño liberal y logró su derrumbe como ideología
dominante, que arrastraría a la oligarquía minera que usufructuaba la riqueza y el
poder. Sus premoniciones se cumplieron con la revolución de 1952 y, estamos
seguros, Montenegro no habría podido concebir el retorno de la reacción con las
propias banderas del abril glorioso.
A media década de los 30's, la paz petrolera prevalecía mundialmente. Los gigantescos
consorcios norteamericano-inglés-holandés usufructuaban plácidamente los
multimillonarios flujos de dinero generados por una industria petrolera cartelizada.
Era el fruto del Acuerdo del castillo de Achnacarry, Escocia, en 1928, mediante el cual
se repartieron las regiones productoras de petróleo y establecieron un procedimiento
para fijar precios deprimidos en los países productores, burlando sus expectativas pero
maximizando los lucros en las otras etapas bajo su control.
Era un caso único. La primera expropiación que afectaba al Trust Standard Oil, el más
poderoso. La sorpresa de los jerarcas del Trust se trocó en cólera, desencadenando en
los Estados Unidos y el mundo una campaña de calumnias, falsedades y
tergiversaciones. Defendían una supuesta inviolabilidad que atribuían a sus
concesiones pero, sobre todo, su preocupación era el precedente. Ante la presión que
ejercieron sobre el Departamento de Estado de su país, para intimar a Bolivia a que
anule la medida, el Presidente F. Delano Roosevelt calmó las iras y prometió negociar
una indemnización. Se estaba ya en el enfrentamiento democracia versus nazifascismo
y no podía practicar la política del «garrote» como en el pasado.
Se creó así a YPFB como empresa pública con carácter autárquico o sea con capacidad
de manejo independiente en lo administrativo, técnico y financiero para situarla al
margen de la injerencia política, aunque con tuición del Ministerio del ramo. Esta
autarquía fue un acierto porque dio lugar a su desarrollo como empresa
eminentemente productiva.
Fue entonces cuando el Estado planteó su política y estrategia para orientar y definir el
destino de tales excedentes. Se pueden distinguir políticas que privilegian la actividad
privada internacional socapa de la necesidad de las inversiones y otras, al contrario,
que consideran que el sector público debe controlar monopólicamente todas las
instancias de la industria. Habrá también políticas mixtas en diversos grados.
En esta forma, la nación captaba el cien por cien del excedente económico, que el
Estado soberanamente disponía qué magnitud tendría a través de la fijación de precios
y la forma de distribución equilibrada entre tres actores: el institucional, el interés
económico de la sociedad y, finalmente, la utilidad razonable para YPFB.
Es pertinente hacer notar que esta política fue válida hasta 1956, con un
condicionamiento restrictivo para YPFB desde su creación: que sus tareas de
exploración y producción cubran sólamente el área del sureste, esto es, desde las
fronteras del Paraguay y Argentina hasta el río Parapetí.
Al norte de este límite y desde 1938, una extensa área, sin delimitación, se hallaba
bajo la jurisdicción de la Comisión Mixta Boliviana-Brasilera para la "Salida y
Aprovechamiento del Petróleo Boliviano", Comisión que, infortunadamente, no dio
frutos y fue disuelta en 1956.
Conviene resumir las tareas que cumplió YPFB hasta esa fecha. Para ello, hay que
partir del hecho que la Standard Oil, aunque hizo un buen trabajo exploratorio, nada
dejó de toda esa información geológica y tampoco formó personal técnico nacional. El
trabajo de exploración que realizó permitió el descubrimiento de petróleo en tres
estructuras, Bermejo, Sanandita y Camiri, que no estaban desarrolladas pues tan sólo
había 12 pozos que producían apenas 280 barriles por día. También existían dos
pequeñas y rústicas refinerías.
La tarea a realizar por YPFB era enorme. Para empezar, había que sentar las bases de
una empresa petrolera integrada moderna dentro lo posible. El primer objetivo, a
mediano plazo, fue el abastecimiento nacional total en toda la línea de carburantes y
para ello era preciso aumentar sustancialmente la producción, ampliar las refinerías y
tender oleoducos y poliductos al interior pero, sobre todo, perforar pozos y explorar
para hallar más reservas de petróleo. En 1937, la demanda de carburantes del país era
de 1.200 barriles día y YPFB tuvo que afrontar la responsabilidad de ese
abastecimiento desde el Perú, cubriendo el saldo con la producción propia antes citada
de 280 BPD procedente de los campos de Sanandita y Camiri.
