El responsorio es un canto litúrgico de tipo salmódico en el cual la entonación de los versículos por un solista o grupo de lectores-cantores[1]​ es respondida por los asistentes con una breve vocalización (el responsorio propiamente dicho).[2]​ Este responsum se plantea como un eco reiterativo, el cual usualmente deriva del último sonido del último inciso dejado por el o los solistas.

Otra cosa que cabe resaltar es que cuando se junta con las "salmodias", las "antífonas" y los "aleluyas" se crea el CANTO GREGORIANO.

El canto responsorial tiene origen en la tradición sinagogal judía y es la forma de canto más antigua de la Iglesia.

Tras la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II, se establecieron dos variantes:

  • El salmo responsorial, que se canta en la misa tras la primera lectura.
  • El responsorio se usa en el oficio divino y es la forma en la que el salmo se reduce a un pequeño verso resumido, además de que en esta cobra más importancia la respuesta del coro.[cita requerida]

Este tipo de cantilación puede ser entendida como un ritornello o refrán. Ejemplos de este se hallan en los troparios primitivos, las secuencias y el jubilus, el cual se puede encontrar en las vocalizaciones del versículo que precede, en las Vísperas, al Magnificat.[cita requerida]

Notas y referencias

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  1. Esto puede ser tanto cantado cómo leído, en la forma de canto ecfonético.
  2. Efrén de Siria, Mimré ritmados.

Enlaces externos

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