Afortunadamente, desde el inicio, hubo una dirección gerencial idónea, con clara visión
de organización de empresa, que se impuso como primera prioridad la tarea de formar
cuadros de recursos humanos especializados y para ello seleccionó a los sesenta
mejores bachilleres del país, enviando siete a México y el resto a la Argentina para su
capacitación profesional y técnica. Este fue el núcleo fundamental que hizo que YPFB
lograra cumplir su principal objetivo: el abastecimiento cien por cien en 1954. Para
ello, tuvo que cumplir una planificación muy exigente que requería inversiones
considerables, como las que fueron otorgadas por el Eximbank y el Banco Mundial, al
constatar la racionalidad del plan y la garantía que ofrecía la organización de YPFB.
Cabe mencionar que, en su accionar empresarial, YPFB estuvo sujeta a los vaivenes de
los gobiernos de turno pues aquellos, influenciados por la gran minería, le restaban
apoyo. Los gobiernos de Villarroel y el del primer período de Paz Estenssoro, al calor
de la revolución nacionalista de 1952, le dieron un impulso que fue determinante para
su ascenso.
Sin embargo en este último, se dio una situación contradictoria que, a la larga, afectó
profundamente a YPFB. En efecto, muy pronto postuló y ejercitó una política petrolera
proclive a la participación privilegiada de los consorcios extranjeros al dictar el Código
del Petróleo «Davenport». Era el mentís más rotundo a la doctrina «Nacionalismo y
Coloniaje» de Montenegro, que fue la raíz ideológica del MNR de la década de los 40s;
también era una forma de negar la capacidad del boliviano para manejar una industria
compleja y acceder a la ciencia y tecnología petrolera modernas, pese a que,
precisamente, YPFB había demostrado con creces lo contrario.
El sesgo más ilustrativo de ese retroceso fue que, a escasos tres meses de la célebre
declaración revolucionaria de María Barzola, se proclamó otra diametralmente opuesta,
llamada de «puertas abiertas» a la inversión petrolera, que conllevaba implícito un
plan de asfixia de YPFB. Era la primera expresión de transfugio ideológico disimulado,
adherido a un programa de ayuda económica norteamericana.
"Puertas abiertas" comenzó con la cesión 359.700 hectáreas del área de YPFB, en la
vecindad de Villamontes, con estructuras petrolíferas como Los Monos, al aventurero
texano Gleen Me Carthty, el 26 de septiembre de 1952. Fue la señal para vender la
naciente "revolución" por dinero de ayuda que compraron el Código del Petróleo
Davenport, aprobado en 1956. Fue objeto de dura y merecida crítica por su carácter
colonialista y expoliador. Como ejemplo, se tiene el llamado "factor por agotamiento"
del 27.5 % que es una deducción arbitraria por ese porcentaje de los ingresos como
gasto, que el propio Departamento del Tesoro de los EE.UU., en un Informe, califica
como un robo al decir "El Depletion Allovance es la mayor de todas las trampas o
puerta de escape que tienen las Leyes Fiscales y representan una pérdida anual de
impuestos de 500 millones de dólares (año 1949)".
Retornando a la obra de YPFB, es justo decir que, por la dinámica de desarrollo que
había generado, se configuró en el país lo que se conoce como capitalismo de Estado.
Se creó un nuevo orden de valores en el cual se fundaba la convivencia social porque
los valores que se postulaba y practicaba no eran la irresponsabilidad y el lucro para
beneficio de unos cuantos, sino la solidaridad y la voluntad libre y democrática para el
desarrollo pleno de la colectividad y las facultades humanas. La aplicación de estos
valores a la sociedad dio lugar al Estado Benefactor, al Estado con sensibilidad social,
lo que representó un avance extraordinario de la comunidad boliviana.
Cabe destacar el rol que YPFB jugó en este contexto nacional. En su carácter de
empresa integrada, supo siempre resolver los desafíos que implicaba estar al día en los
avances tecnológicos de la industria petrolera mundial en ascenso a la vez que
estructurar un aparato organizativo ágil y eficiente, siendo una tarea permanente la
formación de cuadros profesionales y técnicos de alta calificación. Todas esas
cualidades fueron reconocidas por organismos de crédito como el Eximbank, Banco
Mundial, BID, los cuales concedieron préstamos a YPFB que supo honrarlos
puntualmente. Cabe aclarar que hubieron, afortunadamente, pocos momentos del
pasado en que la injerencia política no respetó su autarquía.
En una primera y larga etapa que llega hasta 1985, proporcionó energía barata para
incentivar el desarrollo industrial, agro-industrial pecuario y comercial, así como
ayudar al transporte y la canasta familiar. Era una política de precios equilibrada de
forma que la riqueza petrolera fuera compartida por la colectividad, el Estado y YPFB,
que podía contar con recursos destinados a su expansión.
Esta política de precios baratos cambió a partir de agosto de 1985, cuando se implantó
el neoliberalismo con el pretexto de Nueva Política Económica (NEP) o Programa de
Ajuste Estructural (PAE) del Fondo Monetario Internacional. El objetivo fue controlar la
hiperinflación desatada al estallar la impagable deuda externa de más de 4.700
MM$us, básicamente contratada por los gobiernos militares derechistas (Banzer-García
Mesa por más de 3.000 MMSus)
Se presentaron los aportes que realizó YPFB al TGN y por Regalías en el período 1986-
1993:
EGRESOS:
Apor.TGN:
367.0 325.0 320.4 297.1 344.2 421.5 371.4 409.2
Regalías:
39.5 42.1 39.9 42.1 44.7 47.6 34.8 32.4
Utií.YPFB:
212.9 198.0 185.9 215.9 195.9 288.2 267.3 214.9
El total recibido por el TGN en los dos períodos de gobierno sumó 2.855.8 MM$us o un
promedio anual de 356.98 MM$us y 40.31 MM$us año por regalías departamentales.
Este aporte al TGN fue esencial para la supervivencia del modelo, tal como lo reconoció
el asesor J. Sachs en un informe en el que mostró que representaba el 7.5% del PIB
mientras que los otros dos aportantes, la Renta Interna y la Aduana, apenas
alcanzaban al 0.4% y 0.5%, respectivamente.
YPFB fue condenada a la inanición pues por la Ley Financial Anual, que determinó un
impuesto excedentario arbitrario del 65% sobre sus ingresos brutos, se le arrebataron
todas sus utilidades y aún más en ciertos años.
Este Decreto era la expresión del Programa de Ajuste Estructural (PAE), instrumentado
por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para imponer la receta: a)
desregulación, o sea, que el Estado no controle nada; b) libre mercado, o sea, país sin
fronteras y sin salvaguardas para la industria nacional y, finalmente, c) privatización,
es decir, desmantelamiento del área social-estratégica de la economía.
Gonzalo Sánchez de Lozada (GSL), quien piensa y siente en inglés para poder entender
a los chicago boys y así tratar de jugar a estadista, debió leer a economistas
norteamericanos ilustres, como John Galbraith Kennet, Premio Nobel de Economía,
quién expresó: "El monetarismo como estrategia de gestión de finanzas de un país ha
muerto y la economía mixta es ahora el único camino a seguir... El Estado benefactor
nunca desaparecerá..." También el eminente profesor universitario del Massachussets
Institute de USA, Noam
Los efectos e impactos doctrinarios más graves de esa política dual de GSL fueron los
siguientes:
e) Éticos y de fe del Estado: fueron manipulados al extremo que las acciones y los
métodos melgarejistas quedaron cortos. Reinaron la demagogia, incompetencia y
corrupción que saturaron todo el quehacer capitalizado.
Previamente, hicimos conocer todo el aporte realizado por YPFB al cumplir con los
objetivos señalados al momento de su creación, lo mismo que con los planes de
gobierno y los mandatos de la Carta Magna en torno al aprovechamiento de los
hidrocarburos en beneficio de la nación y la colectividad.
Los argumentos de GSL para la capitalización de YPFB fueron que la empresa estatal
adolecía de serias falencias:
Fue la base para desmantelar a YPFB y formular la que sería su principal arma: el
Triángulo Energético. Este su plan maestro partía de las siguientes premisas: Que el
país cuenta con 611.000 kms. cuadrados de áreas potencialmente petroleras: 12% en
manos de YPFB, 33% en las de empresas extranjeras y 55% libres. Que YPFB no tenía
recursos para explorar. Que para exportar gas al Brasil se requiere el gasoducto que
costará 450 MMSus. Que ni el Estado ni YPFB tienen ese dinero. Por lo tanto, la
solución es el Triángulo Energético que descansa en: 1) la Ley de Hidrocarburos; 2) la
capitalización de YPFB y 3) la construcción del gasoducto al Brasil. Se dice que son tres
pasos complementarios entre sí, indisolubles, y cuyos objetivos son "Aumentar la
capacidad financiera de YPFB para producir más gas y petróleo y vender hidrocarburos
a nuestros vecinos en las mejores condiciones, una vez satisfechas nuestras
necesidades internas" (Textual).
El Triángulo Energético era inconsistente y carente de lógica, tal como lo criticó el Ing.
Meneses, representante de PETROBRAS, quien dijo que el gasoducto, en su carácter de
eje integrador de políticas bi-nacionales, nada tiene que ver con los otros dos factores,
que corresponden a una política nacional boliviana.
Por otra parte, cuando se firmó el Contrato Preliminar de exportación de gas al Brasil
en febrero de 1993, YPFB contaba con las suficientes reservas de gas para cumplir el
proyecto, lo que hacía que se redujese sustancialmente la inversión requerida. Al
haber mercado y reservas de gas, el proyecto era factible y rentable.
Consiguientemente, al exportar, YPFB tendría los ingresos suficientes para asumir las
inversiones requeridas. Según un informe de la Gerencia de Exploración-YPFB, del 5 de
mayo de 1995, tenía reservas probadas- probables de gas del orden de 7.214 trillones
de pies cúbicos (Tr.pc.), -la reserva justa para cumplir el actual programa- y
potenciales de 25.300 Tr.pc.; en petróleo condensado las reservas «vivas» eran de
264 millones barriles (MMbl.) y potenciales 3.040 MMbl. Por otra parte, YPFB tenía
elaborada la planificación global en la siguiente forma: i) desarrollo de campos
complementarios 1995-2009, con inversión de 657 MM$us; ii) gasoducto al Brasil -
tramo boliviano- 1995-2000, con inversión de 408 MM$us y iii) reversión/ampliación
gasoducto Río Grande-Yacuiba con inversión de 183 MM$us. Total inversión requerida:
1.250 MM$us.
Pese al incumplimiento del contrato por la Enron más pudo el tráfico de influencias
para no cancelar el contrato y, al contrario, habilitarla con ventajas en la licitación del
sistema TRANSREDES -el 80% de los ductos de YPFB- que, como era de esperar, lo
ganó asociada con la Shell.
Pese a este contexto, el 5 de diciembre de 1996, GSL y su súper ministro Revollo, sin
argumentos válidos, enajenan el patrimonio básico de la más importante empresa del
país, YPFB. Los meses previos, se había manifestado un gran movimiento de oposición
de la sociedad civil, de los organismos de masas encabezados por la COB y de los
partidos políticos de izquierda así como de los grandes como CONDEPA, MIR, ADN.
Estos tres partidos firmaron públicamente un documento de oposición y denuncia.
Infortunadamente, en el momento culminante de oposición, se produjo la defección del
sector más comprometido y cuyo operativo iba a ser clave en la huelga general, la cual
se agudizaría con el paro efectivo de toda actividad productiva de YPFB encomendado
a la Federación de Petroleros de la estatal. Sus máximos dirigentes, enmascarados en
el MBL, condujeron a la peor traición nacional que se recuerde al desmarcarse en el
último momento y hacer fracasar la huelga general.
El proceso de capitalización-privatización de YPFB consistió en la enajenación del sector
básico de la industria, esto es, el despojo de sus áreas de exploración y producción, de
todos sus campos petroleros con su infraestructura productiva conformada por pozos e
instalaciones y plantas de compresoras; lo mismo que todos los servicios de tecnología
avanzada que operaba equipos de perforación, de reacondicionamiento de pozos,
talleres especializados, stock de materiales, equipo de transporte pesado, naves
aéreas de diferentes capacidades y laboratorios de investigación aplicada. También se
enajenó toda la red de ductos- oleoductos, gasoductos y poliductos, incluyendo los de
exportación.
Está por demás decir que estos políticos y tecnócratas neoliberales no conocen la
historia del petróleo boliviano y, lo que es peor, no les interesa. Tampoco les interesa
reducir el subdesarrollo que padece la nación, más al contrario, aplicaron su modelo
para descapitalizarla y profundizar la pobreza y la marginación.
Privatización de Refinerías-YPFB
La oferta electoral del Gral. Hugo Banzer Suárez(HBS) fue la promesa solemne de
defender YPFB y revisar los contratos Enron y CRUZ BLANCA por contener las más
flagrantes violaciones constitucionales. Instalado en el gobierno, ignoró la oferta y su
primera declaración pública fue autocalificarse autor del esquema neoliberal de 1985,
al haber solicitado al economista norteamericano Jeffrey Sachs la elaboración del
mismo que luego habría prestado a Víctor Paz E. para preparar el DS. 21060.
Medias verdades que tratan de disfrazar el hecho que estos gobiernos neoliberales han
perdido la soberanía económica e independencia política para gobernar el país y,
vergonzosamente, tienen que cumplir los dictados del FMI para recibir aportes
financieros para sobrevivir.
El gobierno HBS, al preparar el presupuesto 1998, dijo que halló serios desequilibrios
por la insuficiencia de ahorro interno, el déficit fiscal y el aumento de la deuda externa;
además, el agravamiento en la distribución del ingreso, mayor caída de la calidad de
vida, aumento del desempleo, desastre de la infraestructura de transporte y la pérdida
de competitividad de las exportaciones.
Este D.S. dispone que se traspase todos los días al TGN el 52% de las ventas de
surtidor, a la vez que establece la incorporación en ese mecanismo del Impuesto
Especial a los Hidrocarburos (IEHC), que varía del 67% al 40%, según el producto. Ese
impuesto indirecto global del 52% le permitiría al gobierno sobrevivir a costa del
hambre del pueblo y también continuar castigando a YPFB pues no tendría ningún
margen de utilidad obligándola a subvencionar el gas licuado. En otras palabras, los
efectos negativos del proceso de capitalización- privatización de YPFB estaban al
descubierto al haber impactado en la economía nacional y, principalmente, el fisco.
Para salvar el déficit del TGN, se acudió al expediente de traspasar ese impacto a la
economía del pueblo mediante la elevación de los precios de los carburantes, los cuales
contienen el exhorbitante IEHC.
El gobierno HBS siguió con la irracionalidad económico-social al hacer que los precios
de los carburantes nacionales sean más caros que los de los EEUU siendo así que se
dispone de petróleo boliviano, de costos de elaboración, transporte y comercialización
relativamente baratos dado que aún las refinerías eran de YPFB. Un aprendiz de
economía sabe que la energía es factor clave en los procesos productivos y de servicios
y, al encarecerla, se está saboteando al conjunto de la economía y, especialmente, a la
popular. Así, los productos son menos competitivos y se profundiza la pobreza y la
marginación.
De nada sirvió demostrar que al fijar precios altos a los carburantes -castigando a la
economía nacional-, el 5 de diciembre de 1997 que el barril compuesto subió a $us
62.0, se tenía un alto ingreso de alrededor de 630 MM$us año y un aporte para el TGN
de 328 MM$us (tasa del 52%) que era un monto importante y con perspectivas de
mejorar conforme creciera el mercado; aunque causaba un déficit de 35 MM$us para
YPFB porque tenía que subvencionar el gas de garrafas y comprar el petróleo a las
productoras a precio internacional, exageradamente alto, entre 18 a 20 dólares/barril,
siendo que antes de la capitalización ingresaba a no más de 12.0 $us.
Era obvio que, al privatizarse, forzosamente se reducirían los ingresos del TGN, por lo
menos en el mismo monto que se concedió a la empresa como una utilidad atractiva y
del orden del 30% o más.
Como era de prever, los ingresos del TGN disminuyeron al tener que ceder parte del
excedente económico al refinador, el cual fue garantizado por el mecanismo de fijación
de los precios de los derivados. En efecto, la utilidad estaba consignada como «margen
de refinería» y era de 4.96 $/b, lo que representaba una participación al año de 50.4
MM$us en ese momento, cuando el precio del petróleo era de 18 $/b, monto que
aumentaría conforme subiera ese precio, ya que la Superintendencia de HC
automáticamente incrementaría los precios de los derivados.
Este irracional mecanismo de fijación de los precios de los derivados (DS. 24914 ya
mencionado) fue adecuado al nuevo esquema de privatización. Así se eliminó el im-
puesto indirecto del 52% para el TGN, sustituyéndolo con los IEHC's sustancialmente
incrementados, más el IVA, IT y el Margen Fijo Refinerías; se modificó el margen o
participación de refinería a 4.96 $us. por barril. Se mantuvo la vinculación del precio
internacional del petróleo con los precios de los derivados nacionales que se fijarían en
función del precio del petróleo.
Este último había caído hasta 11.31 Bs. en diciembre de 1998 e inició una
recuperación constante: 17.89 sep.99; 26.30 ene.2000; 34.20 marzo; 23,85 abril;
30.33 mayo; 32.95 junio (cotización del petróleo WTI).
El ascenso de este precio desde septiembre 1999 hasta 34,20 en marzo 2000 dio lugar
al continuo incremento de los derivados, especialmente de las gasolinas y diesel,
situándolos por encima de los registrados en EE.UU. -lo que es aberrante-, causando el
deterioro de la economía nacional y, más que todo, la popular.
Ante la protesta pública demandando la acción correctiva del gobierno, éste se limitó a
manifestar que era un problema originado por factores externos, que nada podía hacer
para evitar el alza del petróleo. Declaración que encubría una vergonzosa realidad: que
el Estado boliviano no tiene una mínima capacidad de gobierno. Es evidente que
cuando un país pierde sus campos petroleros y toda su infraestructura productiva ha
perdido su capacidad de fijar los precios, ha perdido el control de la economía nacional
y también de la política.
En una primera evaluación del proceso, se determinan cinco pecados capitales que
inciden en la profundización del subdesarrollo boliviano. Ellos son: 1. Traspaso masivo
del "excedente económico" hacia las transnacionales; 2. La trampa del petróleo "viejo"
transformado en nuevo; 3. La carrera de los precios exageradamente altos de los
derivados; 4. La caída del precio del gas de exportación, botín de PETROBRAS; 5.
Pérdida del extraordinario potencial hidrocarburífero del país.
Los gobiernos GSL y HBS mantienen mutismo sobre los rendimientos económicos de
las transnacionales y, para evitar filtración de información, emitieron el DS. 24504 del
21 de febrero de 1997 para ello.
Como si fuera valor entendido, diez días antes del verificativo de la licitación de los
campos de YPFB, el 25 de noviembre de 1996, con el pretexto de incorporar en la Ley
Tributaria 843 un nuevo impuesto SURTAX a las ganancias excesivas en el sector
hidrocarburos, se promulgó la Ley N° 1731 cuyo cometido es eliminar el 32% de la
tributación petrolera de la Ley de HC mediante una chicana pseudotécnica de una
nueva clasificación del petróleo "existente".
¿Cómo es posible que esa Ley de Hidrocarburos, que fue puesta a consideración de los
inversionistas norteamericanos en Oklahoma y Houston por más de 17 veces en un
año de promoción, fuera cambiada a última hora en el aspecto fundamental de la
tributación, la víspera de la licitación?
Esa es una demostración más del tipo de estrategias tramposas utilizadas por GSL, sin
importar el tremendo daño causado al patrimonio nacional. La chicana consistió en que
para que sean calificadas como existentes "deben contar con un informe de reservas
de firma competente y autorizada" no importando que el campo haya estado
produciendo desde años atrás. Esto es un reverendo absurdo técnico y engaño que
tendrá que corregirse.
Por esta chicana, el 85% de los campos de YPFB pasaron a la clasificación de "nuevos"
y sólo tributan el 18%. El daño económico alcanzó a 70-72 millones de dólares año, tal
como se determinó en el Cuadro 1 del tema anterior, monto que aumentará en
proporción aritmética a medida que entren en producción los campos que alimenten a
los gasoductos de exportación.
No debemos olvidar que la pérdida del excedente económico petrolero que sufrió el
TGN y el país por la desaparición de YPFB fue contrarrestado a medias por el cruel
expediente de empobrecer aún más al pueblo, aplicando precios exorbitantes que
castigaron también a la industria, agro-industria, los transportes y servicios. En
definitiva, esta política es una de las causantes de la crisis que vive la nación en estos
momentos.
Este problema está sin resolver, habiéndose creado una situación explosiva. La
sociedad civil ha demandado la modificación a fondo de la política del gobierno HBS
sobre la materia. Se ha dicho: si somos productores de nuestro petróleo debemos
contar con un mínimo de autodeterminación para contar con una política de precios
que sea racional y defienda la economía nacional. La propuesta viable se basa en lo
siguiente:
c) Deben reducirse las tasas del impuesto espec ífico a los Hidrocarburos IEHC
que, por ejemplo, para la gasolina especial, está en el 63%. Por esta causa se llega al
absurdo de que el precio actual de 3,22 Bs./litro equivalga a un precio de 1,98
$/galón, precio muy alejado del vigente en Houston, EE.UU., que estaba en 1,71 $/gal.
(para un precio del petróleo WTI 29,92 $/b en feb.2000). Últimamente, se ajustaron
los precios en Colombia, donde la gasolina tipo especial se fijó en 1.31 $/gal y también
en Ecuador, donde cuesta 0.51 $/gal.
A raíz de la crisis energética de los años 1973-1979, que ocasionó una escalada en los
precios del petróleo, de 1,8 $/b hasta 35 $/b, el gas comenzó a valorizarse por ser
limpio y no contaminante y, aunque no existía un precio internacional, se lo
relacionaba con el petróleo y derivados, considerando sus valores calóricos; su precio
mejoró extraordinariamente.
Al gas boliviano de exportación a la Argentina le tocó vivir este proceso de valorización
y el cuadro siguiente es muy ilustrativo al respecto:
El precio más alto de 4,28 $MM BTU se alcanza en 1983-84, año que firman un
convenio de exportación de gas los Presidentes Siles Zuazo-Figuereido y que, por una
cerrada oposición del MNR, fracasa en el mejor momento de precios.
El precio del petróleo cae en 1986 por sobre oferta, que afecta también al precio del
gas que baja hasta 2,42 para lograr mantenerse en 2,67 hasta el término del contrato.
Cabe mencionar que, en 1987, cuando en forma conjunta Bolivia y Brasil estudiaron el
proyecto de la Planta Termoeléctrica de 500 MW a instalarse en Puerto Suárez, se
había determinado el precio de 2,35 $Mpc para el gas, a objeto de tener un precio de
venta 4.1 ctvos. dólar por kv-h para el mercado brasilero. Este antecedente valioso no
lo hicieron valer los tecnócratas neoliberales bolivianos cuando PETROBRAS pidió el
precio del gas de 0,90 $ MMBTU en Río Grande, en el nuevo contrato de exportación
suscrito el 16 de agosto de 1992.
Este precio fue ligeramente mejorado a 0,95 con el adendum 2do, que contempla
ajustes graduales hasta de 1,06 al finalizar el contrato, un chiste de mal gusto.
Inicialmente, se había dicho que el gas boliviano, limpio, iría a sustituir una matriz
energética altamente contaminante del polo de desarrollo de Sao Paulo pero,
inexplicablemente, se abandonó ese punto de negociación. Si hubiera sido así, el
precio sería otro. A continuación se presenta el modelo clásico que debió utilizarse para
determinar el precio del gas en Río Grande, bajo condiciones de sustitución de una
matriz.
Supongamos que la matriz Sao Paolo a sustituir está formada por: a) Fuel Oil con 1 %
azufre (40%); b) Fuel Oil con 0,3% azufre (25%); c)Diesel (25%); d) LPG (10%).
El gas boliviano es totalmente limpio por lo que debe merecer un premio, como es de
norma. El factor de equilibrio K= 0.80 que rebaja el precio del gas, se aplica cómo
incentivo a la sustitución de los combustibles líquidos.
PETROBRAS estaba proporcionando gas natural y fuel oil a Sao Paulo a precios subven-
cionados, los cuales no se pueden aceptar para fines del análisis anterior.
Uno de los impactos más negativos del proceso capitalizador fue la enajenación de los
recursos hidrocarburíferos de YPFB, con dos expresiones a cuál más seria. Las reservas
«vivas» y las potenciales.
Tiene la forma de un saqueo de la riqueza nacional que nos deja inermes para afrontar
la superación del subdesarrollo.
Desde sus inicios, YPPB realizó una exploración intensiva -base de la industria
extractiva- y, para ello, aplicó los avances de la ciencia y tecnología petrolera
internacional que se caracteriza por una innovación permanente. Sus profesionales
tenían un conocimiento cabal de las cuencas geológicas petroleras del país, de las
rocas madres generadores del petróleo, de sus procesos migratorios hacia las rocas
almacenantes, de las propiedades físicas de las mismas, de las revoluciones orogénicas
que originaron pliegues de la corteza y de las anomalías estructurales en las cuales se
almacenaron los hidrocarburos, etc.
YPFB tenía elaborado el plan estratégico para ir probando los yacimientos profundos de
Huamampampa, a medida que el mercado del gas lo demandara.
La realidad es que las empresas tenían la mesa servida pues YPFB entregó no sólo a
PETROBRAS, Chaco y Andina sino a las otras que accedieron a bloques de YPFB, todo
el bagaje de estudios, prospectos y estructuras ya detectadas listas para perforar, y
eso es lo que hicieron. Sólo confirmaron lo que en 1995 YPFB había pronosticado como
reservas potenciales a la vista. Lo inconcebible es que GSL, Revollo y M. Gonzáles
conocían de ese potencial de YPFB pero más pudo la mentalidad alienante, reaccionaria
y antinacional que los caracteriza, que la de hacer prevalecer un ideal de patria para
precautelar esa enorme riqueza en beneficio directo del país. Ahora, debido a esa Ley
de HC de corte colonial, la participación del Estado será un miserable 6% y, para
colmo, de un recurso desvalorizado por las practicas neoliberales en boga.
La cruda realidad es que el D.S. 21060 y el modelo que representa y opera por 15
años, han fracasado. El estado ha sido reducido a su mínima expresión pues no
gobierna y ha sido sustituido por las Superintendencias que regulan a favor de los
agentes externos. El libre mercado está acabando con la escasa industria y, en
general, la economía fue seriamente vulnerada, es más dependiente y menos
productiva y competitiva. Por último, al destruirse el sector estratégico de la economía
a cargo de las empresas estatales, el estado perdió su más fuerte sostén económico.
Desde otra perspectiva, Bolivia es un país ocupado por las transnacionales y, por
tanto, subordinado, semicolonial. Se perdió la soberanía económica y la independencia
política.
Bajo ese contexto, no podemos hablar de proyecciones del petróleo y del gas al futuro
porque eso significaría profundizar aún más las desigualdades socio-económicas
presentes.
Por lo tanto, a la vista de la profunda crisis del sistema, cabe más bien reflexionar
acerca del cambio que es imperativo y debe abarcar todos los ámbitos. Entonces,
producido el cambio, estará abierto el pensamiento para las proyecciones de este
sector clave y tan importante como son los hidrocarburos.
Al exponer los cinco grandes pecados capitales o impactos que están golpeando a la
socio-economía nacional, se estaba señalando los enclaves que se deben desarticular o
desmontar. Y es tan claro como el agua que tales tareas suponen enfrentamientos y/o
negociaciones duras con las transnacionales.
Por otra parte, hay apoyos externos, como los expresados por masas ciudadanas, en la
meca del capitalismo, los EEUU, que repudian las recetas fondomonetaristas, las cuales
están en crisis por representar abiertamente a los intereses transnacionales.
YPFB era una empresa integrada y moderna, con cuadros de profesionales y técnicos
de primer nivel y con una organización social-administrativa óptima.
Comparativamente a las empresas privadas, siempre descubrió más reservas ellas. Su
desarrollo industrial estaba a la altura de las necesidades del país y tenía proyectos de
expansión, entre ellos, redes de gas domiciliarias y petroquímicos, los cuales fueron
frustrados por el DS. 21060. Por ello, la eliminación de YPFB fue un sabotaje contra el
desarrollo y la economía nacional, razón de más para que su reconstrucción sea una
responsabilidad y obligación perentoria.
La primera acción en ese sentido debe ser la recuperación por YPFB de las acciones
petroleras que representan su patrimonio y están en el Fondo de Contribución
Colectiva FCC, bajo la administración de las AFP's. Consiguientemente, al disponer del
50% de las acciones de las empresas Chaco, Andina y Transredes, de acuerdo al
Código de Comercio, YPFB automáticamente asumiría su representación en los
Directorios respectivos, con todos los derechos y responsabilidades sobre la
administración de esas empresas y la custodia de su patrimonio.
Finalmente, cabe decir que, en el contexto global nacional, será necesario un esfuerzo
sin precedentes para reconstruir la capacidad productiva que se ha destruido, seguido
de una fase de construcción de infraestructura, así como también cumplir una tarea
siempre postergada, como es la incorporación a la vida productiva del sector rural de
occidente, el más deprimido de la sociedad.
La Paz - Bolivia
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